JESÚS EN "AGUAS CLARAS"

 

HONRA A TU PADRE Y

A TU MADRE

 


 

#JUAN CUENTA A JESÚS LO QUE JUDAS LE CONTÓ EN PRIVADO, PIDIÉNDOLE AYUDA PARA CAMBIAR PARA BIEN  

#JESÚS ACONSEJA A LOS APÓSTOLES A QUE AYUDEN A JUDAS 

#CUANDO UNO ES VICIOSO, PARA IR AL BIEN, DEBE IR CONTRA   

#JESÚS CURA A MUCHOS ENFERMOS  

#JESÚS HABLA CON UNA MUJER QUE LLORA  

#JESÚS CURA A UN NIÑO TONTO  

#EL NOMBRE DE JESÚS ES MILAGRO CONTRA ENFERMEDADES Y PASIONES.  

#LAS ENFERMEDADES ¿DE DÓNDE VIENEN? ¿CÓMO SE CURAN?  

#HABLAN DE JUAN BAUTISTA NO SIENTE QUE PIERDE GENTE  

#He pensado también alojar a los peregrinos que no puedan regresar a sus casa dentro de la misma tarde. Soy también Yo peregrino y no poseo sino lo mínimamente indispensable que me dio la piedad de un amigo. 

#Para no ser siempre hermanos malvados, y esposos adúlteros, algún día, es menester aprender desde la tierna edad, el respeto hacia la familia, 

#"Honra a tu padre y madre" dice el Decálogo. Cómo se les honra Por qué se les debe honrar 

#Son nuestros MaestroS. Al maestro se le teme y se le respeta. 

#Son nuestros amigos. Pero ¿qué amigo puede ser más amigo que el padre? Y ¿Qué amiga más amiga que la madre? ¿Podéis temer de ellos? 

#"Honra a tu padre y madre si quieres vivir largo tiempo sobre la tierra" se dijo, y Yo añado: "Y eternamente en el cielo".

  #Oíd algo más. Al deber de los hijos corresponde el de los padres. Maldición al hijo culpable. Maldición también al padre culpable. 

#JESÚS INVITA A LA GENTE A MARCHARSE 

  #UNA MADRE, CON UN HIJO CON TODOS LOS VICIOS , LLENA DE DOLOR, PIDE AL SEÑOR QUE LO CURE 

 


 

Lentamente pasea Jesús a lo largo del río. Hace poco debe haber amanecido porque la neblina de un triste día invernal, envuelve todavía las varas. Por ninguna parte se ve a otra persona a lo largo del Jordán. Tan sólo hay neblina a ras de tierra y chocar del agua entre las varas, quejas de ella porque en días anteriores ha llovido y está inquieta. Una que otra llamada de pájaros, corta, triste, como lo es cuando pasó la estación de sus amores y están ahora en la que difícilmente hay comida.

Jesús los escucha y parece atraerle mucho la llamada de un pajarito, que con regularidad matemática voltea su cabecita hacia el norte y lanza un lamentoso "chiruit" sin obtener respuesta. Finalmente el pajarito parece haber obtenido respuesta con el "chip" que llega de la otra ribera y con un grito de alegría se lanza a través del río. Jesús hace un gesto como diciendo: "¡Menos mal!" y continúa paseando.

"¿Te disturbo, Maestro?" pregunta Juan que llega del lado de los prados.

"No. ¿Qué quieres?"

 

JUAN CUENTA A JESÚS LO QUE JUDAS LE CONTÓ 

EN PRIVADO, 

PIDIÉNDOLE AYUDA PARA CAMBIAR PARA BIEN

 

