¡OH ALEGRÍA MÍA! 

¿CÓMO SABES ESTAS COSAS SANTAS? 

¿QUIEN TE LAS DICE?

 


 

 #María camina hacia los brazos de su Madre   

#María habla con su Madre de las flores que tiene en sus manos   

#María quiere que su mamá le hable del Mesías   

#¿Para cuando está anunciado la venida del Mesías?   

#¿Sabes lo que significa ser virgen?   

#María tiene ansia de servir al Mesías   

#Quisiera ser pecadora, muy pecadora...   

#Joaquín viene en ayuda de Anna   

#Le convence enseñándole un pajarito que salvó de que pereciera  

#10043 

 

       #No habrá el Hijo puesto en los labios de su Madre su Sabiduría

#"El milagro no está en la inteligencia superior que María en su edad pueril mostró, como Yo más tarde. El milagro está en contener a la Inteligencia infinita, que estaba ahí, dentro de los diques apropiados para no asombrar a las multitudes y despertar la atención satánica."

 


 

Todavía veo a Anna. Desde ayer tarde la veo así: sentada donde empieza el sombrío emparrado, dedicada a un trabajo de costura. Su vestido es de color gris-arena, muy sencillo y suelto, tal vez por el mucho calor que hace. 

Al extremo del emparrado se ven los trabajadores que siegan el heno. No debe ser el tiempo de primavera, porque las uvas están maduras, y un gran manzano hace gala de sus frutos en medio de hojas, que se van cubriendo de un color de cera amarilla y rosada. Además en el campo donde hubo trigo no se ve más que rastrojo sobre el que ondean ligeras las guías d amapolas y se yerguen fuertes y gallardas las flores de lis, por su forma de estrella, por su color como el azul del cielo oriental.

 

MARÍA CAMINA HACIA los brazos de SU MADRE

 

Del emparrado sombrío avanza una María pequeña, pero muy ligera. Su paso cortico es seguro. Sus sandalias blancas no tropiezan con piedrecitas. Se nota ya su dulce caminar, cual de paloma. Su vestido es de lino completamente blanco. Le llega hasta los tobillos. Es amplio, pero reunido en el cuello por un cordoncito azul. Por las mangas cortas se ven los bracitos llenos de carne, pintados de color de rosa. Parece un angelito con sus cabellos de seda y rubios de color miel. No son abundantes, pero sí con ondas. Sus ojos de cielo, su carita levemente de color rosa y sonriente. También el vientecillo que le entra por las anchas mangas y le infla el vestido en la espalda, sirve para darle el aspecto de un angelito con las alas cerradas.

En sus manitas tiene amapolas y flores de lis y otras florecillas que crecen entre el trigo, pero cuyo nombre ignoro. Avanza, y cuando está cerca de su madre corre contenta a ella, y cuan pequeña tórtola, termina su vuelo contra las rodillas maternales que se han abierto para recibirla. Anna ha dejado a un lado su labor para que la Niñita no fuera a pincharse y ha abierto sus brazos para estrecharla.

 

MARÍA HABLA CON SU MADRE

DE LAS FLORES QUE TIENE EN SUS MANOS

 

"¡Mamá! ¡Mamá!". La blanca tortolita está en el nido formado por las rodillas maternas, con sus piececitos apoyados sobre la hierbecilla, y su carita en el seno materno. No se nota más que el oro pálido de sus cabellos que hermosean el delgado cuello, que Anna besa amorosamente. La tortolita levanta la cabecita y entrega sus florecitas con las que entreteje sabrosos cuentos.

Esta flor azul, grande, es una estrella que bajó de allá, de lo alto, que te trae un beso del Señor. Mira, bésala aquí, aquí, que te trae saludos de Él.

Ésta también es azul, pero menos fuerte, como los ojos de papá, tiene escrito en sus hojas que el Señor lo quiere mucho, porque es bueno.

Esta pequeñita, la única que encontré (es una "nunca me olvides") el Señor me la ha dado porque me ama mucho.

¿Sabes acaso, qué son estas rojas? Son trozos de la vestidura del rey David, bañadas en la sangre de los enemigos de Israel que quedaron esparcidos por los campos de batalla, en los campos de victoria. Nacieron de los pedazos de tela real, que luchó por el Señor.

