"SI EL MUNDO ENTERO HA DE RECONOCERSE
CULPABLE ANTE DIOS...
¿QUIÉN PODRÁ SALVARSE?"
#la fe vale más que la Ley para salvar al hombre
A los Romanos, cap. 3.º, del v. 21 al 31.
Dice el Autor Santísimo:
"Si el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios, si la conciencia del pecado viene de la Ley y nadie será justificado ante Dios mediante las obras de la Ley, ¿quién podrá salvarse? Y si todo el mundo debe ser reconocido culpable ante Dios, ¿merecerá la pena, en tal caso, pertenecer a su Pueblo?
Estas palabras del Apóstol, a renglón seguido del párrafo meditado anteriormente, ¿no destruyen la esperanza en la promesa divina? No. No destruyen la esperanza ni la promesa. No condenan al mundo a perecer inexorablemente. No desaniman con el pensamiento de la inutilidad de pertenecer al Pueblo de Dios, antes ensanchan la esperanza y la promesa, la confianza en el amor del Padre Creador de todo ser, invitan a entrar en este Pueblo bendito, animan a realizar las obras de la Ley sin temer que no valgan para salvarse al conocerlas y practicarlas sino para condenarse si se cumplen siempre imperfectamente.
"todos aquellos que creen en Cristo son justificados
gratuitamente por su gracia
mediante la Redención llevada a cabo por El"
Y ¿por qué? Porque "todos aquellos que creen en Cristo son justificados gratuitamente por su gracia mediante la Redención llevada a cabo por El".
¡Oh!, verdaderamente El "tomó sobre Sí todas las maldades del hombre; Dios, su Padre, cargó sobre El la iniquidad de todo el mundo y sufrió el castigo que devuelve a los hombres la paz".
He aquí el Pastor y el Cordero que congrega a "las ovejas errantes que se desviaron del camino del Cielo". El, a los hombres atraídos por los halagos de la carne, del mundo y de Satanás, prontos a pasar a pastos engañosos, hales marcado una señal con su Sangre. Esa señal lleva de esa fangosa Tierra en que vivís al Reino de Dios. Esa Sangre, esa Sangre divina del Verbo Encarnado, esa Sangre inocente del Hijo del Hombre, esplende y da voces a todos los hombres indicándoles el camino y la verdad que han de seguir para hacerse con la vida.
"la Víctima propiciatoria preordinada por Dios"
es un eterno presente que tuvo su inicio, desde siempre ...
Advertid que Yo hablo en presente porque la Redención mediante "la Víctima propiciatoria preordinada por Dios" es un eterno presente que tuvo su inicio, no desde la hora de nona, ni desde el vagido de Belén, ni desde las revelaciones de los profetas, ni desde la promesa hecha a Abraham, ni desde la condena del Edén, ni desde la primera disposición creativa: "Hágase la luz", sino que fue desde siempre, siempre, al igual que desde siempre fue Dios, Uno y Trino, engendrado de su perfecta Unidad al Hijo y al Paráclito de los dos Primeros procede sin producir por ello división en la Unidad y sin , por esta inalterada Unidad, crear confusión alguna de Personas.
la Unidad pensante antes de que fueran creados
el Universo y las criaturas de éste, perfectas en su origen
e imperfectas por su voluntad,
engendró al Verbo, la Víctima.
El Pensamiento, en su eterno presente divino, siempre tuvo preordenada y querida la Víctima redentora. Y éste su latido infinito de amor misericordioso eternamente habido por la Unidad pensante antes de que fueran creados el Universo y las criaturas de éste, perfectas en su origen e imperfectas por su voluntad, engendró al Verbo, la Víctima.
He aquí por qué cabe decir que Dios es Amor y que toda operación de Dios es amor desde aquella misteriosa e infinitamente admirable operación de la generación del Verbo, como también del ser del Paráclito que es amor infinito y recíproco de los dos Primeros, hasta la semilla que en este momento, después de milenios transcurridos desde la Creación, lanza su germen fuera del surco para crear más adelante una familia de granos, futuro pan para el hombre.
Dios es infinitamente bueno, amoroso, sabio, paciente. Por éstas sus perfecciones El quiso el Redentor antes de que fuese el Pecado, y por estas perfecciones supo "soportar los delitos precedentes de los hombres a fin de dar a conocer la justicia en el momento preciso y para que tuviesen redención todos aquellos que, por luz espiritual o por conocimiento doctrinal, creen en Cristo Jesús".
