13/10/46
Domingo 18.º después de Pentecostés
La paciencia
Dice Azarías:
Segura es la recompensa que se da al paciente ya que éste imita a su Padre Celestial
que tan paciente se muestra esperando la conversión de los hombres pecadores, ...
"Segura es la recompensa que se da al paciente ya que éste imita a su Padre Celestial que tan paciente se muestra esperando la conversión de los hombres pecadores, si bien después encuentra la recompensa a su paciencia amorosa en el gozo que le proporcionan sus salvados. La imitación de Dios, al ser amor en acto, alcanza siempre recompensa de Dios. Y, mientras dura este vuestro día terreno, esta recompensa se cifra en una paz profunda del espíritu, paz que desconocen quienes no saben servir al Señor. Y, más allá del corto día terreno, la recompensa será gloria eterna y gozosa. Otra recompensa del que sabe ser paciente es la concesión de las gracias solicitadas, que podrán ser aplazada, pero que, tarde o temprano, se conceden y siempre en el momento oportuno. Abandónate, pues, con plena confianza a la Misericordia que te ama, te dirige y dirige tus asuntos más queridos y, con ello, agradarás tanto a Dios que todo cuanto te urge se resolverá en bien, ya que siempre será Dios el que tome en sus manos tus cosas haciéndolas suyas.
¡Si de esta suerte acertaran a conducirse todos los hombres...!
Se encontrarían transportados al Cielo sin saber cómo llegaron allí,...
¡Si de esta suerte acertaran a conducirse todos los hombres y se dejaran mover por la Sapiente Misericordia cual fino cendal que ondea al soplo del viento, así fuera éste de ligero como la brisa en la que el profeta percibió a Dios...! (Alusión al profeta Elías y a su encuentro con Dios de que habla el libro 1.º de los Reyes 19, 9-14 y, en particular, el versículo 12). Se encontrarían transportados al Cielo sin saber cómo llegaron allí, lo mismo que un niño que, aun siendo incapaz de caminar, puede alcanzar la cumbre de un monte y gozar del sol, de la inmensidad del espacio y de la floresta al ser portado allá arriba por la madre en el dulce cobijo de sus brazos.
Meditemos a Pablo. Ser testimonio de Cristo ratificado en medio de los fieles no quiere decir que tales fieles hayan recibido el Bautismo y los demás Sacramentos, sino que sus obras dan testimonio de su condición de imitadores. Las prácticas religiosas limitadas a las horas del culto, la observancia de determinadas ceremonias sin que, una vez finalizadas éstas, les sigan la religiosidad, la obediencia a los preceptos y consejos de vida cristiana de una manera intensa y sincera durante todas las horas, sucesos y acciones del día, no constituyen testimonio alguno de Cristo sino tan sólo hipocresía o, cuando más, una muy débil vida cristiana. Si tal hicieseis –y así son los quede tal modo se portan– seríais semejantes a esos niños cacoquimios que de la leche y cuidados materno únicamente se aprovechan de un mínimo apenas suficiente para no morir, pero insuficiente para crecer, quedando reducidos a seres atróficos sin movimiento y sin fuerza, expuestos a todas las enfermedades hasta que un desarreglo en la nutrición o un ataque de los elementos los mata.
Suerte idéntica es la de aquellos espíritus que no transforman en jugo vital
cuanto les viene a través de los Sacramentos y se limitan a recibir sin esforzarse en dar,
siendo parásitos que vegetan pero no viven,
Suerte idéntica es la de aquellos espíritus que no transforman en jugo vital cuanto les viene a través de los Sacramentos y se limitan a recibir sin esforzarse en dar, siendo parásitos que vegetan pero no viven, inválidos en el cuerpo vital de Cristo, destinados a morir porque, al ser tibios, abúlicos y estériles, son presa fácil de todas las infecciones espirituales y, al ir debilitándose progresivamente, terminan por perecer como plantas que tienen dañadas sus raíces.
Pablo, maestro insigne de la doctrina del cuerpo místico cuya cabeza es Cristo, regocijándose con sus corintios por el testimonio que dan de Cristo y de la vitalidad magnífica de los miembros vivos y voluntariosos, se congratula por ellos, mas no por los parásitos que vienen a ser un peso y un peligro para los demás, amén de un escándalo y una ofensa para Dios, pues, al ser "ni tibios ni calientes, los lanza de Sí", como dice el Apocalipsis.
Pablo se alegra viendo confirmado por las virtudes de los cristianos el carácter cristiano de los corintios "hechos ricos en todo, en el don de palabra y de ciencia" por la gracia de Dios alcanzada por Cristo y mantenida y aumentada por los méritos de la criatura de buena voluntad.
les exhorta a ir creciendo más y más en Cristo, succionando y asimilando
los jugos vitales del Cristianismo que es vida y no formulismo, que es verdad y no hipocresía,
que es camino y no ciénaga en la que se hunde y se queda, ...
Se alegra por ello y les exhorta a ir creciendo más y más en Cristo, succionando y asimilando los jugos vitales del Cristianismo que es vida y no formulismo, que es verdad y no hipocresía, que es camino y no ciénaga en la que se hunde y se queda, y así "no falte en ellos don alguno" –tengo explicado ya que los dones viven de verdad únicamente cuando la buena voluntad de la criatura los hace vivir– "de modo que se encuentren sin culpa a la venida del Señor Jesús". Sin la culpa más grande cual es la de haber menospreciado los dones infinitos de Dios, descuidándolos hasta el punto de no hacer de ellos vida de la propia vida y perfección del espíritu, faltando por ello en todas las virtudes y llegando a no permanecer en la Fe, en la Esperanza, en la Caridad, en la Fortaleza, en la Prudencia, en la Justicia y en la Templanza, cediendo, por el contrario, a los halagos del demonio, del mundo y de la carne; espíritus decaídos o muertos más bien del todo para los que fue en vano el sacrificio sobre manera penoso de Cristo.