Esta flor perfumada, hermosa, como si estuviera hecha de seda purísima que contemplara el firmamento, brotó allí, cerca del manantial -la cortó papá de entre las espinas - está hecha con el vestido que tenía el rey Salomón cuando, en el mismo mes en que su pequeña descendiente había nacido, muchos años -muchos, muchos antes- majestuoso con su vestidura blanca, caminó en medio de la multitud de Israel ante el Arca y la Tienda, y se llenó de júbilo por la nube que había vuelto a rodearla con su gloria, y entonó un cántico y una plegaria preñados de alegría. "Quiero ser siempre como esta flor y como el rey sabio quiero cantar por toda mi vida un cántico y una plegaria ante el Tabernáculo" termina de hablar la boquita de María.

"¡Oh alegría mía! ¿Cómo sabes estas cosas santas?¿Quién te las dice?¿Tu padre?"

"No. No sé quién sea. Me parece como si siempre las hubiese sabido. Tal vez sea alguien a quien no veo. Tal vez uno de los ángeles que Dios envía para que hablen a los hombres buenos. Mamá ¿me cuentas algo más...?"

"Sí, hija. ¿Qué quieres saber?

 

MARÍA QUIERE QUE SU MAMÁ

LE HABLE DEL MESÍAS

 

María medita, reflexiona. Sobre su carita infantil se reflejan las sombras de sus pensamientos. Sonrisas, suspiros, rayos de sol y sombra de nubes, al pensar en la historia de Israel. Al fin dice:  "Nuevamente lo de Gabriel a Daniel, en que se promete el Mesías".

Con los ojos cerrados escucha. Despacio repite las palabras que le dice su madre, como para grabárselas mejor. Cuando termina, pregunta: "¿Cuánto falta todavía para que tengamos al Emmanuel?"

 

¿PARA CUÁNDO ESTÁ ANUNCIADO

LA VENIDA DEL MESÍAS?

 

"Cerca de treinta años, preciosa".

"Mucho todavía. Yo estaré en el templo... Dime. Si rogase mucho, mucho, mucho, día y noche, noche y día y quisiera ser sola de Dios por toda mi vida para este objeto ¿me concedería el Eterno la gracia de que enviase su Mesías cuanto antes a su pueblo?"

"No lo sé, amor. El profeta dice: "Setenta semanas". Creo que una profecía no se equivoca. El Señor es muy bueno" y al ver que por las pestañas de su hijita se asoman unas lágrimas Anna se apresura a agregar "creo que si pidieses mucho, mucho, mucho, Él te escuchará".

Una sonrisa embellece esa carita que ligeramente se levanta hacia donde está la de su madre; y unos ojitos radiantes hacen brillar las goticas del llanto que se ha detenido como si fuesen goticas de rocío suspendidas en los tallos delicadísimos del musgo de los Alpes.

"Entonces oraré y por esto me haré virgen".

 

¿SABES LO QUE SIGNIFICA SER VIRGEN?

 

"¿Pero sabes lo que significa esa palabra?"

"Quiere decir no conocer el amor de varón sino el de Dios. Quiere decir no pensar en otra cosa más que en el Señor. Quiere decir permanecer niña en el cuerpo y ángel en el corazón. Quiere decir no tener ojos sino para mirar a Dios, oídos para escucharlo, boca para alabarlo, manos para ofrecerse como hostia, pies para seguirlo al punto, y corazón y vida para dárselo a Él".

"¡Eres bendita! Pero entonces no tendrás niños tú a quien tanto gustan los niños y los corderitos y las tortolitas... ¿Sabes? Un niño para la mujer es como un corderito blanco y encrespado, es como una palomita de plumas de seda y boca de coral que se pueden amar, besar y oír que le digan a una: "Mamá"."

"No importa. Yo seré de Dios. Oraré en el templo. Y tal vez algún día vea yo al Emmanuel. La Virgen que será su Madre, como dice el gran Profeta, debe haber ya nacido y está en el templo... Seré su compañera... y esclava. ¡Oh, sí! Si la conociese, bajo la luz de Dios, ¡querría servir a esa mujer dichosa! Y luego, me traería su Hijo, me traería su Hijo, y también a Él le serviría. ¡Piensa, mamá!... ¡Servir al Mesías!..."

