JESÚS EN CASA DE JACOB CERCA DEL 

LAGO MERÓN

 


 

#El lago Merón   

#No hay que corromper jamás la fe con la exterioridad de las acciones   

#Y tú has hecho mucho más que cuanto hubiese hecho cualquier otro por él o por Mí.   

#¿Cómo será la justicia del perfecto? Será éxtasis de los buenos, relámpago para Satanás. En verdad os digo: ser esclavo, leproso, mendigo por toda la vida, es una felicidad de reyes con respecto a una hora, a una sola hora de castigo divino."   

#Una mujercilla les lleva a un sitio a refugiarse  

  #Entran en la casa de un pobre llamado Jacob   

#Jesús le ayuda a hacer el palo roto del arado   

#Es necesario que los hombres se amen entre sí dando cada uno lo que puede."  

  #Bienaventurados los misericordiosos. Tendrán misericordia   

#En verdad te digo que un solo vaso de agua dado en mi nombre es una cosa grande ante los ojos de Dios. El Hijo del Hombre no mira a la pompa del recibimiento y de la comida, mira los sentimientos del corazón. El Hijo del Hombre dice al Padre: "Padre, bendice a mis bienhechores y a todos los que en mi Nombre son misericordiosos con sus hermanos   

#no me alimento de pan angelical, sino del amor del Padre y de los hombres. Este amor lo encuentro en tu mesa y bendigo porque me acoges con amor y con amor me das. Esta es mi comida de quien hace la voluntad de mi Padre.

 


 

EL LAGO MERÓN

Puedo decir que además del lago de Galilea, y del Mar Muerto, la Palestina tiene otro pequeño lago o laguna, digamos un brazo de río, cuyo nombre ignoro.

En cuanto a medidas no valgo nada, pero a ojo de buen cubero diría que esta pequeña laguna puede tener de dos a tres kilómetros. Muy poco por lo que se ve. Pero es bonita con sus verdes alrededor, con su  vista tan azul y plácida que parece una escama de esmalte celeste pintada en el centro con una pincelada más clara y un poco movida, tal vez por la corriente del río que en esta desemboca por el norte para salir luego por el sur, y que, por no ser muy grande, deberá de ser poco profunda. No pierde su dirección porque más que agua estancada es un canal que delata su vitalidad y presencia con diversos coloridos y ligero vaivén de las aguas.

No hay barca alguna en el lago, tan sólo una que otra chalupa de remos en que un solitario pescador mete o saca sus redes o lo atraviesa uno que quiere acortar el camino. Ganados y más ganados que bajan de los pastizales montañosos para el otoño que se acerca y que pacen en sus verdes y fértiles riberas.

En el extremo del lago, que es de forma oval, pasa un camino principal que va de este a oeste, mejor dicho, de noroeste a sudoeste. Es un camino muy bueno porque lo transitan muchos que se dirigen a los diversos poblados esparcidos por la región.

Por este camino van Jesús y los discípulos. El día es más bien ceniciento y Pedro hace esta observación: "Era mejor no haber ido a donde estaba esa mujer. Los días se hacen cada vez más cortos y más feos... y Jerusalén está todavía muy lejos."

 

NO HAY QUE CORROMPER JAMÁS LA FE CON LA 

EXTERIORIDAD DE LAS ACCIONES.

 

"Llegaremos a tiempo. Créeme, Pedro, obedece más bien a Dios haciendo el bien que con una ceremonia externa. Esa mujer bendice a Dios con todos sus hijos, alrededor del que es cabeza de familia y que se encuentra tan sano que puede ir a Jerusalén para los Tabernáculos, de otro modo debería de haber dormido en un sepulcro todo el tiempo, bajo vendas y aromas. No hay que corromper jamás la fe con la exterioridad de las acciones. Jamás se debe criticar. ¿Cómo puedes maravillarte de los fariseos si tú mismo caes en un error de piedad y cierras el corazón al prójimo diciendo: "Sirvo a Dios y basta?"

"Tienes razón, Maestro. Soy más ignorante que un burro."

