LA GRACIA DE DIOS OBRA SIEMPRE
DONDE HAY VOLUNTAD DE SER JUSTOS
Dice Jesús:
"Como ves, Simón, menos terco, se doblegó, si no del todo, al menos en parte, a la justicia con espíritu pronto; y no fue al punto mi discípulo ni mucho menos mi apóstol, como en tu ignorancia lo creíste hace más de un año. Después de este encuentro con ocasión de la muerte de Alfeo, se convirtió en espectador, pero no en enemigo. Protector de su madre y de la mía, cuando alguien tenía que escoltarlas y defenderlas de la burla de la gente. No tenía valor de imponerse a quienes me llamaban "loco"; pues era muy humano para avergonzarse un poco de Mí, y estaba preocupado de los peligros de toda la familia y de mi apostolado que era contrario a las sectas.
Pero ya estaba en el sendero del bien, en el que después del Sacrificio, supo continuar, cada vez más seguro, hasta derramar su sangre por Mí. La gracia a veces obra a la manera de un rayo, a veces es muy lenta, pero siempre obra donde hay voluntad de ser justos."
II. 647-648
A. M. D. G.