Domingo, 10 de marzo de 1946

Domingo 1.º de Cuaresma

 

 

"Me invocará y Yo le oiré. Le libertaré y glorificaré.

Le contentaré con larga vida"

 

 


 

Es padre y así, ¿puede un padre mostrarse sordo al clamor de auxilio de su hijo? No puede. 

Le libertaré y glorificaré

   Le contentaré con larga vida

   Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios  

 Cómo, pues, has de explicar ésta tu donación total

  Poseyendo el Todo eres propietaria

 


 

Dice Azarías:

"Alma mía, ésta es nuestra Misa. La Misa vista y considerada por las "voces". Se inicia con una promesa veraz como todo lo que es de Dios. "Me invocará y Yo le oiré. Le libertaré y glorificaré. Le contentaré con larga vida".

¿No te parece que el que aquí habla es un Dios sólo? Mas nuestro Dios Santísimo es Tres por más que sea Uno. Y cada uno de los Tres Santísimos posee sus atributos especiales que no faltan en los otros sino que refulgen particularmente en Uno y, enlazados por el Amor, atributo común, forman la inconcebible y acabadísima Perfección de Nuestro Señor Dios Uno y Trino.

 

Es padre y así, ¿puede un padre mostrarse sordo al clamor de auxilio de su hijo?

 No puede.

 

Y se admiran y completan (Expresión popular que se emplea para indicar que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son tres Personas en un solo Dios) con amor los tres Santísimos, derramando el río de sus tres unidas perfecciones sobre los hijos, los salvados y adoctrinados. Y he aquí que el Padre hace esta promesa: "Me invocará y Yo le oiré". Es padre y así, ¿puede un padre mostrarse sordo al clamor de auxilio de su hijo? No puede. Y aún puede mucho menos un Padre perfectísimo, no pudiendo en modo alguno estar sordo para los hijos que le invocan. Si se vuelve hacia los pecadores que, por un dolor o un arrepentimiento, se acuerdan de El, ¿cómo no lo ha de hacer entonces con quienes le aman como hijos fieles?

Apóyate, alma mía, con un total abandono, en el amor del Padre. No supone ofensa el abandono como tal vez puedan creerlo aquéllos que no conocen a Dios al igual que nosotros. El amor es siempre reverente y respetuoso; tanto más reverente y respetuoso cuanto es más amplio; y perfectamente reverente y respetuoso cuando es absoluto. Porque es el alma la que ama y el alma, una vez entrada por las vías del conocimiento amoroso de Dios, es humilde. Únicamente en los amores humanos, gravados siempre de materialidad, la confianza viene a originar falta de respeto. Mas en los amores espirituales –hablo de los verdaderos amores, no de los exaltados, transitorios y superficiales latidos de los sentimentalistas– la confianza no degenera en falta de respeto. El alma, humillando su distancia que media siempre entre su insignificante perfección y la Perfección infinita. Y allá se está adorando con efusión de hija hasta que Dios le dice: "Así no; como esclava no, sino sobre las rodillas y sobre el Seno del Padre, hija que Yo creé". Y, ya lo sabes, se produce el éxtasis hasta que Dios se despide y el alma torna a amar, continuando en adoración a los pies de Dios.

 

"Le libertaré y glorificaré"

 

El Hijo, a su vez, promete: "Le libertaré y glorificaré". Mediante sus méritos infinitos El libera a sus redimidos. Para esto fue Cristo. Para esto dejó el Cielo. Para esto padeció y murió. Y ¿acaso no pidió para vosotros, antes de marchar a la Pasión, que la misma gloria que el Padre habíale dado y El transmitió a sus discípulos, se diera a todos aquellos que habrían de creer en El a fin de que fuesen una sola cosa con Dios Uno y Trino? Jesús, Señor Nuestro Santísimo, jamás falta a su palabra. Por tanto, los que viven conforme a sus enseñanzas serán glorificados por El y a El le fue dado todo juicio por ser Dios, por ser el Hijo amado del Padre, el obediente, el Consolador de su Padre, el Redentor, Aquél que todo lo dio: la unión en el Cielo con el Padre, la paz del Cielo encarnándose, y la Vida muriendo por el hombre.

