EN BETANIA EN CASA DE
SIMÓN ZELOTE
#Un siervo de Lázaro descubre la comitiva y va a avisar a Lázaro
#Jesús saluda a Maximino y a Lázaro
#Marta llora a los pies de Jesús. Jesús la calma
#Descripción de la casita donde se hospeda
#Jesús habla con Lázaro. Luego la muerte de Doras fue como una vara echada en el nido de víboras
#¡Oh! Qué has hecho. Mi deber, mi derecho y mi deseo: buscar y redimir a un alma caída
Cuando Jesús, superada la última cuesta, llega a la llanura, ve a Betania bañada en un sol de diciembre, que hace que despojada la campiña se vea menos triste y menos negras las manchas verdosas de los cipreses y encinos. Los algarrobos que aparecen acá y allá, semejan cortesanos prontos a inclinarse ante una altísima palma, verdaderamente real y que solitaria se yergue en los más hermosos jardines.
En Betania no solo existe la bella casa de Lázaro, sino también las de otros ricos, tal vez ciudadanos de Jerusalén que prefieren venir acá, cerca de sus propiedades; y cuyas hermosas quintas anchas y fuertes, con jardines bien cultivados sobresalen entre las humildes casitas de los aldeanos. Causa extrañeza encontrar en una colina palmas de delgado tronco y de hojas secas y ruidosas detrás de cuyo verde jade se espera encontrar instintivamente el amarillo confín del desierto. Acá por el contrario hay fondo de verdes, plateados olivos, campos arados, donde no se encuentra señal alguna de semilla y huertos que muestran tan sólo negros troncos de ramas entrelazadas como si fuesen almas condenadas del infierno que se retuercen dentro del tormento.
UN SIERVO DE LÁZARO DESCUBRE LA COMITIVA
Y VA A AVISAR A LÁZARO
Un siervo de Lázaro que está de centinela, descubre a los que van llegando. Saluda profundamente y pide permiso de llevar la noticia de su llegada a su amo, y obtenida, rápido se va.
Entre tanto campesinos y burgueses acuden a saludar al Rabí y de un cercado de laureles, que rodean con su gallardo color verde una bonita casa en la que se deja ver una joven que a las claras no es israelita. Su vestido consiste, si bien recuerdo los nombres, de una estola larga ancha, que arrastra hasta el suelo y está hecha de lana blanquísima adornada con recamadas grecas de vivos colores en que brillan hilos de oro. Una cinta liga la estola al cinturón de igual color que los adorna. Su peinado una redecilla de oro que sostiene un complicadísimo peinado con rizos por delante y lisa, que termina en un grueso nudo sobre la nuca. Esto me hace pensar que sea griega o romana. Curiosamente mira, porque a ello la incitan los gritos vibrantes de mujeres y hosannas de los hombres. Una sonrisa de desprecio aparece en su cara al ver que van dirigidos a un pobre hombre que no tiene ni siquiera un borriquillo en que cabalgue, y que camina entre un grupo de gente que es todavía menos atractiva que él. Levanta los hombros con gesto de hastío y se aleja, a la manera de los perros, seguida de un grupo de aves multicolores, entre las que hay blanquísimos ibis y gansos, además de dos grullas que llevan una coronita que se va moviendo sobre su cabeza que parece de oro, lo único blanco que se encuentra en su espléndido plumaje de rojo dorado.
Por un instante la mira Jesús, luego torna a escuchar a un ancianillo que... no quiere sufrir la debilidad de sus piernas. Jesús lo acaricia y lo exhorta a tener paciencia, porque dentro de poco llegará la primavera y con el bello sol de abril se sentirá más fuerte.
JESÚS SALUDA A MAXIMINO Y A LÁZARO
Maximino llega, que por pocos metros se ha adelantado a Lázaro. "Maestro... me dijo Simón... que vas a su casa... es un dolor para Lázaro... pero se comprende..."
"Luego hablaremos de ello. ¡Oh! ¡Amigo mío!" Jesús ligero va a Lázaro que parece estar embarazado. Lo besa en las mejillas. Han llegado entre tanto a un caminito que lleva a una casita situada entre huertos que no son de Lázaro.
"De veras quieres ir a la casa de Simón?"
"Sí, amigo mío. Traigo conmigo a todos mis discípulos y prefiero que sea así..."
A Lázaro le desagrada su determinación pero no objeta. Se dirige a la pequeña multitud que le sigue y dice: "Idos, el Maestro tiene necesidad de descanso."