"Quería decirte... me parece que sea una noticia que te pueda dar consuelo y vine al punto a decírtela, además te quisiera pedir consejo. Estaba barriendo los salones y vino Judas de Keriot y me dijo: "Te ayudo". Me quedé sorprendido porque casi  siempre hace de mala gana estos quehaceres humildes... pero no tuve más que decirle: "¡Oh, gracias! ¡Lo haré más pronto y mejor!" Se puso a barrer y pronto estuvo terminado. Me dijo: "Vayamos al bosque. Los viejos son siempre los que acarrean leña. No está bien. Vamos nosotros. Yo no sé cómo se hace, pero si me enseñas..." y nos fuimos, y mientras estaba yo con él atando la leña, me dijo: "Juan, te quiero decir una cosa". "Habla" le dije. Pensaba que sería una crítica. Por el contrario, dijo: "Tú y yo somos los más jóvenes. Sería necesario que estuviésemos unidos. Tú tienes casi miedo de mí y tienes razón porque no soy bueno. Pero créeme... no lo hago a propósito. Hay veces que siento ganas de ser malo. Tal vez, como yo era el único, no me educaron bien. Querría hacerme bueno. Sé que los viejos no me miran con buenos ojos. Los primos de Jesús están sentidos porque... en realidad, así es, he faltado mucho contra ellos y también contra su primo. Pero tú eres bueno y tienes paciencia. Quiéreme mucho. Haz de cuenta que sea hermano tuyo, malo sí, pero a quien hay que amar aunque sea así. El Maestro también dice que hay que obrar así. Cuando veas que no obro bien, dímelo. Y luego no me dejes siempre solo. Cuando voy al poblado, ven también tú. Me ayudarás a no hacer el mal. Ayer sufrí mucho. Jesús me habló y yo lo vi. Dentro de mi necio rencor no me miraba ni a mí mismo, ni a los otros. Ayer lo comprobé... Tienen razón de decir que Jesús sufre... y pienso que tengo algo de culpa en ello... No quiero más tenerla. Ven conmigo. ¿Vendrás?... ¿Me ayudarás a ser menos malo?". Así habló. Te lo confieso que el corazón me latía, como le late a un pajarito cuando se le coge. Me latía de gozo porque me gusta que sea bueno por Ti; y me latía un poco de miedo porque... no querría hacerme como Judas. Pero después me acordé de lo que dijiste cuando aceptaste a Judas, y respondí: "Sí te ayudaré. Pero debo obedecer, si tengo otras órdenes..." Pensaba: ahora se lo dirá al Maestro y si Él quiere lo hago, y si no quiere, haré que se me den órdenes de no alejarme de la casa."

"Oye, Juan. Puedes ir. Pero debes prometerme que si sientes que alguna cosa te turba, me lo dirás. Me has alegrado con esto, mucho, Juan. Mira a Pedro con su pescado. Puedes irte, Juan."

Jesús se dirige a Pedro: "¿Buena pesca?"

"Umh! no muy buena. Pescaditos... pero todo sirve. Está Santiago que reniega porque algún animal rompió el lazo y se perdió una red y le dije: "¿Y él no debe comer? ten compasión del pobre animalito". Pero Santiago no lo toma así..." Pedro se echa una carcajada.

"Es lo que yo digo de uno que es hermano y eso no lo sabéis hacer."

 

JESÚS ACONSEJA A LOS APÓSTOLES A QUE AYUDEN 

A JUDAS A SER MEJOR

 

"¿Te refieres a Judas?"

"Me refiero a él. Sufre. Tiene buenos deseos e inclinación perversa. Pero dime un poco tú, experto pescador. ¿Cuando quisiese ir en barca por el Jordán y llegar al lago de Genesaret, cómo deberé hacer?  ¿Lo lograría?..."

"¡Eh! ¡Sería un trabajo enorme! Lo lograrías con lanchas planas... Cuesta trabajo, ¿sabes? ¡Es lejos! Sería necesario medir siempre el fondo, tener ojo en la ribera, en los remolinos, en los bosquecillos flotantes, en la corriente. La vela en estos casos no sirve, antes estorba... ¿pero quieres regresar al algo siguiendo el río? Ten en cuenta que no le va a uno bien contra la corriente. Es menester dividirse en muchas cosas, si no..."

 

CUANDO UNO ES VICIOSO, PARA IR AL BIEN, DEBE IR 

CONTRA LA CORRIENTE, NO PUEDE POR SÍ SOLO LOGRARLO

 

"Tú lo has dicho. Cuando alguien es vicioso, para ir al bien, debe ir contra la corriente, no puede por sí sólo lograrlo. Judas es uno de estos. Y vosotros no lo ayudáis. El pobre rema hacia arriba, solo y se pega contra el fondo, da con remolinos, se mete en bosquecillos flotantes y cae en una vorágine. Si quiere medir el fondo, no puede tener al mismo tiempo el timón y el remo. ¿Por qué se le echa en cara si no avanza? Tenéis piedad de los extraños, y de él, vuestro compañero ¡no!... ¡No es justo! ¿Ves allá a Juan y a él que van al poblado a traer pan y verduras? El ha pedido que por favor no se le deje ir solo. Se lo pidió a Juan, porque no es tonto, y sabe cómo pensáis los viejos de él."

