11 junio 1944

 

Para poder vivir con equilibrio

la vida de víctima es preciso situarse

 resueltamente en el plano espiritual

 

 


 

¿Dónde está el plano espiritual? 

  los espíritus que viven en el plano del espíritu... Tienen cuatro aspectos porque es cuádruple su operación, sirviéndose de cuatro bocas.

   No te turbes por más que te sientas turbada

   En el plano espiritual debe desaparecer todo pensamiento humano

  el heroísmo de un santo no es un acto improviso: es la vida.

   Nada de pensamientos humanos  

 Cristo en el Cielo ya no llora, pero sufre todavía...

 


 

Dice Jesús:

"Para poder vivir con equilibrio la vida de víctima es preciso situarse resueltamente en el plano espiritual olvidando totalmente cuanto no atañe a él.

He dicho "equilibrio" por ser el término usado en las cosas de la tierra para dar a entender una cosa o persona que se halla tan justamente colocada en su eje que no hay sacudida que pueda desplazarla de él; y que, por más que la sufra, como es lo más natural, resiste al empuje con un leve cimbreo que no es debilidad antes prueba de su estabilidad, pues no se resuelve en catástrofe sino en un retorno a su primera posición.

Igual sucede en las cosas que no son terrenas, espirituales por tanto. El alma, exactamente colocada en su fiel, no cae por embates que pueda recibir. Experimenta el asalto, que le hace sufrir por ser irrupción de fuerzas malignas en la atmósfera de paz sobrenatural que la rodea y fragor de bajas voces que por un momento se sobreponen a las celestiales armonías de las que ella goza y, cual tallo azotado por recia tempestad, ondula su corola florida sin desarraigarse y, pasado el asalto, se restablece en su paz, atenta a escuchar las palabras que el amor de un Dios susurra de continuo a su espíritu.

 

¿Dónde está el plano espiritual?

 

¿Dónde está el plano espiritual? ¡Oh, muy en alto, allá adonde la humanidad no alcanza! Esta le es, a la sazón, bien conocida, pues el espíritu no es ciego y el vivir en su esfera vital no le hace ser necio, no, antes aumenta su capacidad de ver y de entender al desarrollar su vida en la atmósfera de la Caridad, constituyendo el plano espiritual la antecámara del feliz Paraíso: el Limbo actual de los que todavía no han nacido a la Vida eterna, si bien su espíritu está ya a la espera de entrar en él, pues son niños espirituales cuyo bautismo tendrá lugar cuando, al recibir el beso del Eterno, libres de la cárcel del cuerpo, cual flechas ardientes o palomas de fuego, desprendidas unas del arco o libres las otras de la trampa, asaetearán a Dios, su meta, su nido y anhelo de toda su esperanza en el exilio terreno.

La Caridad, ansiosa de unirse a estas caridades menores, dirige sus ardores sobre este plano impregnándolo de Sí. Aquellos que en El viven, se nutren de Ella y la absorben con la avidez de su espíritu. Son bocas sedientas que succionan lo que constituye su gozo, no cesando, ni mientras cantan, de rogar por sus hermanos; y no cesando, mientras ruegan, de repetirles las palabras que oyen y son de Dios.

 

los espíritus que viven en el plano del espíritu...

Tienen cuatro aspectos porque es cuádruple su operación,

sirviéndose de cuatro bocas.

 

Porque los espíritus que viven en el plano del espíritu son semejantes a los animales de la Teofanía de Ezequiel (Ez 1, 4-28). Tienen cuatro aspectos porque es cuádruple su operación, sirviéndose de cuatro bocas. Con su cara de águila miran a Dios, que es el Sol, y con ella cantan sus alabanzas. Con ella se sacian como leones porque Dios es su presa, única que apetecen. Pacientes como bueyes, no se cansan de rogar por los hermanos cuya conquista para el reino del espíritu es operación paciente e incansable. Y con su boca de hombre, les repiten a éstos, en su lenguaje, lo que, volando como águilas en el reino del Sol-Dios, le oyeron a Dios.

La Caridad es siempre activa y los que viven en la Caridad son activos como ella. La Caridad es multiforme y multioperante y ellos tienen caridad multiforme y multioperante. La Caridad es ardiente y ellos son "carbones incandescentes" a los que Dios encandece más y más. La Caridad es ligera y veloz y ellos tienen alas para caminar ligeros y veloces adonde el ímpetu de la caridad les impulsa, "no volviéndose hacia atrás" para mirar lo que dejan.

Mira cómo he venido a traerte de nuevo al primer punto: "Para poder vivir con equilibrio la vida de víctima es preciso situarse resueltamente en el plano espiritual olvidando totalmente cuanto no es de él". Así he dicho en el primer período de este dictado y así lo repito ahora

Tú aquí te encuentras y aquí debes continuar. Lo único que puede hacerte salir de este equilibrio, que es perfecto ya que en él te puse Yo que soy perfecto en mi obrar, es únicamente tu voluntad. Todo lo demás te podrá empujar, te podrá turbar penetrando con su fragor y con su tempestad dentro de la atmósfera que te rodea, mas no podrás moverte de tu centro. No podrá si tú no lo quieres.

 

No te turbes por más que te sientas turbada

 

No te turbes por más que te sientas turbada. Deja que la turbación venga de otros –bien sean hombres o Satanás– pero jamás a ella se una la tuya. Esta sería mucho más lesiva por ser más interna.

