NACIMIENTO

DE LA VIRGEN MARÍA

 


 

 ANA SALE AL HUERTO  

HAY SEQUÍA EN EL CAMPO  

SE RETIRAN A CASA. AMENAZA TEMPORAL  

  LLEGA LA HORA DEL PARTO. AMENAZA TEMPORAL

   AGUACERO TORRENCIAL, VIENTO, RAYOS  

  JOAQUÍN, ESTA POR NACER...  

  NACE MARÍA  

UN RAYO ARROJA A TRES CONTRA LA PARED..., EL ARCO IRIS... LA ESTRELLA... LA LUNA...

  MARÍA NACE A LA LUZ DEL MUNDO

  ¿CÓMO ES MARÍA?  

  LE LLAMAN MARÍA  

 


 

 ANNA SALE AL HUERTO

 

"Veo a Anna que sale al huerto. Se apoya en el brazo de una mujer que debe ser parienta suya, pues mucho se le parece. Está muy gorda y parece como si le faltase el aire, algo así como me sucede a mí.

     "Aunque el huerto está lleno de sombra, sin embargo el aire quema, ahoga. Un aire que se podría cortar como si fuese una pasta muelle y caliente, tan denso se siente, bajo un cielo azul que el polvo suspendido en el espacio, lo hace un poco negruzco. Hace tiempo que no debe haber llovido, porque donde la tierra no se ha regado, está completamente reducida a un polvo finísimo y tiene el color blanquecino, de ese color que tiene el color rosa un poco sucio, mientras es de color rojo oscuro donde se la ha regado, o junto a las plantas, junto a la hortaliza, alrededor de los rosales, jazmines y de otras flores y florecillas, que hay delante de un emparrado y a lo largo de él que corta por la mitad el jardín hasta donde empieza el campo labrantío, que no tiene ya más espiga alguna. También la hierba del prado, que sirve como de límite a la propiedad, está seca y destruida. Tan sólo junto al borde, donde hay un montón de espino alvar selvático, lleno de frutos rojizos y pequeños, la hierba es verde, tupida, y más allá, en busca de pasto y de sombra están las ovejas con su pastorcillo.

     "Joaquín está junto a la hilera de árboles y de los olivos. Con él hay dos hombres que le ayudan. Aun cuando es anciano, es ligero y trabaja con ganas. Están abriendo pequeñas zanjas en los bordes de un campo, para llevar el agua a las plantas muertas. El agua hace rumor entre la hierba y la tierra quemada, y se extiende en anillos que por un momento parecen de un color de cristal amarillento y luego no son más que anillos oscuros de tierra húmeda, alrededor de sarmientos y de olivos cargadísimos.

     "Lentamente Anna, bajo la sombra del emparrado donde abejas de oro regolosas rezumban alrededor de las doradas uvas, va a donde está Joaquín que apenas la ve se apresura a ir a su encuentro.

    "¿Hasta aquí has venido?"

    "La casa está que arde como horno."

    "Y te hace mal."

    "El único sufrimiento de estas horas antes de que dé a luz. El sufrimiento de todos: de hombres y de bestias. No te expongas mucho al sol, Joaquín."

 

HAY  SEQUÍA EN EL CAMPO

 

    "El agua que tanto hemos deseado, y que desde hace tres días había de haber llegado, todavía no llega, y los campos se queman. Tenemos suerte de que el manantial esté cercano y el agua es preciosa. Abrí unos caños, que poco sirven a las plantas cuyas hojas están mustias y cubiertas de polvo. Pero es algo, y esa poca de agua les ayudará. ¡Si lloviese!... " Joaquín como cualquier otro agricultor que espera con ansias el agua, escudriña el cielo, mientras Anna, cansada, con un abanico se hace aire, un abanico que parece ser una hoja seca de palma entrelazada con hilos de muchos colores que la mantienen derecha..

    "La pariente dice: "Allá, al otro lado del Gran Hermón, se levantan nubes rápidas. Viento del norte. Refrescará y tal vez hasta darán agua."

    "Hace tres días que se levantan y luego desaparecen al levantarse la luna. Sucederá otra vez." Joaquín no tiene esperanzas.