"¿Y Tú los has mandado? ¿Y si Juan también se echa a perder?"

"¿Quién? ¿Mi hermano? ¿Por qué se echa a perder?" pregunta Santiago que llega con la red que sacó de las varas.

"Por qué Judas va con él."

"¿Desde cuándo?"

"Desde hoy. Yo le di permiso."

"Si Tú lo permites, entonces..."

"Aun más bien lo aconsejo a todos. Lo dejáis muy solo. No seáis jueces sólo de él. No es peor que otros. Está muy mal educado desde su infancia."

"Así será. Si hubiese tenido por padre y madre a Zebedeo y a Salomé, las cosas no serían así. Mis padres son buenos, pero se acuerdan de tener un derecho y una obligación sobre sus hijos."

"Dijiste bien. Hoy hablaré exactamente sobre esto. Vámonos. Veo que empieza a aparecer gente por los prados."

"No sé como vamos a hacer para vivir. No hay ya más tiempo de comer, de orar, de descansar... y la gente aumenta" dice Pedro entre animado y fastidiado.

"¿Te desagrada? Señal es que hay quien todavía busca a Dios."

"Sí, Maestro. Pero Tú sufres. Ayer te quedaste sin comer, y esta noche sin otras cobijas que tu manto. ¡Si lo supiese tu Madre!"

"¡Bendecirá a Dios que me trae tantos fieles!"

"Y me regañaría a mí, a quien te recomendó" objeta Pedro.

 

JESÚS CURA A MUCHOS ENFERMOS

 

Vienen en dirección de ellos Felipe y Bartolomé gesticulando. Ven a Jesús y apresuran el paso diciendo: "¡Oh! ¡Maestro! ¿Qué hacemos? Es una verdadera peregrinación de enfermos, quejosos y pobres que vienen de lejos sin medios."

"Compraremos pan. Los ricos dan limosnas. Las emplearemos en ellos."

"Los días son breves. El cobertizo está lleno de gente como si fuera a pernoctar. Las noches son húmedas y frías."

"Tienes razón, Felipe. Nos estrecharemos en un solo galerón. Podemos hacerlo y arreglaremos los otros para quienes no puedan regresar a su casa en la misma tarde."

"¡Entendido! Dentro de poco tendremos que pedir a los huéspedes permiso de cambiarnos de ropa. Nos invadirán en tal forma que nos echarán fuera" refunfuña Pedro.

 

JESÚS HABLA CON UNA MUJER QUE LLORA

 

"Otras fugas verás, Pedro mío. ¿Qué tiene esa mujer?" Han llegado a la era y Jesús ve que llora.

"Ayer también estuvo, y ayer también lloraba. Cuando hablabas con Mannaén hizo intento de salirte al encuentro, pero después se fue. Debe estar en el poblado, por acá cerca, porque ha regresado. No parece enferma."

"La paz sea contigo, ¡mujer!" dice Jesús al pasar cerca de ella. 

Y en voz baja, responde: "Y contigo." No más.

Habrá por lo menos trescientas personas. Bajo el cobertizo hay cojos, ciegos, mudos, uno que no hace más que temblar; un jovencillo claramente hidrocéfalo a quien por la mano tiene un hombre. No hace más que bufar, babear, sacudir su cabezota con expresión de estúpido.

"¿Será el hijo de la mujer?" pregunta Jesús.

"No sé. Simón se ocupa de los peregrinos, y sabe."

Llaman a Zelote y le preguntan. Pero el hombre no está con la mujer. Ella es sola y no hace más que llorar y rezar. Me preguntó hace poco: "¿Cura también el Maestro los corazones?" da como explicación el Zelote.

"Será alguna mujer traicionada" comenta Pedro.

Mientras Jesús va a donde están los enfermos, Bartolomé y Mateo van a la purificación con muchos peregrinos.

La mujer llora en su rincón sin moverse.

 

JESÚS CURA A UN NIÑO TONTO

 

Jesús no niega a nadie el milagro. Maravilloso lo del jovencillo, al que infunde inteligencia con su aliento, teniendo entre sus manos la cabezota. Todos se agolpan. También la mujer velada, tal vez porque hay mucha gente, atreve a acercarse un poco, y se pone cerca de la mujer que llora. Jesús dice al tonto: "Quiero en ti la luz de la inteligencia para abrir paso a la luz de Dios. Oye. Di conmigo: "Jesús". Dilo. Lo quiero."

