25-12-47

 

 

Los regalos de Navidad prometidos por la Virgen

 

 


 

Los regalos de Navidad 

 una ofensa que se infiere a la Maternidad divina de María

 


 

Los regalos de Navidad

 

Los regalos de Navidad que me ha prometido María Santísima son éstos:

I. La destrucción de mi dignidad.

II. Una semejanza más viva con Jesús-pobre.

III. Me traen para leer un opúsculo sobre la Aparición de la Virgen Reina de la Revelación y, finalmente, llego a saber también yo algo al respecto. En otro momento consignaré mis apuntes en relación con las noticias del folleto.

IV. El regalo materno de mi Madre María Santísima...

V. El regalo secreto.

¿Cuál de éstos es el mayor de los regalos prometidos? Algunos pensarán que el último es el más eminente y personal y así llegue yo a describirlo sirviendo de pasto a los curiosos. Mas yo me declaro por el primero... a lo que asiente María Santísima.

* * *

 

una ofensa que se infiere a la Maternidad divina de María

 

Y con los regalos, un dolor: una ofensa que se infiere a la Maternidad divina de María, la negación de la Concepción por obra del Espíritu Santo y de la inviolabilidad, anterior y posterior al nacimiento de Jesús, del seno virginal de María; la mofa de la castidad de los dos virginales y castos esposos y la negación del éxtasis en que sobrevino el nacimiento de Jesús, privado de todas las miserias inherentes al parto de las mujeres y al nacimiento de los hijos...

Me sube la fiebre a 39.º por el dolor de estas cosas... ¡Y si al menos fuesen ateos los que las dicen...! Pero no, que es una católica, una asidua practicante, una anciana, educada en una familia profundamente cristiana y en un colegio de monjas... Trato de insinuar la verdad luminosa entre tanto fango negro por amor a la verdad y a María Santísima y, asimismo, por encontrarse presentes los Rosa de fe muy débil... Mas termino por callar puesto que, a cada palabra mía, responde con una cada vez más audaz y sacrílega contestación de escarnio...

¡Y esta es mi Navidad de 1947... la última quizás! Mas prefiero morir a tener que oír insultos dirigidos a María Madre-Virgen en el segundo de sus más bellos misterios.

418-419

A. M. D. G.