JESÚS EN "AGUAS CLARAS"
CURA A UN ROMANO
ENFERMO DE LOCURA
HABLA A LOS ROMANOS
#"Maestro hay un enfermo que quisiera yo que lo curaras al punto porque... dicen que está loco
#hay un hombre que está amarrado fuertemente y que no obstante da unos saltos de loco,
#Somos de Síbari pero ahora estamos en Chipre".
#Nosotros lo llamamos "demonio", no pitón
#El romano trata de adorar a Jesús
#"No os desagrade si cito un trozo de los Reyes. Refiérese allí la curación del leproso Naamán
#Tenemos aquí dos súbditos de una nación pagana
#Yo no dije: "Lávate siete veces"
#El alma es la esencia espiritual del hombre
#¿Y creéis que sólo para Israel haya venido?
#¿No era justo premiar tanta fe?
#Jesús va a la casa de una mujer agonizante
Jesús está hoy con los nueve restantes porque los otros tres partieron a Jerusalén. Tomás siempre alegre, se divide entre sus verduras y sus otras ocupaciones más espirituales, mientras Pedro, Felipe, Bartolomé y Mateo se ocupan de los peregrinos, y los demás van al río para administrar el bautismo como signo de penitencia, ¡con el viento frío que sopla!
MAESTRO HAY UN ENFERMO, QUE DICEN QUE ESTÁ LOCO Y
QUISIERA YO QUE LO CURARAS
Todavía está Jesús en un rincón de la cocina, y Tomás va y viene en silencio para no molestar al Maestro, cuando entra Andrés que dice: "Maestro hay un enfermo que quisiera yo que lo curaras al punto porque... dicen que está loco, nosotros diríamos que está poseído... pero no es israelita. Grita... se desgañita con alaridos, se retuerce... Ven Tú a ver".
"Al punto. ¿En dónde está?"
"Todavía en el campo. ¿Oyes eso como rugido? Es él. Parece una bestia, pero es él. Debe ser un rico porque su acompañante está bien vestido, y lo traen en un carro, de mucho lujo y muchos siervos. Debe ser pagano porque blasfema de los dioses del Olimpo".
"Vamos"
"Y también yo voy a ver" dice Tomás, más curioso de saber qué va a suceder que de sus verduras. Salen y en lugar de irse hacia el río, dan vuelta por los campos que separan esta granja (así la llamaríamos) de la casa del administrador.
HAY UN HOMBRE AMARRADO FUERTEMENTE...
En medio del prado donde poco antes pastean unas ovejas que han huido despavoridas por todas partes, y las que los pastores y el perro tratan de reunir -dicho sea de paso, este es el segundo perro que veo desde que contemplo estas escenas- hay un hombre que está amarrado fuertemente y que no obstante da unos saltos de loco, con tamaños rugidos que aumentan a medida que Jesús se va acercando.
Pedro, Felipe, Mateo y Natanael están ahí cerca sin saber qué decir. También hay gente: hombres, porque las mujeres tienen miedo.
"¿Has venido Maestro? ¡Mira qué furia!" dice Pedro.
"Ahora se le pasará".
"Pero... es pagano. ¿Sabes?".
"¡Y que importa esto!"
"¡Eh!...¡por razón de su alma!..."
Por el rostro de Jesús se dibuja una sonrisa y continúa. Llega al grupo del enfermo, que se agita cada vez más.
SALVE, MAESTRO. LLEGÓ HASTA MÍ TU FAMA
Se separa del grupo uno que tiene el vestido sin franjas y el rostro sin barba, lo que demuestra que es romano. Saluda: "Salve, Maestro. Llegó hasta mí tu fama. Eres más grande que Hipócrates para curar, y que la estatua de Esculapio para curar milagrosamente enfermedades, por eso he venido. Este es mi hermano. ¿Lo ves? Está loco por un mal misterioso. Ningún médico lo comprende. Lo llevé al templo de Esculapio, pero salió de allí mucho más loco. Tengo un familiar en Tolemaide, me mandó un mensajero con una galera. Decía que aquí hay Uno que cura a todos... y vine. ¡Qué viaje tan duro!"
