16-8 (16 agosto)
La pureza posee un valor tan subido
que hizo que el seno de una criatura
pudiese contener al Incontenible
al poseer la pureza absoluta de que era capaz
una criatura de Dios.
Nota del 16-8 referente a la Pasión.
Antes de dejar por terminado este cuaderno (16-8) he querido cotejar la 1.ª visión de la Pasión que tuvo lugar el 11 de febrero. No lo pude hacer antes porque los cuadernos, para conservarlos a resguardo de todo peligro, están... en un sótano, favor que he de agradecer a quienes así los tienen. Dispongo de ellos por tanto, a mis anchas. He comprobado esta mañana la identidad de ambas visiones... cosa que, dado mi continuo temor a ser juguete del Maligno, me ha causado sumo placer.
Pienso que Satanás tiene que ser astuto hasta cierto punto, ya que, después de seis meses en los que yo no he vuelto a leer ya más la Pasión porque me angustia hasta el punto de ponerme mala, si estuviese engañada o fuese presa del Engaño, él habría caído en contradicción, porque, ciertamente, las cosas que llevan al bien jamás sabe hacerlas, dejando siempre él, que es Mentira, claros indicios de su paso.
16-8 (16 agosto)
Dice Jesús:
"Hoy escribe esto tan sólo: La pureza posee un valor tan subido que hizo que el seno de una criatura pudiese contener al Incontenible al poseer la pureza absoluta de que era capaz una criatura de Dios.
La Santísima Trinidad descendió con sus perfecciones,
habitó con sus tres Personas,
recluyendo su Infinitud en un reducido espacio...
La Santísima Trinidad descendió con sus perfecciones, habitó con sus tres Personas, recluyendo su Infinitud en un reducido espacio, –ni se aminoró por eso, ya que el amor de la Virgen y el querer de Dios dilataron este espacio hasta hacer de él un cielo– y se manifestó con sus características.
El Padre, siendo Creador nuevamente de la criatura como en el sexto día (Gn 1, 26-27) y teniendo una verdadera "hija", digna, hecha a su perfecta semejanza. La impronta de Dios aparecía tan nítidamente marcada en María, que sólo la del Primogénito del Padre le aventajaba. A María se la puede llamar la "segundogénita del Padre" puesto que, por perfección otorgada que supo conservar y por su dignidad de Esposa, madre de Dios y Reina del Cielo, viene a ser segunda asimismo en su pensamiento eterno que en Ella "ab aeterno" se complace.
El Hijo, siendo igualmente para Ella "el Hijo" y enseñándole, por gracia misteriosa, sus verdades y sabiduría cuando todavía no era sino un germen que se desarrollaba en su seno.
El Espíritu Santo, apareciendo entre los hombres, por un anticipado y prolongado Pentecostés (Hch 2, 1-4), como Amor en "Aquella que amó", como Consuelo para los hombres mediante el fruto de su seno, y como Santificación mediante la maternidad del Santo.
Dios, para manifestarse a los hombres
de la forma nueva y completa con que se inicia la era de la redención...
Quiso un seno sin mácula.
Dios, para manifestarse a los hombres de la forma nueva y completa con que se inicia la era de la redención, no escogió para su trono un astro del cielo ni el palacio de un potentado; ni quiso las alas de los ángeles por escabel de sus pies. Quiso un seno sin mácula.
Eva fue creada igualmente sin mancha. Mas, de su voluntad quiso corromperse. María, que vivió en un mundo corrompido, –Eva, en cambio, estuvo en un mundo puro– no quiso mancillar su candor ni con un solo pensamiento orientado al pecado. Comprobó la existencia del pecado y vio los diversos y horripilantes aspectos del mismo. Todos los vio, hasta el más horrendo: el deicidio. Mas si los conoció fue para expiarlos y ser eternamente la que se apiada de los pecadores y ruega por su redención.
Que este pensamiento haga de introducción a otras cosas santas que daré para consuelo tuyo y el de muchos."
641-643
A. M. D. G.