 

SE RETIRAN A CASA. AMENAZA TEMPORAL

 

   "Regresemos a casa. Tampoco aquí hay aire fresco, y creo que es mejor regresar..." dice Anna, cuyo rostro está más teñido que nunca de un color olivo.

    "¿Sufres?"

    "No. Siento esa gran paz que experimenté en el templo cuando se me concedió lo que pedía, y  que experimenté una vez más cuando supe que iba a ser madre. Es como un éxtasis. Un suave adormecimiento del cuerpo, mientras mi alma se alegra, y se llena de una paz desconocida a los mortales. Te quiero, Joaquín. Cuando entré en tu casa y me dije: "Soy esposa de un hombre justo", tuve paz, y de igual modo todas las veces que tu amor estaba pronto a socorrer en todas sus necesidades a tu Anna. Pero esta paz es diversa. Mira: me imagino que es una paz como la que debió apoderarse, cual aceite que se extiende y suaviza, del espíritu de Jacob, nuestro padre, después de su sueño que tuvo de los ángeles: o mucho mejor, semejante a la paz alegre de los Tobías después de que Rafael se le mostró. Si me ahondo en ella, al gustarla siempre es mayor. Es como si subiese por los aires azules del cielo... y no sé por qué, pero desde que tengo en mí esta pacífica alegría, tengo un cántico en mi corazón: el del viejo Tobías. Me parece como si hubiera sido escrito para esta hora... para esta alegría... para la tierra de Israel que la recibe... para Jerusalén pecadora y que ahora recibe el perdón... pero... pero no os riáis de los delirios de una madre... cuando   digo: "Da gracias al Señor por tus bienes y alaba al Dios de los siglos porque reedifica en ti su Tabernáculo ", pienso que el que reedificará en Jerusalén el Tabernáculo del Dios verdadero será lo que está por nacer... y pienso que no de la Ciudad santa, sino de lo que va a nacer de mí, se profetizó en el cántico que dice: "Resplandecerás con una luz brillante, todos los pueblos de la tierra se postrarán ante ti, las naciones vendrán trayéndote dones,  adorarán en ti al Señor y tendrán como santa tu tierra, porque dentro de ti invocarán el Gran Nombre. Serás feliz en tus hijos, porque todos serán benditos y se reunirán junto al Señor. ¡Bienaventurados los que te amen y gocen de tu paz!..." y la primera en gozar de ella soy yo, su madre dichosa..."

    "Anna cambia de color. Se pone colorada como una granada y palidece como un limón al decir estas palabras. Lágrimas suaves le corren por las mejillas. Cae en la cuenta y sonríe llevada de su alegría. Se dirige a su casa en medio de su esposo y de su parienta, que conmovidos escuchan y no dicen nada.

 

LLEGA LA HORA DEL PARTO

 

UN RELÁMPAGO SURCA EL CIELO

 

    "Se apresuran porque las nubes, empujadas por un fuerte viento, atraviesan el firmamento, aumentan, y la llanura se oscurece y estremece ante un temporal que se acerca. Cuando llegan a la puerta de la casa, un relámpago surca el cielo, y el rumor del primer trueno parece el retumbar de algo que viniese a unirse a las primeras gotas caídas sobre el seco follaje.

    "Todos entran. Anna se retira a su habitación. Joaquín, al que se le han juntado los trabajadores, habla en la puerta de esta agua que tanto tiempo habían esperado y que es bendición para la tierra muerta de sed. Pero su alegría se torna en temor, porque se echa encima una violentísima tempestad con rayos y nubes preñadas de granizo. "Si las nubes se rompen, la uva, y las aceitunas serán pasto de ellas. Y ¡ay de nosotros!"

   "Pero Joaquín tiene otro temor y es que a su esposa le ha llegado la hora de dar a luz. Su parienta le da fuerzas diciendo que Anna no sufre en realidad. Pero él no sabe qué hacer, y cada vez que la parienta u otras mujeres, entre las que está la mamá de Alfeo, salen de la habitación de Anna para entrar nuevamente con agua caliente y lavamanos y trapos secados a la llama que alegre brilla en medio de una amplia cocina, les pregunta, y no se calma con lo que le dicen. Que Anna no dé ningún grito, también le preocupa. Dice: "Soy varón y nunca  he visto dar a luz, pero me acuerdo que oí decir que cuando no se oyen gritos agudos, es fatal..."

