20 febrero 1946

 

 

cORRECCIÓN dirigida a Dora

 

 


 

El Obispo tenia el derecho de sincerarse y ella el deber de obedecer.

  Se ha de usar la inteligencia que ha de trabajar para la justicia y no para el mal.

 


 

Son las 0,15 y querría estar tranquila y descansar. Mas, he aquí que se presenta Azarías, mi ángel, por lo que me veo precisada a tomar el primer trozo de papel que tengo a mano y escribir así, como puedo, prometiéndome transcribirlo por la mañana en el cuaderno. Cosa que realizo en este momento.

Dice Azarías:

 

El Obispo tenia el derecho de sincerarse

y ella el deber de obedecer.

 

"Dile esto al Padre: Que le diga a Dora que nunca más ni por motivo alguno vuelva a repetir el subterfugio del que se ha valido recientemente. Que deje estas cosas para los desgraciados y que sea sincera si quiere recibir la Verdad. Que el Santísimo Señor Jesús se ha disgustado enormemente por esta malicia y esta desobediencia al obispo cabeza de la Diócesis. Si Dora nada de malo sabe hacer de propia voluntad ¿por qué teme que se haga luz? El Obispo tenia el derecho de sincerarse y ella el deber de obedecer. ¿Por qué no obedecer con sencillez sin buscar recovecos para ocultar lo esencial sirviéndose de la mentira? No era preciso decir mucho. Bastaba con esto: Visíteme porque tengo necesidad de ellos" y hubiera conseguido un certificado humana y sobrenaturalmente mejor y, sobre todo, no habría disgustado al Señor con la mentira y la malicia.

 

Se ha de usar la inteligencia

que ha de trabajar para la justicia y no para el mal.

 

No está bien. Se ha de usar la inteligencia que ha de trabajar para la justicia y no para el mal. La turbación a la que durante estos días se ha visto sometida proviene de su error y Satanás goza y se ríe por ello, al tiempo que la Verdad se aleja al no poder convivir en donde hay hedor de Mentira. El que está llamado a especiales amistades debe ser un espejo terso sin la más leve empañadura voluntaria.

Que el Padre le haga saber todo esto y que no vaya sino que se lo mande. Nada más.

Vamos a decir juntos el: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, y después descansa en paz".

185-186

A. M. D. G.