ANNA CON UN CÁNTICO
ANUNCIA QUE ES MADRE
#"Gloria al Señor Omnipotente que ha amado a los hijos de David.
¿Qué clase de canto es ese? Nunca lo había oído. ¿De dónde lo sacaste?"
#ANNA ANUNCIA A JOAQUÍN QUE SERÁ MADRE
#¿Quieres repetirme ese cántico?
#LA CONCEPCIÓN DE ANNA SI ES VARÓN LE LLAMAREMOS SAMUEL, SI MUJER, ESTRELLA
#"Si es varón lo llamaremos Samuel. Si mujer, Estrella.
Vuelvo a ver la casa de Joaquín y Anna. Por dentro nada se ha cambiado, fuera de los ramos en flor puestos en jarrones acá y allá, que son indicio de que se han podado algunos árboles del huerto que están en flor: una gama de colores que va desde el blanco hasta el rojo de algunos corales.
También el trabajo de Anna es diverso. En un telar más pequeño que el otro, teje hermosas telas de lino y canta, llevando el compás con su pie. Canta y sonríe... ¿A quién? A sí misma, a alguna cosa que ve en su interior. El canto es lento y sin embargo alegre -lo puse a continuación porque lo repite muchas veces como deleitándose en él, y lo dice con voz cada vez más fuerte, más clara, como quien encuentra el ritmo en el interior. Primero lo dice en voz baja, como si no quisiera que otros lo oyesen, después más rápido y con más fuerza- dice, pues (y lo transcribo porque es muy sencillo y muy hermoso):
"Gloria al Señor Omnipotente que ha amado a los hijos de David. ¡Gloria al Señor!
Su gran bondad desde el cielo me ha visto.
La vieja planta ha dado un ramo nuevo, y soy feliz.
La esperanza en la fiesta de las Luces arrojó su semilla;
y la fragancia de Nisán la ve ahora germinar
Mi cuerpo cual almendro en primavera, se siente también florecer.
El siente, por las noches que lleva consigo el fruto.
En aquella rama hay una rosa, hay una manzana dulcísima.
Hay una estrella brillante, un pequeñín inocente.
Está la alegría de la casa, del esposo y de la esposa.
Sea alabado Dios, mi Señor, que tuvo piedad de mí.
Su luz me lo dijo: "Una estrella a ti vendrá".
¡Gloria, gloria! El fruto de esta planta tuyo será,
el primero y el último, que es santo y puro cual don recibido del Señor.
Tuyo será y por su medio sobre la tierra vengan la alegría y la paz.
Vuela, lanzadera. El hilo es para la tela del ser que nacerá.
¡Nace! A Dios llegue gozoso el canto de mi corazón."
Entra Joaquín, va a repetir por la cuarta vez su cántico. "¡Estás contenta, Anna! Pareces un pajarillo que se alegra en la primavera. ¿Qué clase de canto es ese? Nunca lo había oído. ¿De dónde lo sacaste?"
ANNA ANUNCIA A JOAQUÍN QUE SERÁ MADRE
"De mi corazón, Joaquín." Anna se ha puesto de pie y se dirige hacia su esposo rebosante de alegría. Parece más joven y más bella.
"No sabía que fueras poeta" dice el marido mirándola con admiración. No parece que sean dos esposos entrados ya en años, parece como si fuesen todavía jóvenes. "Desde el huerto te oí cantar y vine a ver. Hacía años que no oía tu voz de tórtola enamorada. ¿Quieres repetirme ese cántico?"
"Te lo cantaría aunque no me lo pidieses. Los hijos de Israel siempre han puesto en el canto los ímpetus más sinceros de sus esperanzas, de sus alegrías, de sus dolores. Al canto he encomendado que me diga y que te comunique una gran alegría. Así es, que me la diga, porque es algo tan grande que aunque estoy cierta de ella, todavía me parece ser un sueño..." y empieza nuevamente a cantar. Al llegar a las palabras: "Hay una rosa en aquella rama, hay una manzana dulcísima, hay una estrella" su hermosa voz de contralto, primero se hace trémula, luego se quiebra, y con un sollozo de alegría mira a Joaquín y levantando sus brazos, dice: "Soy madre, ¡querido mío!" y se le echa sobre el corazón, entre los brazos que él le abrió y que ahora los cierra para abrazar a su feliz esposa.