El tonto que antes mugía como una bestia, masculla fatigosamente: "Jesús" mejor dicho: "Jesiú."

"Otra vez" dice Jesús que continúa teniendo entre sus manos la cabeza deforme y mirándolo fijamente.

"Jess-sús."

"¡Otra vez!"

"¡Jesús!" dice finalmente el tonto. En sus ojos hay expresión y en su boca se dibuja una sonrisa diferente.

 

EL NOMBRE DE JESÚS ES MILAGRO 

CONTRA ENFERMEDADES Y PASIONES.

 

"Hombre" dice Jesús a su padre, "tuviste fe. Tu hijo está curado. Pregúntaselo. El nombre de Jesús es milagro contra enfermedades y pasiones."

El hombre dice a su hijo: "¿Quién soy yo?"

El muchacho contesta: "Mi padre."

El hombre estrecha a su hijo contra el pecho, y da la siguiente explicación: "Así nació. Mi mujer murió en el parto y él tenía  impedida la mente y el habla. Ahora ved. Tuve fe, sí, vengo desde Joppe. ¿Qué debo hacer por Ti, Maestro?"

"Ser bueno. También tu hijo. No más."

"Y amarte. ¡Oh! Vamos pronto a decírselo a tu abuela. Fue ella la que me persuadió a venir. Que sea bendita."

Los dos se van felices. Del infortunio pasado no queda rastro sino la cabezota del muchacho. La expresión del rostro y el habla son normales

 

LAS ENFERMEDADES

 

¿DE DÓNDE VIENEN?

 

¿CÓMO SE CURAN?

 

"¿Pero se curó por voluntad tuya o por poder de tu nombre?" preguntan muchos.

"Por voluntad del Padre, siempre benigno con su Hijo. También mi nombre es salvación. Vosotros sabéis que Jesús quiere decir Salvador. La salvación es de las almas y de los cuerpos. Quien dice el nombre de Jesús con verdadera devoción y fe, se levanta de las enfermedades y del pecado, porque en cada enfermedad espiritual o física está la uña de Satanás, el cual produce las enfermedades físicas para llevar a la rebelión y desesperación al sentir los dolores de la carne y las morales o espirituales para conducir a la condenación."

"Entonces, según Tú, ¿en todas las cosas que afligen al hombre no es un extraño Belzebú?"

"No es un extraño. La enfermedad y la muerte entraron por él. E igualmente el delito y la corrupción. Cuando veáis a alguien atormentado de una desgracia, recordad que también él sufre por causa de Satanás. Cuando veáis que alguien es causa de infortunio, pensad que él es instrumento de Satanás."

"Pero las enfermedades vienen de Dios."

"Las enfermedades son un desorden del orden, porque Dios creo al hombre sano y perfecto. El desorden introducido por Satanás en el orden puesto por Dios, ha traído consigo la enfermedad en el cuerpo y las consecuencias de la misma, o sea la muerte, o también herencias funestas.  El hombre heredó de Adán y Eva la mancha del origen. Pero no sólo esa. La mancha se extiende cada vez más comprendiendo las tres ramas del hombre: la carne siempre más viciosa y por lo tanto débil y enferma; la parte moral siempre más soberbia y por lo tanto corrompida; el espíritu siempre más incrédulo, o sea, cada vez más idólatra. Por esto es necesario como hice con el jovencillo, enseñar el nombre que ahuyenta a Satanás, grabarlo en la mente y en el corazón. Ponerlo sobre el "yo" como un sello de propiedad."

"Pero ¿nos posees Tú? ¿Quién eres que te crees tan gran cosa?"

"¡Si fuera así! pero no lo es. Si os poseyese estaríais ya salvados. Sería mi derecho, porque soy el Salvador y deberé tener a quien salve. A los que tengan fe en Mí salvaré."

 

HABLAN DE JUAN BAUTISTA ¿NO SIENTE QUE PIERDE 

GENTE?

 

"Juan... yo vengo de parte de Juan. Me dijo: "Ve al que habla y bautiza cerca de Efraín y Jericó. El tiene el poder de atar y desatar, mientras yo no puedo sino decirte: haz penitencia para hacer tu alma ágil y conseguir la salvación" dice uno de los curados, que antes usaba muletas y ahora se mueve ágilmente.

