23 enero 1944

 

Daniel, capítulo 12.º

 

 

lOS ÚLTIMOS TIEMPOS Y EL FIN

 

 


 

El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino y de los hijos del mismo, será el que ha de surgir, como señal celeste, en el tiempo último

  El último período de tres años y seis meses, tremendo como jamás el hombre conoció, será aquel en que Satanás, por medio de su hijo, abrasado de un odio supremo empleará sus perfectas y postreras astucias para dañar, destruir y dar muerte a Cristo en los

    Entonces habrá llegado el tiempo en el que, conculcada la Ley hasta un extremo jamás alcanzado, la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo...

 


 

Dice Jesús:

 

El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino

 y de los hijos del mismo,

será el que ha de surgir, como señal celeste, en el tiempo último

 

"El arcángel que venció a Lucifer y que es el guardián de mi Reino y de los hijos del mismo, será el que ha de surgir, como señal celeste, en el tiempo último. Será éste el tiempo en que Israel se habrá unido a la Roma de Cristo y ya no habrá dos ramas del pueblo de Dios: la bendita y la maldita por su deicidio, sino un tronco único, llamado de Cristo, por vivir en Mí (Daniel 12, 1-13; Mt 25, 31-46)

Entonces, por haberse ya completado el número de los salvados, acaecerá la resurrección de la carne y, cual muchedumbre que duerme y a la que un clarín despierta llamándola a concentración, los muertos yacentes en los infinitos cementerios, en los desiertos, en los mares y en dondequiera que yazga cualquiera que fuese hombre, resurgirán para comparecer ante Mí, Juez supremo.

¡Oh luz, que eres atributo mío y harás refulgir cual estrellas a quienes conocieron la Sabiduría, enseñaron la Justicia y la vivieron, cómo te derramarás gozosa en aquel día sobre mis benditos!

 

El último período de tres años y seis meses,

tremendo como jamás el hombre conoció,

será aquel en que Satanás, por medio de su hijo,

abrasado de un odio supremo

empleará sus perfectas y postreras astucias

para dañar, destruir y

dar muerte a Cristo en los corazones y a éstos en Cristo

 

El último período de tres años y seis meses, tremendo como jamás el hombre conoció, será aquel en que Satanás, por medio de su hijo, abrasado de un odio supremo –porque hasta la escisión entre las dos ramas del pueblo de Dios habrá terminado y, con ella, la causa de tantos males materiales, morales y espirituales– empleará sus perfectas y postreras astucias para dañar, destruir y dar muerte a Cristo en los corazones y a éstos en Cristo.

Los sabios comprenderán el engaño de Satanás, los innumerables engaños de Satanás, porque quienes poseen la verdadera Sabiduría se encuentran iluminados y, por su fidelidad a la Gracia, quedarán blancos y probados como el fuego y dignos de ser elegidos para el Cielo. Los impíos irán tras del Mal y lo harán sin poder comprender el Bien, ya que por su espontánea voluntad habrán colmado de Mal su corazón.

 

Entonces habrá llegado el tiempo en el que,

conculcada la Ley hasta un extremo jamás alcanzado,

la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo

y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo...

 

Entonces habrá llegado el tiempo en el que, conculcada la Ley hasta un extremo jamás alcanzado, la Iglesia ya no podrá celebrar el Sacrificio perpetuo y la abominación de la desolación llegará al Lugar Santo y a los lugares santos, tal como está dicho por los profetas y repetido por Mí que no yerro.

Dice Daniel: "Habrá 1290 días (de este conculcamiento). Bienaventurado quien espere y llegue a los 1335" (Daniel 12, 11-12.).

Lo que quiere decir que en los tres años y seis meses que precederán al fin, habrá un breve período al final reservado a los fieles para reunirse a escuchar la última Palabra que resonará en sus espíritus, como invitación al Cielo, mientras Miguel, con sus ángeles, vencerá a Satanás y a sus demonios. "Bienaventurado quien espera y llegue a los 1335" quiere decir: "Bienaventurado quien perseverare hasta el fin" puesto que se habrá salvado.

Y te digo a ti: "Ve hasta el término señalado (de tu tiempo de viviente en la tierra) y tendrás descanso, y estarás en tu suerte hasta el fin de los días" (Daniel 12, 13.).

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A. M. D. G.