El más casto y feliz abrazo que haya visto desde que estoy en el mundo. Casto y ardiente en medio de su pureza. Un dulce reproche se oye entre los cabellos grises de Anna: "¿Y por qué no me lo habías dicho?"
"Porque quería estar segura... Pues ya estoy vieja... ¡saber que soy madre!... no podía creer que fuese verdad... y no quería causarte una desilusión más amarga que todas las demás. Desde fines de diciembre siento que algo se mueve en lo más profundo de mis entrañas, y que producen, como digo, una nueva rama. Y ahora en ese ramo hay un fruto... ¿Comprendes? Esta tela es para el ser que vendrá."
"¿No es el lino que compraste en Jerusalén en octubre?"
SI ES VARÓN LE LLAMAREMOS SAMUEL,
SI MUJER, ESTRELLA
"Sí. Lo torcí mientras esperaba... mientras esperaba, porque el último día mientras oraba en el templo, lo más cerca que se permite a una mujer acercarse a la Casa de Dios y ya era tarde... recuerdo que decía estas palabras: "Todavía, todavía un poco". No quería separarme de ese lugar hasta no haber obtenido lo que quería. Bueno: en la sombra que bajaba de lo interior del lugar sagrado que estaba yo mirando, como extática, para arrancar a Dios oculto su favor, vi que salía una luz, una chispa de luz hermosísima. Era blanca como la luna, y sin embargo encerraba en sí todas las luces de todas las perlas y joyas que haya sobre la tierra. Parecía como si una de las estrellas preciosas del Velo, esas que están a los pies de los querubines, se separase, se revistiese de una luz sobrenatural... parecía como si de la otra parte del Velo sagrado, de la Gloria misma partiese una llama de fuego y veloz a mí llegase, y al cortar el aire, cantase con celestial voz: "Hágase lo que has pedido". Y por esto canto: "Una estrella a ti vendrá". ¿Qué hijo será el nuestro, que se muestra como luz de una estrella en el templo y que dice: "Yo estoy" en la fiesta de las Luces? ¿Has acaso tenido razón al tomarme como una nueva Ana de Elcana? ¿Cómo llamaremos a nuestro hijo, que dulce como el canto del arroyo oigo que me habla en el seno con su pequeño corazón que palpita y palpita como el de una tortolita que se tiene entre las manos? "
"Si es varón lo llamaremos Samuel. Si mujer, Estrella. La palabra que ha dado forma a tu canto para poder dar esta alegría de saber que soy padre. La forma que tomó para manifestarse en medio de la sagrada sombra del Templo."
HIJA DE DIOS MAS QUE DE NOSOTROS
PORQUE NACE DE UN TRONCO SECO
ENTONCES LA LLAMAREMOS MARÍA
CUANDO HAYA ESTADO CON NOSOTROS TRES AÑOS
LA ENTREGAREMOS AL SEÑOR
"Estrella. Nuestra Estrella, porque, no sé, pienso, pienso que será una niña. Me parece que caricias tan dulces no pueden venir sino de una hija amadísima. Porque no la llevo yo, no me causa ninguna molestia. Es ella la que me lleva por una senda verde y florida, como si los santos ángeles me sostuviesen y la tierra estuviese lejos de mí... Las mujeres siempre me han dicho que el concebir y el llevar al ser es doloroso. Pero yo no siento ningún dolor. Me siento fuerte, joven, lozana más que cuando te ofrecí mi virginidad hace ya muchos años. Hija de Dios -más que de nosotros, porque nace de un tronco seco- a su madre no causa ninguna molestia, sino tan sólo le trae paz y bendición, esto es, los frutos de Dios, su verdadero Padre."
"Entonces la llamaremos María. Estrella en nuestro mar, perla, dicha. El nombre de la primera grande mujer de Israel. Pero ésta jamás será infiel a su Señor y sólo para Él cantará porque a Él se le consagra: una hostia antes de nacer."
"Sí, a Él se le consagra. Sea varón o mujer, después de que haya estado con nosotros tres años, lo entregaremos al Señor. También nosotros seremos juntamente con ella hostias, para la gloria de Dios."
I. 12-16
A. M. D. G.