25 enero 1944

 

Daniel cap. 7.º

 

 

Las cuatro bestias descritas por Daniel.

 

Su significado.

 

El Anticristo y sus precursores

 

 


 

Daniel está en la misma nota que Juan, y Juan es el que recoge y amplifica la nota inicial de Daniel.

  Las cuatro bestias son: los cuatro errores que precederán al fin

    El ateísmo arrancó al hombre sus alas de águila y su corazón de semidiós haciendo de él un animal que camina por el fango

    El hombre rechazó la Ley de Dios por aceptar muchas otras doctrinas, diose a luz así mismo, llegando a ser eso: feroz devorador de sus semejantes.

   Del hombre semidiós vino el hombre; del hombre el oso; y del oso el nuevo monstruo feroz y traidor como el leopardo

    Yo, místico pelícano, me abrí el pecho para daros mi Sangre

    El poder, ambicionado, impelido e impuesto hasta el delito es la tercera bestia

   Ese Anticristo, perfección del Horror como Yo fui perfección de la Perfección, con sus infinitas armas, simbolizadas en los diez cuernos, en las mandíbulas con dientes de hierro, en los pies feroces y, en fin, en el pequeño cuerno, símbolo del odio extremo  

 ¡Oh, mis santos del último tiempo! Si heroico fue el vivir de los primeros entre las persecuciones del paganismos, tres, siete, siete veces siete heroico será el vivir de mis últimos santos.

   Después de los precursores del Anticristo vendrá el propio Anticristo. El período anticristiano, simbolizado por la Bestia armada con diez cuernos

   Después el Padre dirá: ¡Basta!

   Yo soy para mis pequeños el más amoroso de los padres y el más paciente de los maestros y soy feliz cuando puedo tener a mi disposición a alguien que sea dócil y atento

   Sobre la exactitud en la redacción de los dictados y de las visiones que tiene María Valtorta, le habla Jesús

 


 

Dice Jesús:

 

Daniel está en la misma nota que Juan,

 y Juan es el que recoge y amplifica la nota inicial de Daniel.

 

"Daniel está en la misma nota que Juan, y Juan es el que recoge y amplifica la nota inicial de Daniel. He aquí por qué a ti, pequeño Juan ,te place tanto.

Como pez en límpida pecera, te sientes feliz cuando te mueves en la atmósfera de tu Cristo que tendrá su triunfo definitivo cuando Satanás, su hijo y sus cortesanos sean reducidos para siempre a la impotencia. Y es Daniel donde se respira esta atmósfera. Si Isaías es el pre-evangelista que habla de mi venida al mundo para la salvación del mismo (Is 2, 1-5; 7, 10-17; 9, 1-6; 11, 1-9.), Daniel es el pre-apóstol, el pre-Juan que anuncia las glorias de mi triunfo eterno como Rey de la Jerusalén imperecedera. Puedes ahora ver cómo en las cuatro bestias descritas por Daniel (Daniel 7, 1-8; 11-12 y 15-25.) aparezcan por anticipado los signos de los ministros diabólicos del Apocalipsis (Ap 13; 17; del 19, 11 al 20, 10.). Los comentaristas se han empeñado en atribuir un significado histórico-humano a esos cuatro monstruos. Mas es preciso lanzar la mirada mucho más adelante y mucho más arriba. Al meditar los libros santos, elevaos de la tierra, despegaos del momento presente, echad vuestra mirada al futuro y a lo sobrenatural. Allí es donde está la clave del misterio.

 

Las cuatro bestias son:

los cuatro errores que precederán al fin

 

Las cuatro bestias son: los cuatro errores que precederán al fin. Los cuatro errores que serán cuatro horrores para la humanidad y que darán a luz al Horror último.

El hombre era un semidiós por la Gracia y por la Fe. Como águila y como león, sabía afrontar y vencer los peligros del sentido y elevarse a sí mismo para volar por los espacios en el clima de Dios, allá donde el alma se une en nupcias sobrenaturales con su Señor en continuas y rápidas uniones de ardores, de las que cada vez desciende a la tierra renovada en la fortaleza, en el gozo y en la caridad que derrama sobre los hermanos y después se lanza nuevamente, con más ímpetu todavía, hacia Dios, porque cada unión es un aumento de perfección que se completa cuando la unión acaba por ser eterna en mi Paraíso.

