2 de junio

 

 

Peticiones del Señor

para el instrumento y la Obra

 

 


 

como ahora debe ser con la Orden a la que mi Caridad tuvo a bien otorgar un don y una misión en estos tiempos en los que las tinieblas anticristianas ascienden hasta cegar los espíritus

  Dichosos los que fueron inscritos en el Cielo por haber hecho mi Voluntad. 

 ¿Qué es lo que santifica? El conocimiento cada vez más amplio de Dios adquirido para contrarrestar la predicación cada día más extensa, activa y  corroente de la Bestia 

 Y vosotros, Siervos de María, debéis, más que ningún otro, comprender y creer firmemente que es el conocimiento de María el que dispone al conocimiento de Cristo.

  Tenéis ante vosotros el continuo milagro de un ser acabado que si todavía produce es porque Yo lo quiero

  Tened presente que, incluso, un pequeño error puede producir una frase que vaya contra el dogma y la doctrina

  El instrumento tan sólo quiere una cosa: que se haga mi Voluntad.

  La portavoz es una luz que se apaga

 


 

Dice la Divinidad:

"Para el lirio que se inmola no habéis de desear otro rocío que el de un cada vez más perfecto amor. Que ni siquiera el amor de la sangre os fuerce a salir de la justicia. No ambicionéis por tanto para ella sino lo más perfecto y alegraos porque la virgen prudente alimenta su lámpara con su perfecto amor y así, cuando aparezca el Esposo por el camino, ella estará dispuesta para salir a su encuentro".

Dice El Señor:

"Que la paz esté con vosotros y el Paráclito os bautice con su Fuego para que seáis mis testigos y tutores de este prodigio que os concedí por amor de vuestras almas y de la Orden tan querida para el Inmaculado y traspasado corazón de mi Madre como también vuestra y de cuantos creen en el Señor Santísimo.

No me dirijo a mi siervo Romualdo ni a siervo otro alguno en particular que, al presente, se halle revestido de cargos que le distingan y le den autoridad en la Orden. Al hablar, me dirijo a la Orden (Se trata de la Orden de los Siervos de María a la que pertenecía el P. Romualdo M. Migliorini. En esa época era Prior General de la O.S.M. el P. Alfonso M. Benetti que aparecerá nombrado más adelante.)

 

como ahora debe ser con la Orden a la que mi Caridad tuvo a bien

 otorgar un don y una misión en estos tiempos

en los que las tinieblas anticristianas

ascienden hasta cegar los espíritus

 

Igual que en el grupo apostólico y de los discípulos, mientras Yo estuve entre ellos, no consentí distinciones ni para Mí ni para los demás y así, tanto doctrina como amor y reprensiones, dábanse en igual medida porque Yo no veía en ellos a Pedro, a Santiago, a Juan, a Mateo, Andrés o al Iscariote, como tampoco a Esteban, Elías, Matías o Abel, sino que veía a mi Iglesia, esa Iglesia en la que, si es necesaria una jerarquía, ésta no supone separación ni diferencia sino siempre hermandad, siendo la Iglesia el organismo perfecto y homogéneo del que Yo, Cristo, soy Cabeza y todos vosotros miembros; como ahora debe ser con la Orden a la que mi Caridad tuvo a bien otorgar un don y una misión en estos tiempos en los que las tinieblas anticristianas ascienden hasta cegar los espíritus, inoculándose las fiebres de las doctrinas malditas hasta el punto de producir la muerte, mientras que la grey, de la que tengo misericordia, languidece de hambre y de frío. Así hablo Yo a la Orden los Siervos de mi Madre Benditísima.

 

 Dichosos los que fueron inscritos en el Cielo

por haber hecho mi Voluntad.

