26 de diciembre

 

 

lO QUE PARECE UN CASTIGO ES TAN SOLO UN MEDIO

 

eL TIEMPO ÚLTIMO SERÁ EL DEL ESPÍRITU

 

pARA MARÍA RAFFAELLI Y ROMUALDO MARÍA

 

 


 

mucho es lo que sabes de lo que los hombres enseñan de Mí; mas poco de lo que realmente soy y opero 

  En las enfermedades se oculta muchas veces Satanás para torturar y para hacer que se maldiga al Señor 

  Lo que parece un castigo es tan sólo un medio. Lo que tiene apariencias de condena es, por el contrario, salvación.

   Hemos tañido y no habéis bailado; hemos entonado lamentos y no habéis llorado 

  El tiempo último será el del espíritu

 


 

Dice Jesús:

"¡Es tiempo de gracias! ¡Es tiempo de Gracia! Yo vine a traer paz a los hombres de buena voluntad. Escribe por tanto y remítele, para su tranquilidad, a María Raffaelli (María Raffaelli, de Castelnuovo de Garfagnana (Lucca), tenía un hijo, Antonio, con handicap que ocasionaba graves problemas a la madre y a sus dos hermanas Rosa y Dina. Para la historia es interesante añadir que la Raffaelli fue la causa involuntaria del primer contacto de María Valtorta con el P. Romualdo M. Migliorini. Al saber que la enferma carecía de asistencia espiritual, marchó a decírselo al P. Pedro M. Pennoni del Convento de San Andrés de los Siervos de María en Viareggio al que conocía. Este hubo de pedirle permiso al propio superior para tomar a su cuidado a María Valtorta. Mas el superior que lo era a la sazón el Padre Migliorini y que estaba al acecho de una ocasión para ir adonde la enferma de la que ya alguno habíale hablado, le respondió:"Ya voy yo") lo que te voy a decir".

Dice Jesús a M. R.:

"Mi paz sea contigo y cuanto te voy a decir sea para ti río de pacífica espera y de pacifico sufrir al que mi promesa, que nunca miente, hace soportable.

 

mucho es lo que sabes de lo que los hombres enseñan de Mí;

mas poco de lo que realmente soy y opero

 

Hija mía, mucho es lo que sabes de lo que los hombres enseñan de Mí; mas poco de lo que realmente soy y opero. Escucha. Es el Señor quien te habla, es la Sabiduría, es la Verdad.

Una cosa es ser atormentados y otra muy distinta el querer ser atormentados. Lo primero es una desventura que no va más allá del día terreno y que muchas veces cesa antes de transponerlo. Y lo segundo un pecado por ser "connivencia con el querer satánico". Esto último no afecta a tu hijo. Cuando él delira no es él quien habla. ¿Es responsable un fonógrafo de lo que sale de su bocina? ¿Verdad que no lo es? Pues bien, de igual manera tampoco es responsable tu hijo de lo que el "otro" le hace decir. Yo ni escucho esas palabras porque con el Maldito echo mano del silencio de los labios y de los oídos. No escucho sus palabras que no son suyas y retumban en el aire. Contemplo a este pobre hijo mío y tuyo, madre dolorosa, y toda mi compasión se vuelca sobre él.

 

"En las enfermedades se oculta muchas veces Satanás para torturar

 y para hacer que se maldiga al Señor".

 

Dije Yo pensando en ti: "En las enfermedades se oculta muchas veces Satanás para torturar y para hacer que se maldiga al Señor". Tengo dicho también: "El dolor de las madres es salvación para sus hijos". Así es, María. El Cielo se halla poblado de hijos a los que salvaron sus madres. ¡Marcha, camina con tu cruz! Llévala por ti y por él. La suya es aún mayor que la tuya. ¡Oh madre buena!, ¿no estás contenta de ser el Cireneo de tu hijo? Mi Madre susurra: "¡Hijo mío, si yo hubiese podido llevar tu cruz...!"

 

Lo que parece un castigo es tan sólo un medio.

Lo que tiene apariencias de condena es, por el contrario, salvación.

 

No tengas prisa pues son cosas largas. Podrías incluso no verlas terminadas mientras dura tu jornada mortal. Podrías subir con esta fe –fe, ¿entiendes?, que no esperanza– con esta fe en lo que digo al Cielo y allí, con más poder ayudar a tu hijo... ¡Oh, no te lamentes! La espera no pasa de un instante allá arriba y después llega el gozo de verlo hermoso, sano, bueno y feliz para siempre. Para siempre, para siempre. Lo que parece un castigo es tan sólo un medio. Lo que tiene apariencias de condena es, por el contrario, salvación. Su cruz es expiación terrena de sus culpas de hombre. Yo, que soy justo, no hago pagar dos veces.

Ten fe. Sostenle con tus oraciones. Dámelo, ofrécemelo. Di: "Te lo confío a Ti". El bálsamo que discurre y con quien se asemeja a ti... Y con tu hijo mi misericordia".

"Y ahora", continúa diciéndome Jesús, "dile esto al P. Romualdo".

Dice Jesús:

 

"Hemos tañido y no habéis bailado;

hemos entonado lamentos y no habéis llorado".

 

"Va pues, haz y experimenta. Mas las objeciones que se aducen contra el caso "Dora", tan agitado y cambiante de luces y de sombras, y las objeciones contra el caso "María", tan placentero, ordenado y pacífico como todo lo que procede directamente de Mí contra Quien no puede topar el demonio, debiendo laborar al acecho y de mala manera, sirven para justificar un punto evangélico que no es de aplicación únicamente para Mí sino también para todos los casos en que Yo intervengo siquiera sea ocultándome en una criatura-instrumento: "Hemos tañido y no habéis bailado; hemos entonado lamentos y no habéis llorado". Y otro punto: "Viene Juan que no come ni bebe y dicen. 'Es un glotón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores'. Así se ha hecho justicia a la sabiduría por sus hijos" (Mt 11, 16-19; Lc 7, 31-35).

Sí, la sabiduría humana, soberbia e incrédula que pretende adoctrinar sobre todo y que, habiendo perdido el espíritu de los hechos, se atiene a las apariencias que quiere justificar como no es posible –ya que lo sobrenatural escapa a los métodos de búsqueda y juicio naturales– sin advertir que se contradice, quiere justificar los dos casos diferentes con idénticas razones erradas a fin de poder así otorgarse la absolución de su incredulidad y de su incapacidad de sentir y de reconocer lo sobrenatural, esto es, lo divino allí donde se da.

 

El tiempo último será el del espíritu

 

El tiempo último será el del espíritu. Mas en verdad, en verdad os digo que sólo aquellos que sean víctimas voluntarias del Espíritu y presas aceptas al mismo Espíritu, sabrán entonces admitir lo sobrenatural. Los demás... heces que se depositarán en el fondo de los estanques infernales y para los que no estará ya la Palabra que no se da a los puercos porque Ella se respeta y se tutela a sí misma.

Que esto, Romualdo María, sirva para iluminarte. Mi paz sea contigo".

124-126

A. M. D. G.