 

El ateísmo arrancó al hombre sus alas de águila

y su corazón de semidiós haciendo de él

un animal que camina por el fango

 

El ateísmo arrancó al hombre sus alas de águila y su corazón de semidiós haciendo de él un animal que camina por el fango y lleva sobre el fango y hacia el fango su pesado corazón, todo carne y sangre.

Una carga más pesada que el plomo lleva el hombre en su "yo" desprovisto de las plumas espirituales del espíritu, una carga que le dobla, le tumba y le hunde en el fango.

El hombre era un semidiós por la caridad que vivía con él. Al amar a Dios y a su Ley, que es ley de Caridad, él poseía a Dios y, con Dios, la Paz que es uno de los principales atributos de Dios y, con la paz, el bien, tanto universal como singular

 

El hombre rechazó la Ley de Dios

por aceptar muchas otras doctrinas,

diose a luz así mismo,

llegando a ser eso:

 

feroz devorador de sus semejante.

 

El hombre rechazó la Ley de Dios por aceptar muchas otras doctrinas, de las que ninguna era ni es de Dios y por eso en ninguna de ellas hay Caridad verdadera. Por lo que el hombre, que había abrazado el ateísmo quedando reducido, de águila y león, a simple hombre por obra de un sortilegio infernal, diose a luz así mismo, llegando a ser eso: feroz devorador de sus semejante.

Mas el horror llama al horror en escala ascendente, y así éste viene a ser cada vez mayor por cuanto el hombre, al que Cristo habíale devuelto su naturaleza de semidiós, por sus uniones malditas con Satanás engendra monstruos cada vez más monstruosos. Y son los hijos de sus desvaríos los que, por conseguir ayuda terrena, se venden a Satanás.

 

Del hombre semidiós vino el hombre;

del hombre el oso;

y del oso el nuevo monstruo feroz y traidor

 como el leopardo

 

Del hombre semidiós vino el hombre; del hombre el oso; y del oso el nuevo monstruo feroz y traidor como el leopardo, dotado por Satanás de múltiples alas para ir a dañar con más celeridad. Os dije (el 8 de enero) que Satanás es el remedador de Dios. Eso pues quiere dar también a "sus" criaturas, ahora criaturas suyas, a la humanidad sin Fe y sin Dios: alas. Pero no de águila sino de vampiro para que fuese íncubo de la misma humanidad y, al correr, marchara veloz a abatirse sobre las propias partes y víctimas a fin de chuparles la sangre.

 

Yo, místico pelícano,

me abrí el pecho para daros mi Sangre

 

Yo, místico pelícano, me abrí el pecho para daros mi Sangre. Satanás, en cambio, hace del hombre, al que Yo di mi sangre, el vampiro que chupa partes de sí mismo y se da muerte con tormento.

¿No parece esto un cuento de íncubo? No, es vuestra realidad. No es un monstruo mítico. Sois vosotros que, con hambre diabólica, devoráis partes de vosotros mismo, abriéndoos las venas, mutilándoos para, después engendrar las nuevas partes mientras devoráis las ya formadas con una contumacia que tiene en sí algo de maníaco, pero de un maníaco diabólico.

 

El poder, ambicionado, impelido e impuesto hasta el delito

 es la tercera bestia

 

El poder, ambicionado, impelido e impuesto hasta el delito es la tercera bestia. Puesto que es poder humano, o será, vendido a Satanás con tal de ser cada vez más potente contra toda ley divina y moral, él mismo engendra su monstruo que tiene por nombre Revolución y que, conforme a su naturaleza, lleva en las protuberancias de su monstruosidad todos los más torvos horrores de las revoluciones, naufragio social del Bien y de la Fe.

Honestidad, respeto, moralidad, religión, libertad y bondad desaparecen cuando este monstruo exhala sobre una nación su aliento infernal y, como emanación pestífera, se esparce más allá de las fronteras contagiando a pueblos y más pueblos, hasta llegar a contagiar al mundo entero, preparando con los harapos de las víctimas por él muertas y descuartizadas y con las ruinas de las naciones reducidas a escombros, la cuna para el monstruo último: el Anticristo.