"Y Yo te tengo conmigo para hacerte sabio. No tengas miedo. Cusa me ofreció su carro hasta Yaboc. De allí al vado el trecho es corto. Tanto insistió, y con razones de mucho peso, que cedí aún cuando juzgo que el Rey de los pobres debe utilizar medios pobres, pero la muerte de Jonás nos ha hecho retrasar, y debo adaptar mi plan a este caso imprevisto."

Los discípulos hablan de Jonás, cuya miserable vida compadecen, pero cuya muerte feliz envidian. Simón Zelote en voz baja dice: "No pude hacerlo feliz y darle al Maestro un verdadero discípulo que se había madurado en el largo martirio y en una fe inconmovible... y me duele. ¡El mundo tiene necesidad de hombres que crean, convencidos de Jesús, para poder balancear la otra parte en que hay tantos que lo niegan y que lo negarán!"

 

Y tú has hecho mucho más que cuanto 

hubiese hecho cualquier otro por él o por Mí.

 

"¡No importa, Simón!" responde Jesús. "Es más feliz ahora. Es más activo. Y tú has hecho mucho más que cuanto hubiese hecho cualquier otro por él o por Mí. Por esto también te doy las gracias. Sabe ahora quien lo libertó y te bendice."

"Entonces, ¿ahora maldice a Doras?" exclama Pedro.

Jesús lo mira y pregunta: "¿Lo crees? Estás en un error. Jonás era un justo. Ahora es un santo; cuando vivió ni odió ni maldijo, ahora tampoco lo hace. Mira el Paraíso desde el lugar en donde se encuentra, y como ya sabe que pronto el Limbo dejará salir a los que están esperando, se alegra. No hace otra cosa."

"Y a Doras... ¿llegará tu maldición?"

"Pues... haciéndolo meditar y cambiar... o también castigándolo.".

"Lo he entregado a la justicia de Dios. Yo, el Amor, lo he abandonado."

"¡Misericordia! ¡No querría encontrarme en su lugar!"

"¡Ni yo!"

"¡Ni yo!"

"Nadie querría. ¿Cómo pues, será la justicia del Perfecto?" preguntan los discípulos.

 

¿CÓMO SERÁ LA JUSTICIA DEL PERFECTO?

 

ÉXTASIS DE LOS BUENOS, RELÁMPAGO PARA SATANÁS

 

EN VERDAD OS DIGO: SER ESCLAVO, LEPROSO, MENDIGO POR 

TODA LA VIDA, ES UNA FELICIDAD DE REYES CON RESPECTO A 

UNA SOLA HORA DE CASTIGO DIVINO.

 

Será éxtasis de los buenos, relámpago para Satanás. En verdad os digo: ser esclavo, leproso, mendigo por toda la vida, es una felicidad de reyes con respecto a una hora, a una sola hora de castigo divino."

"Ya empezó a llover, Maestro. ¿Qué hacemos? ¿a dónde vamos?" En realidad sobre el agua se refleja el cielo oscuro, cubierto de nubes plomizas; caen y rebotan las primeras gotas de un temporal que parece que arreciará.

"A alguna casa. Pediremos refugio en nombre de Dios."

"Y esperamos encontrar a uno que sea bueno como aquel romano. No creía que fueran así... los había evitado siempre como inmundos y veo que ... si saco las cuentas son mejores que muchos de nosotros" dice Pedro.

"¿Te gustan los romanos?" pregunta Jesús.

"¡Eh!... No veo que sean peores que nosotros. Se les trata sólo como samaritanos..."

Jesús sonríe y no dice nada. Les alcanza una mujercilla que arrea ocho ovejas.

 

UNA MUJERCILLA LES LLEVA A UN SITIO A REFUGIARSE

LA CASA DEL CAMPESINO JACOB

 

"Mujer, ¿sabes dónde podremos encontrar un techo?..." pregunta Pedro.

"Yo soy sierva de un hombre pobre y solo. Pero si queréis venir... creo que el patrón os acogerá con bondad."

"Vamos."

Caminan bajo el chaparrón, rápidos en medio de las ovejas que trotan con sus obesos cuerpos para huir de la lluvia. Dejan el camino principal para tomar un sendero que lleva a una casa. Reconozco la casa del campesino Jacob, el de Matías y María, los dos huérfanos de la visión de agosto, me parece.

