9-3-46
Que cada cual esté donde Yo le puse
sin ir buscando donde "estar mejor"
Que cada cual esté donde Yo le puse sin ir buscando donde estar mejor
(Este dictado fue dado para el P. Migliorini que, por aquel tiempo, desde hacia cuatro meses, estaba perdiendo el tiempo y la recta visión, secundando el fenómeno clamoroso de D.B. hasta el punto de tenerlo por más... divino que ningún otro...).
Dice Jesús:
"Dos enseñanzas: una para guiar a quien puede ser seducido a dejar la verdad por la mentira y la otra, como guía también, para quien puede abrigar dudas al basar su juicio en axiomas y teorías incapaces de explicar lo sobrenatural por ser del todo naturales.
el libro de los Jueces por donde se narra lo del ídolo de Mica
y en el libro de Esther por donde Mardoqueo explica el sueño
Abre, pequeño Juan, el libro de los Jueces por donde se narra lo del ídolo de Mica y en el libro de Esther por donde Mardoqueo explica el sueño (Jueces 17, Esther 10, 4-13). Escucha y escribe...
No fijo tu atención en la historia de la formación del ídolo sino que hablo del punto en el que se narra lo del joven levita de Belén de Judá. Un ejemplo, un mal ejemplo de quienes, habiendo de servir al Señor en casa con humildad y verdad, ya no se contentan después de algún tiempo con su función humilde y santa y buscan el estar mejor, o sea, van a buscar más de lo que Dios les concedió aun sabiendo ser ello un don excelente que, bien tutelado, constituiría motivo de alabanza para el siervo bueno. Y, tras haber tenido avidez de doble y triple ración, ahí le tenéis siguiendo otros caminos para buscar a Dios. ¿Y qué? Dios no se presta a satisfacer las concupiscencias espirituales; y así, quienes buscan más de lo que Dios da, o no lo encuentran, quedando tan solo con el daño de haber dejado la verdad por las fantasías, o terminan más bien encontrando a Satanás en ropaje de profeta.
¡Oh!, ¿es esto acaso aumento de méritos y de gloria?. No, que mejor habríale sido al joven betlemita y levita continuar siendo simple levita que no llegar a ser sacerdote de un ídolo. Érale mejor contar con lo poco que tenía venido de Dios que no con lo mucho venido de un idólatra que alardeaba diciendo: "Ahora sí que estoy seguro de que Dios me ha de favorecer pues tengo un sacerdote de la estirpe de Leví". Pero ¿no comprendéis que donde hay orgullo y ficción todo contribuye a aumentarlos y que la Ficción y la Astucia muestran lo que clamorosamente puede seducir a las almas pequeñas?
El hombre de Efraín no se sentía satisfecho con su culto ni con su hijo al que hiciera sacerdote, pues sabía bien que todo ello era larva de religión y vana apariencia, y sabia que el Dios y el culto que se había fabricado no tenían valor alguno ante el Dios verdadero ni ante los hombres. ¡Tantos lo saben...! Y entonces es cuando sienten la necesidad de cubrir el propio vacío con una ayuda sacerdotal. Pero no, no sirve tampoco.
Que cada cual esté donde Yo le puse
sin ir buscando donde "estar mejor"
Mal hace quien así se comporta y mal también quien a tal juego se presta. Que cada cual esté donde Yo le puse sin ir buscando donde "estar mejor". Es todavía la soberbia que se infiltra bajo mentidos velos de bondad y celo. Y... ¡obediencia, obediencia, obediencia!, pues, de lo contrario, no faltará mi castigo. Puedo muy bien, de dos que están unidos por mi querer, herir a uno tan sólo, reservando la paz para la fuentecilla que creció y llegó a ser río, se transformó en luz y sol y derramó abundantes aguas, reconociendo haber llegado a ser tal, no por mérito propio sino por mi querer; que no reclamó esta gracia antes únicamente la de amarme; y que sufre –porque sólo Yo puedo saber cuánto sufre– viendo que no todos son de una misma condición: la del pueblo de Dios.
¿Cómo es pues que hay muy pocos que entienden mi Palabra
y los más dudan de que sea mía,
llegando incluso hasta dejarse seducir por otras palabras
que sueñan a mentira denotando el origen del que proceden?
Los hijos de un mismo pueblo entienden el lenguaje de su rey y el de los súbditos fieles al rey. ¿Cómo es pues que hay muy pocos que entienden mi Palabra y los más dudan de que sea mía, llegando incluso hasta dejarse seducir por otras palabras que sueñan a mentira denotando el origen del que proceden?. Os lo digo Yo: Como he dado, puedo dejar de dar. Ahora bien, a la fuentecilla que creció Yo no la privaré de su dicha porque continúa en las disposiciones en las que se colocó por amor. Ella morirá en mi paz y paz es para ella el estar en Mí y Yo en ella, como fue mi sueño el haber estado en todos los corazones".
200-201
A. M. D. G.