15 enero 1944

 

 

EL INFIERNO

 

EL PURGATORIO

 

 


 

Escribe pues esta página dolorosa. Los hombres de este tiempo ya no creen en la existencia del Infierno

   Esta su teoría llega hasta el extremo de hacer creer sacrílegamente que el más grande de los pecadores de la humanidad, ...pueda redimirse y llegar hasta Mí a través de fases sucesivas.

    lo que se halla destinado al Infierno permanece por toda la eternidad ya que de esa muerte no se sale a nueva resurrección.

    eL PURGATORIO

    el Purgatorio es fuego de amor y el Infierno fuego de rigor

   El Purgatorio es lugar en el que...

    El Infierno, en cambio, es lugar en el que...

    El alma muerta, al modo de esos cuerpos lanzados a las llamas o a un horno crematorio, se retuerce y rechina

    El fuego se corresponde al fuego

    Al ardor insoportable irá unido el hielo sideral

   El tercer tormento será la oscuridad

 


 

Dice Jesús:

"Te hice ver una vez el monstruo del abismo (20 julio 1943). Hoy te voy a hablar de su reino. No he de tenerte siempre en el paraíso. Ten en cuenta que tu misión es hacer presentes a tus hermanos las verdades que tan inmoderadamente han olvidado. Y de este olvido que, en realidad, es un desprecio de las verdades eternas, se derivan tantos males a los hombres.

 

Escribe pues esta página dolorosa.

Los hombres de este tiempo ya no creen en

la existencia del Infierno

 

Escribe pues esta página dolorosa. Después te confortaré. Es la noche del viernes. Mientras escribes, mira a tu Jesús que muere en la cruz entre tales tormentos que se los puede parangonar con los del infierno y que quiso semejante muerte para salvar a los hombres de la Muerte.

Los hombres de este tiempo ya no creen en la existencia del Infierno. Se han forjado un más allá de su gusto y tal, que resulta menos atemorizante a sus conciencias merecedoras de gran castigo. Discípulos más o menos fieles del Espíritu del Mal, saben que su conciencia retrocedería ante ciertos malhechos si realmente creyeran en el Infierno tal como la Fe les enseña que es. Saben que su conciencia, una vez hecho el mal, tornaría sobre sí misma y el remordimiento les llevaría a la conversión, el miedo al arrepentimiento y con el arrepentimiento encontrarían el camino por el que volver a Mí.

Su malicia, aleccionada por Satanás del que son siervos o esclavos (según su grado de adhesión a los deseos y sugestiones del Maligno), no quiere tales retrocesos ni retornos y así anula la fe en el Infierno como realmente es y se forja otro, si es que se lo forja, que no viene a ser sino un descanso para emprender otras elevaciones futuras.

 

Esta su teoría llega hasta el extremo de

hacer creer sacrílegamente

que el más grande de los pecadores de la humanidad,

...pueda redimirse y llegar hasta Mí a través de fases sucesivas.

 

Esta su teoría llega hasta el extremo de hacer creer sacrílegamente que el más grande de los pecadores de la humanidad, el hijo amado de Satanás, aquel que era ladrón, como se dice en el Evangelio (Jn 12, 4-6), que era concupiscente y ganoso de gloria humana, como digo Yo, el Iscariote, que, por hambre de la triple concupiscencia, hízose mercader del Hijo de Dios y por treinta monedas y con la contraseña de un beso –valor monetario irrisorio y valor afectivo infinito– me puso en manos de los verdugos (Mt 26, 14-16 y 47-50; Mc 14, 10-11 y 43-46; Lc 22, 3-6 y 47-48; Jn 18, 1-3), pueda redimirse y llegar hasta Mí a través de fases sucesivas.

No. Si él fe el sacrílego por excelencia, Yo no lo soy. Si él fue el injusto por excelencia, Yo no lo soy. Si él fue quien derramó mi Sangre con desprecio, Yo no lo soy. Y perdonar a Judas sería cometer un sacrilegio contra mi Divinidad traicionada por él; sería una injusticia contra todos los demás hombres, siempre menos culpables que él y que, ciertamente, son castigados por sus pecados; sería menospreciar mi Sangre y sería, en fin, hacer de menos a mis leyes.

 

lo que se halla destinado al Infierno

permanece por toda la eternidad ya que de esa muerte

 no se sale a nueva resurrección.

