EL DOLOR FUE EL AMIGO FIEL Y TUVO
VARIAS FORMAS Y NOMBRES
#El Decálogo es la ley; mi Evangelio es la doctrina que os hace más clara esta ley...
#En mi Reino se hacen "grandes" los que se hacen "pequeños"
Dice Jesús:
EL DECÁLOGO ES LA LEY; MI EVANGELIO ES LA DOCTRINA
QUE OS HACE MÁS CLARA ESTA LEY...
"El Decálogo es la Ley; mi Evangelio es la Doctrina que os hace más clara esta ley más digna de ser amada. Esta Ley, esta Doctrina bastarían para hacer santos a los hombres.
Pero estáis tan embarazados con vuestra humanidad que -en verdad avasalla bastante al espíritu- no podéis seguir estos caminos y caéis; o bien os detenéis descorazonados. Decios a vosotros y a quien quisiera llevaros adelante, citándoos los ejemplo del Evangelio: "Pero Jesús y María y José (y así con todos los demás santos) no eran como nosotros. Eran fuertes, al punto fueron consolados en sus dolores, aun de aquellos pocos que tuvieron; no sentían las pasiones. Eran seres que vivían fuera de la tierra"
¡Cuán poco dolor! ¡No sentían las pasiones!
El dolor fue el amigo fiel y tuvo varias formas y nombres. Las pasiones... No empleéis un vocabulario con el que queráis llamar pasiones a vuestros vicios que os arrastran. Llamadlos sencillamente "vicios" y capitales, por añadidura.
No es que los ignorásemos. Teníamos ojos y orejas para ver y oír, y Satanás nos los presentaba por delante y por los lados estos vicios, mostrándonoslos con su asquerosidad o tentándonos con sus insinuaciones. Pero la voluntad no quería otra cosa más que agradar a Dios y por esto la suciedad y las insinuaciones en lugar de obtener la meta que Satanás se proponía, alcanzaba lo contrario. Y cuanto más él trabajaba, tanto más nos refugiábamos en la luz de Dios, ante el asco que experimentábamos de las tinieblas fangosas que nos mostraba a los ojos del cuerpo o del alma.
Las pasiones, en el sentido filosófico, no dejaron de existir en nosotros. Amamos nuestra patria, y en ella nuestra ciudad, nuestra pequeña Nazaret más que cualquier otra ciudad de Palestina. Sentimos cariño por nuestra casa, parientes, amigos. ¿Por qué no debíamos no haberlo sentido? No nos convertimos en sus esclavos, porque nada debe ser el señor sino Dios. Pero nos hicimos buenos compañeros.
Mi madre dio un grito de alegría cuando, cerca de cuatro años después, volvió a Nazaret y entró en su casa, y besó aquellas paredes que le oyeron decir el "Sí", por el cual se encarnó el Hijo de Dios. José saludó con júbilo a sus parientes y sobrinos, que habían crecido en número y años, y tuvo la satisfacción de ver que sus conciudadanos lo recordaban, y que lo buscaban inmediatamente por su habilidad. Yo fui sensible a las amistades y sufrí como una crucifixión moral la traición de Judas. ¿Y qué con esto? Ni mi Madre, ni José prefirieron su casa o sus familiares a la voluntad de Dios.
No dejé decir aquello, aun cuando me atraía el odio de los israelitas y la mala voluntad de Judas. Sabía que bastaba el dinero para que fuese mi servidor y lo podía haber hecho. Pero no me serviría a Mí como Redentor, sino a Mí, como a un rico. Yo que multipliqué los panes, podía haber multiplicado también el dinero, si hubiera querido. Pero no había venido para procurar satisfacciones humanas a nadie, mucho menos a los llamados. Prediqué sacrificio, desapego, vida casta, lugares humildes. ¿Qué clase de Maestro hubiera sido y qué clase de Justo, si a uno, sólo porque no había otro medio para tenerlo cerca, se le hubiese dado dinero para su sensualidad mental y física?
EN MI REINO SE HACEN "GRANDES" LOS QUE SE
HACEN "PEQUEÑOS"
En mi reino se hacen grandes, los que se hacen "pequeños". Quien quiera ser "grande" a los ojos del mundo, no es apto para reinar en mi reino. Es paja para el lecho de los demonios, porque la grandeza del mundo está en oposición a la ley de Dios.
El mundo llama "grandes" a los que, con medios casi siempre ilícitos, saben apoderarse de los mejores lugares, y para esto, convierten a su prójimo en el peldaño sobre el que suben, aplastándolo. Llama "grandes" a los que saben matar para gobernar, bien maten moral o físicamente y extorsionan lo que pueden y engordan, llenándose con las riquezas de los demás, ya se trate de individuos como de naciones. El mundo llama frecuentemente "grandes" a los criminales. No. La "grandeza" no es crimen. Ella consiste en la bondad, honradez, amor, justicia. Ved a vuestros "grandes" ofreceros frutos tóxicos, que cortaron en el jardín perverso y demoníaco de su corazón.
