17-11 (17 noviembre)

 

 

Mas no son lo suficientemente fuertes y firmes

 

 


 

Se verá por fin liberado Recalará de verdad en el buen camino Sabrá mantenerse en él

   No te hagas muchas ilusiones. Es sincero, pero no firme

  ¡Cuántos Judas, cuántos infelices por todas partes!

 


 

Acabo de recibir la S. Comunión que la he ofrecido por mi retorno y por un feliz viaje de los Belfanti (Que partieron el 10 de noviembre, como se refiere en el escrito de la misma fecha).

 

¿Se verá por fin liberado? ¿Recalará de verdad en el buen camino?

¿Sabrá mantenerse en él?

 

Y mientras ruego, sobre todo por Paula a la que querría ver feliz, tanto sobrenatural como humanamente, como se merece, me acuerdo también de José... A menudo, muy a menudo me acuerdo de él viniendo a mi mente los muchos puntos de su confuso yo. Y me pregunto: "¿Se verá por fin liberado? ¿Recalará de verdad en el buen camino? ¿Sabrá mantenerse en él? Y ¿ya acertará a marchar por el mismo hasta morir como católico?"

 

No te hagas muchas ilusiones. Es sincero, pero no firme

 

Jesús, que no me ha abandonado ni un momento en estos siete días en los que he sufrido el abandono de mis parientes, –y su presencia ha quitado a este sufrimiento ese quid excesivo que debería y haber tenido, de modo que lo he mirado como un suceso desagradable, pero cual si no fuera conmigo, un acontecimiento que se produce, pero que apenas si conmueve porque otras cosas se sobreponen– me dice: "No te hagas muchas ilusiones. Es sincero, pero no firme. Tiene excesivo orgullo y orgullo es el terreno sobre el que Satanás vuelve a apoyar su pie para reiniciar su obra en un corazón que le fue arrebatado. Judas, y muchos otros con él, tuvo sinceros deseos de bien y retornos sinceros al bien. Mas después cedió a los conatos del mal que parecía estar próximo a morir en él y le halagó. El Mal entonces se sintió más fuerte y volvió a tomar audacia y vitalidad. La posesión demoníaca es la más reincidente de las enfermedades y tan sólo en el humilde muere realmente. Mas difícilmente será humilde un poseído. La soberbia es la primera semilla que siembra Satanás.

"Pero Tú dijiste que 'le amas porque lo ves sincero y voluntarioso para seguir la Verdad'. ¿Pues entonces?"

 

 ¡Cuántos Judas, cuántos infelices por todas partes!

 

"¿Pues entonces? Ahora es tal. También Judas lo era cuando vino a Mí con intención de ser mi discípulo o de volver a serlo. Mas después... ya lo viste! ¡Cuántos Judas, cuántos infelices por todas partes! En las casas, en los despacho, en los conventos... Los superiores deben tener su ojo espiritual bien atento y abierto. Díselo al P. Migliorini. No siempre estos desgraciados quieren ser tales. Mas no son lo suficientemente fuertes y firmes. El superior debe vigilarlos y sostenerlos; y vigilarse a sí mismo".

"¿En qué?"

"¡Oh, en muchas cosas! ¡Cuidado al elegirlos para cargos y encargos especiales! ¡Cuidado para admitirlos a conocimientos secretos, sobre todo con los jóvenes, tan poco formados en los tiempos actuales! ¿Dónde están ya los Juanes de Zebedeo? ¿Dónde los diáconos como Lorenzo? ¡Cuidado, cuidado, cuidado! Basta por ahora. Queda con mi paz".

741-743

A. M. D. G.