"Merece su premio".
SOMOS DE SÍBARI, PERO AHORA ESTAMOS EN CHIPRE
"Pero ten en cuenta que no somos ni siquiera prosélitos. Somos romanos fieles a los dioses. Vosotros nos llamáis paganos. Somos de Síbari pero ahora estamos en Chipre".
"Es verdad. Sois paganos".
"Entonces... ¿nada para nosotros? ¿Tu Olimpo arroja el nuestro, o el nuestro el tuyo?"
"Mi Dios, Único, Trino, reina Único y Solo".
"¿En vano vine?" pregunta el romano desilusionado.
"¿Por qué?"
"Porque yo pertenezco a otro dios".
"Uno solo crea el alma".
"¿El alma?..."
"El alma. Esa cosa divina que Dios crea para cada hombre. Compañera en la existencia, sobreviviente más allá de la vida".
"¿Y dónde está?"
"En lo profundo del yo. Pese a que está como cosa divina en lo más sagrado del interior de un templo, se puede hablar de ella no como de cosa sino como de ser verdadero y digno de respeto, que no es contenida sino que contiene".
"¡Por Júpiter! Pero... ¿eres filósofo?"
"Soy la Razón unida a Dios".
"Creo que lo eres por lo que estabas diciendo..."
"Y ¿qué es filosofía, cuando es verdadera y honesta, sino la elevación de la razón humana hacia la Sabiduría y Potencia infinita, o sea, hacia Dios?"
"¡Dios! ¡Dios!... Tengo aquel desgraciado que me molesta. Pero como que me olvido de su estado por escucharte a Ti, que eres divino".
"No soy como tú dices. Tú llamas divino a lo que es superior a lo humano. Yo digo que esta palabra se emplea solo con quien viene de Dios".
"Está escrito: "¡Salve, Tú que nos formaste! Cuando describo la perfección humana, la armonía de nuestro cuerpo, celebro tu gloria". Se dijo: "Tu bondad resplandece por haber distribuido tus dones a todos los que viven, para que cada hombre tuviese lo que necesita. Y tu sabiduría, se deja ver en tus dones, con tu potencia en cumplirse tu querer". ¿Reconoces estas palabras?"
"Si Minerva me ayuda... son de Galeno. ¿Pero cómo las sabes? Me extraña..."
Jesús sonriente responde: "Ven al Dios verdadero y su divino espíritu te hará docto de la "verdadera sabiduría y piedad que consiste en conocerte a ti mismo y adorar la Verdad"."
"Pero ¡esto es siempre Galeno! Ahora estoy seguro. Además de médico y mago... y filósofo... ¿Por qué no vienes a Roma?"
"No soy médico, ni mago, ni filósofo como dices, sino que soy el testimonio de Dios sobre la tierra. Traedme aquí al enfermo".
TÚ DICES QUE ESTÁ LOCO, PERO NO LO ESTÁ, SINO QUE UNO
DE LOS INFERIORES HA ENTRADO EN ÉL
Entre bramidos y saltos lo arrastran hasta allí."¿Ves? Tú lo crees loco. Dices que ningún médico puede curarlo. Es verdad. Ningún médico, porque no está loco, sino que uno de los inferiores, hablo así porque eres pagano, ha entrado en él".
"Pero no tiene el espíritu de pitón. Al contrario, sólo dice errores".
NOSOTROS LO LLAMAMOS DEMONIO, NO PITÓN
"Nosotros lo llamamos "demonio", no pitón. Hay el que habla y el que es mudo. El que engaña con razones aparentes de verdad, y el que es solo un desorden mental. El primero de los dos es el más completo y peligroso. Tu hermano tiene el segundo. Pero ahora saldrá de él".