LEVÁNTATE, TOMA AL NIÑO Y A SU MADRE
Y HUYE A EGIPTO
LA VIRGINIDAD DE MARÍA DESPUÉS DEL PARTO
Y LA CASTIDAD DE JOSÉ
MARÍA FUE Y PERMANECIÓ VIRGEN, Y QUE SÓLO SU
ALMA SE CASÓ CON JOSÉ COMO SU ESPÍRITU SE
UNIÓ ÚNICAMENTE CON EL ESPÍRITU DE DIOS Y POR
OBRA DE ÉL CONCIBIÓ AL HIJO, ESTO ES, A MÍ,
JESUCRISTO, UNIGÉNITO DE DIOS Y DE MARÍA.
La última visión, porque quiero hablar de ella y no de otra cosa -que es muy útil, porque el mundo no quiere oír la verdad que le conviene- ilumina un lugar citado del Evangelio de Mateo, una frase repetida dos veces.: "Levántate, toma al Niño y a su Madre y huye a Egipto; "levántate toma al Niño y a su Madre y regresa a la tierra de Israel". Tú viste que María estaba sola en su habitación con el Niño.
Mucho han debatido aquellos que por ser fango pestilente no admiten que alguno de ellos puede ser ala y luz: La virginidad de María después del parto y la castidad de José. Son unos desgraciados en su corrompido corazón y en su mente tan servil al cuerpo, para que puedan pensar que uno como ellos pueda respetar a la mujer viendo en ella el alma y no la carne; y elevarse viviendo en una atmósfera sobrenatural, apeteciendo no lo que es de la carne, sino lo de Dios.
Pues bien, a estos que niegan la belleza, a estos gusanos incapaces de convertirse en mariposas, a estos reptiles cubiertos con la baba de su sensualidad, incapaces de comprender la belleza de un lirio, Yo afirmo que María fue y permaneció virgen, y que sólo su alma se casó con José como su espíritu se unió únicamente con el espíritu de Dios y por obra de Él concibió al Hijo, esto es, a Mí, Jesucristo, Unigénito de Dios y de María.
No se trata de una tradición adornada con el correr del tiempo, que haya querido brindar a mi Madre un respeto amoroso. Es una verdad y desde los primeros tiempos fue por tal reconocida.
Mateo no nació siglos después. Fue contemporáneo de María. Mateo no fue un pobre ignorante que hubiera vivido en las selvas y que a la ligera hubiera creído en cualquier patraña. Era un empleado de los impuestos, un aduanero, diríamos ahora. Sabía ver, oír, entender, discernir lo verdadero de lo falso. Mateo no oyó las cosas a través de un tercero, las oyó de los labios de María, a la que le preguntó llevado de su amor hacia el Maestro y hacia la verdad.
No creo que estos negadores de la inviolabilidad de María lleguen a pensar que Ella pudo haber mentido. Mis mismos parientes la hubieran desmentido, si hubiera tenido otros hijos: Santiago, Judas, Simón y José que fueron condiscípulos de Mateo. Por esto hubiera sido fácil confrontar los dichos, si hubieran existido otros hijos. Mateo no escribió jamás: "Levántate y toma a tu mujer". Dice: "Toma a su Madre". Antes dijo: "Una virgen prometida a José"; "José su esposo".
No vengan a decirme estos tales, que esto era un modo de hablar de los hebreos, como si decir "mujer" hubiese sido una infamia. No, negadores de la Pureza. Se lee en las primeras líneas del Libro:"... y se unirá a su mujer". Es llamada "compañera" hasta el momento de la unión matrimonial, y luego se le llama "mujer" en diversos lugares y capítulos. Y esto mismo de las esposas de los hijos de Adán. Y así de Sara que es llamada "mujer" de Abraham: "Sara tu mujer". Y: "Toma a tu mujer y a tus dos hijas" se dice de Lot. En el libro de Rut está escrito: "La moabita, mujer de Mahalón". Y en el libro de los Reyes está dicho: "Elcana conoció después a su mujer Anna; y: "Elí bendijo a Elcana y a su mujer". Y en el mismo libro de los Reyes: "Betsabé, mujer de Urías el Eteo, se convirtió en mujer de David y le dio a luz un hijo". Y ¿qué se lee en el hermoso libro de Tobías, el que emplea la Iglesia en vuestras nupcias, para aconsejaros a que seáis santos en el matrimonio? Se lee: "Así pues cuando Tobías con su mujer y con el niño llegó..." y más adelante: "Tobías logró huir con su hijo y con su mujer".
En los Evangelios, esto es, en tiempos de Jesucristo, en que se escribía con un lenguaje moderno respecto a sus tiempos, y por lo tanto en que no puede haber sospecha de trascripción, se dice en Mateo, cap. 22: "... y el primero, habiendo tomado mujer, murió y dejó su mujer a su hermano". Y Marcos en el cap. 10: "Quien repudia a su mujer...". Lucas llama a Isabel mujer de Zacarías cuatro veces seguidas, y en el cap. octavo dice: "Juana, mujer de Cusa".
Como veis, este vocablo no era un término proscrito por los que vivían en la ley del Señor, ni una palabra inmunda que hubiera sido indigna de proferirse y de que no se hubiese empleado en cosas que se refieren a Dios, y a sus obras admirables. El ángel al decir: "El Niño y su Madre" os demuestra que María fue su verdadera Madre, que no fue mujer de José. Permaneció siempre: La Virgen prometida y casada con José.
Esta es la última de estas visiones. Es una aureola que brilla sobre las cabezas de María y José. La Virgen pura. El hombre justo y casto. Los dos lirios entre los que crecí oliendo su fragancia de pureza."
I. 202-206
A. M. D. G.