 

Yo, Dios Uno y Trino, tengo dicho (El 7 de enero.) que lo que se halla destinado al Infierno permanece por toda la eternidad ya que de esa muerte no se sale a nueva resurrección. Tengo dicho asimismo que aquel fuego es eterno y que a él serán echados todos los operadores de escándalos e iniquidades. Ni creáis que esto sea hasta el trance del fin del mundo. No, sino que, tras la imponente revista, más cruel aún resultará aquella morada de llanto y de tormento porque lo que al presente se les conceda a sus huéspedes como infernal solaz suyo –el poder dañar a los vivientes y ver precipitarse en el abismo a nuevos condenados– ya no será desde entonces y así la puerta del reino nefando de Satanás será remachada y enclavijada por mis ángeles para siempre, para siempre, para siempre, un siempre cuyo número de años carece de número y respecto al cual, si los años vinieran a ser granitos de arena de todos los océanos de la tierra, serían menos que un día de esta mi eternidad inmensurable, hecha de luz y de gloria en lo alto para los benditos y de tinieblas y horror para los malditos en lo profundo.

 

EL PURGATORIO

 

 

el Purgatorio es fuego de amor y

el Infierno fuego de rigor

 

Te dije (El 17 y 21 de octubre de 1943) que el Purgatorio es fuego de amor y el Infierno fuego de rigor.

 

El Purgatorio es lugar en el que...

 

El Purgatorio es lugar en el que, pensando en Dios cuya Esencia brilló ante vosotros en el momento del juicio particular llenándoos del deseo de poseerla, expiáis las faltas de amor hacia vuestro Señor Dios. Por medio del amor conquistáis el Amor por grados de caridad cada vez más encendida, laváis vuestro vestido hasta dejarlo blanco y resplandeciente para entrar en el reino de la Luz cuyos fulgores te mostré hace unos días. (el 10 de enero.).

 

El Infierno, en cambio, es lugar en el que...

 

El Infierno, en cambio, es lugar en el que el pensamiento de Dios, el recuerdo de Dios entrevisto en el juicio particular, no es, como para los purgantes, deseo santo, nostalgia triste si bien llena de esperanza, esperanza plena en tranquila espera con una paz segura de alcanzar la perfección que será la conquista de Dios y que confiere al espíritu purgante una gozosa actividad purgativa, pues cada pena, cada instante de pena le aproxima a Dios, su amor, sino que es remordimiento, rabia, condenación y odio. Odio contra Satanás, odio contra los hombres y odio contra sí mismos.

Tras haber adorado a Satanás durante la vida teniéndolo en mi puesto, ahora que lo poseen y contemplan su verdadero aspecto, no velado ya bajo la fascinante sonrisa de la carne, bajo el brillo deslumbrador del oro o bajo la potente manifestación de la supremacía, le odian por ser causa de su tormento.

Tras haber adorado, olvidando su dignidad de hijos de Dios, a los hombres hasta el punto de convertirse en asesinos, ladrones, estafadores, mercaderes de inmundicias para ellos, ahora que de nuevo vuelven a encontrarse con aquellos sus amos por quines mataron, robaron, estafaron, vendieron el propio honor y el de tantas criaturas infelices, débiles e indefensas, haciéndolas instrumento de vicios desconocidos hasta de las fieras –de la lujuria, atributo del hombre envenenado por Satanás– ahora los odian por ser causa de su tormento.

Tras haberse adorado a sí mismos procurando a la carne, a la sangre, a los siete apetitos de su carne y de su sangre todas las satisfacciones pisoteando la Ley de Dios y la ley de la moralidad, ahora se odian al verse causa de su tormento.

La palabra "Odio" tapiza aquel reino sin límites; ruge en aquellas llamas; brama en las voces de los demonios; solloza y ladra en los lamentos de los condenado; suena, suena y resuena como una eterna campana a rebato; retumba como una eterna bocina de muerte; llena de sí los rincones todos de aquella cárcel; es, de por sí, tormento, ya que, a cada sonido, renueva el recuerdo del Amor perdido para siempre, el remordimiento de haber consentido en su pérdida y la rabia de nunca más volverlo a ver.