 

"Le contentaré con larga vida"

 

Por último, el Espíritu Santo promete. "Le contentaré con larga vida". ¿Puede acaso el espíritu que llegó a comprender la Verdad desear la miseria de dilatados días sobre la Tierra? No. Pues entonces, ¿de qué vida habla el Espíritu eterno? De la vida eterna que se da a quienes supieron amar. Porque saber amar equivale a saberlo todo, hacer bien todo, salvarse, santificarse y gozar de conocimiento y sabiduría. Y así el Amor promete: "A éstos que supieron amar Yo les daré larga vida". ¡Oh vida que no conoce término! Un discurrir de siglos y más siglos inmersos en un gozar que no cambia, que no cansa, que crece por momentos pareciendo nuevo y cada vez más amplio, más bello... ¡Nuestro gozo de ángeles... Gloria a Dios!

Y he aquí que dice el profeta: "El que descansa en la ayuda del Altísimo vivirá bajo la protección del Dios del Cielo". No temas, confía en El, tanto como criatura como portavoz. El Cielo te protegerá. Por más que el mundo entero se conjurase contra ti para condenarte, ¿puedes acaso creer que ello haya de influir en el juicio de Dios? A Este en nada le turba la vocinglería humana. Tú sigue firme en tu obediencia. Más que todos es Dios. Sírvele y El, aunque te hiriesen con anatema y te vieses vilipendiada y torturada, derramará sobre ti los ríos de su amor y te sentirás protegida.

Cumple, del modo que Dios te ha propuesto, las abstinencias cuaresmales. Mucho es lo que te hace sufrir lo que acontece. Yo tomo nota de estos tus sufrimientos. Y tú dices al sufrir. "Que se haga tu Voluntad". Alma mía, eso vale mucho más que los ayunos hechos con mala disposición y procurando únicamente el malestar de la carne. Sufre en paz. Te digo de parte de mi Señor que no tienes culpa alguna de lo que acontece. Así pues, está en paz. Has practicado la obediencia y la prudencia. Está en paz.

Y ahora la palabra de Pablo. También él fue una voz desde el momento en que Dios le hizo suyo, una voz incansable y heroica, siendo un maestro para las voces. Escucha a este maestro que habla de un modo especial a los difusores de la Palabra de Dios por más que se dirija a los fieles en general. Por lo demás, ¿no debería cada cristiano predicar a Cristo y al Dios verdadero teniendo como principal objetivo de su instrucción el ilustrarse en la Sabiduría para después hablar de ella y como fin principal de su vida el poner en práctica lo aprendido para así ir predicando a Dios y a su Cristo mediante los actos todos de su vida virtuosa?

 

"Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios"

 

Dice Pablo: "Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios". Mi Señor te ha hablado multitud de veces a fin de formarte y capacitarte debidamente para recibir la gracia extraordinaria. Te tiene dicho que donde penetran la soberbia y la desobediencia, el don se cambia a castigo y te ha hecho ver que, si es don, es igualmente yugo, obligando a una virtud constante para no terminar en condena. El lo dijo: "A quien mucho se le dio, mucho es lo que se le exige". Sí. vosotros no podéis decir: "No lo sabía". Por eso, sabiéndolo, debéis ser perfectos en la medida de vuestras fuerzas y reconocer que éstas van siempre en aumento porque la Sabiduría proporciona fuerzas a las almas que la acogen con humildad.

Piensas tú: "¿Y si uno recibe con tibieza el don?". Pues bien, si uno se comporta así, o lo que es peor, lo corrompe con añadidos humanos o satánicos, entonces las fuerzas no aumentan sino que disminuyen y se desvían, retirándose la Sabiduría tras haber lanzado su condena.

Recibe, pues, activamente, cada vez más activamente, la gracia de Dios, debiendo llegar hasta el extremo de ordenar incluso la respiración más mínima con arreglo a una buena voluntad de fomentar la gracia y hacerla fructificar. El Señor puede exigir de ti esta donación total "tras haberte escuchado en el tiempo propicio y haberte socorrido en el día de la salvación".

 

¿Cómo, pues, has de explicar ésta tu donación total?