 

AGUACERO TORRENCIAL, VIENTO, RAYOS

 

    "El atardecer ha llegado mucho antes por la tempestad violenta que se cierne. Aguacero torrencial, viento, rayos. Todo se echa encima, menos el granizo que fue a caer en otras partes.

    "Uno de los trabajadores hace notar esta violenta tempestad: "Parece como si Satanás haya salido con sus demonios del infierno. ¡Mira qué negras nubes! Mira cómo huele a azufre, y cómo se oyen como silbidos, gritos de lamento, gritos que maldicen. Si es él, de hecho que esta noche está muerto de rabia."

    "El otro compañero se ríe y dice: "Se le habrá escapado una gran presa o bien Miguel le ha echado encima nuevos rayos de Dios, se le han quebrado los cuernos y la cola se le ha cortado, y arde en el fuego."

 

¡JOAQUÍN, ESTÁ POR NACER! 

¡TODO VA BIEN!

 

    "Una mujer que pasa corriendo grita:"¡Joaquín!¡Está por nacer!¡Todo va bien!" y desaparece con una jarra entre las manos.

 

UN RAYO ARROJA CONTRA LA PARED

A TRES HOMBRES

 

UN ARCO IRIS PARECE POSARSE

SOBRE LA EXTREMIDAD DEL HORIZONTE

 

NACE MARÍA

 

    "El temporal cesa de pronto, después de un rayo tan fuerte que arroja contra la pared a los tres hombres y delante de la casa, en el huerto, se queda como recuerdo un hueco negro que despide humo. Entre tanto que un gritito, que parece el lamento de una tortolita que por primera vez no pía sino arrulla, se oye de aquella parte de la puerta de Anna, un hermoso arco iris alarga su faja semicircular en le curvo cielo; se levanta, por lo menos así parece, de la cresta del Hermón, que una lengüeta de sol besa, y que parece estar teñida de un alabastro blanquísimo con tinte de color rosa delicadísimo, se levanta hasta el más hermoso cielo de septiembre, y atravesando espacios limpios de toda suciedad, sobrepasa las colinas de Galilea, y la llanura que se ve entre dos higueras que están al sur, luego otro monte, y parece como si posase su extremidad en la punta del horizonte, donde una cordillera de montes impide el poderse ver más.

    "¡Cosa nunca vista!" 

     "¡Mirad, mirad!"

    "Parece como si uniese en un solo cinto toda la tierra  de Israel. Pero ved también. Hay allá una estrella, aun cuando el sol todavía no se ha puesto. ¡Qué estrella! Brilla cual si fuese un enorme diamante...

 

LA LUNA ESTÁ LLENA FALTANDO TRES DÍAS

 

MARÍA NACE A LA LUZ DEL MUNDO

 

    "Y la luna, allá, está llena, aun cuando le faltan tres días para serlo. ¡Ved cómo brilla!"

    "Las mujeres se acercan contentísimas con un pedazo de carne color rosa envuelto en blancos lienzos.

 

¿CÓMO ES MARÍA NIÑA?

 

    "¡Es María, la Mamá!  Una María pequeñita que puede dormir entre los brazos de un niño; una María que no es más que un brazo, una cabecita de marfil teñido de un tenue color rosa, con unos labios de carmín que no lloran más, pero que instintivamente se mueven como para mamar, tan pequeños que no puedo comprender cómo lograrán coger la teta, una nariz pequeña entre dos mejillitas redondas; y cuando le pican para hacerle abrir sus ojitos, dos pedazos de cielo, dos puntitos inocentes y azules que ven y no miran, protegidos por dos cejas hermosas de color rubio-rosado de cierta miel que parece blanca.

   "Sus orejas son dos conchitas rosadas y transparentes, perfectas. Sus manitas... ¿qué cosa es eso que se mueve por el aire y luego va a la boca? Están cerradas y parecen dos botones que se hayan abierto paso entre el verdor de sépalos; abiertas, son dos joyeles de marfil con tinte de rosa, de alabastro de color tenuemente rosado, con cinco pálidas granadas que son las uñas. ¿Cómo harán esas manitas para enjugar tantas lágrimas?