Aquí me convenzo de la autoridad que tiene Lázaro. Todos se inclinan al oír sus palabras, se retiran, mientras Jesús les manda un dulce saludo: "La paz sea con vosotros. Os avisaré cuando predique."
LÁZARO HABLA DE MARTA Y DE MARÍA MAGDALENA
ME IMAGINO QUE EL DEMONIO LA HAYA TRAÍDO
¿POR QUÉ EL DEMONIO?
¿POR QUÉ NO PUDO SER SU ÁNGEL POR ÓRDENES DE DIOS?
JESÚS EXPLICA A LÁZARO POR QUE SE HOSPEDARÁ
EN LA CASA DE SIMÓN
"Maestro" dice Lázaro a Jesús que se ha adelantado un poco a los discípulos que vienen hablando con Maximino: "Maestro... Marta está hecha un mar de lágrimas. Por esto no vino, pero luego vendrá. Yo no lloro sino en mi corazón. Pero digamos: es justo. Si hubiésemos pensado que ella vendría... pero jamás viene a las fiestas... Sí... jamás viene... Me imagino que el demonio la ha traído exactamente aquí."
"¿El demonio? ¿Por qué no pudo ser su ángel por órdenes de Dios? Pero créeme, que aunque ella no hubiese estado aquí de todas maneras hubiera ido a la casa de Simón."
¿Por qué, Señor mío? ¿No te ha brindado tranquilidad mi casa?"
"Tanta, que después de Nazaret es mi lugar preferido. Pero respóndeme: ¿por qué me dijiste: "Sal de Aguas Claras"? Por las asechanzas que se acercan. ¿No es así? Por eso entro a tierras de Lázaro pero no quiero que Lázaro sea insultado en su casa. ¿Crees que te respetarían? Con tal de pisotearme pasarían sobre el Arca Santa... déjame por lo menos ahora. Luego vendré. Por otra parte nadie me prohíbe que venga a comer a tu casa y que tú vengas a donde Yo estoy. Procura que se diga: "Está en casa de un discípulo suyo". "
"¿Y no lo soy yo?"
"Tú eres el amigo más querido para el corazón que un discípulo. La malicia no entiende eso. Déjame que haga lo que Yo quiero. Lázaro, esta casa es tuya... pero no lo es sino como la hermosa y rica casa del hijo de Teófilo. Y para los pedantes eso significa mucho."
"Tú hablas así... pero ¿por qué?... es a causa de ella ¿no es así? Estaba tratando de persuadirme de que la perdonaría... pero si te aleja ¡vive Dios! ¡Que la odiaré!..."
"Y me perderás para siempre. Pronto desecha ese pensamiento, y al punto, o al punto me perderás. Mira que llega Marta. La paz sea contigo, mi buena hospitalaria."
MARTA LLORA A LOS PIES DE JESÚS
JESÚS LA CALMA
"¡Oh, Señor!" Marta arrodillada llora. Se ha bajado el velo que cubre el peinado en forma de corona para que los demás no vean su llanto. Pero a Jesús no piensa ocultarlo.
"¿Por qué ese llanto? En realidad que malgastas esas lágrimas. Hay tantas razones para llorar y hacer de las lágrimas un objeto precioso. ¡Pero llorar por este motivo! ¡Oh, Marta! Parece que te olvidas quién soy Yo. De hombre no tengo más que el vestido. Mi corazón es divino, y por tal palpita. ¡Ea! Levántate y ven a casa... en cuanto a ella, dejadla en paz. Aunque viniera a burlarse de Mí, dejadla en paz, os lo digo. No es ella sino el que la tiene y que la hace instrumento de turbación. Pero aquí hay Uno que es más fuerte que su amo. Ahora la lucha pasa de él a Mí directamente. Rogad, perdonad, tened paciencia y creed. Ninguna otra cosa."
DESCRIPCIÓN DE LA CASITA DONDE SE HOSPEDA
Entran en la casita, que es un cuadrado pequeño rodeado de un pórtico que le sirve de prolongación. Dentro hay cuatro habitaciones que divididas por un corredor forman una cruz. La escalera, que como de costumbre es externa conduce a la parte alta del portalillo y se convierte en una terraza que lleva a una amplia habitación tan larga como lo es la casa. Esta habitación probablemente se le empleó para provisiones, ahora está escombrada, barrida y del todo vacía.