Nunca te digas: "Soy incapaz de hacer bien lo que hago". "No sé servir a Dios con perfección". "Peco en vez de santificarme". Cierto que no sabes hacer bien, que eres imperfecta en tu servicio y que aún tienes múltiples imperfecciones. Y bien, ¿quién es el que, mientras es hombre, sabe hacer bien, a la perfección, sin jamás pecar? Y ¿quién es perfecto si se compara con la Perfección?

Ahora bien, la Perfección, por lo mismo que lo es, sabe asimismo juzgar y ver perfectamente y así sabe ver vuestra intención, vuestro esmero y vuestro esfuerzo en hacer bien, en servir perfectamente, en no pecar, y con una sonrisa anula y perdona, y con otra sonrisa completa lo que vosotros no alcanzáis a realizar.

 

En el plano espiritual

debe desaparecer todo pensamiento humano

 

En el plano espiritual debe desaparecer todo pensamiento humano. Esto resulta sumamente difícil, por lo que, a las virtudes de los santos se las llama heroicas por cuanto, siendo ellos tan pocos, los héroes son muy pocos. Ahora bien, esta heroicidad es tan grande, compleja y, sobre todo, más dilatada que la humana, la cual es un simple episodio en la vida de un hombre mientras que ésta constituye toda su vida.

El heroísmo de un hombre es el acto que se presenta de improviso no dando tiempo a la carne a interponer sus voces de pavor. El heroísmo de un hombre tiene siempre, aun cuando él no se dé cuenta de ello, dos soportes: la impulsibilidad del carácter y el deseo de ser alabado.

 

el heroísmo de un santo no es un acto improviso: es la vida.

 

Por el contrario, el heroísmo de un santo no es un acto improviso: es la vida. Toda su vida. De la mañana a la noche, un mes, un año tras otro, el calor, el frío, el trabajo, el prójimo, el descanso, el dolor, las enfermedades, la pobreza, los lutos, las ofensas, todo va formando un collar en el que, a cada instante se añade una perla; perla que se formó con las lágrimas, la paciencia y la fatiga. Este heroísmo no baja del Cielo como el maná sino que debe nacer en vosotros, sólo en vosotros. El Cielo no os da más de lo que proporciona a todos ni ayuda el mundo que, por el contrario, os combate y obstaculiza de mil modos.

Cierto que combatir viene a ser el mejor exponente de formación puesto que, soportar al mundo con paciencia y amarle por el odio que os profesa, constituye el núcleo principal de este heroísmo en torno al cual se agregan células de paciencia en soportar el hambre, la sed, el frío, el calor, las noches sin descanso, las enfermedades, la pobreza y los lutos. Pero el principal es siempre el soportar al mundo amándolo sobrenaturalmente.

 

Nada de pensamientos humanos

 

Nada de pensamientos humanos. Sólo el amor de Dios; sólo los intereses de Dios. Así es como piensa el héroe del espíritu; así es como se comporta el que vive en el equilibrio del espíritu. ¿Yo?, ¿qué soy yo?; ¿qué mis dolores, mis fatigas, mi pobreza, las molestias que me vienen del prójimo? Nada. Lo único que cuenta es Dios: me sirvo de esto, eso y aquello para El y soy feliz contando con esto, eso y aquello porque con esto, eso y aquello puedo amar a Dios, no porque El me guarde sino por puro amor; y puedo servir a Dios empleando ese dinero en salvar al prójimo promoviendo con ello los intereses de Dios.

¿Crees tú, María, que no me duele tener que salaros con padecimientos a vosotros a quienes amo con predilección? ¿Crees que, si pudiese, no querría proporcionaros todo el gozo en correspondencia del que me proporcionáis a Mí?

Mas para salvar al mundo no hay otra alternativa que el dolor. Ni aun Yo, que era Dios, di con otra para ser Salvador. El gozo se convertirá en Gozo para vosotros; pero... en la otra vida. No está aquí para vosotras, mis víctimas amadas y queridas. Aquí tenéis mi paz que es la unión conmigo, que es mi amor. Goces del espíritu, y para la carne, nada; para ésta el dolor. Y aún no basta porque el error crece más y más. Vosotras sois las reparadoras de los errores y no podéis daros descanso en la reparación porque el Enemigo no ceja en la destrucción y es preciso seguir edificando para mantener al mundo en un aspecto humano y no del todo satánico.

 

Cristo en el Cielo ya no llora, pero sufre todavía...

 

Cristo en el Cielo ya no llora, pero sufre todavía porque, si bien es Dios, es asimismo Hombre y tiene un corazón. Y ¿de qué sufre este corazón mío, perfecto en sus pasiones? De verse desamado, de ver sufrir y tener que dejar que sufran los que le aman y a los que ama.

¡Oh, cómo sufro de veros sufrir para completar en vosotros la redención de los hombres! ¡Cómo sufro por ello! Mas a cada latido de dolor que responde al vuestro, uno Yo un don para el Cielo. Para vuestro Cielo, pues es vuestro, ya que lo conquistasteis hora por hora y él os aguarda.

¡Oh, qué fulgores se encierran en él para vosotros! ¡Qué amor el que os espera y qué impaciencia por dároslo! De entre los miles de fulgores que has merecido, esplende para ti y sonríe la Faz de tu Dios que te bendice.

Sí, te bendigo. Vete en paz."

429-434

A. M. D. G.