11 enero 1944, a las 0,15 horas.
En mi Evangelio vive la Palabra
tal como fue dicha.
lA REENCARNACIÓN
Recibir la Palabra de Dios es como recibir el Pan del Cielo
La verdad está contenida en su Evangelio
Dice Juan:
"Instruido como estaba, compenetrado e identificado con el Maestro, en mi Evangelio vive la Palabra tal como fue dicha, porque mi identificación con El hizo que yo pudiese repetirla sin modificación alguna. Es Cristo el que habla. Juan no es sino un instrumento que escribe. Lo mismo que tú.
Fortuna grande la nuestra a la que se ha de corresponder con una fidelidad llevada hasta los más nimios detalles a fin de no contaminar de nosotros, criaturas, la doctrina divina y que nos debe mover a llevar una vida intachable para que caiga la Palabra en donde ni aun la sombra de un pensamiento haya de impuro.
Recibir la Palabra de Dios es como recibir el Pan del Cielo
Recibir la Palabra de Dios es como recibir el Pan del Cielo. Es el Pan del Cielo hecho Palabra en nosotros para transformarse en Pan para el espíritu de los hermanos. Es la Eucaristía de la Palabra, no menos santa que la Eucaristía del altar porque, llegado a nosotros, Cristo eucarístico nos trae su alimento que nos dispone cada vez más a hacer de la Eucaristía nuestro manjar de vida eterna.
Dijo El, Maestro mío y tuyo: "Bienaventurados los que guardan en su corazón la Palabra de Dios". Y dijo también: "El que escucha mi Palabra tiene la vida eterna", y: "Yo soy el Pan vivo que del Cielo desciende. Quien me come no morirá y Yo le resucitaré en el último día" (Lc 11, 28; Jn 6, 22-59). Así pues, el Maestro da un destino único a quienes se alimentan de El, Verbo del Padre y Pan del Cielo.
Mas no tanto te hablo a ti por ti, discípula mía que estás en la luz, cuanto que Yo, luz de Cristo, hablo de El, Luz del mundo, a los tenebrosos que, al igual de aquellos que tienen escamas en sus pupilas, marchan braceando en las tinieblas sin acertar a dar con el camino por el que atraviesa el Maestro y sin querer ponerse a gritar: "¡Sálvanos, Jesús! ¡Danos tu Luz!".
Si le llamasen, El vendría a ellos,
se quedaría en ellos y les daría la suerte feliz de llegar
a ser hijos de Dios, nacidos por segunda vez
Si le llamasen, El vendría a ellos, se quedaría en ellos y les daría la suerte feliz de llegar a ser hijos de Dios, nacidos por segunda vez –única vez que se puede volver a nacer, no en la carne que, una vez extinta, ya nunca revestirá a aquel espíritu que la tuvo por vestido si no es en el último día para ir con ella a la gloria o a la condenación, sino en el espíritu, el cual, conectándose a Cristo, se regenera porque, al tenerlo Cristo en Sí como parte de su Ser santísimo, lo une al Espíritu de Dios que es el que nos obtiene el renacer, no ya como hombres sino como hijos de Dios– y conocerían la Luz, se alejarían de las Tinieblas y de la Mentira, porque Cristo es Verdad, porque Cristo es Luz, y el Paráclito que Cristo dona a los "suyos" es Luz y Verdad, y quien tiene a Cristo tiene en sí la Verdad y la Luz de la Divinidad Trina.
Alejaos del eterno Homicida que, por no haber perseverado en la verdad que con su afortunada suerte angélica poseyó desde el primer instante de su creación, cayó y hace caer. Creed en Cristo que no puede mentir por ser Dios y poseer la Perfección de Dios.
El os dice una y otra vez: "Yo os resucitaré". ¿Cómo podría El, Perfecto como es en Ciencia e Inteligencia, decir palabras que no sean verdad? El dice "resucitaré" no "reencarnaré". Y especifica: "en el último día", y más aún: "Como el Padre resucita a los muertos devolviéndoles la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere... Quien escucha mi palabra y cree en Aquel que me envió, tiene la vida eterna y no incurre en condenación sino que pasa de la muerte a la vida. Se acerca la hora en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y quien la atienda vivirá. Se acerca la hora en que todos oirán en sus sepulcros la voz del Hijo de Dios y saldrán de ellos para ir: los que obraron bien, a la resurrección de la vida y los que mal, a la resurrección de la muerte" (Jn 5, 17-47).
Por eso Aquel que es Verdad y Ciencia dice, repite,
insiste y jura acerca de una vida, única y sola de la carne
y sobre una vida única y sola del espíritu
Por eso Aquel que es Verdad y Ciencia dice, repite, insiste y jura acerca de una vida, única y sola de la carne y sobre una vida única y sola del espíritu. Esta vida se vive en nuestra única jornada de hombres y después, sólo en el último día, al mandato de Jesús-Dios, resucita para revestir al espíritu del que fue vestidura. Esta vida eterna se adquiere únicamente por medio de nuestra jornada única, y si durante ella hubiéramos llegado a matar una vez al espíritu, nunca ya podrá éste reencarnarse pasando, mediante fases sucesivas, de la muerte a la vida.
El poder de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Paráclito
puede concederos en la tierra la resurrección del espíritu, ...
No. El poder de Dios Padre, de Dios Hijo y de Dios Espíritu Paráclito puede concederos en la tierra la resurrección del espíritu, bien mediante un milagro de la gracia o por la intercesión de un "santo", ya sea éste de la tierra o del Cielo, o también mediante vuestro deseo de resurrección. Pero esto acaece aquí, en la Tierra, en vuestro único día, ya que, llegado que sea para vosotros el ocaso y, una vez entrados en el sueño de la noche humana, ya no hay resurrección posible a través de nuevas fases vitales. Si sois muertos del espíritu, no hay ya sino muerte.
Yo, discípulo de Cristo, yo que vi, más allá de la vida, la vida futura y la resurrección última, os juro que esto es verdad.
Soltaos de estas cadenas que son las más peligrosas que Satanás os tiende. Dad el primer paso diciendo a Cristo: "Voy a Ti", y a Satanás: "¡Atrás en el nombre de Jesús!". De estas dos verdades haced vuestra la primera.
No podéis saber cuán dulce sea el Señor, el Maestro bueno, el Pastor santo para quien se vuelve a El. Igual que un padre, os toma sobre su corazón, os instruye, cuida de vosotros y os nutre. No digáis que le amáis pues, al no amarle de veras, es cierto que no le amáis.
La verdad está contenida en su Evangelio
La verdad está contenida en su Evangelio. El Evangelio es lo que El dijo a sus discípulos y lo que confirma y explica todavía con benignidad de Salvador, igual siempre después de tantos siglos. En eso no hay otro como El.
De haber una segunda o más vidas, El lo habría dicho. No sois persas ni sintoístas, sois "cristianos". Dejad pues las quimeras, los errores, los engaños que Satanás suscita para apartaros de Dios y creed cuanto Cristo ha dicho.
El que ama, cree; el que ama poco, duda; y el que no ama, acepta doctrinas contrarias. Y la que vosotros seguís es contraria a la de Jesucristo, Verbo de Dios, Maestro nuestro y Luz del mundo. No amáis, por tanto, a Cristo de verdad".
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A. M. D. G.