"¡Allí está! Adelante mientras conduzco las ovejas al redil. Al otro lado de la valla hay un patio y de este se va a la casa. Estará en la cocina. No os preocupéis que sea de pocas palabras... tiene muchas aflicciones." La mujer se mete por un boquete de la derecha, Jesús con los suyos da vuelta a la izquierda.

Se ve la era con el pozo, el horno en el fondo, un manzano al lado, y ahí está la puerta abierta de la cocina en donde arde fuego y un hombre arreglando un arnés roto.

"Paz a esta casa. Te pido hospedaje para esta noche para Mí y mis compañeros" dice Jesús en los umbrales de la puerta.

 

ENTRAN EN LA CASA DE UN POBRE LLAMADO JACOB

 

El hombre levanta la cabeza. "Entra" dice, "y Dios te devuelva la paz que ofreces. Pero... ¿paz, aquí? Es enemiga de Jacob la paz, desde hace tiempo. ¡Entra, entra!... Entrad todos. El fuego es la única cosa que puedo daros en abundancia... porque... ¡Oh! pero... Tú, ahora que te quitas el capucho (Jesús se había cubierto la cabeza con la punta del manto y lo tenía sostenido bajo la barba) y te veo bien... Tú eres, sí, eres el Rabí galileo a quien llaman Mesías y que haces milagros... ¿Eres Tú? ¡Dilo en nombre de Dios!"

"Soy Jesús de Nazaret, el Mesías. ¿Me conoces?"

 

JESÚS LE AYUDA A HACER EL PALO ROTO DEL ARADO

 

"La luna pasada te oí hablar en casa de Judas y Anna... estaba yo entre los vendimiadores porque... soy pobre... Una cadena de infortunios, granizadas, orugas, plagas en las plantas y en las ovejas... Lo que tenía me bastaba a mí y a la sierva que tengo. He trabajado en casa de otros para no vender todas las ovejas... mis campos... parecía como si por ellos hubiese pasado la guerra, porque estaban como quemados y las viñas y olivas sin nada de fruto. Desde que murió mi mujer, y ya son seis años, parece como que Mammón está jugando conmigo. ¿Lo ves? Estoy arreglando este arado. El palo está roto.  ¿Cómo le hago?... No soy carpintero y amarro y amarro pero no sirve. Y debo pensar en otras menudencias. Ahora venderé una oveja para ajustar los arneses. El techo comienza a gotear... pero me importa más el campo que la casa. ¡Una calamidad! Todas las ovejas están preñadas... esperaba aumentar el ganado... ¡pero...!"

"Veo que vengo a ser molestia en donde ya hay muchas."

"¿Molestia Tú? ¡No! Te oí hablar y... me ha quedado en el corazón lo que dijiste. Es verdad que he trabajado honradamente, y sin embargo... Pero pienso que no era bastante bueno. Pienso que tal vez la buena era mi mujer que tenía piedad de todos. ¡Pobre Lía que murió tan pronto, tan pronto para su marido!... Creo que el bienestar que teníamos en esos tiempos nos lo daba el Cielo por causa de ella. Y me quiero hacer mejor, por lo que Tú dices y para imitar a mi esposa. No pido mucho... sólo de continuar viviendo en este hogar en donde murió ella, donde nací yo... y tener un pan para mí y para mi sierva que me sirve de mujer, de pastora y me ayuda como puede. No tengo más siervos. Tenía dos y me bastaban trabajando también yo en el olivar... pero el pan ahora apenas sí me basta y es muy poco..."

"No te prives de él por nosotros..."

"No, Maestro. Si no tuviese sino un bocado, te lo daría. Es honra para mí tenerte... jamás me lo hubiera esperado. Si te digo mis miserias es porque Tú eres bueno y entiendes."

"Sí, entiendo. Dame ese martillo. No se hace así. Así partes el palo. Dame también aquel punzón, pero después de haberlo calentado. De este modo se perfora mejor el palo y pasará más fácilmente la cuña de hierro. Deja que lo haga. Yo era carpintero..."

"¿Tú vas a trabajar para mí?... ¡No!"

