JESÚS EN EL TEMPLO CON ISCARIOTE,

 PREDICA ALLÍ

 


 

#"Llámame al encargado del lugar. Debo presentarme para esto, no se vaya a decir que falto a las costumbres y al respeto."     

#La otra vez era el Hijo del Padre, el Heredero que en nombre del Padre y por amor de mi casa, empleaba su majestad, a la que son inferiores los encargados del lugar.   

#La primera condición del Hijo de Dios es obedecer sin discutir,     

#¿Como puede uno aprender si no hay quien le enseñe?     

  #"¿Tu nombre?" "Jesús de José, de Jacob, de la estirpe de David, y de María de Joaquín de la estirpe de David y de Anna de Aarón, María, la virgen que el Sumo Sacerdote casó en el Templo, según la Ley de Israel, porque era huérfana."    

  #Nací en Belén de Judá en el tiempo del censo que ordenó César.      

#"¿Cuál es lo escrito que debe de cumplirse?" "La reunión de todo Israel bajo la enseñanza de la palabra del Mesías. Soy el Pastor de quien hablan los Profetas y he venido a reunir las ovejas de todas partes,  

#"Esta mañana, al entrar en Sión, vi que por unos cuantos centavos, dos hijos de Adán iban a matarse. En el nombre de Dios habría podido maldecirlos, pues Dios dice: "No matarás" y también dice que quien no obedece su Ley será maldito.

#Sí, Israel. Nace un nuevo día para ti, y el precepto del amor se hace más luminoso. ¿Empieza acaso el año con el nublado Etanin, o acaso con el melancólico Casleu

  #He aquí, ¡oh Israel! El invierno, tiempo de espera, ha terminado. Ahora es la alegría de la promesa que se cumple. A satisfacer tu hambre están ya prontos el Pan y el Vino. 

  #Yo os digo: Amad también al que os ofende. Hacedlo pensando que Adán y todos los hombres por causa suya han prevaricado contra Dios, y no hay nadie que pueda decir: "Yo no he ofendido a Dios". Sin embargo Dios perdona, 

  #No se oye la voz del que hablaba en el desierto. Pero no está muda. Habla todavía a Dios por Israel y habla en el corazón a cada israelita recto, y dice: Después de haberos enseñado a hacer penitencia para preparar los caminos del Señor 

#Procurad reconocer al que el Precursor os señala. Sus sufrimientos os obtienen de Dios luz, para que se abran vuestros ojos espirituales. Conoceréis la Luz que viene. 

#JESÚS CURA A UN HOMBRE CASI CIEGO    

  #¿Con qué poder haces estas cosas?   

  #"Con el poder que Dios les daba para probar a las multitudes que Dios estaba con ellos." "Pues bien: con el mismo poder Yo hago los milagros: Dios está conmigo,

 


 

Estoy viendo a Jesús, que con Judas a su lado, entra en el recinto del Templo, y después de haber atravesado la primera plataforma o un gran escalón si se quiere, se detiene en un pórtico que rodea un amplio patio, cubierto con mármoles de diversos colores. El lugar es muy hermoso y lleno de gente.

 

"Llámame al encargado del lugar. Debo 

presentarme para esto, no se vaya a decir 

que falto a las costumbres y al respeto."

 

Jesús mira a su alrededor y ve un lugar que le agrada. Pero antes de dirigirse a él, dice a Judas: "Llámame al encargado del lugar. Debo presentarme para esto, no se vaya a decir que falto a las costumbres y al respeto."

"Maestro, Tú estás sobre las costumbres, y nadie más que Tú tiene el derecho de hablar en la Casa de Dios. Tú, el Mesías."

"Lo sé. Tú lo sabes, pero ellos no lo saben. He venido no para dar escándalo, ni para enseñar a violar la Ley, ni las costumbres. Por el contrario he venido a enseñar el respeto, la humildad, la obediencia y para quitar los escándalos. Por esta razón quiero pedir permiso de hablar en nombre de Dios, haciéndome reconocer del encargado del lugar, así es como hay que hacerlo."

"La otra vez no lo hiciste."

 

LA OTRA VEZ ERA EL HIJO DEL PADRE, EL HEREDERO QUE EN 

NOMBRE DEL PADRE Y POR AMOR DE MI CASA 

EMPLEABA SU MAJESTAD

 

"La otra vez me consumió el celo de la Casa de Dios, profanada con tantas cosas. La otra vez era el Hijo del Padre, el Heredero que en nombre del Padre y por amor de mi casa, empleaba su majestad, a la que son inferiores los encargados del lugar. Ahora soy el Maestro de Israel, y enseño a Israel también esto. Por otra parte, Judas, ¿piensas que el discípulo es mayor que el maestro?"

"No, Jesús."

"Y ¿tú quién eres?... y ¿quién soy Yo?"

