24 de diciembre de 1945
Yo soy el Director,
el Tutor y el Administrador de las almas
Para la Madre Teresa María de S. José, Priora del Carmelo.
Para Sor Teresa Querubina de la Santa Faz.
Piensa, hija mía, que lo que te hace sufrir le hace igualmente sufrir al que te lo impone
Mas no desprecies al mundo puesto que eso no es caridad
Mi Madre Purísima, nuestro Lirio, lo santificaba al pasar por las vías corruptas de la tierra
Y Dios nunca la vio tan enclaustrada como cuando se despojó hasta de su velo para socorrer mi pudor
La resistencia a mis quereres provoca la resistencia a mis concesiones
Para la Madre Teresa María de S. José, Priora del Carmelo.
"Yo soy el Director, el Tutor y el Administrador de las almas y de cuanto a ellas concierne. Nadie está sobre Mí y autorizo a la "portavoz" para que lleve mi luz a estas almas a las que amo. Cuando lo estime necesario suministraré a la "portavoz" el tiempo y la fuerza precisos puesto que todo lo he predispuesto por amor.
Relaciona esta orden mía, dada cuando te hallabas en la aflicción, con la otra bondad del dictado de hace unos meses y comprende por ello si te quiero o no. Tomo tu cabeza entre mis manos y te digo: "No temas. Yo te amo. ¿Comprendes? Yo te amo". El adviento y S. Juan de la Cruz os han proporcionado el dolor y la privación. La Navidad y mi S. Juan, en cambio, la dirección, porque no es justo privar a mis esposas del pan de la mesa del esposo. Sed mortificadas, prudentes y pacientes. Contentaos con lo que os traiga el pequeño Juan cual si fuese cosa suya. Pero sabed que Yo estaré de verdad en donde, al parecer, se halla únicamente el pequeño Juan. Con todo, sed prudentísimas pues, de lo contrario, os veríais privadas de esta gracia. Esto para todas.
Ahora bien, para ti: Yo te aseguro que ha sido de mi agrado tu comportamiento en estos tiempos tremendos y te bendigo por ello. Y sabe que tu madre se encuentra en la estela de mi Misericordia de la que llegará a salir. Yo te doy las gracias de su parte puesto que le ayudan grandemente tus mortificaciones y oraciones. Me regalas a tu Director ¿no es verdad? Y nada me pides para él. Tan sólo me dices: "Ahí lo tienes". Yo sé lo que debo hacer. Dios te bendiga y mi paz permanezca en ti".
Y a mí: "Dile a la Madre Priora que les deje escribir a sus hijas, pues si llego a ver que son justas sus cartas, les proporcionaré su guía. Y lo que digo para una puede servir para todas". Después me dice que ofrezca la S. Comunión del día de los Santos Inocentes por Sor Lucía Jacinta.
Para Sor Teresa Querubina de la Santa Faz.
Dice Jesús:
No, Yo no soy un puntilloso que despoja de un bien por cualquier futesa. Yo soy la Bondad y la Palabra. Puedo permitir que los hombres aflijan; pero medicino. Que los hombres despojen; pero devuelvo. Que los hombres anublen; pero Yo, que soy la Luz, hago que torne ésta. No tengas escrúpulos. No ha sido tu deseo de conocer al pequeño Juan la causa de haberte visto privada de la palabra de Dios sino el autojuicio de un hombre que, por más que sea un justo es siempre imperfecto en el juzgar. Tú ruega por él, respétale y calla. Aquí estoy Yo para curarlo todo y proporcionarte manera de adquirir méritos cada vez mayores con las cosas pequeñas.
Piensa, hija mía, que lo que te hace sufrir le hace igualmente sufrir
al que te lo impone
Y una pequeña cosa que adquirir y que llegará a ser una gran cosa en el Cielo es tu sumisión a las necesidades actuales. Piensa, hija mía, que lo que te hace sufrir le hace igualmente sufrir al que te lo impone. ¿Por qué has de aumentar su sufrimiento? Eso no es caridad. Yo hablé muy claro hace diez meses. ¿Quieres saber más de Mí? ¿Eres monja de clausura? Perfectamente. Y ¿quién te impide serlo? La tierra es toda ella una clausura para las almas que llegaron a comprender qué cosa es la Vida verdadera. ¿Acaso no se encuentran vuestras almas en la clausura de la carne a pesar de haber sido hechas para el Cielo? Que la carne, objeto de pecado para tantos, sea la reja que preserve a tu alma de los contactos con el mundo.