 

MARÍA TIENE ANSIAS DE SERVIR AL MESÍAS

 

María está poseída de este pensamiento que la extasía, y la empequeñece al mismo tiempo. Con sus manitas cruzadas sobre su pequeño pecho, y su cabecita un poco inclinada hacia adelante, llena de emoción, parece una reproducción infantil de la Anunciación que yo he visto. Continúa: "¿Me lo permitirá el Rey de Israel, el Ungido de Dios, que le sirva?"

"No tengas duda de ello.¿No acaso dice el rey Salomón: "Son sesenta las reinas y ochenta las otras mujeres y las doncellas sin número"? Ves que en el palacio del Rey habrá un sin número de doncellas vírgenes que servirán a su Señor".

 

QUISIERA SER PECADORA, MUY PECADORA...

 

"¡Oh! ves, pues, que debo ser virgen. Lo debo. Si Él por madre quiere una virgen, señal es de que ama sobre todas las cosas la virginidad. Quiero que me ame, a mi su sierva, por la virginidad que me hará un poco semejante a su amada Madre... Esto es lo que quiero... Quisiera también ser pecadora, muy pecadora, si no temiese ofender al Señor... Dime, mamá. ¿Se puede ser pecador por amor de Dios?"

"¿Pero qué estás diciendo, tesoro? No comprendo."

"Quiero decir: pecar para poder ser amada de Dios que es el Salvador. Se salva lo que está perdido ¿no es verdad? Yo quisiera ser salvada del Salvador para alcanzar su mirada amorosa. Por esto quisiera pecar, pero no cometer pecado que lo disgustase. ¿Cómo puede salvarme, si no me pierdo?"

Anna no sabe qué responder. No encuentra palabra alguna.

 

JOAQUÍN VIENE EN AYUDA DE ANNA

 

Joaquín que se ha acercado caminando sobre la hierba viene en su ayuda. Nadie le oyó cuando se acercaba detrás de la valla de los sarmientos bajos. "Te salvó antes, porque sabe que lo amas y quieres amarlo a Él solo. Por esto ya estás redimida y puedes ser virgen como quieres" dice.

"¿De veras, papito?" María se le estrecha a las rodillas y lo mira con esos ojitos, tan semejantes a los suyos y tan dichosos por esta esperanza que su padre le da.

 

LA CONVENCE ENSEÑÁNDOLE UN PAJARITO

QUE SALVÓ DE QUE PERECIERA

 

"Es verdad, amorcito mío. Mira. Te he traído este pajarito que cogí cerca de la fuente. Podría haberlo dejado ir, pero sus alas débiles y sus patitas de seda no tienen fuerza para sostenerse para emprender el vuelo, o para sostenerse sobre las piedras resbalosas. Se hubiera caído en la fuente. No esperé a que sucediese. Lo tomé y te lo regalo. Puedes hacer lo que quieras de él. El hecho es que fue salvado antes de que cayese en el peligro. Lo mismo Dios ha hecho contigo. Ahora dime, María: ¿amé más al pájaro salvándolo antes, o lo habría amado más salvándolo después?"

"Ahora lo has amado, porque no dejaste que se hiciese mal con el agua fría".

"Y Dios te ha amado más, porque te ha salvado antes de que pecases".

"Entonces lo amaré con todo mi ser. Con todo mi ser. Hermoso pajarito, soy como tú. El Señor nos ha amado de igual modo, al salvarnos... Ahora te cuidaré y luego te dejaré ir. Y cantarás en el bosque y yo en el templo las alabanzas de Dios y diremos: "Envía, envía a tu Prometido a quien lo espera". ¡Oh, papito! ¿Cuándo me llevas al templo?"

"Muy pronto, corazoncito. ¿Pero no te duele dejar a tu padre?"

"Mucho, pero tú irás... y luego si no causase algún dolor, ¿qué sacrificio sería?"

"¿Y te acordarás de nosotros?"