"¿Cómo?"
"El mismo te lo dirá". Jesús ordena: "¡Deja a este hombre! regresa a tu abismo".
"Me voy. Contra Ti mi poder es demasiado débil. Me arrojas y me amordazas. ¿Por qué siempre nos vences?" El espíritu habló por boca del hombre, que luego aparece como si estuviera del todo agotado.
"Está curado. ¡Soltadlo sin miedo!"
EL ROMANO TRATA DE ADORAR A JESÚS
"¿Curado?... ¿Estás seguro?... Pero... ¡yo te adoro!" El romano trata de postrarse, mas Jesús no se lo permite.
"Levanta tu alma. En el Cielo está Dios. A Él adórale, y dirige tus pasos hacia Él. Adiós".
"No, así no. Al menos acepta esta, permíteme que te trate como a los sacerdotes de Esculapio. Permíteme que te oiga hablar... Permíteme que hable de Ti, en mi patria...
"Hazlo y ven con tu hermano".
Este mira a su rededor y pregunta: "Pero, ¿dónde estoy? Aquí no es Cintium. ¿Dónde está el mar?"
"¡Estabas...!" Jesús hace una señal con la que impone silencio y agrega: "Tenías una fiebre muy alta y te han traído a otro clima. Ahora estás mejor. Ven".
Todos van, pero no todos están igualmente conmovidos, porque hay quienes admiran y quienes critican el que haya sido curado el pagano. Jesús se dirige a su lugar. Ante sus ojos, los romanos están en primera fila.
NO OS DESAGRADE SI CITO UN TROZO DE LOS REYES
REFIÉRESE ALLÍ LA CURACIÓN DEL LEPROSO NAAMÁN
"No os desagrade si cito un trozo de los Reyes. Refiérese allí que cuando el rey de Siria estaba listo para hacer la guerra a Israel, había en su corte un hombre valioso y respetado de nombre Naamán, el cual era leproso. También se refiere que una jovencilla israelita, que habían robado los sirios y era esclava, les dijo: "Si llevasen a mi señor al Profeta que hay en Samaría, ciertamente lo limpiaría de la lepra". Naamán, pedido el permiso del rey, siguió el consejo de la joven. El rey de Israel perdió sus cabales y dijo: "¿Soy acaso yo Dios para que el rey de Siria me mande sus enfermos? Esto es una trampa para que haya guerra". Mas el profeta Eliseo cuando lo supo, dijo: "Que venga a casa el leproso, y lo curaré y sabrá él que en Israel hay un Profeta". Naamán fue a ver a Eliseo, pero este no lo recibió, tan sólo le mandó decir: "Lávate siete veces en el Jordán y quedarás limpio". Naamán se enojó, pareciéndole que para nada había caminado tanto y trató de regresarse. Sus siervos le dijeron: "No te pidió sino que te lavases siete veces, y aunque te hubiese mandado muchas más, deberías hacerlo porque él es el Profeta". Entonces Naamán se levantó, fue y se lavó y quedó curado. Lleno de gozo fue a casa del siervo de Dios y le dijo: "Ahora sé la verdad: No hay otro Dios sobre la tierra, sino sólo el de Israel". Y como Eliseo no aceptara dones, le pidió que le permitiese cuando menos llevar tanta tierra que pudiera sacrificar al Dios verdadero sobre tierra de Israel.
Sé que entre vosotros hay quien no aprueba lo que he hecho. Sé que no estoy obligado a justificarme ante vosotros, pero como os amo con todo el corazón, quiero que comprendáis mi acción y por ella aprendáis, y que de vuestra alma desaparezca cualquier idea de crítica y de escándalo.
