AMAR ES DAR CONTENTO A QUIEN SE 

AMA MÁS ALLÁ DE LO QUE PUEDEN 

EXIGIR LOS SENTIDOS O LA 

CONVENIENCIA

 


 

#Muchos matrimonios se convierten en separaciones por culpa de las mujeres   

#Amar significa dar contento a quien se ama, más allá de lo que pueden exigir los sentidos o la conveniencia,   

#La confianza resume en sí las virtudes teologales.   

#Cualquier cosa que suceda, no puede suceder si Dios no la permite   

#Trata, pues, ¡oh poderoso! de no convertir tu poder para tu mal. Siempre sería "tu mal" aun cuando al principio parezca que es un mal de los demás. Porque si Dios permite, no permite más allá de la medida, y si tu pisas más allá de la señal, Él castiga, te reduce a polvo. Trata, pues, ¡oh, tú que eres súbdito! de convertir tu estado en un imán que atraiga sobre ti la protección celestial. No maldigas jamás. Déjaselo a Dios. A Él, que es Señor de todo, toca bendecir y maldecir lo que creó.

 


 

Dice María:

"No voy a decir mucho, porque mis palabras son ya una enseñanza. Sin embargo llamo la atención de las casadas sobre un punto.

 

Muchos matrimonios se convierten en separaciones 

por culpa de las mujeres

 

Muchos matrimonios se convierten en separaciones por culpa de las mujeres, que no poseen ese amor que es todo: bondad, compasión, consuelo para con el marido. Sobre el marido pesa el sufrimiento físico que pesa sobre la mujer, pero pesan todas las preocupaciones morales. Necesidad de trabajo, decisiones que tomar, responsabilidad ante los poderes establecidos y deberes para con la propia familia... ¡Oh! ¡cuántas cosas pesan sobre el marido! Y ¡qué necesidad tiene de consuelo! Pues bien: el egoísmo es tal que al marido cansado, sin fuerzas, humillado, preocupado, la esposa le añade el peso de inútiles y algunas veces injustos reproches. Y todo porque es una egoísta. No ama.

 

Amar significa dar contento a quien se ama, 

más allá de lo que pueden exigir los sentidos 

o la conveniencia

 

Amar no significa satisfacerse a sí mismo bien se refiera a los sentidos, bien a algo útil. Amar significa dar contento a quien se ama, más allá de lo que pueden exigir los sentidos o la conveniencia, concediendo a su corazón la ayuda de que tiene necesidad para poder tener siempre abiertas las alas en los cielos de la esperanza y de la paz.

 

La confianza resume en sí las virtudes teologales.

 

Quiero llamar también la atención sobre el siguiente punto: Ya hable de él, pero vuelvo a insistir. Es el que se refiere a la confianza en Dios. La confianza resume en sí las virtudes teologales. Quien la tiene, es señal que tiene fe. Quien la tiene, señal es de que espera. Quien la posee, señal es de que ama. Cuando uno ama, espera, cree en alguien, tiene confianza. De otro modo no se puede. Dios es merecedor de esta confianza nuestra. Si la damos a los pobres hombres capaces de fallar ¿por qué debe negarse a Dios que jamás falla?

La confianza es también humildad. El soberbio dice: "Yo lo hago por mí mismo. No me fío de este porque es incapaz, mentiroso, orgulloso..." El humilde dice: "Confío. ¿Por qué no debo confiar? ¿Por qué debo pensar que soy mejor que él?" Y con mayor razón dice a Dios: "¿Por qué debo desconfiar de Él que es bueno? ¿Por qué debo pensar que sea yo capaz de hacerlo por mí mismo?" Dios se entrega al humilde, pero se aleja del que es soberbio.

La confianza es también obediencia. Dios ama al obediente. La obediencia es señal por la que nos reconocemos hijos suyos y reconocemos a Dios como a Padre. Y un padre no puede sino amar cuando es un verdadero padre. Dios es para nosotros un verdadero Padre y un Padre perfecto.

 

Cualquier cosa que suceda, no puede suceder 

si Dios no la permite

 

El tercer punto que quiero que meditéis es el siguiente: Y siempre se apoya sobre la confianza. Cualquier cosa que suceda, no puede suceder si Dios no la permite. ¿Eres por ventura poderoso? Si es así, es porque Dios lo ha permitido. ¿Eres acaso súbdito? Lo eres porque Dios lo permitió.

Trata, pues, ¡oh poderoso! de no convertir tu poder para tu mal. Siempre sería "tu mal" aun cuando al principio parezca que es un mal de los demás. Porque si Dios permite, no permite más allá de la medida, y si tu pisas más allá de la señal, Él castiga, te reduce a polvo. Trata, pues, ¡oh, tú que eres súbdito! de convertir tu estado en un imán que atraiga sobre ti la protección celestial. No maldigas jamás. Déjaselo a Dios. A Él, que es Señor de todo, toca bendecir y maldecir lo que creó.

Quédate en paz.

I. 147-148

A. M. D. G.