Simón que está al lado del viejo siervo que oigo se llama José, al ofrecer su casa dice: "Aquí se podría hablar a la gente, o también comer... como Tú quieras."
"Vamos a pensarlo. Y ahora ve a decir a los demás que después de la comida, también puede venir gente. No haré que se desilusionen los buenos de este lugar."
"¿A dónde digo que vayan?"
"Que vengan aquí. El día es tibio. El lugar está protegido de los vientos. Al huerto, que como no tiene fruta, la gente no le puede hacer ningún daño. Hablaré aquí desde la terraza. Ve a decirlo."
¿LUEGO LA MUERTE DE DORAS FUE COMO UNA VARA ECHADA
EN EL NIDO DE VÍBORAS?
Se quedan solos Lázaro y Jesús. Marta, la "buena hospitalaria" como tiene que cuidar de tanta gente regresó a trabajar con los siervos y los mismos apóstoles abajo, para preparar las mesas y lugar en donde descansen.
Jesús pone su brazo sobre la espalda de Lázaro, sale con él de la espaciosa habitación y lo lleva a pasear a la terraza que circunda la casa, bajo el bello sol que entibia el día; y desde arriba mira a los siervos que trabajan y a los discípulos, y envía una sonrisa a Marta que va y viene pero sin la cara de congoja que antes tenía. Mira también el hermoso panorama que rodea el lugar. Cita a Lázaro diversos lugares y diversas personas y luego ex-abrupto le pregunta: "¿Luego la muerte de Doras fue como una vara echada en el nido de víboras?"
"¡Oh, Maestro! Me dijo Nicodemo que fue una de las sesiones más violentas a que haya asistido en el Sanedrín."
"¿Qué cosa hice para que el Sanedrín se inquietase? Doras murió por sí mismo, a la vista de todo el pueblo, muerto de ira. No permití que se faltase al respeto a su cadáver. Luego..."
"Tienes razón. Pero ellos... están locos de miedo. Y... sabes que han dicho que es menester cogerte en pecado para poder matarte."
"¡Oh! Si es así, ¡ni te preocupes! ¡Tendrán que esperar hasta la hora de Dios!"
JESÚS ¿SABES DE QUÉ SON CAPACES LOS FARISEOS Y
ESCRIBAS?
INVENTARÁN EL PECADO PARA PODER ACUSARTE
YA LO ENCONTRARON: HABLÉ A LOS ROMANOS, PECADORES.
A LAS PECADORAS...
¿HAS VISTO A MAMMÓN?
NO... HE VISTO A LA MISERICORDIA
MI DEBER, MI DERECHO Y MI DESEO:
BUSCAR Y REDIMIR A UN ALMA CAÍDA
"¡Pero, Jesús! ¿Sabes de quién se habla? ¿Sabes de qué son capaces los fariseos y escribas? ¿Sabes qué alma tiene Annás? ¿Sabes quién es su segundo? Sabes... ¡pero qué estoy diciendo! ¡Tú sabes! Y por esto es inútil que te diga que inventarán el pecado para poder acusarte."
"Ya lo encontraron. He hecho más de lo que necesitan. He hablado a los romanos, he hablado a los pecadores... Sí. A las pecadoras, Lázaro. Una... no mires con esa cara de espanto... una siempre fue a oírme y se hospeda en uno de los establos de tu administrador, porque se lo pedí. La razón es para que estuviera cerca de Mí. Había tomado por habitación una pocilga..."
Lázaro estupefacto parece una estatua. Ni se mueve. Mira a Jesús como quien ve algo sumamente raro. Jesús sonriente lo sacude. "¿Has visto a Mammón?" pregunta.
"No... He visto a la Misericordia. Pero... lo entiendo. Esos, los del Consejo, no. Dicen que es pecado. ¡Luego es verdad! Creía... ¡Oh! ¿qué has hecho?"
"Mi deber, mi derecho y mi deseo: buscar y redimir a un alma caída. Por esto podrás ver que tu hermana no será el primer fango al que me acerque y sobre el que me incline y no será la última. Quiero sembrar en el fango flores y quiero que nazcan flores del bien..."