TENEMOS AQUÍ DOS SÚBDITOS DE UNA
NACIÓN PAGANA
Tenemos aquí dos súbditos de una nación pagana, uno de los cuales estaba enfermo. Por boca de algún familiar, pero ciertamente por boca de Israel se les dijo: "Si fueseis al Mesías de Israel, Él sanará al enfermo". De muy lejos vinieron en mí busca. La confianza de ellos fue mayor que la de Naamán, porque no sabían nada de Israel ni del Mesías, entre tanto que el sirio, porque su nación era vecina a la de Israel, y porque tenía continuo contacto con esclavos de Israel, sabía que acá había Dios. ¡El Dios verdadero! ¿No estaba bien que un pagano regresase a su casa diciendo: "Verdaderamente en Israel hay un hombre de Dios, y que en Israel se adora al Dios verdadero?"
YO NO DIJE: LÁVATE SIETE VECES
Yo no dije: "Lávate siete veces". Sino que hablé de Dios y del alma, dos cosas que ignoran y que como dos vertedores de una fuente que no se agota, traen consigo siete dones. Donde hay concepto de Dios y del espíritu, deseo de llegar a ellos... nacen las plantas de la fe, esperanza y caridad; justicia, templanza, fortaleza, prudencia. Virtudes que ignoran porque de sus dioses no pueden copiar sino las pasiones humanas comunes, aumentadas licenciosamente porque las cometen supuestos seres celestiales. Ellos regresan a la patria. Y más que la alegría de haber sido escuchada su súplica, tendrán la de decir: "Sabemos que no somos animales irracionales, que más allá de esta vida hay una futura. Sabemos que el Dios verdadero es bondad y que por esto nos ama también a nosotros, y nos hace beneficios para empujarnos a que vayamos a Él".
¿Y qué pensáis que tan sólo ellos ignoran la verdad? Hace poco un discípulo mío creía que no podría curar al enfermo porque tenía un alma pagana. ¿Qué cosa es el alma? ¿De quién viene?
EL ALMA ES LA ESENCIA ESPIRITUAL DEL HOMBRE
El alma es la esencia espiritual del hombre. La que creada desde un principio, enviste, acompaña y durante todo el tiempo da vida al cuerpo y continúa viviendo después de que no existe más él y es inmortal como Dios que la creó. Puesto que no hay más que un solo Dios no puede haber almas de paganos o almas de no paganos que otros dioses hubieran creado. Hay una sola fuerza que crea las almas: la del Creador, la de nuestro Dios, Único, Poderoso, Santo, Bueno, sin otra pasión que no sea el amor, la caridad perfecta, toda espiritual, y para que entendiesen estos romanos digo caridad, pero también digo: caridad toda moral. Porque estos pequeñuelos no comprenden el concepto de espíritu, pues no saben nada de las palabras santas.
¿Y CREÉIS QUE SÓLO PARA ISRAEL HAYA VENIDO?
¿Y creéis que sólo para Israel haya venido? Soy quien reuniré las razas en un solo cayado: El Cielo. En verdad os digo que pronto llegará el tiempo cuando muchos paganos dirán: "Permitidnos que tengamos el poder suficiente de poder sacrificar en nuestras tierras paganas al Dios verdadero, al Dios Uno y Trino", de quien yo soy la Palabra. Ellos regresan, y convencidos, mejor que si los hubiese despachado con desprecio. Sienten a Dios en el milagro y en mis palabras, y a donde regresan lo dirán.
¿NO ERA JUSTO PREMIAR TANTA FE?
Todavía añado: ¿No era justo premiar tanta fe? Desorientados con las respuestas de los médicos, desilusionados con los inútiles viajes a los templos, supieron tener todavía fe para venir al desconocido, al Gran Desconocido del mundo, al Escarnecido, al Gran Escarnecido y Calumniado de Israel, y decirle: "Creo que Tú si puedes". La primera confirmación de su nueva mentalidad, les vino porque supieron creer. Los he curado no tanto de la enfermedad, cuanto de un fe equivocada, porque puse sus labios en una copa en la que la sed aumenta cuanto más se bebe de ella: la sed de conocer al Dios verdadero.
