25-2-46
Aglae consuela a una hermana suya
Soy yo, no me conoces Soy Aglae
si tuvieses una lista de los santos, la encontrarías relacionada hoy
Al despertar a las 7,25, porque sólo de mañana he logrado descansar, está ya presente San Rafael, el cual, si ayer, en el momento de la Comunión estaba junto a Nuestro Señor, esta mañana aparece solo. Mas la acción primera de los sentidos y de la mente salidos del sueño son la visión, contemplación y saludo al ángel querido que me sonríe y me invita a iniciar mi labor sin atender al cansancio que me abate. Después saluda y se va...
A las 17 horas
Una voz suave, dulcísima, como de persona cansada, abatida, que ha sufrido mucho, en una luminosidad candidísima que tiene forma de cuerpo espiritualizado, dice:
Soy yo, ¿no me conoces? Soy Aglae
"Soy yo, ¿no me conoces? Soy Aglae (Pecadora convertida que aparece en la magna obra sobre el Evangelio). El fango primitivo se transformó en luz. Vengo para hablar a una hermana mía, siempre menos infeliz que yo, pero que sufre mis penas de un tiempo el purgatorio de la carne que es ávida... Le hablo a través de ti que me viste en la abyección y en la redención y que, de ahora en adelante, podrás decirle que me has visto en la gloria. ¡Oh!, da testimonio de cuán bueno es el Señor con las hijas de Eva que, aunque atosigadas, pugnan por apagar el abrasador ardor de la sangre para amarle a Él.
Más que este martirio te hizo blanca hostia el otro,
aquel ignorado e incruento en el que el torturador y verdugo
era el sentido.
Goza por haber triunfado. Desapareció ya el sentido y ahora está la paz
Diles que le amen y que el purgatorio para las pecadores obstinadas es el soportarlo con paciencia, constancia y espíritu de sacrificio. En mi época penitencial sufrí sus penas y lo sé. Mas no me desanimaba. Como enfermo aquejado de una llaga que hiede y la debe soportar por ser mejor que salga la podre y no que permanezca en la sangre corrompiéndola, soporté con el espíritu las reminiscencias de la carne y sus gritos de loca. El alma, situada más en lo alto, no consentía. La carne ululaba por lo bajo como una loba. A las veces sus aullidos hasta me impedían la plegaria, por lo que mi ofrecimiento al Señor era la oración de la tolerancia y con los ojos de mi espíritu miraba al Salvador y con el espíritu iba repitiendo sus palabras. Cuando expiré... ¡oh!, un ángel, el mío que no me dejó ni aun cuando era un monstruo de lujuria, me dijo al recoger mi alma en sus manos purísimas: "Más que este martirio te hizo blanca hostia el otro, aquel ignorado e incruento en el que el torturador y verdugo era el sentido. Goza por haber triunfado. Desapareció ya el sentido y ahora está la paz".
Derramo esencia de rosas al despedirme, mas la esencia de mi lucha contra el sentido es más olorosa y agradable.
Que se distraiga por todos los medios y que, pasada la tentación,
no se detenga a considerar si pecó sino que sobrevuele.
Díselo a la hermana que está penando. Dile que el Maestro, justificándonos a nosotras, a quienes la parte inferior da tormento, dijo: "No es lo material y exterior lo que corrompe al hombre sino lo que sale de la voluntad de su corazón "(Mt 15, 18-20; Mc 7, 20-23; Lc 6, 45). Que se distraiga por todos los medios y que, pasada la tentación, no se detenga a considerar si pecó sino que sobrevuele. Volver a mirar es lo mismo que atizar nuevamente el fuego. Bese al Redentor en su signo de salvación dándole un beso por cada mordisco de la carne y, en medio de las llamas de su purgatorio terreno, dirija su mirada al Cielo, a ese Cielo que también para nosotras, tras la ruda batalla, se encuentra abierto.
Adiós. Que la luz de los Cielos brille siempre sobre ti".
Y desaparece envuelta en una luz.
si tuvieses una lista de los santos,
la encontrarías relacionada hoy
Mi avisador interno, poco antes de que ella se me apareciese, me decía: "Dentro de poco vendrá a ti desde el Cielo la santa que viste cuando era pecadora y que, si tuvieses una lista de los santos, la encontrarías relacionada hoy. Sólo que para los más es desconocida. Te hablará para el alma tentada de la hermana que el Padre te nombró". Mas he tenido que detenerme inmediatamente después de que Aglae me saludara porque me ha sobrevenido una fuerte crisis cardiaca. Y así el resto de las palabras las he tenido que escribir una vez pasada la visión. Por tal motivo no sé si el ángel me ha dicho que se la nombra hoy, 25 de febrero, o si es que todavía se la nombra en el día de hoy. Valga esto por amor a la exactitud.
197-199
A. M. D. G.