30-10-47
'nos salvaremos con María'
la necesidad de recurrir a María única y postrera salvación nuestra
Mas el Amor te perdonará por tu amor y conforme a mi palabra.
Ayer, uno de mis siete valedores me hizo saber que un dominico habíale escrito diciendo: "Sé de un alma que tiene comunicación con Nuestra Señora que 'nos salvaremos con María'. Nada más puedo decirle, pero acuérdese de esta frase y dentro de dos o tres años acertará a contestarme lo que sea".
la necesidad de recurrir a María: única y postrera salvación nuestra
Esta valedor mío nada sabe de las comunicaciones que yo he tenido sobre la necesidad de recurrir a María: única y postrera salvación nuestra. Fuera del P. Berti, nadie lo sabe. Y ni el mismo P. Berti conoce la penúltima del 23 de octubre (acerca del Año Santo de carácter mariano). Esta coincidencia de voces sobre el poder de María para salvarnos me ocasiona uno de esos sobresaltos que experimento siempre que por otros conductos, para mí desconocidos como yo para ellos, oigo repetir cosas que a mí se me han dicho.
Este mismo valedor me hace saber que el P. Pedro Pennoni, en su reciente visita a Camaiore (septiembre de 1947) le dijo a la señora Favilla (una de tantas exaltadas a las que imprudente y desobedientemente les entregaron los Padres Migliorini, Pennoni, De Santis, etc. etc., los fascículos de los años 1943 a 1945) como el P. Migliorini continúa escribiendo y copiando las comunicaciones de la "portavoz" y asimismo cómo algunos cuadernos les han sido presentados al Santo Padre y a la S. R. Rota (?) para su examen. Así pues ¿hasta cuándo ha de continuar la pertinacia en ser indelicados, imprudentes, etc., etc.? Que Dios les perdone y sea El quien provea...
Esta noticia me produce dolor y turbación durante toda la tarde, la noche y la mañana. Después mi mente se aleja de esta amargura para pensar en un hecho..., por decirlo así, casero.
Decíale ayer a mi inquilina, buena aunque nada practicante y en vísperas de ser madre: "No me gusta hacer de predicador. Respeto en todos su libertad de creer o no creer, de practicar o no practicar, limitándome a hacer patente mi fe y si el ejemplo atrae, mejor que mejor; pero si no atrae... lo dejo en las manos de Dios. Mas, como le digo, a usted, que tiene miedo a un parto quirúrgico, le vendría bien comenzar a poner en punto seguro su conciencia. Si usted está en gracia de Dios, El y sus Santos y en especial María Santísima y Santa Ana le ayudarán. No me placen los que aguardan a llamar 'Señor, Señor' cuando se están ahogando sin haberse preocupado de proveerse a su debido tiempo del salvavidas y después se quejan del Señor porque no les ayuda...". Me dijo: "Haré lo que debo por Navidad" y ahí terminó la plática.
Esta mañana he estado pensando: "Está bien. Descargará su conciencia de todas las misas dominicales no oídas y de todo lo demás por Navidad. Mas el hijito habrá de nacer a finales de enero... Tendrá, por tanto, cuatro domingos al menos sin Santa Misa sobre su alma... Y si entonces ocurriese algún desastre, ¿qué sería de su pobre alma? Me vuelvo pues a Jesús diciéndole: "Señor, es una ignorante, una analfabeta en religión. Aplícale por tanto tu plegaria de perdón ya que no sabe lo (que) hace".
Y Jesús me responde de improviso: "Y lo haré, lo haré ciertamente porque con toda propiedad es una salvaje en religión. Se encuentra muy poco por encima de los que tan sólo tienen el estimulo instintivo hacia Dios sin saber quién es el verdadero Dios. Mas no es suya la culpa. ¡Hay tantos como ella...! Recibieron el Bautismo, la Confirmación, la Eucaristía y demás Sacramentos porque... así se estila dárselos a los niños o recibirlos... y estos Sacramentos son a modo de encuentros extraordinarios conmigo... después me pierden de vista y ya no se acuerdan de venir a Mí que espero a todos los peregrinos de la Tierra. Ni los parientes ni ellos piensan en tal cosa. Son católicos porque están bautizados, mas no se hallan unidos a Mí porque no están vivos. Son animales-hombres y no Hombres unidos a Dios por la Gracia. Son míseros que han de ser compadecidos y ayudados a salvarse. Tú, por el contrario, serás juzgada severamente por haber recibido instrucción religiosa perfecta directamente del verbo de Dios: el Perfectísimo".
Me siento juzgada digna a todas luces del infierno y me parece como si ya me envolviesen las llamas infernales. Estas palabras me causan un pavor profundo.
Mas el Amor te perdonará por tu amor y conforme a mi palabra.
Pero Jesús, tras una pausa en la que me deja meditar –y aseguro que jamás hice un examen de conciencia tan severo, minucioso y contrito como el de esta mañana ni me aniquilé tanto en la humildad viéndome "fango, impureza e indignidad" como esta mañana– pero Jesús, tras una pausa, añade: "En verdad te digo que si, a tu insuficiencia en relación con la instrucción religiosa que te he dado, no unieses un amor total como el que me profesas, muy prolongada sería tu estancia en el Purgatorio, ya que tú serías juzgada con arreglo a la Justicia hasta de los más leves defectos. Mas el Amor te perdonará por tu amor y conforme a mi palabra. Porque Yo dije: "Al que mucho amó muchos pecados le serán perdonados". Y a ti te digo: "Te serán perdonadas tus venialidades e insuficiencias porque me amas con toda tu capacidad de amar. Vete en paz, María. Eres víctima de la Justicia, pero es el Amor el que te juzga. ¿Comprendes? El Amor. El amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Nosotros: el Amor".
Y con esto se me pasa el susto...
397-399
A. M. D. G.