17 de mayo, después del mediodía.

 

 

Se me figura la Dolorosa de los momentos de la Pasión

 

 


 

Primero Jesús, Ecce Homo,...Más tarde María Santísima de Fátima 

  ¿Es por mí este llanto?¿ He faltado

 


 

Primero Jesús, Ecce Homo,...Más tarde María Santísima de Fátima

 

Primero Jesús, Ecce Homo, que está esperando la Cruz y me dice: "Ellos me cargan nuevamente con la cruz para que Yo les redima con mi dolor... Su obstinación en la impenitencia me flagela, me corona de espinas, me carga con la cruz... tres martirios por sus tres concupiscencias humanas, mentales y espirituales".

Más tarde María Santísima de Fátima, Ella precisamente con el manto blanco y dorado, el Rosario en la mano, su veste cándida si bien con el rostro dulcemente dolorido.

Desciende por el sendero de nubes hasta mi lecho y a la altura del mismo. Mas no son dos lágrimas, como el pasado día 8, las que le bañan el rostro... es un diluvio de lágrimas las que le lavan el rostro, inundadlo de perlas, o mejor dicho, de diamantes, su blanca vestidura viniendo a caer hasta sus pies desnudos. Y si el llanto del día 8 era sosegado –dos lágrimas tan sólo se deslizaron de los ojos a través de su rostro afligido aunque no contraído por el dolor– hoy, en cambio, es un gran llanto que hasta altera los rasgos del rostro y agita todo el cuerpo con un intenso sollozo... Ni una palabra siquiera... Sólo miradas y lágrimas.

 

¿Es por mí este llanto? ¿He faltado?

 

Le pregunto: "¿Es por mí este llanto? ¿He faltado?".

Mueve la cabeza, dibuja una leve sonrisa y confirma con la voz: "No, no es por ti. No eres tú la que me hace llorar... Pero, ¡cuánto, cuánto dolor!".

Querría consolarla, mas no me da tiempo a preguntarle con que podría hacerlo. Dice: Amándome cada vez más para consolarme de los que son hijos pródigos que dejan de habitar en el Corazón de la Madre, en mi Corazón Inmaculado cuyos latidos de amor santifican al que lo acoge".

A continuación se aleja llorando, un poco encorvada, como desalentada. Se me figura la Dolorosa de los momentos de la Pasión.

479-480

A. M. D. G.