(28 de julio de 1945)

 

 

Maria Valtorta expulsa con sus oraciones

a unos espiritistas

 

 


 

Y ahora le obedezco a usted aludiendo a la precipitada partida de los espiritistas 

  por la noche me puse a hacer el exorcismo con la fórmula de León XIII 

  Pues bien, la dueña de casa de esos dos señores, de los que uno de ellos era precisamente el médium, me dice que se ha largado

 


 

Y ahora le obedezco a usted aludiendo

a la precipitada partida de los espiritistas

 

Y ahora le obedezco a usted aludiendo a la precipitada partida de los espiritistas que en junio me pidieron alojamiento y, habiéndoselo negado, lo tomaron para sus operaciones en la casa contigua, presentándose, tanto él como su amigo, como quirógrafos o adivinadores. Y, por más que me den también fastidio estas dos categorías, les dejé estar hasta el día 18 de julio en que, por el sufrimiento experimentado durante la noche, en un todo semejante al de alguna que otra vez en que estuve próxima a lugares o personas de prácticas espiritistas, comprendí que en la casa de al lado se llevaban a cabo sesiones espiritistas.

 

por la noche me puse a hacer el exorcismo

con la fórmula de León XIII

 

Me dije y se lo digo también a usted, Padre: "Ahora pienso yo y veremos quién tiene más duros cuernos". Y por la noche me puse a hacer el exorcismo con la fórmula de León XIII que me proporcionaron los Redentoristas de Nápoles y cuyo poder he comprobado siempre contra tempestades, bombas, genios... infernales y toda clase de prácticas espiritistas.

Heme aquí pues valiéndome a duras penas para hacerlo de rodillas con mi crucecita en la mano, poniendo toda mi alma, que se evade del cuerpo, para hacer llegar la fórmula al otro lado de las dos paredes que me separan del antro en el que está el médium. Y después, he aquí que, como lo hago siempre, caigo abajo desfallecida cual si me faltaran las fuerzas, quedando desvanecida... Y así durante tres noches los días 18, 19 y 20; si bien el 20 hube de hacerlo sentada por estar más muerta que viva.

 

Pues bien, la dueña de casa de esos dos señores,

de los que uno de ellos era precisamente el médium,

me dice que se ha largado

 

Pues bien, la dueña de casa de esos dos señores, de los que uno de ellos era precisamente el médium –mientras que el otro es su segundo– me dice que se ha largado "porque tan sólo ganaba de 1.000 a 1.500 al día. Y ¿qué son mil o mil quinientas liras?". Pues mire, a mí me parece que son algo... Y, al hacerle observar que un jornal diario de 500 a 750 liras por persona no es tan poca cosa, agrega la dueña de casa: "Ha dicho también que no se queda por encontrarse harto turbado, no por los ruidos ni por nosotros, los de casa, ya que ni se respira mientras el profesor (?!) está en su trabajo, sino por otras cosas que no ha querido explicar. Y después ha querido saber quién es usted, qué es lo que hace y otras cosas más. Y, al decirle nosotros: 'Es una señorita enferma que lee, escribe y borda...', ha contestado: 'No, lo sé yo: es una santa'". (Excúseme si para ser exacta he de escribir esta palabra). Esa buena gente no ha comprendido la relación que yo pudiera tener con el trabajo del profesor (?!) ni cómo él podía saber de mí por más que me han preguntado: "Pero ¿le conoce usted?". No, gracias a Dios", les he contestado, si bien me encuentro al tanto de todos los detalles.

¡Bien! Esto es repetición del año 1930. El hecho es que el médium ha levantado el vuelo y espero que el otro lo haga pronto... así se purificará el ambiente de esos olores de azufre que mis pulmones espirituales no pueden soportar. Y veremos ahora qué desprecios me propina Satanás para vengarse... Cierto que no lo pasaré tranquila. En 1930, como usted sabe, me dijo por boca del médium al que expulsé: "Usted me despacha; pero le ha de ir mal porque quien me despacha se va a encontrar con dolores y lamentos". En efecto, ya no estuve bien en adelante; mas, con todo, ellos tuvieron que marchar con la música a otra parte..."

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A. M. D. G.