LA NUEVA HABITANTE DE BETANIA:
UNA ROMANA CASADA CON UN JUDÍO
UN MÉDICO PREPARA UNA MEDICINA MEZCLA LAS
SUSTANCIAS
Y PARECE COMO SI EL AGUA SE PERDIESE... Y EL AGUA SE
HACE
TURBIA. LUEGO SE ASIENTE Y SE HACE CLARA
"¡Oh! ¡Dios, Dios mío!.. ¡Oh Maestro mío! Tienes razón. Es tu derecho, es tu deber y es tu deseo. Pero las hienas no comprenden esto. Son carroñas tan fétidas que no huelen, no pueden oler el perfume de los lirios. Y aun en donde florecen, ellos, las potentes carroñas, perciben olor de pecado; no comprenden que procede de su cloaca... Te ruego, que no estés en un lugar por mucho tiempo. Ve de acá para allá sin darles tiempo a que te alcancen. Sé como un fuego nocturno que danza sobre los pistilos de las flores, veloz, inconquistable, desconcertante en su movimiento. Hazlo. No por cobardía, sino por amor del mundo que tiene necesidad de que vivas para que sea santificado. La corrupción aumenta. Contraponle la santificación... ¡La corrupción! ¿Has visto la nueva habitante de Betania? Es una romana casada con un judío. También él es observante, pero ella es idólatra, y como no puede vivir conforme quiere en Jerusalén, porque han resultado disputas con los vecinos por los animales que tiene, se ha venido aquí. Su casa está llena de animales inmundos que son inmundos para nosotros... y ella es mucho más inmunda porque vive burlándose de nosotros y con modales que... no puedo criticarle porque... Quiero decir que mientras en mi casa no ponen pie porque está María cuyo pecado pesa sobre toda la familia, en la casa de ella sí lo ponen. Goza del favor de Poncio Pilatos y vive sin el marido, que está en Jerusalén y ella aquí. De este modo se hacen ilusiones, él y ellos, de que no se profanan en venir y no caen en la cuenta de haberse profanado. ¡Hipocresía! ¡Se vive de hipocresía hasta el cuello! y en breve nos ahogará. El sábado es el día del festín... y hay también miembros del Consejo. Un hijo de Anás es el más asiduo."
"La vi. Déjala en paz. Y déjala que haga lo que quiera. Cuando un médico prepara una medicina mezcla las sustancias y parece como si el agua se perdiese, porque las revuelve y el agua se hace turbia. Luego todo se asienta, el agua se hace clara aunque esté llena de jugos de las sustancias medicinales. Así ahora. Todo se está mezclando y Yo trabajo con todos. Todo se asentará y las cosas no necesarias serán arrojadas y las buenas quedarán activas en el gran mar del pueblo mío. Bajemos. Nos están llamando"...
...y la visión continúa cuando Jesús vuelve a subir a la terraza para hablar a la gente de Betania y de los lugares circunvecinos, que ha acudido a escucharle.
EL SEÑOR EMPLEA EL MAL PARA DAR ALEGRÍA A SUS HIJOS,
AL
TRAER BAJO EL AGUIJÓN DEL MAL A SU CORDERO ENTRE
LOS
CORDEROS PARA SALVARLO DE LOS LOBOS.
EL EJEMPLO DEL RÍO Y DEL RIACHUELO
"La paz sea con vosotros. Aun cuando Yo guardase silencio, los vientos de Dios llevarían hasta vosotros la palabra de mi amor y las del rencor de los otros. Sé que estáis intranquilos porque no desconocéis el motivo por el cual estoy entre vosotros. Pero no hagáis otra cosa que alegraros y bendecir conmigo al Señor que emplea el mal para dar alegría a sus hijos, al traer otra vez bajo el aguijón del mal a su Cordero entre los corderos para salvarlo de los lobos.
Ved cuán buen es el Señor. Al lugar en donde estaba, llegaron como las aguas del mar, un río y un riachuelo. Un río de amorosa dulzura, un riachuelo de amargura punzante. El primero era vuestro amor, desde el de Lázaro y Marta hasta el del último del poblado: el riachuelo era el injusto hastío de quien, no pudiendo venir al Bien que lo invita, acusa al bien de ser delito. Decía el río: "Vuelve, vuelve entre nosotros, para que nuestras ondas te rodeen, te aparten, te defiendan, te den todo lo que el mundo te niega". El riachuelo malvado lanzaba amenazas y quería matar con su tóxico. Pero... ¿qué es un riachuelo respecto a un río... y qué cosa respecto al mar?... ¡Nada! Y el tóxico del río ha desaparecido porque el río de vuestro amor lo ha superado, y en el mar de mi amor no se ha sumergido más, que la dulzura de vuestro amor. En otras palabras: Ha hecho bien. Me ha traído nuevamente entre vosotros. Bendigamos al Señor Altísimo."