"¿No siente el Bautista que pierde gente?" pregunta uno.

Y el que había hablado antes responde: "¿Sentirlo?... A todos dice: "Id... Id... Soy yo el astro que se oculta. El es el astro que sube y se queda fijo en su eterno esplendor. Para no permanecer en las tinieblas id a Él, antes que se apague mi lamparilla"."

"¡Los fariseos no dicen así! Están rabiosos porque atraes las multitudes. ¿Lo sabías?"

"Lo sabía" responde cortamente Jesús.

Se desata una disputa sobre la razón y modo de proceder de los fariseos. Jesús la trunca con un: "No critiquéis" que no admite réplica.

Regresan Bartolomé y Mateo con los bautizados.

 

El amor no se prueba con palabras sino con hechos

 

"La paz sea con vosotros.

He pensado, pues que habéis venido a hora muy temprana, y así es más fácil que podáis regresar para medio día, que hablaremos esta mañana de Dios. He pensado también alojar a los peregrinos que no puedan regresar a sus casa dentro de la misma tarde. Soy también Yo peregrino y no poseo sino lo mínimamente indispensable que me dio la piedad de un amigo. Juan todavía tiene menos que Yo. Pero a Juan van personas sanas o muy poco enfermas, contrahechos, ciegos, mudos; pero no agonizantes o apasionados como vienen a mí. Van a Él para el bautismo de penitencia; vienen a Mí aun para que los cure en sus cuerpos. La ley dice: "Ama a tu prójimo como a ti mismo. Pienso y digo: ¿Cómo enseñaría a mis hermanos que los amo, si cerrase mi corazón a sus necesidades aun físicas? Y concluyo, daré a ellos lo que me dieron. Extendiendo la mano a los ricos pediré pan para los pobres, quitándome de la cama, acogeré al cansado y al que sufre.

Todos somos hermanos. El amor no se prueba con palabras sino con hechos. El que cierra su corazón a sus semejantes, tiene corazón de Caín. El que no tiene amor es un rebelde al mandamiento de Dios. Todos somos hermanos. Y sin embargo Yo sé y vosotros sabéis, que aun en el seno de las familias -allí donde igual sangre corre, y con la sangre y carne, la fraternidad que nos viene de Adán- hay odios y  rencores. Los hermanos están contra los hermanos, los hijos contra los padres, los esposos como si fuesen enemigos.

 

LA FAMILIA ES EL ORGANISMO MÁS PEQUEÑO Y EL MAYOR 

EN EL MUNDO... REINO PEQUEÑO DONDE EL HOMBRE ES REY, 

LA MUJER REINA Y LOS HIJOS SÚBDITOS

 

UNA FAMILIA NO DURA SI NO HAY OBEDIENCIA, RESPETO, 

ECONOMÍA, BUENA VOLUNTAD, DILIGENCIA Y AMOR

 

Para no ser siempre hermanos malvados, y esposos adúlteros, algún día, es menester aprender desde la tierna edad, el respeto hacia la familia, organismo que es el más pequeño y el mayor en el mundo. El más pequeño en comparación de una ciudad, una región, una nación, un continente. El mayor por ser el más antiguo; porque lo puso Dios, cuando el concepto de patria y país no existía, pero ya estaba vivo y activo en el núcleo de familia, fuente de la raza y de las razas, reino pequeño en donde el hombre es rey, la mujer reina y los hijos súbditos. ¿Puede alguna vez perdurar un reino que se divida dentro de sí y en que sus habitantes sean mutuamente enemigos? No lo puede, y en verdad una familia no dura si no hay obediencia, respeto, economía, buena voluntad, diligencia y amor.

 

"HONRA A TU PADRE Y MADRE"

 

"Honra a tu padre y madre" dice el Decálogo. ¿Como se les honra? ¿Por qué se les debe honrar?

Se les honra con verdadera obediencia, con verdadero amor, con respeto, con temor reverencial que no excluye la confianza pero al mismo tiempo no deja tratar a los mayores como si fuésemos siervos e inferiores. Se les debe honrar porque, después de Dios, son los que han dado la vida y cuidado en todas las necesidades materiales de la misma; los primeros maestros, los primeros amigos del recién nacido. Se dice: "Dios te bendiga" y "Gracias" a quien nos recoge un objeto caído o nos da un pedazo de pan. ¿Y a estos que se matan en el trabajo por quitarnos el hambre, para tejernos vestidos y tenerlos limpios, para estos que se levantan a ver cómo dormimos y que no descansan hasta vernos sanos, que hacen lecho de su seno cuando estamos dolorosamente cansados no les diremos con amor: "Dios te bendiga" y "Gracias"?