Ya os dije (23 julio 1943) que ése será el hijo de la lujuria del hombre, nacido de la unión de la misma con la Bestia. Os lo dije y no cambio lo que dije. Lo que digo es verdad. Lo conozco sin necesidad de leerlo y lo recuerdo sin necesidad de volverlo a leer. Se halla escrito en mi mente de Dios ante el cual van pasando sin cesar, uno tras otro, sin que el uno impida la visión del otro, todos los acontecimientos del hombre en el tiempo.

 

Ese Anticristo, perfección del Horror

como Yo fui perfección de la Perfección,

con sus infinitas armas, simbolizadas en los diez cuernos,

en las mandíbulas con dientes de hierro, en los pies feroces y,

en fin, en el pequeño cuerno,

símbolo del odio extremo con que Satanás dotará a su hijo

 

Ese Anticristo, perfección del Horror como Yo fui perfección de la Perfección, con sus infinitas armas, simbolizadas en los diez cuernos, en las mandíbulas con dientes de hierro, en los pies feroces y, en fin, en el pequeño cuerno, símbolo del odio extremo con que Satanás dotará a su hijo para intoxicar a la humanidad mientras que con su mentida boca la seducirá haciéndose adorar como dios, atormentará de forma desmedida a aquellos que, pequeña grey fiel, habrán permanecido en mi seguimiento. De hora en hora irá creciendo el pequeño cuerno para dañar, irá aumentando la inteligencia satánica haciendo salir de su boca las mentiras más turbadoras, crecerá en poder, como Yo crecía en sabiduría y en gracia (Lc 2, 40), armado de ojos para leer el pensamiento de los hombres santos y así matarlos por ese pensamiento.

 

¡Oh, mis santos del último tiempo!

Si heroico fue el vivir de los primeros

entre las persecuciones del paganismos,

 

tres, siete, siete veces siete heroico

será el vivir de mis últimos santos.

 

¡Oh, mis santos del último tiempo! Si heroico fue el vivir de los primeros entre las persecuciones del paganismos, tres, siete, siete veces siete heroico será el vivir de mis últimos santos. Sólo los nutridos con el meollo de la Fe podrán tener corazón de león para afrontar aquellos tormentos y ojos y plumas de águila para mirarme fijamente a Mí-Sol y volar a Mí-Verdad mientras las tinieblas les anegue por todas partes y la Mentira les estreche tratando de persuadirles a que la adoren y crean en ella.

 

Después de los precursores del Anticristo

vendrá el propio Anticristo.

 El período anticristiano,

simbolizado por la Bestia armada con diez cuernos

 

Después de los precursores del Anticristo vendrá el propio Anticristo. El período anticristiano, simbolizado por la Bestia armada con diez cuernos –los diez siervos de Satanás, que se creen reyes, de los cuales tres (fíjate bien) serán arrancados y lanzados a la nada, es decir, al abismo donde no está Dios y, por tanto, donde está el que es Nada, el contrario de Dios que es Todo– culminará con el nacimiento y desarrollo, hasta su máxima potencia, del undécimo cuernos, razón de la caída de los tres precursores y sede del verdadero Anticristo, el cual blasfemará de Dios como ningún hijo de hombre lo hizo jamás, atropellará a los santos de Dios y torturará a la Iglesia de Cristo; creerá, por ser hijo de la unión de la soberbia demoníaca con la lujuria humana, "poder hacer grandes cosas, cambiar los tiempos y las leyes" y, por espacio de tres años y medio será el Horror que reinará en el mundo.

 

Después el Padre dirá: "¡Basta!"

 

Después el Padre dirá: "¡Basta!" delante del gran coro que, por el "rumor de las grandes palabras" de los santos, se formará en el Cielo; y la Bestia malvada será muerta y lanzada al pozo del abismo y, con ella, todas las bestias menores para estar con Satanás, su engendrador, durante la eternidad.

Entonces me llamará el Padre para "juzgar a los vivos y a los muertos" como se expresa en el Símbolo de la Fe. y los "vivos", aquellos que conservaron en sí la vida por haber conservado asimismo en ellos vivas la Gracia y la Fe, heredarán "el reino, el poder y la magnificencia de Dios". Los muertos de l espíritu tendrán la Muerte eterna que quisieron tener conforme a la elección que de ella hizo su voluntad.