 

ES NECESARIO QUE LOS HOMBRES SE AMEN ENTRE SÍ 

DANDO CADA UNO LO QUE PUEDE

 

"Déjame que te lo haga. Me das hospedaje. Te ayudo. Es necesario que los hombres se amen entre sí dando cada uno lo que puede."

"Das la paz, das la sabiduría y haces milagros. Das ya mucho, ¡mucho!"

"También doy mi trabajo. ¡Ea!, obedece..." y Jesús que tiene solo el vestido trabaja rápidamente y con experiencia sobre el timón roto. Perfora, amarra, mete la cuña de hierro y mira si está fuerte. "Por algún tiempo servirá para el trabajo; hasta el año que viene, y entonces podrás hacerte uno nuevo."

"Yo también lo creo. Ese arado ha estado en tus manos y me bendecirá la tierra."

"Jacob, por esto no te la bendeciría."

"Entonces ¿por qué, Señor mío?"

 

BIENAVENTURADOS LOS MISERICORDIOSOS. 

 

TENDRÁS MISERICORDIA

 

"Porque eres misericordioso. No te encierras en el rincón del egoísmo y de la envida, sino que aceptas mi doctrina y la pones en práctica. Bienaventurados los misericordiosos. Tendrás misericordia."

"¿En qué cosa la he usado, Señor mío? Casi ni lugar ni alimento tengo para tus necesidades. No tengo sino mi buena voluntad, y nunca más que ahora me pesa de ser pobre porque no tengo con que honrarte a Ti y a tus amigos."

 

EN VERDAD TE DIGO QUE UN SOLO VASO DE AGUA DADO EN 

MI NOMBRE ES UNA COSA GRANDE ANTE LOS OJOS DE DIOS.

 

EL HIJO DEL HOMBRE NO MIRA A LA POMPA DEL 

RECIBIMIENTO Y DE LA COMIDA, MIRA LOS SENTIMIENTOS 

DEL CORAZÓN

 

EL HIJO DEL HOMBRE DICE AL PADRE: "PADRE, BENDICE A 

MIS BIENHECHORES Y A TODOS LOS QUE EN MI NOMBRE SON 

MISERICORDIOSOS CON SUS HERMANOS

 

"Me basta tu deseo. En verdad te digo que un solo vaso de agua dado en mi nombre es una cosa grande ante los ojos de Dios. Yo era un viajero cansado bajo la tempestad, tú me has dado hospedaje. Es la hora de la comida y me dices: "Te ofrezco lo que tengo". La noche ya nos cubre y me ofreces un techo amigo. ¿Qué cosa de más quieres hacer? Ten confianza, Jacob. El Hijo del Hombre no mira a la pompa del recibimiento y de la comida, mira los sentimientos del corazón. El Hijo de Dios dice al Padre: "Padre, bendice a mis bienhechores y a todos los que en mi nombre son misericordiosos con sus hermanos". Esto digo por ti."

Mientras Jesús trabajaba en el arado, la sierva había hablado con el dueño. Regresa con pan. Leche apenas ordeñada, unas cuantas manzanas secas y un vaso de aceitunas.

"No tengo más." dice el hombre excusándose.

"¡Oh! ¡Yo estoy viendo entre tu comida un alimento que tú no ves! Me alimento de él porque tiene sabor celestial."

"¿Te nutres tal vez, Tú, Hijo de Dios, con algún alimento que te trae los ángeles? Quizás vives de pan espiritual."

 

ESTA ES MI COMIDA DE QUIEN HACE LA VOLUNTAD DE MI 

PADRE.

 

"Sí. El espíritu tiene más valor que el cuerpo, y no tan sólo en Mí. Pero no me alimento de pan angelical, sino del amor del Padre y de los hombres. Este amor lo encuentro en tu mesa y bendigo porque me acoges con amor y con amor me das. Esta es mi comida de quien hace la voluntad de mi Padre."

"Bendice entonces y ofrece en mi lugar a Dios, este alimento. Hoy Tú eres la cabeza de la familia y siempre serás mi Maestro y Amigo."

Jesús toma el pan y lo ofrece en la palma de sus manos, recitando en alta voz un salmo, creo. Después se sienta, parte y distribuye...

II. 675-680

A. M. D. G.