 

SON NUESTROS MAESTROS

 

Son nuestros Maestro. Al maestro se le teme y se le respeta. Esto se comprende cuando podemos ya estar derechos, alimentarnos y decir lo más esencial, y se nos deja cuando se nos debe enseñar la dura enseñanza de la vida, "el vivir". Son el padre y la madre que nos preparan para la primera escuela, y después para la vida.

 

SON NUESTROS AMIGOS

 

Son nuestros amigos. Pero ¿qué amigo puede ser más amigo que el padre? Y ¿Qué amiga más amiga que la madre? ¿Podéis temer de ellos? ¿Podéis decir: "Me traicionó él o ella?" y sin embargo, ved que el joven necio y la aún más necia joven se hacen amigos de los extraños, cierran su corazón a su padre y madre, desperdician su inteligencia y corazón con contactos que son imprudentes, si no hasta culpables y que son causa de lágrimas que vierten el padre y la madre, que las riega como gotas de plomo fundido en su corazón de progenitores. Pero Yo os digo que estas lágrimas no caen en polvo y en el olvido. Dios las recoge y las cuenta. El martirio de un padre despreciado recibirá premio del Señor, y la acción de verdugo de su hijo, tampoco se olvidará, aún cuando el padre y la madre supliquen, llevados de su amor que sufre, piedad de Dios por el hijo culpable.

 

HONRA A TU PADRE Y MADRE SI QUIERES VIVIR

LARGO TIEMPO SOBRE LA TIERRA

 

"Honra a tu padre y madre si quieres vivir largo tiempo sobre la tierra" se dijo, y Yo añado: "Y eternamente en el cielo". ¡Muy poco sería el castigo de vivir aquí por haber faltado a los padres! En el más allá no se juega con chanzas, y en el más allá habrá premio o castigo conforme vivamos. Quien falta a su padre, falta a Dios, porque Dios ha ordenado que se ame al padre, y quien no lo ama, peca. Y con esto pierde, más que la vida material, la verdadera vida de que os he hablado, y va al encuentro de la muerte, mejor dicho, tiene ya en sí la muerte pues que tiene el alma en desgracia de su Señor. Tiene en sí un crimen, porque hiere el amor más santo después del de Dios; tiene en sí los gérmenes de los futuros adúlteros, porque siendo hijo malo, llegará a ser pérfido esposo; tiene en sí los estímulos de la perversión social, porque siendo un hijo malo se convierte en un futuro ladrón, en el cruel y violento asesino, en el duro usurero, en el libertino seductor, en el desvergonzado cínico, en el repugnante traidor de su patria, amigos, hijos, esposa, de todos. ¿Y podéis tener estima y confianza del que ha sabido traicionar el amor de una madre y burlarse de los plateados cabellos de un padre?

 

AL DEBER DE LOS HIJOS CORRESPONDE

EL DE LOS PADRES

 

Oíd algo más. Al deber de los hijos corresponde el de los padres. Maldición al hijo culpable. Maldición también al padre culpable. Haced de modo que los hijos no os puedan criticar ni imitaros en el mal. Haceos amar con un amor que proporciona la justicia y misericordia. Dios es misericordioso. Los padres, que después de Dios ocupan el segundo lugar, sean misericordiosos. Sed ejemplo y consuelo de los hijos. Sed paz y guía. Sed el primer amor de vuestros hijos. Una madre es siempre la primera imagen de la esposa que querríamos. Un padre, para las hijas jóvenes, tiene la cara del que sueñan por esposo. Haced que sobre todo, los hijos y las hijas elijan con mano inteligente sus respectivos consortes pensando en la madre y el padre y deseando en el consorte lo que hay en el padre y en la madre: una virtud sincera.

Si tuviese que hablar hasta agotar el tema, no sería suficiente ni el día, ni la noche. Por amor de vosotros voy a terminar. Lo demás que os lo diga el Espíritu eterno. Yo arrojo la semilla y luego paso. La semilla en los buenos echará raíces y dará espigas. Idos.

La paz sea con vosotros.