    "¿Y los piececitos? ¿Dónde están? Están escondidos entre los lienzos de lino. La parienta se sienta y los descubre... ¡Oh piececitos! No más de cuatro centímetros de largo. Su planta es una conchita de coral. En el dorso una conchilla de nieve de color azul; sus deditos, son de una obra maestra de escultura liliputiense; también ellos tienen sus granaditas de color pálido. ¡Cómo podrá haber sandalias tan pequeñas, cuando esos piececitos de muñeca den los primeros pasos! ¿Cómo se las arreglarán esos piececitos para caminar por ásperos senderos, aguantar un inmenso dolor bajo una cruz?

    "Pero ahora todo esto no se sabe, y se ríen y se sonríen al verla extender sus manitas, y patalear; de sus piernecitas entornadas, de sus muslitos tan gorditos, de su barriguita: una copa al revés, de su pequeño tórax perfecto, y bajo el blanco lienzo se ve el movimiento que hace al respirar y se oye, si como su padre feliz ahora hace, que apoya su boca sobre su cuerpecito, palpitar un corazoncito que es el más hermoso que haya nacido en los siglos: el único corazón inmaculado de hombre alguno.

    "¿Y la espaldita? Ahora la ponen de espaldas y se ve lo encorvado de los riñones, luego las espaldas gorditas y la nuca de color rosa tan fuerte que ahora la cabecita se levanta sobre el arco de las diminutas vértebras y parece la cabecita de un pajarillo que escudriña a su alrededor un mundo nuevo que ve, y da un gritito de protesta porque se le trata así. Ella, la Pura y la Casta, a los ojos de tantos, Ella a la que ningún hombre jamás verá desnuda, la Virgen, la Santa e Inmaculada. Cubrid, cubrid este botón de lirio que jamás se abrirá sobre la tierra, y que producirá una flor más bella que ella misma, permaneciendo siempre un botón. Sólo en los cielos el Lirio del Señor Trino abrirá todos sus pétalos. Porque allá arriba no hay polvo de culpa que pueda involuntariamente profanar ese candor. Porque allá arriba ante la mirada de todo el Empíreo, dará acogida al Dios Trino que ahora, oculto estará en un corazón sin mancha, pero dentro de pocos años será para Ella: Padre, Hijo, Esposo.

    "Vedla nuevamente entre los lienzos y en los brazos de su padre terreno, a quien se parece. No ahorita. Ahora es un bosquejo humano. Digo que se le parece cuando llega a crecer. No se parece nada a su madre. De su padre tiene el color de la piel, de los ojos y también de los cabellos, que si ahora están blancos, en su juventud ciertamente fueron rubios como lo muestran las cejas; de su padre tiene la fisonomía, mucho más perfecta cuanto es de una mujer, de esa Mujer; de su padre la sonrisa y la mirada, el modo de moverse y la estatura. Pensando en Jesús, como lo veo, comprendo que Anna dio su estatura a su Nieto y el color de la piel de tinte de marfil. María no tiene ese aire de grandiosidad de Anna: una palma alta y flexible, sino el donaire de su padre.

 

LAS MUJERES HABLAN DE LA TEMPESTAD,

DEL PRODIGIO DE LA LUNA,

DEL INMENSO ARCO-IRIS,

DE LA ESTRELLA.

 

LE LLAMAN MARÍA

 

     "También las mujeres hablan de la tempestad y del prodigio de la luna, de la estrella, del inmenso arco-iris, mientras con Joaquín entran donde está la madre feliz, y le devuelven a la criaturita.

    "Anna sonríe a un pensamiento suyo: "Es la Estrella" dice. "Su señal está en el cielo. ¡María, arco de paz! ¡María, estrella mía! ¡María, brillante luna! ¡María, perla nuestra!"

    "¿La llamas María?"

    "Sí, María, estrella, perla, luz y paz..."

    "Pero también quiere significar amargura... ¿No tienes miedo de pronosticarle desventuras?"

    "Dios está con Ella. Es suya antes que existiese. Él la conducirá por sus caminos y toda amargura se cambiará en miel del paraíso. Ahora eres de tu mamá... por un poco de tiempo, antes de que seas toda de Dios ..."

   "La visión termina con el primer sueño de Anna madre y de María la recién nacida."

I. 19-25.

A. M. D. G.