2 DE JULIO (1944)

 

 

por qué es de capital importancia la Gracia

 

 


 

He aquí por qué es de capital importancia la Gracia

  La cima del Gólgota perfora el cielo y florece en el Paraíso dando rosas de oro los raigones de las espinas que me torturaron

 


 

Dice Jesús:

"No nos busques con afán pues Nosotros estamos contigo.

Una vez se le permitió a María buscar a su Dios extraviado, a su Jesús (Lc 2, 41-50); mas esto sucedió excepcionalmente. María poseía a Dios aun antes de llegar a ser Madre suya, porque Dios está siempre donde está la gracia, ya que la gracia es amor y Dios está donde hay amor.

Lo mismo que con mi Madre sucede con vosotros, hermanos fieles e hijos de Dios y de María. Cuando buscáis a Dios es porque el amor ya os lo ha puesto en el corazón. Cuando os parece que llega, no es que vosotros le veáis acercarse: es que vuestro espíritu, hecho más lúcido por la fiebre de un amor más vivo, os lo hace ver allí, en donde ya se encontraba. Os parece que viene a vosotros cuando, en realidad, sois vosotros los que os unís más íntimamente a El Únicamente allí donde no está la gracia, esto es: donde no hay amor, deseo ni búsqueda de Dios, El jamás llega porque le rechaza el odio.

 

He aquí por qué es de capital importancia la Gracia

 

He aquí por qué es de capital importancia la Gracia, pues por ella se os concede con anticipado amor la posesión de Dios en que consiste el gozo y la gloria de los bienaventurados.

Por tanto tú no me busques afanosamente. Piensa que si tal vez parezca que Yo no esté ahí, no es por castigo. ¿Qué dije a mi Madre? "¿Por qué me buscabas? ¿No sabías que Yo debo ocuparme de los intereses de mi Padre?" Pues bien, cuanto te privo de mi presencia sensible y parece que Yo te haya abandonado, es porque me ocupo de los intereses de mi Padre. Tengo necesidad de tus lágrimas de amor para rescatar un alma a la que el odio hízola esclava del Mal. ¿Ves cómo te amo? Te asocio a Mí en el rescate de los pobres extraviados y en servir la gloria de nuestro Padre.

Sonríe, mi pequeña esposa. Antes de que refresque el día y se alarguen las sombras, vayamos al monte de la mirra y al collado del incienso (Cantar de los cantares 4,6). Sonríe, mi pequeña esposa, ya que sobre la cumbre serás coronada.

 

La cima del Gólgota perfora el cielo y florece en el Paraíso

 dando rosas de oro los raigones de las espinas que me torturaron

 

¿Sabes cual es para mis pequeñas queridas esposas la cumbre del monte nupcial? ¿Sabes cual es la corona que las constituye reinas? La cima del Gólgota perfora el cielo y florece en el Paraíso dando rosas de oro los raigones de las espinas que me torturaron. ¡Qué caminar tan largo bajo la cruz! ¡Cuánto dolor sobre ella! ¡Cuánta sangre han de beber aquellas espinas para florecer!

Ven y sonríe con tu espíritu. Las lágrimas son las perlas sobre los rubíes de las rosas y los sollozos el acorde de las cítaras en tu entrada triunfal cuando subas del destierro colmada de delicias y apoyada en tu Amado."

500-502

A. M. D. G.