Nada más te digo, alma mía, alma víctima. Sufre con Cristo para su regio triunfo y sea ésta tu Santa Misa perpetua.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo".
13 de octubre (si bien dos horas después de la explicación de la Santa Misa).
Lección secreta acerca del mérito que un enfermo puede adquirir incluso sabiendo soportar con paz esta pensamiento: "por mi culpa fulano no puede ir a misa y mengano no puede descansar", y así por el estilo (Tal vez hay aquí una probable alusión a Marta Diciotti que asistió amorosamente a María Valtorta, enferma, desde el día 24 de mayo de 1935 hasta su muerte, acaecida el 12 de octubre de 1961).
Soportarse a sí mismo cuando vemos que somos una pesada carga para los demás
es siempre virtud y Dios sabe convertirlo en motivo de premio
Soportarse a sí mismo cuando vemos que somos una pesada carga para los demás es siempre virtud y Dios sabe convertirlo en motivo de premio, tanto para el enfermo como para quien por él se ve en la imposibilidad de hacer lo que quiere.
Como aclaración para quien a su tiempo haya de leer estas breves referencias a lecciones secretas, digo que Jesús Santísimo me indicó el (25-9) que no escriba ya sus consejos íntimos a mi alma como castigo para quienes no saben reconocer que es El quien me habla o que mienten cuando dicen que no le reconocen para humillarme faltando a la caridad y a la sinceridad. Y así lo hago a partir del 25-9, limitándome, como El lo quiere, a dejar constancia del objeto y fecha de la instrucción secreta.
13-10-46, a las 16 horas.
¿Hay quien pueda hacer frente al fuego cuando flamea y a Dios-amor cuando quiere amar? ¿Amar sensiblemente acaso? No. Y lo experimento.
Hoy se abate sobre mí uno de los trances de amor divino
más violentos que yo haya jamás experimentado.
Hoy se abate sobre mí uno de los trances de amor divino más violentos que yo haya jamás experimentado.
Lo siento llegar... Con ser una oleada inmensa, no es un peso que oprime sino fuerza más bien que atrae, que te arranca de la Tierra y te lleva arriba, arriba, arriba...
Lo siento acercarse, cada vez más extasiante y, antes de perder el conocimiento en fuerza de su inexpresable dulzura, acordándome de mi plegaria y ofrecimiento del 15 de agosto, suplico: "¡Para mí, no! ¡Para mí, no! Para ellos. Para que te amen". Está siempre en mí permanente la voluntad de renuncia a mis goces místicos a cambio de que ellos vean y comprendan.
En vano me rechazas por un sacrificio de amor. Yo te quiero a ti, quiero entregarme a ti.
Busco consuelo para Mí mismo. Busco un corazón que me ame. No quiero ciencia sino amor. ...
Pero con una más intensa dulzura dentro de la ya inconmensurable dulzura y del océano de Luz y Fuego que me inunda desbordándose de los Cielos, me llega la Voz inexpresable del Dios Uno y Trino que dice: "No. En vano me rechazas por un sacrificio de amor. Yo te quiero a ti, quiero entregarme a ti. Busco consuelo para Mí mismo. Busco un corazón que me ame. No quiero ciencia sino amor. No quiero discutir sino poseer. No quiero reprender sino amar. Te quiero a ti. Sáciame. Consuélame, Ámame. Me derramo donde encuentro quien me comprende en mi deseo infinito de comunicarme. Escribe y después ven...".
Y ya no hay sino abandonarse y... sentir que te dicen: "Tú debes amar incluso por ellos. Quiero que tú me sacies con el amor que ellos no saben darme como Yo quiero. Y quiero penetrarte de Mí para que tú les llegues a amar como Yo amé a mis verdugos: desmesuradamente. Porque cuando se ama con perfección, se ama de un modo desmesurado a los más infelices, a aquellos que son nuestro dolor. Sin este amor nuestro ellos se perderían".
Y me embriago y ardo como no es posible describir. Y amor a Dios y en El a toda la Creación con los habitantes del Cielo, los que viven en la Tierra y los que penan en el Purgatorio; a todos, en fin, a todos y... –¡oh, ellos no lo creerían aunque se lo dijese!– les amo como una madre puede amar a su hijo enfermo que, de no atenderle con sumo amor, perecería; y sufre de que está enfermo, por más que él no crea estarlo ni que su madre sufra.
¡Señor, si has de servirte, no tanta violencia...! ¡Tú sabe de mi absoluta debilidad...!
Mas cuando vuelvo a ser la pobre criatura de antes, recuerdo con una dulzura pacífica el huracán de amor de que fui presa y cómo no escuchó Dios mi plegaria, y entonces el corazón que si resistió fue tan sólo por su querer, palpita extenuado como el pajarillo que subió por demás arriba y cantó con fuerza desmedida...
Mas si mi Señor recibió consuelo y mi nulidad prestó ese servicio al Todo... ¡bravo por el amor! y dulce resulta el dolor del corazón cansado... ¡Llegar a morir por la violencia del amor...! ¿Qué supone vivir y qué morir? Únicamente consolar a Dios.
149-152
A. M. D. G.