6 de enero de 1950
Si Él habla, tú escribes. Si Él calla, tú no escribes
Dice el Espíritu Santo:
"Escribe, y sirva de respuesta a las necias deducciones de algunos. Respuesta el prolongado silencio (18 meses) y respuesta la nueva palabra.
Respuesta el prolongado silencio, porque es respuesta que dice a tus calumniadores que no hay en ti voluntad de escribir o no escribir sino únicamente voluntad de obedecer a Dios.
Tú eres el instrumento y la portavoz. Y un instrumento permanece inerte
hasta que el artífice lo toma en sus manos para realizar con él un trabajo.
Si Él habla, tú escribes. Si Él calla, tú no escribes, pues no eres simuladora de cosas extraordinarias ni una desequilibrada que tome por sobrenaturales palabras y visiones dictadas por el delirio. Tú eres el instrumento y la portavoz. Y un instrumento permanece inerte hasta que el artífice lo toma en sus manos para realizar con él un trabajo. Y una portavoz carece de voz hasta tanto la Voz no la llena de sí para que la difunda por el mundo. Esto y no más eres tú.
Y es respuesta la nueva palabra, tras el prolongado silencio, para decir la verdad a los ciegos que tienen sus ojos cubiertos con las escamas de su carnalidad, los cuales ven las cosas como se las presenta su malvado pensamiento y no como son en la realidad porque están ciegos. Ven lo exterior y no saben lo que pasa entre el Espíritu divino y el espíritu del siervo de Dios, ven el aparente silencio, pero no pueden penetrar los motivos de ese silencio porque el hombre carnal no puede penetrar con su opaco pensamiento en los misterios de la Luz hecha Palabra.
Porque lo que es vida divina, lo que diviniza hasta, incluso, una sonrisa,
haciendo de ella motivo para un premio futuro,
es el amor. Sólo el amor
Para responder a estos necios digo Yo ahora que voy a hablar después de tanto callar. Mas porque soy Dios y Dios es Bondad, no te violentaré a ti, víctima que te vas consumiendo más y más. Ajustaré mi Palabra a tus posibilidades físicas dando así una nueva lección a los culpables contra la caridad y la justicia y, por ende, contra Dios, los cuales no regulan con la caridad y la justicia sus actos para contigo que te encuentras enferma y pecan contra el doble amor que la Ley antigua y el Verbo encarnado proclamaron ser el primer mandamiento sin el cual no pueden ser verdaderos y vivos los otros; y son vanas, falsas y despojos muertos, sin valor alguno para el juicio de paz y de gloria, las manifestaciones formales y literales del culto. Porque lo que es vida divina, lo que diviniza hasta, incluso, una sonrisa, haciendo de ella motivo para un premio futuro, es el amor. Sólo el amor.
No sin acuerdo divino quedaron detenidas las lecciones en el versículo 4.º del capítulo 8.º de la Epístola a los Romanos para reanudarlas en el versículo 5.º del mismo capítulo después de 18 meses. Hasta el 4.º se hablaba de ti, que vives del espíritu, y de quienes son como tú. Del 5.º en adelante hasta el 7.º se habla de éstos. Y en este punto se reanuda la lección, acomodada a los tiempos actuales.
Hasta el balanceo de un lirio lo regula la Sabiduría de Dios".
502-503
A. M. D. G.