7 de julio
los escogidos por Mí para una misión
determinada, sois todos "segregados"
Tu generosidad aún no llega hasta saber romper todas las ligaduras de la tierra
Dice Jesús:
"Sí, te concedí una flor porque aún eres mujer y cuanto sufres en tu sensibilidad de mujer incomprendida hace que me compadezca.
hasta saber romper todas las ligaduras de la tierra
Ahora bien, quiero que me pertenezcas en exclusiva. Tu generosidad aún no llega hasta saber romper todas las ligaduras de la tierra cerrando los oídos de tu corazón a las voces de la tierra para estrecharte tan sólo a Mí y oírme a Mí únicamente. Soy Yo entonces el que las rompo haciéndote ver la miseria de los afectos humanos al hacer que los compares con el mío. Son papel de estaño respecto a la hoja de oro cequí, o mejor, respecto a un bloque de oro cequí. Son cascotes de cristal comparados con un brillante purísimo. ¿Y aún te paras a mirarlos y a deplorar su pérdida? ¡Ay niña! ¡Pórtate libre y alegre con la libertad y alegría de los bienaventurados!
Hay una frase que vosotros, mis elegidos, meditáis bien poco. Es del apóstol Pablo que dice: "Cuando plugo a Aquel que me segregó desde el seno de mi madre llamándome, por su gracia, a revelar en mí a su Hijo... yo, inmediatamente, sin dar oídos a la carne ni a la sangre..." (Ga 1, 15-16). Después tornó Pablo entre los gentiles; mas antes, por obediencia a Dios, terminó la "segregación" iniciada por Dios dando de lado a la carne y a la sangre para entregarse por entero al verdadero Amor.
Vosotros, los escogidos por Mí para una misión determinada, sois todos "segregados". Te hablé ya hace días de ello (27-6). "Sal de tu pueblo y de tu parentela".
Entre el alma llamada y el resto del mundo
se levanta un muro impalpable más consistente que una fortaleza
Entre el alma llamada y el resto del mundo se levanta un muro impalpable más consistente que una fortaleza. Vosotros, aun continuando hermanos suyos, pues con las lágrimas de vuestro aislamiento evangélico laboráis por su bien, resultáis forasteros entre los demás. Vosotros no, no los repudiáis antes los amáis con perfecto amor puesto que ni la carne, ni la sangre, ni el interés ni el afecto han pesado en vuestro amor sino únicamente esa caridad que viene de Dios, que hace hermanos de los amigos y enemigos, y parientes de los desconocidos, ya sean buenos o malos, porque vosotros no miráis a sus rostros ni a sus corazones sino al rostro santo de Dios, Padre de todos los creados y a mi Corazón que ama a todos los hombres.
Pasa adelante, más adelante. Por ser más empinado el último tramo del camino es preciso aligerarse de todo peso para subirlo. Mas a cada paso vase dilatando el horizonte y haciéndose más cercano el sol.
Ven, ven; mírame tan sólo a Mí. Mira a esta Morada, a esta Patria y no a las pequeñas y mudables moradas y patrias de la tierra. Esta eterna es tu Casa; ésta eterna es tu Patria y éste eterno es tu Amor. Yo, Yo, Yo: Amor."
510-512
A. M. D. G.