He terminado. A vosotros de Israel os digo: Aprended a tener fe como estos".
El romano se acerca con el curado: "Pero... no me atrevo a decir más: ¡Por Júpiter! Digo, ¡bajo mi palabra de honor de ciudadano romano que te juro que tendré esta sed! Ahora debo partir. ¿Quién me dará de beber?"
"Tu espíritu, el alma que ahora sabes que tienes, hasta el día en que un enviado mío llegará a tu casa".
"¿Y Tú, no?"
"Yo... Yo no. Pero no estaré ausente aun cuando presente no esté. No pasarán muchos años más, que no te dé un don mayor que el de la curación de este a quien amas. A vosotros dos, adiós. Tratad de perseverar en este sentimiento de fe".
"Salve, Maestro. Que el Dios verdadero te guarde". Los dos romanos se van y se oye que llaman a los siervos que traigan el carro.
"¡Y no sabían ni siquiera que tenían alma!" murmura un anciano.
"Sí, padre, pero han sabido aceptar mi palabra mejor que muchos en Israel. Ahora que han dado una limosna tan grande, daremos doble y triple a los pobres de Dios. Y que los pobres rueguen por estos benefactores, más pobres que ellos mismos, para que lleguen a la verdadera y única riqueza que existe: conocer a Dios".
VE A DECIRLE ESTAS PALABRAS...
LAS PATRIAS PASAN, PERO QUEDA EL CIELO
Y ES DE QUIEN SABE TENER FE, DIOS ES BONDAD
Y POR ESTO TAMBIÉN AMA A LOS
PECADORES,...
La mujer velada llora bajo su velo que impide ver sus lágrimas, pero que no impide que se oigan sus sollozos.
"Esa mujer llora" dice Pedro. "Tal vez no tiene más dinero. ¿Se lo damos?"
"No llora por eso. Pero ve a decirle estas palabras: "Las patrias pasan, pero queda el Cielo y es de quien sabe tener fe, Dios es bondad y por esto ama también a los pecadores, y te hace beneficios para persuadirte a que vayas a Él". Ve. Así dile y déjala que llore. Es veneno que sale".
Pedro va a donde está la mujer que ya se dirigía al campo. La llama y ella regresa. "Se puso a llorar mucho más" dice: "Creía que la iba a consolar..." y mira a Jesús.
"Sí se ha consolado. También se llora de alegría".
"¡Umh!... Pero... ¡Eh! Estaré contento cuando le vea la cara. ¿Se la veré?"
"En el día del Juicio".
"¡Válgame Dios! ¡Para entonces ya habré muerto! ¿Y qué sacaré con verla? Entonces miraré sólo al Eterno",
"Hazlo desde ahora. Es la única cosa útil".
"Sí... pero... Maestro, ¿quién es?"
Todos se echan a reír.
"Si me lo preguntas otra vez nos vamos al punto; así la olvidarás".
"No, Maestro. Pero... basta con que Tú te quedes..."
Jesús sonríe. "Esa mujer" dice "es un beneficio y una primicia".
"¿Qué quieres decir? no te entiendo".
Jesús lo deja plantado y se va en dirección del poblado.
JESÚS VA A LA CASA DE UNA MUJER AGONIZANTE
"Ve a la casa de Zacarías. Tiene su mujer agonizante" explica Andrés. "Me mandó a que te lo dijera."
"¡Me causas enojo! Sabes todo, haces todo y no me dices nada. Eres peor que un pescado" Pedro se desahoga contra su hermano, porque Jesús no le dijo nada.
"Hermano, no te enojes. Tú hablas también por mí. Vamos a sacar las redes del agua. Ven.
Unos se van por la derecha, otros por la izquierda. Todo termina.
II. 801-809
A. M. D. G.