LA EPÍSTOLA PAULINA DESCRIBE LOS USOS
DE ESTE TIEMPO QUE SE SATANIZA.
#Cada palabra es una pincelada de color que dibuja al hombre de esta época
#Y las tintas menos atroces las dan los epítetos: murmuradores, jactanciosos, necios, desordenados
#quien hace tales cosas es digno de muerte... y llevan a cabo la suprema profanación
A los Romanos, cap. 1º, del versículo 24 al 31 inclusive.
Dice el Autor Santísimo:
"Con más exactitud que una pintura que retraiga la perfección la realidad y que una crónica que relate fielmente los acontecimientos y costumbre de una época, la epístola paulina describe los usos de este tiempo que se sataniza.
Cada palabra es una pincelada de color
que dibuja al hombre de esta época
Cada palabra es una pincelada de color que dibuja al hombre de esta época, a las nueve décimas partes de los hombres de esta época. Todas las matizaciones precisas para pintar, no al hijo de Dios tal cual habría querido Dios que lo fuese, no al hombre superhombre que creen ser estos monstruos de aspecto humano que son las nueve décimas partes de los hombres, sino para pintar al anti-hombre, al degenerado hijo de Dios, al fruto pavoroso del connubio de la Humanidad con la Corrupción, al servidor de Satanás, son empleadas para obtener una pintura perfecta.
Y las tintas menos atroces las dan los epítetos:
murmuradores, jactanciosos, necios, desordenados
Y las tintas menos atroces las dan los epítetos: murmuradores, jactanciosos, necios, desordenados. Las tintas vánse ensombreciendo después más y más hasta alcanzar el color del más profundo infierno, de los pecados contra la naturaleza tan corrientes hoy día y cometidos, no ya para satisfacer su réprobo sentido, sí que también para saciar su avidez de riquezas.
la tinta más sombría del cuadro.
¿Por qué no nos la dejó?
Porque la ignoraba.
Ahora bien, por más que Pablo hablase a hombres de su tiempo, a hombres que vivían entre paganos y, más que a paganos, a hombres sin dios alguno -porque si al menos hubiesen respetado a un dios, o sea, una ley moral aunque imperfecta, puesto que hasta el hombre más ignorante de todo código religioso percibe instintivamente, de no ser uno que no quiere percibir, la existencia de un Ser Supremo al que su espíritu aspira por su propia naturaleza espiritual, mediante la cual, como espiritual que es, trata de unirse con el Espíritu que fue su principio- a hombres que intencionadamente querían ignorar cualquier dios para carecer de todo freno de ley moral aunque sólo fuese natural; por más que hablase Pablo a hombres como éstos que vivían entre tales monstruos, no, todavía no nos dejó marcada la tinta más sombría del cuadro.
el advenimiento de la apostasía
y de la manifestación del hombre de pecado
¿Por qué no nos la dejó? Porque la ignoraba. El subió en espíritu al tercer cielo y conoció multitud de verdades, incluidas las de los últimos tiempos. Mas no tuvo conocimiento de una perversidad de estos tiempos semifinales, una perversidad que prepara el advenimiento de la apostasía y de la manifestación del hombre de pecado.
Escribía El a los Tesalonicenses: "Está ya en acción el misterio de iniquidad", mas, a renglón seguido lo rebatía diciendo: "Solamente está allí el que ahora lo detiene y lo detendrá hasta que sea quitado de en medio".
¿qué nombre daré Yo a esos ritos obscenos,
a esas orgías horrendas terminadas en cópulas satánicas
en las que el señor y sacerdote es el mismo Satanás?
Mas cuando las nueve décimas partes de la Humanidad rechacen a Aquél que detiene el desarrollo del misterio de iniquidad hasta pasar de misterio a realidad horrenda con el nefando reinado de la Bestia que se proclamará Dios exigiendo honores divinos. Ahora bien, cuando a la Bestia le sean tributados honores divinos y sea invocada y evocada con ritos obscenos en su honor, ¿podrá Dios continuar oponiendo el dique a los avances de la Serpiente infernal?.
Y ¿qué nombre daré Yo a esos ritos obscenos, a esas orgías horrendas terminadas en cópulas satánicas en las que el señor y sacerdote es el mismo Satanás?
¿qué vocablo emplearé para llamar con su justo nombre
a este pecado supremo,
a esta religión satánica,...?
Y ¿qué vocablo emplearé para llamar con su justo nombre a este pecado supremo, a esta religión satánica, superior en atrocidad a la más bárbara religión antigua o a otra que aún exista entre los salvajes?
Aquí no se inmola a los dioses los cuerpos de las victimas inocentes como, en un tiempo, a Moloc. Aquí no se matan hombres civiles para homenajear con ellos al ídolo salvaje. Aquél se inmola al Inmolado; aquí se hiere al Inocente; aquí se da en sacrificio al Adversario al Hijo de Dios encarnado, vivo en el Santísimo Sacramento, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
¡Oh, cómo reirá Lucifer con su carcajada horrenda en estos sus tiempos y horas de gloria! Está -él, el maldito, el fulminado, el expulsado por Dios- sobre su trono, sobre el trono que los hombres le han alzado y a su horrendo escarnio se le ofrece el Cordero. Aquél a quien jamás él venció, Aquél en quien jamás él pudo entrar, Aquél que le venció cien y mil veces, le vence desde hace veinte siglos y le vencerá hasta el fin, libertando a los espíritus de buena voluntad de su infame poder.
Y el Sacramento de los sacramentos,
este misterio de amor...,
es dado por los hombres a Satanás
como medio para su efímero triunfo.
Será vencido. Mas, entre tanto, tiene algo de vencedor. Y el Sacramento de los sacramentos, este misterio de amor para el que, hasta el más seráfico amor del hombre es siempre insuficiente a tributarle el debido honor, es dado por los hombres a Satanás como medio para su efímero triunfo.
No.
La misericordia de Dios mantúvole oculto
este pecado que hace estremecer al Cielo entero
Esto Pablo no lo conoció. No. La misericordia de Dios mantúvole oculto este pecado que hace estremecer al Cielo entero. Y -escuchad bien vosotros que os sobrecogéis de horror en el Cielo- si aquellos que profanan las Sagradas Especies ignorasen que en ellas se encuentra Cristo vivo y verdadero, tal como fue en la Tierra y está en el Cielo; si no creyesen en su presencia en las Especies consagradas, sus prácticas reduciríanse a un simple acto de magia. Mas ellos lo saben y esto constituye su pecado imperdonable.
quien hace tales cosas es digno de muerte...
y llevan a cabo la suprema profanación
No es aplicable a ellos la plegaria del Redentor puesto que "saben lo que hacen". Ni tampoco la palabra de Pablo -"Habiendo conocido que la divinidad, cual en ella se crea y se piense, premia a los justos y castiga a los malos, ya que un concepto de justicia, por muy imperfecto que sea, lo tiene en su pensamiento todo aquél que crea en la divinidad que se ha forjado o que conoce ser la verdadera y única, no comprendieron que quien hace tales cosas es digno de muerte"- porque ellos comprenden y, eso no obstante, llevan a cabo la suprema profanación".
8-1-48
A. M. D. G.