La voz fuerte de Jesús, se extiende por el aire tranquilo y silencioso. Jesús, a quien el sol ilumina, acciona y sonríe sosegado desde lo alto de la terraza. Abajo la gente feliz lo escucha y cual flores, sus rostros sonríen a la armonía de su voz. Lázaro está cerca de Jesús, lo mismo Simón y Juan. Los demás se han mezclado entre la multitud. Sube también Marta y se sienta por tierra a los pies de Jesús, y desde allí puede ver su casa que está más allá del huerto.
EL MUNDO ES DE LOS MALOS. EL PARAÍSO DE LOS BUENOS
EL MUNDO PASA, EL PARAÍSO NO.
¿POR QUÉ PERTURBARSE DE LO QUE HACEN LOS MALOS?
"El mundo es de los malos. El Paraíso de los buenos. Esta es la verdad y la promesa. Y sobre esta se apoya vuestra fuerza que no titubea. El mundo pasa, el Paraíso, no. Quien es bueno y lo conquista, en la eternidad gozará de él. Si es así, ¿por qué perturbarse de lo que hacen los malos? ¿Recordáis los lamentos de Job? Son los eternos lamentos de quien es bueno y oprimido; por qué la carne gime, cosa que no debería hacer, y cuánto más pisoteada, tanto más debería levantar las alas del alma en el júbilo del Señor.
¿Pensáis que sean felices quienes así lo parecen porque con su modo lícito y mucho más con el ilícito sus graneros están repletos, sus barriles llenos, y de sus odres se desparrama el aceite? ¡No! Saborean la sangre y lágrimas del prójimo en cada comida que hacen, y su lecho les parece estar tapizado de espinas. Tan grandes son los gritos de su remordimiento. Saquean a los pobres, despojan a los huérfanos, roban al prójimo para hacer amasijo, oprimen a quien puede menos que ellos en poder y en perversidad. No importa. No los molestéis. Su reino es de este mundo. Y cuando mueren ¿qué les queda? ¡Nada! A no ser que se quiera dar el nombre de tesoro al cúmulo de culpas que consigo llevan y con el que se presentan ante Dios. Dejadlos. Son los hijos de las tinieblas, los rebeldes a la luz y no pueden seguir los senderos luminosos que ella les brinda. Cuando Dios hace brillar la Estrella matutina, la llaman sombra de muerte y consideran como si estuviese contaminada y prefieren caminar al relumbrón sucio de su oro y de su odio, que flamea solo porque las cosas del infierno brillan con el fósforo de los eternos lagos de perdición.."
LÁZARO DESCUBRE A SU HERMANA MARÍA MAGDALENA
DETRÁS DE UNA VALLA
¿QUÉ DECIR DE ESTOS INFELICES?
ASÍ HABLA EN ALGUNA HORA EL ALMA DE LOS PECADORES
UNO SOLO ES EL AMOR DEL ALMA: DIOS
"Mi hermana, Jesús... ¡oh!" Lázaro descubre a María que se escurre detrás de una valla del huerto de Lázaro para acercarse lo más posible. Camina agachada. Su rubia cabellera resplandece como oro contra el rojo oscuro.
Marta trata de levantarse, pero Jesús le pone la mano sobre la cabeza y debe quedarse en donde está. Todavía más fuerte levanta Jesús su voz.
"¿Qué decir de estos infelices? Les ha dado Dios tiempo de hacer penitencia y ellos lo emplean en pecar. Dios no los pierde de vista, aun cuando así pareciese. Llega el momento en que el amor de Dios resquebraja su duro corazón como un rayo que penetra en el peñasco, o porque la cantidad de sus delitos llega hasta su garganta y a sus narices la ola de su fango. Ellos lo perciben. ¡Oh! que finalmente perciben la náusea de aquel sabor y de aquel hedor que repugna a los demás y que llena su corazón. Viene el momento en que tiene asco y brota un movimiento de deseo por el bien. Entonces el alma grita: "¿Quién me concediera volver como antes, cuando estaba yo en amistad con Dios? ¿Cuando su luz resplandecía en mi corazón y caminaba yo bajo sus rayos? ¿Cuando ante mi recto proceder, admirado callaba el mundo y quien me veía, feliz me llamaba? El mundo bebía mi sonrisa y mis palabras eran aceptadas cual de ángel y de orgullo el corazón de mis familiares se sentía repleto... Y ahora... ¿Qué soy? Burla de los jóvenes, horror de los ancianos, tema de sus cantares y el esputo de su desprecio baña mi cara".