"Tú eres el Maestro y yo el discípulo."

 

La primera condición del Hijo de Dios es obedecer 

sin discutir

 

"Si reconoces que las cosas son así, ¿por qué quieres enseñar al Maestro? Ve y obedece. Yo obedezco a mi Padre, tú obedece a tu Maestro. La primera condición del Hijo de Dios es obedecer sin discutir, pensando que el Padre no puede dar sino órdenes santas. Condición primera del discípulo es obedecer al Maestro, pensando que el Maestro sabe, y que no puede dar sino órdenes justas."

"Es verdad. Perdona. Obedezco."

"Te perdono. Ve y oye lo siguiente, Judas: Acuérdate de esto. Recuérdalo siempre, en los días que están por venir."

"¿De obedecer?... Sí."

"¡No! Recuerda que fui respetuoso y humilde para con el Templo. Con el Templo, esto es, con las castas poderosas. Ve."

Judas lo mira pensativo interrogativamente... pero no se atreve a preguntar algo más. Y se va pensando.

 

"Maestro, he aquí al encargado."

 

...Regresa con un personaje vestido ricamente. "Maestro, he aquí al encargado."

"La paz sea contigo. Pido poder enseñar a Israel, entre los rabíes de Israel."

"¿Eres Tú rabí?"

"Lo soy"

"¿Quién fue tu maestro?"

"El Espíritu de Dios que me habla con su sabiduría y que me ilumina con su luz todas las palabras de los Textos Sagrados."

 

¿Como puede uno aprender si no hay quien le enseñe?

 

"¿Tu nombre?"

"Jesús de José, de Jacob, de la estirpe de David, 

y de María de Joaquín de la estirpe de David y de Anna de Aarón, 

María, la virgen que el Sumo Sacerdote casó en el Templo, 

según la Ley de Israel, porque era huérfana."

 

"¿Eres más que Hilel, Tú que sin maestro dices conocer cualquier doctrina? ¿Como puede uno aprender si no hay quien le enseñe?"

"Como se formó David, pastorcillo desconocido, y que llegó a ser el rey poderoso y sabio por voluntad de Dios."

"¿Tu nombre?"

"Jesús de José, de Jacob, de la estirpe de David, y de María de Joaquín de la estirpe de David y de Anna de Aarón, María, la virgen que el Sumo Sacerdote casó en el Templo, según la Ley de Israel, porque era huérfana."

"¿Quién lo prueba?"

"Todavía aquí debe de haber levitas que se acuerden del hecho y que fueron coetáneos de Zacarías de la clase de Abía, mi pariente. Pregúntales, si dudas de mi sinceridad."

"Te creo. Pero ¿quien me prueba que seas capaz Tú de enseñar?"

"Escúchame y tú mismo decidirás."

"Eres libre de hacerlo... pero... ¿no eres Nazareno?"

 

Nací en Belén de Judá en el tiempo del censo 

que ordenó César.

 

"Nací en Belén de Judá en el tiempo del censo que ordenó César. Proscritos por leyes injustas, los hijos de David están por todas partes, pero la estirpe es de Judá."

"Sabes... los fariseos... toda Judea... por Galilea..."

"Lo sé. Pero no desconfíes. En Belén, vi la luz, en Belén Efrata es de donde viene mi estirpe; si ahora vivo en Galilea no es sino para que se cumpla lo escrito..."

El encargado se aleja unos metros, dirigiéndose a donde le llaman,

Judas pregunta: "¿Por qué no has dicho que eres el Mesías?"

"Mis palabras lo dirán."

 

"¿Cuál es lo escrito que debe de cumplirse?"

"La reunión de todo Israel bajo la enseñanza 

de la palabra del Mesías. 

Solo existe una cosa: el amor 

que mira con un solo ojo 

y une en un solo abrazo para salvar..."

 

"Venid si os impele el deseo de la palabra eterna."

 

"¿Cuál es lo escrito que debe de cumplirse?"

"La reunión de todo Israel bajo la enseñanza de la palabra del Mesías. Soy el Pastor de quien hablan los Profetas y he venido a reunir las ovejas de todas partes, he venido a curar las enfermedades, a poner en buen camino a los que yerran. Para Mí no existe ni Judea, ni Galilea, Decápolis o Idemuea. Solo existe una cosa: el amor que mira con un solo ojo y une en un solo abrazo para salvar..." Jesús está inspirado. Parece como si despidiese rayos y sonríe con su sueño. Judas lo contempla admirado.

La gente se ha acercado a ambos, atraída por la imponencia diversa de ambos.

Jesús baja la mirada y sonríe a esta pequeña multitud con una sonrisa cuya dulzura ningún pintor podrá jamás trasladar al lienzo, y ningún oyente, si no la hubiera visto, podría jamás imaginar. Dice: "Venid si os impele el deseo de la palabra eterna."

