3 de junio.
1er. viernes del mes del Sagrado Corazón
mI NUEVO TÍTULO ES ESTE:
"María Inmaculada,
víctima traspasada por los pecados del mundo".
Mi nuevo título es éste María Inmaculada, víctima traspasada por los pecados del mundo.
Para compensarme el sufrimiento atroz, Jesús está de continuo conmigo y renueva el milagro de apagar mi sed con la Sangre de su Corazón abierto y de sumergirme en el fuego de su Corazón... Es la bienaventuranza...
Y, después de manifestarme que le agrada el que se recen en Roma los Rosarios en común
"porque la oración es más eficaz si se hace por muchos", me dice:
María Santísima viene por la tarde, siempre como lo hizo el 31 de may y 1.º de junio. Y, después de manifestarme que le agrada el que se recen en Roma los Rosarios en común "porque la oración es más eficaz si se hace por muchos", me dice: "¿Quieres saber por qué me ves con este desacostumbrado manto de penitencia, de luto casi, por más que ya no llore e irradie el gozo de mi corazón? Pues bien, te lo voy a decir y te revelaré un nuevo título por el que deseo que me invoques.
Por más que no se medite, acepte ni crea acerca de mi dolor y su descripción parezca humillante y hasta se quiera negar precisamente por no saber ponderar mi dolor de madre y de creyente, yo fui víctima junto con mi Hijo. Lo fui y lo soy porque toda ofensa inferida a Él hiere mi corazón, flagela el amor que le profeso, lo mismo que sus padecimientos de aquel día de Pasión fueron para mi flagelos, golpes, espinas, clavos, empellones y caídas.
Y así, ahora que la Humanidad descarga una furiosa, incansable y cada vez más violenta granizada de ofensas contra su Señor, yo visto el manto de penitente, yo, la víctima con mi Hijo que es la Víctima divina.
¿Ves? Estoy con el mismo ademán suplicante que tuve en el Sepulcro a la hora de mi completo sacrificio y de mi suprema plegaria por los hombres. Imploro y distribuyo gracias... Recojo plegarias y reparaciones... Me ofrezco y ofrezco. Imploro al Padre y le imploro piedad. Conforto con mis gracias a los fieles. Recojo sus plegarias y reparaciones que las ofrezco para consolar al Amor de mi Corazón; y para hacer que sean poderosas, me ofrezco con vosotros yo, Madre víctima de la Humanidad y por la Humanidad.
"María Inmaculada, víctima traspasada por los pecados del mundo".
Salúdame así, María: "Ave, María, Madre Víctima por los pecados de los hombres, ruega por nosotros". Mi nuevo título es éste: "María Inmaculada, víctima traspasada por los pecados del mundo".
Y Jesús asiente... Después desaparece María Santísima, quedando Jesús que continúa todavía...
484-485
A. M. D. G.