Y ya no habrá más Tierra ni hombre carnal. Tan sólo habrá "hijos de Dios", criaturas libres de todo dolor. No habrá ya pecados, tinieblas ni temor. Sólo habrá felicidad, felicidad, felicidad inmensa, eterna, incomprensible para el hombre. Gozo de ver a Dios, de poseerlo y de comprender su pensamiento y su amor.

Venid, hombres, a la  Fuente de la vida. Yo os abro su caudal. Llegaos a ella y tomad fuerzas en la misma para ser intrépidos en las pruebas y sumergíos del todo en ella, en Mí, manantial de bienaventuranza en el bello Paraíso que mi Padre creo para vosotros y en el que os aguardan el triple Amor del Dios Uno y la Pureza de "nuestra" Madre y, con ellos, los que, por haber sido fieles, consiguieron ya la Vida".

 

SOBRE LOS DICTADOS Y CONTEMPLACIONES

DE MARÍA VALTORTA

 

Después me dice a mi Jesús:

"Cuando te veo tan atenta a mis lecciones, me pareces un escolar diligente y entusiasmado con su maestro del que espera aprenderlo todo. Por el contrario, cuando adviertes por ti algo nuevo y formulas observaciones (esto ocurre en las visiones), me hacer recordar al niño bueno al que su padre tiene de la mano y le conduce ante lo que quiere que el niño vea para desarrollar su inteligencia; pero que, mientras tanto, no interviene por proporcionar a su pequeño el placer de descubrir algo nuevo y de sentir aumentar en sí mismo la propia estimación.

Para hacer esto, debes estar siempre vacía de cuidados humanos. Cada vez más vacía. Debes sentirte cada vez más segura a fin de caminar con desenvoltura por las sendas de la contemplación y cada vez más tranquila y confiada en Mí que te tengo de la mano.

 

Yo soy para mis pequeños el más amoroso de los padres

y el más paciente de los maestros

y soy feliz cuando puedo tener a mi disposición a alguien

que sea dócil y atento

 

Un padre no deja traslucir sus intenciones sino que, con mil argucias amorosas, hace cuanto sabe hasta que su pequeño se fije en aquella cosa determinada que él quiere que su niño vea. ¡Oh! Yo soy para mis pequeños el más amoroso de los padres y el más paciente de los maestros y soy feliz cuando puedo tener a mi disposición a alguien que sea dócil y atento; feliz de ser Maestro y Padre.

¡Es tan difícil que mis criaturas pongan confiadamente su mano en la mía para que Yo las conduzca, las instruya y me digan: "Te amo sobre todas las cosas y con todo lo que soy"!. A todas aquellas pocas que son así, del todo "mías" sin reservas, Yo les abro los tesoros de las revelaciones y de las contemplaciones y me doy a ellas sin tasa.

 

Sobre la exactitud en la redacción de los dictados

y de las visiones que tiene María Valtorta,

le habla Jesús

 

Pero, María, así como os elijo para el papel de divulgadoras de mi Divinidad en sus diversas manifestaciones hacia aquellos que tienen necesidad de ser despertados y conducidos a entrever a Dios, recuerda que debes ser escrupulosa en sumo grado al repetir cuanto ves. Hasta una nonada tiene su valor, nonada que no es tuya sino mía, por lo que no te es lícito retenerla. Ello sería deshonesto y egoísta. Recuerda que eres la cisterna del agua divina (21 junio y 11 diciembre de 1943) en la que esa agua se vierte para que todos puedan venir a ella para sacarla.

En los dictados has llegado a la más exacta fidelidad. En las contemplaciones eres muy respetuosa al describirlas; mas, por la prisa en escribir y por tus especiales condiciones de salud y de ambiente, te ocurre que omites algún detalle. No lo debes hacer. Ponlos al pie de la letra, pero sin dejar ninguno. No es un reproche sino un dulce consejo de tu Maestro.

Me dijiste hace tiempo: "El que por mí te amen los hombres un poco más, justifica y compensa toda mi fatiga y mi vida toda. Aunque tan sólo fuese un hombre el que volviese a Ti por mediación de tu "violeta escondida" (la tarde del Jueves Santo de 1943), ella sería feliz".

Cuanta mayor atención y exactitud pongas, tanto mayor será el número de los que vengan a Mí, y tanta mayor tu felicidad espiritual presente y tu felicidad eterna futura.

Vete en paz. Tu Señor está contigo".

101-107

A. M. D. G.