Se va a un pórtico y apoyado a una columna empieza a hablar. Toma pie del hecho acaecido en la mañana.

 

ESTA MAÑANA, AL ENTRAR EN SIÓN, VI QUE POR UNOS 

CUANTOS CENTAVOS, DOS HIJOS DE ADÁN IBAN A MATARSE

 

"Esta mañana, al entrar en Sión, vi que por unos cuantos centavos, dos hijos de Adán iban a matarse. En el nombre de Dios habría podido maldecirlos, pues Dios dice: "No matarás" y también dice que quien no obedece su Ley será maldito. Pero tuve misericordia de que ignorasen el espíritu de la Ley y tan sólo impedí el homicidio para darles modo de arrepentirse, conocer a Dios, servirle en obediencia, amando no sólo a quien nos ama sino también al enemigo.

 

NACE UN NUEVO DÍA PARA TI, Y EL PRECEPTO DEL AMOR SE 

HACE MÁS LUMINOSO.

 

Sí, Israel. Nace un nuevo día para ti, y el precepto del amor se hace más luminoso. ¿Empieza acaso el año con el nublado Etanin, o acaso con el melancólico Casleu de los días que parecen ser más cortos que un sueño y de noches largas que parecen nunca terminar? No, empieza con el florido, soleado y alegre Nisam en el que todo ríe y el corazón del hombre aún cuando sea el más pobre o esté triste, se abre a la esperanza porque llegará el verano, llegarán las mieses, el sol, las frutas... porque es dulce dormir también en un prado de flores con las estrellas por lámpara y cosa fácil es alimentarse porque cada planta produce hojas o frutos para saciar el hambre.

 

AHORA ES LA ALEGRÍA DE LA PROMESA QUE SE CUMPLE... EL 

SOL ESTÁ ENTRE VOSOTROS... A SATISFACER TU HAMBRE 

ESTÁN YA PRONTOS EL PAN Y EL VINO.

 

He aquí, ¡oh Israel! El invierno, tiempo de espera, ha terminado. Ahora es la alegría de la promesa que se cumple. A satisfacer tu hambre están ya prontos el Pan y el Vino. El Sol está entre nosotros. Ante este sol, todo respira más profunda y dulcemente. También el precepto de nuestra ley: el primero, el más santo de los preceptos santos: "Ama a tu Dios y ama a tu prójimo".

A la luz proporcionada que se te concedió, se te dijo -no lo hubieras podido conocer de otra manera porque sobre ti pesaba todavía la ira de Dios por la culpa que Adán cometió- se te dijo, repito: "Ama a los que te aman y odia a tus enemigos". Y enemigo era no sólo el que traspasaba tus patrios confines, sino también el que te había faltado en algo privadamente, o te parecía haberlo hecho. Y con esto el odio anidaba en todos los corazones, porque ¿quién es el hombre que, a propósito o sin quererlo, no haya ofendido a su hermano? Y ¿Quién es el que haya llegado a la vejez y no haya recibido ofensa alguna?

 

AMAD TAMBIÉN AL QUE OS OFENDE

 

Y SI NO LO QUERÉIS HACER POR AMOR DEL HERMANO... 

HACEDLO POR AMOR DE DIOS QUE OS DA PAN Y VIDA... Y QUE 

ADÁN Y TODOS LOS HOMBRES POR CAUSA SUYA HAN 

PREVARICADO CONTRA DIOS... SIN EMBARGO DIOS PERDONA ... 

Y LA PRUEBA ES QUE EL HOMBRE SUBSISTE SOBRE LA TIERRA...

 

Yo os digo: Amad también al que os ofende. Hacedlo pensando que Adán y todos los hombres por causa suya han prevaricado contra Dios, y no hay nadie que pueda decir: "Yo no he ofendido a Dios". Sin embargo Dios perdona, no una, ni diez, sino miles y diez miles de veces y la prueba es que el hombre subsiste sobre la tierra. Perdonad pues, como Dios perdona. Y si no lo queréis hacer por amor del hermano que os ha hecho daño, hacedlo por amor de Dios que os da pan y vida, que cuida de vuestras necesidades terrenas y ha dispuesto cada acontecimiento para proporcionaros la paz eterna en su seno... Esta es la Nueva Ley, la Ley de la Primavera de Dios, del tiempo florido de la gracia que ha venido a habitar entre los hombres, del tiempo que os dará el Fruto sin igual, el cual os abrirá las puertas del Cielo.

 

NO SE OYE LA VOZ DEL QUE HABLA EN EL DESIERTO. 

PERO NO ESTÁ MUDA

 

EL CORDERO DE DIOS, EL QUE QUITA LOS PECADOS DEL 

MUNDO, EL QUE BAUTIZA CON EL FUEGO DEL ESPÍRITU SANTO 

ESTÁ ENTRE VOSOTROS...