Mas no desprecies al mundo puesto que eso no es caridad
Mas no desprecies al mundo puesto que eso no es caridad. ¿Te causa repugnancia? ¡Oh, oh! ¿Y no te haces cargo de que Yo, el Santísimo, estuve inmerso en él durante 33 años, percibí todos su hedores y hube de posar mis ojos y mis manos sobre todas las llagas de la Humanidad? Ningún mal se aprende si el alma no consiente en él antes crece tan sólo la caridad, se quiebra el egoísmo y, con el egoísmo, la soberbia residual de la antigua criatura que era del mundo y que Yo quise fuese de Dios. Santifica al mundo sin despreciarlo.
Mi Madre Purísima, nuestro Lirio,
lo santificaba al pasar por las vías corruptas de la tierra
Mi Madre Purísima, nuestro Lirio, lo santificaba al pasar por las vías corruptas de la tierra. Estudia este ejemplo magnífico que te doy por modelo. Ella habíase entregado a Dios en la niñez. El Templo la recluyó entre sus muros como un místico Carmelo. Ella tenía la clausura del Templo, haciéndola esposa y uniéndola a un hombre no obstante hallarse unida únicamente a Dios. Para el mundo ella apareció como "la mujer" conocida por un hombre; y para su hombre, que jamás la conoció por mujer según la carne, ella apareció "como adúltera"... ¡Mas envilecida que esto...! Ella cantó aún más fuerte su "Ecce Ancilla Domini". Y Dios la premió devolviéndole la estima de José.
La maternidad la recluyó por segunda vez en la casita de Nazaret. En la hora más íntima para una mujer, el edicto de un hombre rompió la santa Reclusión de su nido lanzándola a los caminos del mundo al tiempo que Yo me hallaba ya a las puertas y en ella ardía el justo deseo de estar "a solas con el Solo" en el trance sublime de su divino puerperio. Belén la acogió tras mi nacimiento y el silencio y el misterio volvieron por tercera vez a poner las rejas a la Recluida de Dios. El cruel Herodes las rompió por tercera vez y se vio en el mundo hasta el extremo de tener que vivir en tierra pagana.
Y Dios nunca la vio tan enclaustrada
como cuando se despojó hasta de su velo para socorrer mi pudor
Después... ¡oh, después...! Teresa, ¿qué habrían de ser los sufrimientos de mi Madre obligada por un mundo enemigo a seguir a su Criatura dejando Nazaret para tener que ocuparse no sólo de las cosas "temporales" sino también de las espirituales de su Hijo? ¡Su clausura! Con sus lágrimas se fabricó el velo y las rejas, enclaustrándose tras ellas hasta llegar al pie de la Cruz entre los insultos ignominiosos de todo un pueblo. Y Dios nunca la vio tan enclaustrada como cuando se despojó hasta de su velo para socorrer mi pudor.
Teresa Querubina, ¿no sabes que ésta es la hora de Satanás y que él echa mano de todos los medios para hacer pecar de rebeldía, de ésta al menos, incluso a los mejores? ¿Por qué te prestas al juego? ¿Quieres causarme dolor? Has ido por el mundo; es cierto. Tal vez has tenido cerca demonios; cierto también. Pero recuerda que quien cree en Mí hollará serpientes sin que le causen daño. Mas si no hubieses salido no habrías llegado a conocer al "pequeño Juan" y no habrías tenido las palabras de ahora. No te he dirigido "una palabra" como querías sino muchas. Y es así porque quiero hacer que te eleves.
provoca la resistencia a mis concesiones
La resistencia a mis quereres provoca la resistencia a mis concesiones. Acepta todo y Yo sabré proveer siempre a tu bien. Y no seas humana en cuanto a la necesidad de director. Yo soy el Director de todas las almas y no estés siempre con el compás y el cubilete, con el gancho y el microscopio para medir, rebuscar, examinar el pasado y sus residuos. Cuando te confesaste tenías el deseo sincero de confesarlo todo. Así pues, todo está confesado. Lo que el sacerdote no oyó de tus labios lo oí Yo de tu alma y te dije: "¡Vete en paz!".
No te ensoberbezcas porque te haya hablado mucho a ti. No es por ser la más santa de este Carmelo sino porque tienes gran necesidad de ello para tu santificación. No exijas mucho de la Portavoz pues no es ella sino Yo el que lo regulo; y si está callada es porque así Yo lo quiero.
Vete en paz. Sé el rey de Oriente que me trae la mirra de tu obediencia para las necesidades actuales. ¡Vete en paz! ¡Vete en paz!"
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A. M. D. G.