7-1-47

 

 

me da muchas lecciones secretas y suavísimas;

pero dice que es inútil que las escriba

 

 


 

Desde los primeros días del año vivo rebosando de gozo. ¡Cuánto gozo! ¡Cuántas lecciones íntimas de Jesús durante mis largas noches de enferma! En la noche del 2 al 3, su Mano me quitó el espasmo que a nada cedía en mi estómago y después... Esta mañana la dulce parábola de las dos lámparas. Si no me da orden de escribirla, no la escribo. El, actualmente, me da muchas lecciones secretas y suavísimas; pero dice que es inútil que las escriba. Y yo obedezco.

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A. M. D. G.