 

Las criaturas pasan. Hoy son y para mañana han desaparecido. Como la hierba, que al punto se seca una vez pasada la breve estación quedando reducida a polvo, hasta sus nombres quedan olvidados. Dichosos los que fueron inscritos en el Cielo por haber hecho mi Voluntad. Ahora bien, la Orden permanece y ella debe continuar lo que la Regla o la Muerte pueden interrumpir. Esto es lo que Yo quiero. Por eso, ni a mi siervo Romualdo, en el que la gracia gratuitamente donada por mi bondad crea obligaciones de obediencia y reconocimiento para con el Donador a fin de que la gracia no degenere en desgracia, a ninguno de éstos me dirijo sino a la Orden a la que le marco este camino y se lo marco por la Sabiduría, la Justicia y la Caridad.

Mi Voluntad, expresada de modo claro y constante desde el comienzo del trabajo –y esto Romualdo no lo ignora– es que mi Palabra sea conocida, difundida y empleada por los consagrados y los fieles, al tiempo que el instrumento debe permanecer ignorado hasta después de su muerte. Nunca debiera ser celebrada la pluma de un escritor ni siquiera por uno de esos necios entusiasmos de las gentes, ya que el que debe ser celebrado es el escritor. María es mi pluma y nada más, siendo Yo el escritor. El Pensamiento es mío, del que puedo disponer a mi arbitrio. Y Yo quiero que mi Pensamiento, traducido en palabras a impulsos del Amor, vaya a vivificar a los que mueren en esta tierra en la que tan activas se muestran las fuerzas del Mal.

Os recuerdo al dragón rojo del Apocalipsis, el cual con su cola arrastraba hacia sí a una tercera parte de las estrellas precipitándolas. Y os recuerdo que, tras haber insidiado a la mujer, –la cual, en el desierto, en el lugar dispuesto por Dios para ser nutrida por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo, fue socorrida y salvada de la infernal avenida del Odio– él se estableció entre las arenas. Y os recuerdo que el dragón, enfurecido de no haberla podido destruir, se fue a hacer la guerra contra los que quedaban de la progenie de la Mujer que guardaban los mandamientos de Dios y seguían dando testimonio de Jesucristo. Y os recuerdo no obstante que éstos aparecían seducidos y turbados por las palabras y prodigios de la Bestia a la que siguió una gran parte de ellos. Tan sólo los santos de entre éstos fueron vencidos con la muerte aunque no en su espíritu (Ap 12-13).

 

¿Qué es lo que santifica?

El conocimiento cada vez más amplio de Dios adquirido

para contrarrestar la predicación cada día más extensa,

 activa y  corroente de la Bestia

 

¿Qué es lo que santifica? El conocimiento cada vez más amplio de Dios adquirido para contrarrestar la predicación cada día más extensa, activa y  corroente de la Bestia, presentada con medios adecuados a los nuevos tiempos, con medios que penetran adonde las personas no lo hacen. Ya lo dije Yo: "Los hijos del siglo son más perspicaces que los hijos de la luz" (Lc 16,8) Ellos emplean nuevos métodos y se introducen con propaganda sutil allá donde la inercia de los hijos de la luz no penetra. El libro, hoy en día, es destructor porque penetra. ¿Por qué entonces no contrarrestar lo que ellos, los tenebrosos, edifican sobre los escombros de lo que era mío y que ellos abatieron? Sembrad sobre esos escombros y, por mi Gracia que secundará vuestros esfuerzos, brotarán nuevos tallos de mostaza, la más diminuta de las semillas, pero que produce tantas ramas como para ofrecer cobijo a las aves que se encuentran sin nido.

Son hartas las almas que no tienen ya su nido en la fe sencilla porque no saben, porque no me conocen. No es conocerme a Mí el pobre recuerdo de un Dios Hombre muerto sobre una Cruz, sino el conocimiento de todas las formas de la evangelización de Cristo, del amor de Cristo, Hombre y Dios. ¿Vacías, semivacías las iglesias? Estén al menos penetradas las casas. ¡Despertad vosotros, durmientes! ¡Levantaos, tímidos! no es tiempo de dormir. ¿He de ser Yo quien a vosotros, durmientes, mientras la barca naufraga presa de las olas, os grite: "¡Arriba!, que si no vais a perecer?. ¿Debo ser Yo quien os diga: "Acrecentad vuestra fe?", Que no sea así. Ved cuántos perecen o son seducidos porque no disponen sino del pan envenenado de las herejías de toda clase o son seducidos por las atronadoras voces de los falsos apóstoles servidores de la Bestia. Ayudad al Maestro que tiene misericordia de esta multitud a la que suministra el pan a fin de que no muera en el desierto. Dadles esta pan. ¿Cómo? Lo dije hace tiempo y lo repito:

1.º Recabad una aprobación que defienda y preste seguridad a la Obra. Buscadla de inmediato y no cejéis hasta que lo consigáis.