 

¿Cómo, pues, has de explicar ésta tu donación total? Te lo dice Pablo: "No dando a nadie motivo de escándalo a fin de que tu ministerio no sea vituperado" y así tú te comportes en todo como instrumento de Dios con mucha paciencia en las tribulaciones, necesidades y angustias. Esto es: en cualquier contingencia. Las flagelaciones de los jueces malévolos no son menos dolorosas que los azotes. Las prohibiciones no son menos encarcelantes que las prisiones; y las incomprensiones y torcidas interpretaciones, que os privan de todo consuelo en vuestra función, no son menos penosas que las fatigas, vigilias y ayunos.

Mas tú soporta todo con pureza, con sabiduría y longanimidad, con suavidad, con el Espíritu Santo, con caridad no fingida, con palabra de verdad, con la virtud, con la virtud de Dios, con las armas de la justicia a diestro y siniestro, en medio de la gloria, en las horas de gloria lo mismo que en las de ignominia, en las horas amargas, con buena o mala fama.

Como tú ya sabes lo que eres, pueden decir de ti lo que quieran. Pueden acusarte de estar seducida o de seducir; mas tú sabes que eres veraz. Pueden decirte: "¿Y usted quién es? Una desconocida, un cero a la izquierda". Y bien, ¿qué es la fama de los hombres? Basta que te conozcan en el Cielo. Que tú aparezcas como una pobre enferma, ¿qué importa? Más grande resplandece así el poder de Dios que, en contra de las leyes naturales, realiza el prodigio de un moribundo que soporta fatigas superiores a las fuerzas de un sano para gloria de Dios y vive así porque Dios le alimenta con su vida a fin de que le sirva hasta que El quiera.

Podrán castigarte los hombres, mas la muerte, la verdadera muerte no te la darán porque tú vives la petición del "Pater" y haces lo que Dios quiere de ti. Melancólica eres, como lo fueron los santos, a partir de Cristo, debido a la miseria humana; mas tú encuentras en el amor recíproco la santa alegría del espíritu en paz.

 

Poseyendo el Todo eres propietaria

 

Parecerás pobre, tanto de medios materiales como sobrenaturales, no pudiendo trabajar ni acudir a la iglesia; mas tú tienes tesoros que has acumulado con tus sufrimientos más que con todo lo demás, y todo lo tienes al tener a Dios que es tu amor y tu consuelo. Eres una pobre que enriqueces a muchos con los tesoros que Dios te ha abierto y con los que has conseguido con tus sufrimientos. Poseyendo el Todo eres propietaria. Canta, canta conmigo el salmo. Yo soy tu ángel custodio. Canta conmigo el salmo de David y no temas, no temas.

Los hombres son peores que los áspides, los basiliscos, los leones y dragones. Muy semejantes a los demonios son muchos hombres, mas quien está con Dios y con sus ángeles no debe temer.

Haz tuyas las palabras del sublime Tentado y a Satanás, a sus servidores y a los hombres que te querrían atemorizar, mortificar y alejar de tu misión con amenazas o con ofrecimientos de inmediatos y tangibles honores y provechos, respóndeles: "No sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que procede de Dios. ¡Atrás, Satanás! Yo sirvo al Señor Dios y no a otros".

Alma mía, no temas. ¡Adelante! El Gloria de los Cielos te apagará la sed de todo deseo santo y te compensará de todo dolor.

Bendigamos al Señor. Demos gracias a Dios.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo".

* * *

Desde hoy comienzo, como me lo ha indicado el ángel, a invocar mentalmente la frase: "In Nomine Domini" antes de escribir en los cuadernos, redactar cartas y emprender cualquier acción. Me lo dijo el domingo, día 3 de marzo, después de la explicación de la Santa Misa: "Cuando se realice esta nueva mutilación y ya sea únicamente Dios a defenderte, pues ni el Padre (Se refiere al P. Migliorini, tantas veces nombrado aquí) te podrá asistir ni proteger, antes de escribir cartas, cuadernos, y realizar cualquier otro escrito o acción, debes invocar las palabras: "In Nomine Domini" sin dejar por eso de poner la frase enseñada por Jesús Santísimo: "La paz sea contigo" ".

16-19

A. M. D. G.