En realidad que así habla en algunas horas el alma de los pecadores, de los verdaderos Jobes, porque nos hay miseria mayor para alguien que el haber perdido la amistad con Dios y su reino. Inspiran tan solo piedad. Piedad tan sólo. Son pobres almas que por holgazanería o ligereza han perdido al eterno Esposo. "De noche en mi cama, busqué el amor del alma mía y no lo encontré". De hecho en las tinieblas no se puede reconocer al esposo, y el alma aguijoneada del amor, sin saber qué hacer porque está rodeada de la noche espiritual, busca y trata de encontrar un alivio a su tormento. Cree poder encontrarlo en cualquier amor. ¡No! Uno sólo es el amor del alma: Dios. Estas almas aguijoneadas por el amor de Dios, andan en busca de amor. Bastaría con que quisiesen dentro de sí la luz, y tendrían por consorte suyo al Amor. Caminan como enfermas. Buscan a tientas un amor y encuentran toda clase de amores, todo lo asqueroso que el hombre así ha bautizado, pero no encuentran al Amor; porque el amor es Dios y no el oro, ni los placeres, ni el poder.
¡Pobres, pobres almas! Si hubiesen sido menos haraganas y hubiesen salido a las primeras invitaciones del Esposo eterno, de Dios que dice: "Ábreme" no hubieran llegado a abrir la puerta, con el ímpetu del amor despertado, cuando el Esposo se había ya alejado envuelto en desilusiones... No hubieran profanado aquel ímpetu santo por una necesidad de amor, en un lodazal que causa repugnancia al animal inmundo por su hediondez, no hubieran sembrado cardos, que no fueron flores sino aguijones que punzan y que no sirven de corona. No hubieran conocido las befas de las guardias de ronda, de todo el mundo que, como Dios pero con motivos opuestos no pierde de vista al pecador y lo asecha para burlarse y criticarlo.
POBRES ALMAS A QUIENES EL MUNDO HA APALEADO
TAN SÓLO DIOS NO ACUDE A ESA LAPIDACIÓN
¡Pobres almas a quienes el mundo ha apaleado, desnudado, herido! Tan sólo Dios no acude a esa lapidación que nace de un desprecio sin piedad. Pero hace que caigan sus lágrimas para curar las heridas y volver a vestir con vestidura diamantina a su creatura. Siempre su creatura... Sólo Dios... Y los hijos de Dios con el Padre. Bendigamos al Señor. Quiso Él que regresase por los pecadores para deciros: "Perdonad, perdonad siempre. Convertid cualquier mal en bien. Haced que una ofensa se convierta en gracia" No os digo que sólo "hagáis". Os digo: Imitad mi modo de obras. Amo y bendigo a mis enemigos porque por ellos pude regresar entre vosotros, amigos míos.
La paz sea con todos vosotros."
EL SECRETO DEL REDENTOR Y DE LOS REDENTORES ES:
TENER
PACIENCIA, BONDAD, CONSTANCIA Y ORACIÓN
ALGUNAS VECES CUALQUIER TOCAMIENTO A LOS ENFERMOS
ES INSUFRIBLE...
La gente agita sus velos y ramas en dirección de Jesús, y luego se aleja poco a poco.
"¿Habrán visto a aquella impúdica?"
"No, Lázaro. Estaba detrás de la valla y bien escondida. Podíamos verla, porque estábamos en lo alto. Los otros no."
"Había prometido que..."
"¿Por qué no podía venir? ¿No es también ella una hija de Abraham? Quiero que vosotros, hermanos, discípulos, me juréis que no haréis ninguna alusión a ella. Dejadla en paz. ¿Que se reirá de Mí? Dejadla que se ría. ¿Que llorará? Dejadla que llore ¿Que querrá quedarse? Que se quede. ¿Tendrá ganas de huir? Que escape. El secreto del Redentor y de los redentores es: tener paciencia, bondad, constancia y oración. Algunas veces cualquier tocamiento a los enfermos es insufrible... Adiós, amigos. Me quedo a orar. Cada uno vaya a su empeño. Y que Dios os acompañe."
Todo termina.
II. 840-849
A. M. D. G.