31-3-45, (31 de marzo 1945), a las 8 horas
sigo igualmente gustando en el paladar
el sabor inefable de la Sangre de mi Dios...
Y ésta perdura todavía, pues tengo de continuo presente ante mi vista mental, como si aún lo estuviese viendo, aquel cáliz; y sigo igualmente gustando en el paladar el sabor inefable de la Sangre de mi Dios... Han sido mis comuniones del Jueves y Viernes Santo.
41
A. M. D. G.