AÑO 1945

2 de enero

 

 

mE HACE VER

los sufrimientos de los 4 misterios dolorosos

 

 


 

No tengo visión especial alguna si bien, al amanecer, mientras rezo el Rosario con sus misterios dolorosos, por ser martes, Jesús me hace ver una vez más sus sufrimientos correspondientes a los 4 primeros misterios. Y así van pasando por delante de mí todos los tormentos del Getsemaní, de la flagelación, siempre atroz, o mejor dicho, cada vez más atroz cuanto más se la contempla, y de la coronación de espinas, padeciendo como propios los sufrimientos de Jesús.

Del cuarto misterio tan sólo he visto cómo Jesús sube vacilante por una callejuela estrecha y mal empedrada que conduce a la puerta Judiciaria, una de las muchas cuestas de Jerusalén. Para remontar un desnivel por demás empinado aquí existente, hay dos escalones rudimentarios. Superarlos exigía una gran fatiga de Jesús, exhausto como se hallaba y cargado con la larga, pesada y enorme cruz. Sudaba, jadeaba y parecía estar a punto de caer.

Nada más he visto a continuación.

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A. M. D. G.