2.º Dad a la imprenta el ciclo evangélico que consta de tres partes:

I. Concepción, nacimiento, infancia y desposorio de María.

II Anunciación, encarnación, nacimiento, infancia y adolescencia mía.

III. Los tres años de vida evangélica.

 

Y vosotros, Siervos de María, debéis, más que ningún otro,

comprender y creer firmemente que es el conocimiento de María

el que dispone al conocimiento de Cristo.

 

Quiero las dos primeras partes porque, verdaderamente, la medida de la bondad infinita de Dios, de su poder y de su perdón tienen su inicio desde que en el seno de Ana se formó la Sin Mancha. La Buena Nueva dio su primer latido con el primero del corazón todavía embrional de María de Joaquín y Ana. Y vosotros, Siervos de María, debéis, más que ningún otro, comprender y creer firmemente que es el conocimiento de María el que dispone al conocimiento de Cristo. Es María la Vencedora, alejándose Satanás de quien ama y conoce a María. Y así, cuando Satanás se aleja, Yo penetro y puedo actuar.

A Juan de Zacarías se le llama: el "Precursor". Lo fue por breves años. María, en cambio, lo es eternamente. Apóstoles se les llamó a los Doce. Lo fueron por tiempo más o menos largo. María, por el contrario, es la Apóstol eterna. María, precedió, por tanto, a Cristo y preparó los ánimos al verdadero conocimiento de Cristo.

Yo querría que por esta Nación, en donde tantas gracias mías se han derramado, en la que radica la Sede Apostólica y tanto hay que reedificar para que se salve, se difundiese la Obra. Mas Italia es una parte del mundo cristiano, no todo el mundo cristiano y mis luces, es decir, los Pastores iluminados, dispuestos a percibir la Voz de Dios y a aprobarla para que sea suministrada –don de mi Corazón divino a los hombres que me son tan queridos pues que para ellos vine Yo a padecer y a morir– están por todo el mundo cristiano-católico. Los otros dictados quedarán reservados para el futuro.

No os quedéis a medias, ya que lo que quiero es una aprobación segura. La portavoz debe de quedar absolutamente ignorada. Ella no pretende sino (no podéis negaros a concederla lo que pide):

I. Que se publique la Obra con todas las garantías.

II. Que la Orden le apoye espiritualmente, no sólo con la asistencia eclesiástica de un Padre que le administre los Sacramentos como a cualquier otra católica, sino también con la guía espiritual-moral de un Padre, y de los mejores, porque las almas escogidas para misiones extraordinarias tiene doble, triple, décuplo necesidad de guía sacerdotal. El Cielo habla cosas del Cielo y el Sacerdote debe velar por la criatura suspendida entre el cielo y la tierra, convertida en blanco de los dardos del querer divino y del odio o exaltación humanos, indefensa más que ninguna otra criatura debido a su misión que la hace por demás extraña al mundo que la absorbe, la sensibiliza de manera aguda, la asusta con su grandeza, con los miedos de un engaño diabólico y con el temor de no saber obrar como Dios quiere, disgustando con ello a la Divinidad.

 

Tenéis ante vosotros el continuo milagro de un ser acabado

que si todavía produce es porque Yo lo quiero

 

La Orden debe apoyarla asimismo con una ayuda material. Tenéis ante vosotros el continuo milagro de un ser acabado que si todavía produce es porque Yo lo quiero. Mas el milagro mío no debe anular vuestra caridad. Un corazón desplazado, atrófico, arrítmico, acabado; fiebre continua y en aumento; la mielitis que inflama, paraliza y crispa nervios y vértebras; las serosas, hígado y riñones invadidos. He aquí una ruina que escribe siempre voluntariosa, heroica y alegre durante horas y horas; que dicta, dicta y dicta a quien escribe a máquina y que, tras haber estado escribiendo hasta cinco horas y dictado otras cinco, debe corregir, volver a leer y ordenar; sostener correspondencia, pensar y ejercitar la caridad...

