21 de marzo de 1946

 

 

La personalidad de Judas

es el que mayor trama de enseñanzas

 proporciona a quienes son propuestos

para guiar a los hombres.

 

 


 

Por qué aconsejé a Emma Federici que fuese donde él 

 Judas, de haber continuado siendo el judío que era, el del Templo, no hubiera estado sin culpas, pero, al menos, no habría caído sobre su alma la culpa de ser el Traidor de Dios.

  Hablemos ahora de Emma Federici que quiso a viva fuerza ser monja,

   Estoy a la puerta del mismo, pero no puedo entrar en él por haberlo ella llenado por completo de su yo y no de su Dios.

 


 

Dice Jesús:

"Antes de que parta Romualdo y a fin de que vaya con ideas claras mediante las cuales pueda responder, voy a desarrollar cuanto indiqué el 3 de marzo.

 

¿Por qué aconsejé a Emma Federici que fuese donde él?

 

¿Por qué aconsejé a Emma Federici que fuese donde él? Casi se me acusa de haber cometido un error. No. Los superficiales e ignorantes pueden creer y pensar que aquellas palabras no fuesen mías sino de otros o que Yo me hubiese equivocado. Brevemente os descubro la Justicia y la bondad de mi consejo, al igual que dije todo aquello relacionado con las hijas de padres desconocidos

 

Judas, de haber continuado siendo el judío que era, el del Templo,

 no hubiera estado sin culpas, pero, al menos,

no habría caído sobre su alma la culpa de ser

el Traidor de Dios.

 

A Judas ya le conocéis, ¿no es verdad? Pues bien, de haber continuado siendo el judío que era, el del Templo, no hubiera estado sin culpas, pero, al menos, no habría caído sobre su alma la culpa de ser el Traidor de Dios. ¿Podéis decir tal vez que le atraje con halagos? Por el contrario, lo rechacé, me opuse a él y le dije muchas veces: "Mira, vete porque es mejor que seas un judío mediocre que no un apóstol infame". Mas nada puede hacer Dios si ha de respetar el libre albedrío del hombre ni Yo fui más allá. Aún sin poder hacerme ilusiones, traté de cambiar el alma del obstinado. Ese era mi deber de Maestro y Yo nunca falto a mi deber. Hice lo posible por prestar ayuda al infeliz y trabajar en su salvación, no porque lo pudiese conseguir sino porque era mi deber intentarlo y, sobre todo, por dejaros un ejemplo de cómo obrar con ciertas almas que son una mezcla de buenos y no buenos impulsos. Es poco en demasía lo que se meditan las enseñanzas que se encierran en la personalidad de Judas. Por eso, en esta ilustración que te hago del evangelio proyectando luces sobre los cuatro Evangelios a fin de que los améis, los conozcáis y comprendáis, he iluminado grandemente la personalidad de Judas porque, dentro de su tenebrosidad, es el que mayor trama de enseñanzas proporciona a quienes son propuestos para guiar a los hombres.

 

Hablemos ahora de Emma Federici que quiso a viva fuerza se monja,

 

Hablemos ahora de Emma Federici que quiso a viva fuerza se monja, pero que, por contrapartida, no acertó a ser únicamente monja. O sea, un nuevo ser en el que muriera todo el pasado que, por el contrario, estaba vivo, si bien bajo el hábito monacal, habiendo llegado por un conjunto de circunstancias a resucitar todo libre y con más violencia que nunca. ¿Vamos a enumerar algunas?

Fue daño para ella el ser Superiora; daño el ser muy alabada, daño, daño inmenso el haberse visto, por circunstancias de la guerra, libre de superiores vigilancias. Romualdo: la reacción de su yo, por tantos años sujeto bajo la obediencia no amada y que, a la sazón, sentíase sin control, fue de una violencia de huracán al que nada pudo mitigar: ni tu palabra de buen maestro de espíritu ni las palabras de mis dictados y visiones ni las de los dictados particulares dados para sostenerla, como hacía con Judas prodigándole atenciones y encomendándole misiones para poder decir: "He empleado todos los medios para salvarle".

Cuando le dije: "¡Vete!" era porque, a la sazón, de haber continuado en las circunstancias en que se encontraban, habríanse perdido sus almas, pues había de por medio rencor y rebeldía, no pudiendo ya obedecer ni respetar; por lo que el escándalo aún habría sido mayor. Las personas que se lamentan de lo sucedido deberían bendecir a Dios que permitió que la cosa terminara en aquel punto. Como debieran bendecirme las cinco que salieron de allí, dado que tienen la posibilidad de reparar y merecer fuera de Camaiore. En Camaiore, en la Orden, no. Esta había terminado. No engañé sino que dije: "¡Fuera!".

Vosotros, que estáis al tanto, visteis cómo su querer no se conformó con consejo alguno divino, sacerdotal o iluminado. Por lo que fueron castigadas. Y sabéis que dije: "¡Basta!" porque Dios es bueno pero no se deja pisar. Las dejé seguir su obstinado camino de imprudencias y desobediencias y, sólo por misericordia, las he llamado aún al camino recto. Rogad por ellas para que la Misericordia no las abandone y, sobre todo, por ella que no se ha querido transformar sino de palabra. Recordad, recordad aquel severísimo dictado (En el original  se añade entre paréntesis la fecha del dictado, que es poco descifrable y la cita de Jeremías, cap. 31, v. 21-22. Se trata del dictado de 2 de diciembre de 1943). Pues ni él sirvió de nada.

 

Estoy a la puerta del mismo, pero no puedo entrar en él por haberlo

 ella llenado por completo de su yo y no de su Dios.

 

Ahora bien, ni tú, Romualdo, ni tú, María, debéis sentir remordimiento porque, ni aunque bajara del Cielo, habría cambiado su corazón. Estoy a la puerta del mismo, pero no puedo entrar en él por haberlo ella llenado por completo de su yo y no de su Dios. Llamo y no lo siente porque por dentro resuenan en plenitud sus voces y no las mías. ¡Oh, la soberbia! ¡Rogad, rogad, rogad por ella!".

Y, tras un momento de silencio, termina Jesús: "Si supieseis cuánto ha desmerecido, cuánto ha de perdonársele!". Y su voz es tristísima al decir esto.

215-217

A. M. D. G.