 

No se oye la voz del que hablaba en el desierto. Pero no está muda. Habla todavía a Dios por Israel y habla en el corazón a cada israelita recto, y dice: Después de haberos enseñado a hacer penitencia para preparar los caminos del Señor que viene y a tener caridad dando de lo superfluo al que no tiene lo necesario y a vivir honradamente, es decir no extorsionar ni maltratar a nadie, os dice: "El Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo, el que bautiza con el fuego del Espíritu Santo está entre vosotros  El limpiará su era y recogerá su trigo".

 

PROCURAD RECONOCER AL QUE EL PRECURSOR OS SEÑALA.

 

BIENAVENTURADOS LOS QUE SEAN DIGNOS DE SER REDIMIDOS 

PORQUE TUVIERON BUENA VOLUNTAD.

 

Procurad reconocer al que el Precursor os señala. Sus sufrimientos os obtienen de Dios luz, para que se abran vuestros ojos espirituales. Conoceréis la Luz que viene. Yo recojo la voz del Profeta que anuncia al Mesías, y con el poder que recibo del Padre la amplío y os uno a mi  poder, y os llamo a la verdad de la Ley. El Redentor está entre vosotros. Bienaventurados los que sean dignos de ser redimidos porque tuvieron buena voluntad.

"La paz sea con vosotros."

Le pregunta alguien: "¿Eres discípulo del Bautista?... pues hablas con bastante unción."

"Recibí el bautismo de él, en las riberas del Jordán, antes de su aprehensión. Lo venero porque es santo a los ojos de Dios. En verdad os digo que no hay entre los hijos de Adán, nadie más  grande en gracia que él. Desde su nacimiento hasta su muerte los ojos de Dios se han posado sin desdén alguno sobre este hombre bendito."

"¿Te hablo con certeza del Mesías?"

 "Su palabra, en la que no hay mentira, mostró a los presentes al Mesías que vive ya."

"¿En dónde?... ¿Cuándo?"

"Cuando llegó la hora de señalarlo."

Mas Judas cree su deber de decir a diestra y siniestra: "El Mesías es el que os está hablando. Os lo aseguro. Lo conozco y soy su primer discípulo."

"El... ¡Oh!..." La gente se retira atemorizada. Pero Jesús es tan bondadoso que se vuelve a la gente.

"Pedidle algún milagro. El es poderoso. Cura. Lee los corazones. Responde a todas las dificultades."

"Dile tú por mí que estoy enfermo. Con el ojo derecho no veo, y el izquierdo casi está seco..."

"Maestro."

"¿Judas?..." Jesús que acariciaba a una niñita se vuelve.

 

JESÚS CURA A UN HOMBRE CASI CIEGO

 

"Maestro, este hombre está casi ciego y quiere ver. Le he dicho que Tú puedes."

"Puedo para quien tiene fe. ¿Tienes fe tú?"

"Creo en el Dios de Israel. He venido para echarme en Betzeta. Pero siempre hay alguien que se echa antes de mí."

"¿Puede creer en Mí?"

"Si creo en el ángel de la piscina, ¿no debería creer en Ti mejor si tu discípulo dice que eres el Mesías?"

Jesús sonríe. Se pone saliva en el dedo y frota el ojo del enfermo. "¿Qué ves?"

"Veo las cosas sin la neblina de antes. Y... ¿no me curas el otro?"

Nuevamente Jesús sonríe. Hace lo mismo con el ojo ciego. "¿Qué ves?"  pregunta al quitar la yema del dedo del párpado caído.

"¡Ah! ¡Señor de Israel! ¡Veo como cuando corría de niño por los prados! ¡Bendito seas para siempre!" El hombre postrado a los pies de Jesús llora.

"Vete. Sé bueno ahora por agradecimiento a Dios."

 

"¿Con qué poder haces estas cosas?"

 

Un levita, que ha llegado al fin del milagro, pregunta: "¿Con qué poder haces estas cosas?"

"¿Tú me lo preguntas? Te lo diré si me respondes a una pregunta. Según tú, ¿es más grande un profeta que anuncia al Mesías o el Mesías mismo?"

"¡Qué pregunta! El Mesías es mayor: Es el Redentor que prometió el Altísimo."

"Entonces... ¿por qué los Profetas hicieron milagros? ¿Con qué poder?"

"Con el poder que Dios les daba para probar a las multitudes que Dios estaba con ellos."

"Pues bien: con el mismo poder Yo hago los milagros: Dios está conmigo, Yo estoy con Él. Pruebo a las multitudes que es así, y que el Mesías bien puede, con mayor razón y medida, lo que podían los profetas."

El levita se va pensativo y todo termina.

I. 395-401

A. M. D. G.