¡Hijos! ¿Quién de vosotros haría esto por espacio de uno, dos y tres años? Pues bien, menos dictar, ella lo hace desde hace tres años. Yo la compadezco, tanto que modero las visiones para darle tiempo a reposar. Si todo hubiese ido como hasta febrero, hubiera quedado ya ultimado el Evangelio. Al paso que hemos ido estamos en Elul y faltan los meses del continuo ministerio en Judea en los que las páginas del Evangelio de Juan recobran vitalidad. Porque, si es verdad que la revelación se cierra con Juan, es igualmente verdad que se dan muchas cosas misteriosas en Juan, las que, únicamente Yo, puedo hacer que aparezcan diáfanas y aceptables, no sólo para la fe sino también para la comprensión.

 

Tened presente que, incluso, un pequeño error puede producir

una frase que vaya contra el dogma y la doctrina

 

Quiero pues que aquí, en donde reside la portavoz, sustituya un Padre al P. Romualdo en la realización de la primera copia de los manuscritos. Copia que, tras la corrección de la portavoz, será remitida a Roma, a Romualdo, que continuará el trabajo. Apruebo la ayuda prestad por el P. Conrado (El P. Conrado M. Berti, nombrado ya en el escrito del 18-3-46. ) a Romualdo en la búsqueda y corrección de los errores de copia. Tened presente que, incluso, un pequeño error puede producir una frase que vaya contra el dogma y la doctrina. Por eso leed, releed y confrontad para no dar lugar a los contrarios a que encuentren un error. Y quiero que la corrección de las tres partes del Evangelio (los dos preevangelios y el Evangelio verdadero y propiamente dicho) se haga, una última vez, cotejándolo con el texto manuscrito del pequeño Juan.

 

El instrumento tan sólo quiere una cosa:

que se haga mi Voluntad.

 

El instrumento no quiere agradecimientos. La fatiga es su gozo; el sacrificio su pan; mi gloria y el bien de las almas el fin de su inmolación que ha precedido decenios a su actual estado de portavoz. El instrumento tan sólo quiere una cosa: que se haga mi Voluntad. No os pide ventajas financieras ni tampoco honores. Como hermana, como católica y como enferma, os pide caridad en el nombre de Dios. Os pide que la protejáis y protejáis la Obra. Yo os lo he pedido antes que ella. Y Yo no decreto cosas imposibles. El Instrumento abriga un único deseo: morir después de haber tenido entre sus manos un volumen de la Obra aprobada por la Iglesia a través de un Ordinario suyo. Morir sabiendo que el río de luz que pasó a través de sus ser hasta llegar a los hombres, se va derramando por entre ellos para alimentarlos, iluminarlos y atraerlos a Mí. El instrumento ni pide ni piensa en glorificaciones futuras sino que implora que sea glorificado el Señor y defendida su propia inocencia contra la que se lanza Satanás para herir al Señor a través de la portavoz.

 

La portavoz es una luz que se apaga

 

Y sed diligentes. La portavoz es una luz que se apaga. Obrad del modo como los otros obran. Obrad con justicia y caridad en contraposición a como se portan los otros: con injusticia y anticaridad. Obrad con celeridad. Del cómo y del tiempo que habéis de emplear para llevar a efecto lo que Yo quiero e impone la caridad hacia la portavoz, se traslucirá vuestra formación, así como vuestra fe, vuestra obediencia y la faz verdadera de vuestro espíritu. Mi Gracia y mi Bendición descenderán, en la medida de vuestra perfección, sobre la Orden y sobre cada uno de sus miembros para vuestra protección y consuelo.

Permaneced en mi paz y en mi unión; y conocedme y defendedme en mi criatura de la que me he servido tanto para vosotros como para todos y que os la he confiado".

241-247

A. M. D. G.