"todos aquellos que, por luz espiritual
o por conocimiento de doctrinal"
creen en cristo jesús tendrán redención
He dicho: "todos aquellos que, por luz espiritual o por conocimiento de doctrinal". Este es un punto que no meditan muchos suficientemente y sobre el cual inciden en el mismo error de los antiguos hebreos que creían ser ellos los únicos destinados al Cielo por ser los únicos que conocían la existencia del verdadero Dios y su Ley.
¡Míseros! ¡Para cuántos de ellos resultó condenación este conocimiento! Condenación porque tal conocimiento no fue en ellos motivo de humildad sino de soberbia. Tuviéronse por justificados, sin necesidad de circuncidar su espíritu, por el mero hecho de hallarse circuncidada su carne. Creyéronse en posesión del triunfo por rapiña, por derecho prepotente. No. El Cielo es para todos conquista. Dura. Larga. Segura tan sólo para quienes perseveran con buena voluntad hasta el término de su existencia.
"habrá una vía que será llamada santa"
La vía marcada con la Sangre de Cristo.
"El que la sigue, aunque sea ignorante, podrá errar"
Fue dicho por los profetas que la Sinagoga será destruida y destruidos también el Templo y la Nación de Israel, mientras que "el desierto sin caminos de la Tierra se verá lleno de alegría", y surgirán en el desierto las multitudes de los nuevos pueblos de Dios "y verán la gloria del Señor" y oirán estas invitadoras palabras. "No temáis. Aquí está vuestro Dios. El viene y os salva". Y "entonces se abrirán los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos (los gentiles). Y "los cojos (los bárbaros) correrán como ciervos", igual que si estuviesen sanos, a las aguas del Salvador. Y "las aguas purificadoras brotarán hasta en donde ahora (hablo al presente de Dios, pero aludo a los tiempos que se iniciaron con la evangelización apostólica y que no terminarán hasta el final de los tiempos) hay aridez de idolatría, y los torrentes (de la sabiduría) se derramarán por donde hay ignorancia de Dios y de su doctrina... y donde antes se encontraban los cubiles de los dragones" (el pecado, la idolatría, las herejías, toda perversidad nacida del Mal) surgirán las moradas de los elegidos a la filiación divina y "habrá una vía que será llamada santa" La vía marcada con la Sangre de Cristo. "El que la sigue, aunque sea ignorante, podrá errar". ¡Oh consoladora promesa! "No habrá en ella leones ni bestias maléficas sino que camina y a la filiación entre Dios y el hombre, rota desde Adán, y, llenos de sobrenatural alegría, completarán su día hasta que la entrada en el Reino de Dios enjugue todo llanto y anule todo dolor para siempre.
Esta es la promesa y ésta la respuesta a quien cree que sólo un católico puede salvarse. Y ésta es también la explicación de mis palabras: "o por espiritual conocimiento".
Dios tiene todo el poder. Dios tiene toda la misericordia. Y se goza en comunicare a esos espíritus que anhelan al Dios desconocido cuya existencia sienten sin saber cómo, quién, dónde se encuentre ni cómo ir a El. Muchos, si se mira a su número, mas pocos si se comparan compara con los miles de millones de hombres, que, a partir de Adán, han pisado el suelo de la Tierra, son los que se han "salvado" por la fe en el Dios verdadero, por esa fe encontrada misteriosamente viva en el centro de su espíritu y a la que Dios hízola más fuerte y diáfana en premio a su justicia ofrecida al Dios desconocido que ellos trataban de conocer.
la fe vale más que la Ley para salvar al hombre
¡Muchos!, sí, ¡muchos!. Porque Dios justifica, tanto a los incircuncisos como a los circuncisos por medio de la fe. Y muchas veces, verdaderamente, los incircuncisos, mediante la fe misteriosa que les anima (un don divino para éstos de buena voluntad), sin que conozcan las obras prescritas por la Ley obran mejor que aquellos que las conocen, haciendo así patente que la fe vale más que la Ley para salvar al hombre, porque donde hay fe en un Dios desconocido que ama y premia por el bien realizado en su honor, allí hay esperanza y allí está la caridad. Y donde hay caridad hay salvación. Porque, ciertamente, al final de los tiempos, aquellos que no fueron bautizados con el agua lo serán con el Fuego, es decir, con la Caridad dada como premio de su caridad".
25-1-48
A. M. D. G.