Razones de la actuación de Dios con su
Pueblo, el último de los convertidos
#Adán es figura bien señalada de lo que significa caer en la reprobación de Dios
#no todo Israel ha de ser reprobado y excluido, y esto debido a los méritos de sus padres
Cap. 11.º, vv. 25-36.
Una de las señales de la última venida de Dios
y del Juicio que seguirá al fin del mundo
es la conversión de Israel
¿Por qué ellos los últimos?
"Una de las señales de la última venida de Dios y del Juicio que seguirá al fin del mundo es la conversión de Israel, que será la postrer conversión del mundo a Dios.
¿Por qué ellos los últimos, cuando fueron los primeros en ser pueblo de Dios? Por decreto eterno y por decreto humano.
Y no os parezca injusto el decreto eterno. Ellos que eran ya los primeros -o mejor aún: los únicos- en el conocimiento de las verdades sobrenaturales, debieran haber sido los primerísimos en el nuevo pueblo de Dios: el pueblo de los cristianos; los mismo que Adán y su mujer debieran haber sido los primerísimos del pueblo celestial. Mas la falta de buena voluntad hizo de los primeros los últimos. Y como se dice en el Escritura de Enoc y Elías que fueron arrebatados, en vida, por Dios fuera del mundo y llevados a otro mundo mejor para retornar, en el momento oportuno, a predicar penitencia y combatir al Anticristo cuando el mundo se halle convertido en una Babilonia y en un Anticristo -y ello por su justicia extraordinaria- otro tanto se dice en la Escritura: que Israel, a causa de sus pecados, será reprobado por Dios y que, de primero, vendrá a ser el último que entre en el Reino de Cristo.
Adán es figura bien señalada de lo que significa caer
en la reprobación de Dios
Del mismo modo deberán pasar para el pueblo hebreo,
aún no estando para él inexorablemente cerrado
el Reino de Dios
Adán es figura bien señalada de lo que significa caer en la reprobación de Dios, pues él, no obstante haber expiado largamente su pecado sobre Tierra, hubo de aguardar, por cierto, siglos y milenios antes de volver a entrar en el Paraíso, al menos terrenal, en donde Enoc y Elías gozaban ya desde hacia siglos de la letificante amistad de Dios.
Del mismo modo deberán pasar para el pueblo hebreo, aún no estando para él inexorablemente cerrado el Reino de Dios por haberlo rechazado cuando podía admitirlo, siglos y milenios antes de que Israel torne a la amistad de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Antes habrán de ser "pueblo de Dios" los demás pueblos. Los últimos, ellos: los judíos. Los últimos, por más que de Sión, como siempre, hayan de venir los que han de ser la salvación.
Sión está aquí para llamar a Israel e Israel está aquí
para significar "pueblo de los hijos de Dios"
De Israel vino Jesús.
De Israel vinieron Enoc y Elías
y a El volverán para preparar el retorno del Hijo de Dios
Sión está aquí para llamar a Israel e Israel está aquí para significar "pueblo de los hijos de Dios". De Israel vino Jesús. De Israel vinieron Enoc y Elías y a El volverán para preparar el retorno del Hijo de Dios: Cristo, a fin de que, a su venida, la impiedad o la abominación de la desolación, de que habla la palabra evangélica, no sea cómo un cenagal inmundo que alcance a toda la Tierra y a todos los rincones de la misma, y para que todos, aun aquellos que durante siglos fueron protervos, sean en su totalidad predestinados a la Vida y la alcancen antes de que ya no exista el tiempo.
no todo Israel ha de ser reprobado y excluido,
y esto debido a los méritos de sus padres
Todos, incluido Israel. Porque, si como dijo Aquél que es la Palabra encarnada y Sabiduría del Padre, por los méritos de los elegidos serán acortados los días de la desolación, otro tanto ha de creerse que no todo Israel ha de ser reprobado y excluido, y esto debido a los méritos de sus padres (patriarcas, profetas y justos del pueblo hebreo). Por la justicia de éstos, Dios usará de misericordia y no cancelará la elección de los hebreos a ser su pueblo por no separar a los padres de sus hijos y porque Dios no es voluble en sus designios.
Si está lleno de misericordia para los paganos e idólatras y hasta para los pecadores que se arrepienten, en modo alguno podrá dejar de ser Padre de misericordia para aquellos que eran su pueblo y que por un celo que ya no resultó justo al no guardar medida ni ser ordenado -un celo que quería ser y se tenía por más perfecto que el mismo decreto, querer y designio de Dios- no supieron creer, aceptar y acoger a Cristo tal como Dios Padre habíalo mandado.
También para los hebreos murió Cristo. Y más aún: en sus plegarias postreras desde la Cruz encomendó al Padre a los hebreos más que a ningún otro pueblo porque eran los que más habían merecido la reprobación de Dios y persistido tenazmente en su error.
¿Por qué el pueblo elegido precisamente habría de ser
el más culpable?
¿Hubo o no un motivo inescrutable
en esta conducta de Dios?
Cierto que lo hubo
¿Por qué el pueblo elegido precisamente habría de ser el más culpable? ¿No podía impedir Dios que tal sucediese? Como fulminó a Saulo, ¿no podía fulminar igualmente a los príncipes de los sacerdotes, a los fariseos y escribas y así convertirlos a la Verdad y a la Justicia? Cierto que lo habría podido. Mas, ¿dónde entonces el mérito de su conversión, no espontánea sino forzada por un poder y querer divinos?
¿Hubo o no un motivo inescrutable en esta conducta de Dios? Cierto que lo hubo, pues Dios nada hace sin un motivo y un fin. Y todo fin es justo por más que resulte misterioso para los mortales.
Llegará el momento en que todas las cosas, ahora incomprensibles, obradas por Dios, se os descubran. Y entonces repetiréis con Pablo: "¡Oh profundidad de las riquezas de la Sabiduría y Ciencia de Dios!" ".
2-11-50
A. M. D. G.