24 de octubre.

 

 

S. Rafael Arcángel

 

que debo hacer para marchar siempre por el camino recto

 

 


 

Debo interrumpir la acción de gracias por la S. Comunión recibida en honor de S. Rafael al que me dirijo diciéndole: "Dime, buen compañero, qué debo de hacer para marchar siempre por el camino recto". Y él me dice:

"Camina siempre por las márgenes de los grandes ríos de la Gracia. De ese modo podrás siempre alcanzarla bajo el sol de la Caridad, sobre los verdes campos de la Esperanza, recogiendo incansable las cándidas flores de la Fe para así tejer con ellas coronas inmortales. El sol de la Caridad te proporcionará, a la vez, luz y calor para comprender cada vez mejor a Dios y amar a los hermanos. Los campos floridos de la Esperanza te amortiguarán los golpes dados contra las piedras ásperas de los egoísmos y racionalismos que tanto hacen sufrir y podrás resistir el camino hasta llegar a tu meta que es Dios. Las cándidas flores de la Fe perfumarán tu corazón disgustado con tantas cosas, cubrirán tus heridas y, más que nada, te dirán que Dios es Padre y Amor, que es verdad cuanto El promete y que se cumple cuanto prometió. Y si se emperlan de lágrimas y se impregnan de sangre, aún serán más preciosas a los ojos de Dios. Y cuando el enemigo, en forma de pez o de cualquier clase de seducción, te quiera devorar o seducir, llámame  ruega porque ¡es tan dulce acudir a la llamada de los pequeños Tobías...! Y ¡le es tan dulce a Dios inclinarse sobre quien le invoca...!

Te mostré el mismo camino por el que conduje al joven Tobías (Tobías 6, 1-9). Camino placentero porque sobre él vigila el ojo de Dios. Camino seguro, aunque no exento de insidias, pues lo vigilan los defensores mandados por Dios. Y camino triunfal porque discurre entre las virtudes, dominado por el Sol eterno y flanqueado por la Gracia que lo es todo.

Torno a Aquel que me ha enviado y te dejo la paz que procede del Cielo".

264-265

A. M. D. G.