14 de septiembre
que quiere decir la expresión:
"Dice la Sabiduría, dice el Señor"
Dice Jesús:
"¿Has pensado alguna vez lo que quiere decir la expresión que está en boca de los teólogos cuando hablan de todos los escritos del Antiguo y del Nuevo Testamento: "Dice la Sabiduría, dice el Señor"? No ha muco oíste decir a un predicador: "Dice el Señor: 'Por más que yo hablase las lenguas de los hombres y de los ángeles...'". No dijo: "Dice Pablo" (1.ª Corintios 13, 1) sino "dice el Señor".
Y la verdad es que Dios se halla tan presente en sus amadores que su personalidad y,
sobre todo, su pensamiento se anula en el de Dios
¿Por qué? ¿Por respeto pensando que Dios es informador de todos los actos del hombre? También; pero, sobre todo, porque ésa es la verdad. Y la verdad es que Dios se halla tan presente en sus amadores que su personalidad y, sobre todo, su pensamiento se anula en el de Dios y ya no es Pablo, Pedro, Juan, Santiago ni Judas sino que Pedro, Pablo, Juan, Santiago y Judas, portavoces de Dios, dicen lo que Dios habla en ellos y sus palabras son la voz de Dios. Y esto fue así, en los tiempos más remotos, con Isaías, Jeremías, Jesús Ben Sirac, Sofonías, Miqueas, Zacarías... y en tiempos más cercanos con todas las voces del Señor esparcidas a lo largo de los siglos para transmitir a los hombres las palabras de Dios. Esas palabras que son otras tantas luces, otras tantas medicinas y otras tantas gracias.
¿Ves cuán bueno es el Señor con aquellos que son suyos del todo? De esos hombres hace tan una cosa con El que ya no son ellos sino El quien habla y obra hasta el punto de poderse decir con propiedad "dice el Señor" de lo que por su mano escriben. Y observa asimismo cómo justamente no pueden ellos gloriarse de las palabras que escriben por cuanto las mismas no son suyas sino del Señor.
Por eso te dije siempre: sé constantemente humilde, ya que si en ti surgiese un átomo de soberbia por lo que escribes, Yo te abandonaría hasta tanto que un prolongado y sincero arrepentimiento te hiciera de nuevo acepta a mi Corazón.
Queda en paz, alma mía, pequeña crucificada. La cruz, tras haber sido tenida por objeto de horror, fue exaltada al haberme llevado a Mí, convirtiéndose en instrumento de redención. Los crucificados, tras haber sido probados en el dolor, serán exaltados por haber dado cumplimiento en sí a cuanto faltaba a mi Pasión".
382-383
A. M. D. G.