"Siempre. Después de la oración por el Emmanuel, rogaré por vosotros, para que Dios os de alegría y larga vida... hasta el día en que Él será Salvador. Luego le diré que os lleve a la Jerusalén del cielo".

La visión cesa viendo como Joaquín tiene abrazada a su hija. 

 

¿NO HABRÁ EL HIJO PUESTO EN LOS

LABIOS DE SU MADRE SU SABIDURÍA?

 

Dice Jesús:

    "Me parece oír ya las cavilaciones de los doctores: "¿Cómo puede una niña de no más de tres años hablar de este modo? Es una exageración". Y no reflexionan que me hacen injuria al cambiar mi infancia con acciones de adulto.

    "La inteligencia no viene a todos del mismo modo y al mismo tiempo. La Iglesia ha determinado la responsabilidad de las acciones a los siete años, porque es la edad en que aún un niño retardado puede distinguir, al menos rudimentalmente, el bien del mal. Hay niños que mucho antes son capaces de discernir y entender y querer con una razón suficientemente desarrollada. La pequeña Imelda Lambertini, Rosa de Viterbo, Nellie Organ, Nennolina, os sirvan, oh doctorcillos quisquillosos, para creer que mi Madre pudo pensar y hablar de este modo. No os cito más que cuatro nombres al acaso entre los miles de santos niños que pueblan mi paraíso, después de haber razonado sobre la tierra por algunos años.

    "¿Qué cosa es la razón? Un don de Dios. Dios puede darla, por lo tanto, en la medida que quiere, a quien quiere y cuando quiere. La razón es también una de las cosas que más hacen a uno semejante a Dios, Espíritu Inteligente y Pensante. La razón y la inteligencia fueron gracias que Dios regaló al hombre en el paraíso terrestre. Y cómo operaban cuando la gracia estaba todavía en los primeros seres intacta y activa.

    "En el libro de Jesús Bar Sirac está dicho: "Toda sabiduría viene del Señor Dios y siempre ha estado con Él aun antes de que los siglos existiesen". ¡Qué sabiduría no habrían tenido los hombres si hubieran permanecido fieles a Dios!

    "Vuestras lagunas en la inteligencia son el fruto natural de vuestra caída de la gracia y honestidad. Al perder la gracia os alejasteis por siglos de la Sabiduría. Como un meteoro que se esconde detrás de una inmensa neblina, no os llegó la Sabiduría con sus claros rayos, sino a través de la bruma que vuestras prevaricaciones hacían cada vez más pesada.

    "Después vino el Mesías y os entregó la gracia, don supremo del amor de Dios. ¿Pero sabéis conservar intacta y pura esta joya? No. Cuando no la rompéis con pecados voluntarios, la ensuciáis con continuas culpas menores, debilidades, atracción por el vicio; aun las simpatías, que aunque no se pongan al lado del vicio de siete formas, son un debilitamiento de la luz de la gracia y de su actividad. Así pues habéis debilitado la magnífica luz de la inteligencia que Dios concedió a los Primeros padres, durante siglos de corrupción que hacen sentir su efecto deletéreo en lo físico y en la mente.

    "Pero María no era sólo la Pura, la nueva Eva creada para alegría de Dios: era la Eva por excelencia, era la obra maestra del Altísimo, era la Llena de Gracia, era la Madre del Verbo en la mente de Dios.

    "Fuente de Sabiduría" dice Jesús Bar Sirac "es el Verbo". ¿No habrá, pues, el Hijo puesto en los labios de su Madre su sabiduría?

    "Si a un profeta, que tenía que comunicar las palabras que el Verbo, la Sabiduría, le había encargado decir a los hombres, se le purificó la boca con carbones ardientes ¿no habrá el Amor, limpiado y sublimado la facultad de hablar a María, que debía llevar la Palabra para que no hablase ya como una niña y luego como adulta, sino que sólo y siempre como una criatura celestial unida a la gran luz y sabiduría de Dios?

    "El milagro no está en la inteligencia superior que María en su edad pueril mostró, como Yo más tarde. El milagro está en contener a la Inteligencia infinita, que estaba ahí, dentro de los diques apropiados para no asombrar a las multitudes y despertar la atención satánica."

  I. 39-45

 A. M. D. G.