 

JESÚS INVITA A LA GENTE A MARCHARSE

 

Quien debe partir se va pronto. Quien se queda, entra en el tercer galerón y come su pan o lo que los discípulos les ofrecen en nombre de Dios. Sobre rústicos trípodes se han puesto tablas y paja y allí podrán dormir los peregrinos.

La mujer velada se va de prisa, la otra que lloraba desde el principio y que ha seguido llorando mientras Jesús hablaba, da vueltas incierta, y luego decide por irse.

Jesús entra en la cocina para tomar alimentos, pero apenas ha comenzado cuando se oye que llaman a la puerta.  

Se levanta Andrés, el más cercano a ella, y sale al patio. Habla y luego torna a entrar: "Maestro, una mujer, la que lloraba, te quiere ver. Dice que se va a ir, pero que debe hablarte."

"Pero de este modo ¿cómo y cuándo come el Maestro?" grita Pedro.

"Debías de haberle dicho que viniese después" dice Felipe.

"Silencio. Después comeré. Seguid vosotros."

 

UNA MADRE, CON UN HIJO CON TODOS LOS VICIOS , 

LLENA DE DOLOR, PIDE AL SEÑOR QUE LO CURE 

AUNQUE EL HIJO NO ESTÉ PRESENTE

 

"No llores más. Curará de su mal."

"¿Tienes tú fe por él? ¿Tienes tú voluntad de él?"

"¿Y me lo preguntas? Vine de la alta Perea para 

suplicarte por él..."

"Entonces vete. Cuando llegues a tu casa, 

tu hijo te saldrá al encuentro arrepentido."

 

Jesús sale. La mujer está allí fuera.

"Maestro... una palabra... Tú dijiste... ¡Oh! ¡ven detrás de la casa! Tengo pena en decir mi dolor."

Jesús consiente en hablar. Cuando están detrás de la casa, le pregunta: "¿Qué quieres de Mí?"

"Maestro... te oí primero, cuando hablabas entre nosotros... y luego te oí cuando predicabas. Parece como si te hubieses dirigido a mí. Dijiste que en cada enfermedad física o moral está Satanás... tengo un hijo enfermo del corazón. ¡Ojalá te hubiese podido oír cuando hablabas de los padres! Es mi tormento. Se ha desviado con malos compañeros y es exactamente como Tú dices... ladrón... por ahora en casa, pero... pero es difícil, altanero... como es joven, se arruina con la lujuria y la embriaguez. Mi marido lo quiere expulsar. Yo... yo soy la madre... y sufro lo increíble. ¿Ves cómo palpita mi pecho? Es el corazón que se me despedaza de tanto dolor. Desde ayer quería hablarte porque espero en Ti, Dios mío. Pero no me atrevía a decir nada. Es muy doloroso para una madre decir: "¡Tengo un hijo que parece una fiera!" La mujer llora, se inclina llena de dolor ante Jesús.

"No llores más. Curará de su mal."

"Si te pudiese oír. Pero no quiere. ¡Oh! nunca se curará."

"¿Tienes tú fe por él? ¿Tienes tú voluntad de él?"

"¿Y me lo preguntas? Vine de la alta Perea para suplicarte por él..."

"Entonces vete. Cuando llegues a tu casa, tu hijo te saldrá al encuentro arrepentido."

"¿Cómo?"

"¿Cómo? ¿Crees que Dios no pueda hacer lo que Yo le pido? Tú hijo está allá, Yo estoy aquí, pero Dios está en donde quiera. Digo a Dios: "Padre, ten piedad de esta madre", y Dios hará oír su fuerte llamada en el corazón de tu hijo. Vete, mujer. Un día pasaré por las vecindades de tu pueblo y tú, orgullosa de tu hijo, me saldrás al encuentro con él. Y cuando él de rodillas llorando te pida tu perdón y te cuente su misteriosa lucha de la que ha salido con un alma nueva, y te pregunte cómo sucedió, dile: "Jesús ha sido la causa de que tú renacieses al bien". Háblale de Mí. Si has venido, señal es de que lo sabes hacer. Haz que él sepa, que piense en Mí para tener consigo la fuerza que salva. Adiós. La paz sea con la madre que tuvo fe, con el hijo que retorna, con el padre que está ya tranquilo, con la familia que ha vuelto a unirse. Vete."

La mujer se va en dirección del poblado y todo tiene fin.

II. 752-762

A. M. D. G.