 

El alma muerta, al modo de esos cuerpos lanzados a las llamas

 o a un horno crematorio, se retuerce y rechina

 

El alma muerta, al modo de esos cuerpos lanzados a las llamas o a un horno crematorio, se retuerce y rechina como agitada de nuevo con un movimiento vital y se excita al comprender su error y muere y renace a cada instante con sufrimientos atroces y así el remordimiento la mata en una blasfemia y esta occisión la trae de nuevo a la vida con un nuevo tormento. La magnitud del delito de haber traicionado a Dios en el tiempo lo tiene de frente el alma por toda la eternidad, lo mismo que la equivocación de haber rechazado a Dios en el tiempo lo tendrá el alma presente para su tormento por toda la eternidad.

En el fuego, las llamas toman las figuras de lo que adoraron en vida y así las pasiones se presentan pintadas con pinceladas incandescentes bajo las formas más apetitosas rechinando una y otra vez este su "memento" (palabra latina, tomada de la liturgia, que significa: Recuerda.): "Preferiste el fuego de las pasiones, pues ahí tienes ahora el fuego encendido por Dios de cuyo Fuego santo te burlaste".

 

El fuego se corresponde al fuego

 

El fuego se corresponde al fuego. En el Paraíso es donde arde el fuego del amor perfecto; en el Purgatorio el del amor purificador y en el Infierno el del amor ofendido. Puesto que los elegidos amaron con perfección, el Amor se entrega a ellos con toda su Perfección. Puesto que los purgantes amaron con tibieza, el Amor hácese llama para llevarlos a la Perfección. Y pues los malditos ardieron en todos los fuegos menos en el de Dios, el Fuego de la ira de Dios los abrasa eternamente. Y en el fuego hay también hielo.

¡Oh, no podéis imaginar qué cosa sea el Infierno! Tomad todo cuanto es tormento en la tierra para el hombre: fuego, llama, hielo, aguas torrenciales, hambre, sueño, sed, heridas, enfermedades, llagas, muerte; haced una suma única de todo ello y después multiplicadla millones de veces. tan sólo tendréis una sombra de aquella tremenda realidad.

 

Al ardor insoportable irá unido el hielo sideral

 

Al ardor insoportable irá unido el hielo sideral. Los condenados ardieron con todos los fuegos humanos habiendo tenido para su Señor Dios únicamente hielo espiritual. Y así les aguarda el hielo para congelarlos tras haberlos tostado al fuego como peces puestos a la llama para asar. Tormento sobre tormento será este pasar del ardor que dilata al hielo que condensa.

¡Oh!, no es éste un lenguaje metafórico, pues Dios puede hacer que las almas, gravadas con las culpas cometidas, tengan la sensibilidad de la carne aun antes de que ésta las revista. Vosotros no lo sabéis ni lo creéis. Pero, en verdad os digo que sería mejor para vosotros sufrir todos los tormentos de mis mártires que no una hora de torturas infernales.

 

El tercer tormento será la oscuridad

 

El tercer tormento será la oscuridad. Oscuridad material y oscuridad espiritual. ¡Haber de estar siempre entre tinieblas después de haber visto la luz del paraíso y tener que estar abrazado a la Tiniebla tras haber visto la Luz que es Dios! ¡Debatirse en ese horror tenebroso en el que únicamente se ilumina, con el reverbero del espíritu en llamas, el nombre del pecado que les hundió en tal horror! ¡No encontrar otra salida en aquel hervir de espíritus que se odian y maltratan mutuamente sino la desesperación que los vuelve locos y cada vez más malditos" ¡Nutrirse de ella, mantenerse en ella y matarse con ella! Está dicho: la muerte será el alimento de la muerte.

Os lo digo Yo que soy el que creó aquel lugar: Cuando, para sacar del Limbo a aquellos que aguardaban mi venida, descendí a él, Yo, Dios quedé espantado de aquel horror. Y si las cosas hechas por Dios, al ser perfectas, no fuesen inmutables, habría querido hacerlo menos atroz, ya que soy Amor y quedé dolorido por aquel horror.

¡Y aún queréis vosotros ir allá!

Meditad, hijos, estas mis palabras: A los enfermos se les suministran medicinas amargas, a los afectados por tumores se les cauteriza y saja el mal. Estas son, para vosotros enfermos y cancerosos, medicina y cauterio de cirujano. No las rechacéis. Usad de ellas para curaros. La vida no dura sino estos pocos días de la tierra. La vida comienza cuando os parece que termina y ya no tiene fin.

Haced que desemboque para vosotros en donde la luz y la gloria de Dios hermosean la eternidad y no donde Satanás es el Atormentador eterno".

67-73

A. M. D. G.