EN CANÁ EN CASA DE SUSANA. 

EL OFICIAL DEL REY

 


 

#JESÚS EN CASA DE SUSANA   

#UN OFICIAL DEL TETRARCA PIDE A JESÚS QUE CURE A SU HIJO  

 #"Por ahora no voy. Vete a Cafarnaum, que tu hijo desde este momento está curado y vive."   

#EL ESPOSO DE SUSANA PIDE A JESÚS QUE LA CURE  

 #He venido también a redimir a la mujer y en los siglos venideros en mí tiempo, habrá mujeres semejantes a las sacerdotisas que servirán al Señor y a los siervos de Dios. Mi sabiduría sabe que las mujeres pueden ayudar al Maestro en este campo que me está cerrado.   

#El alma es de Dios y Tú eres el Mesías Hijo de Dios. No puedo disputar tu derecho en lo que es de Dios. Si Susana quiere seguirte, no se lo impediré.  

 #ni por esto morirá su amor de esposa, antes al contrario, subirá al grado más alto que es el de amarse con lo mejor que hay, con el espíritu.

 


 

JESÚS EN CASA DE SUSANA

 

Jesús tal vez va en dirección del lago, y en su camino llega a Caná y se dirige a la casa de Susana. Con él van los primos. Mientras descansan en la casa y comen, los discípulos, los pariente y amigos que hay en Caná escuchan a Jesús como suelen hacerlo. Instruye a estas buenas personas y consuela al esposo de Susana, que parece estar enferma porque no está presente y oigo que insistentemente se habla de que sufre. En medio de esto, entra un hombre bien vestido que se postra a los pies de Jesús.

 

UN OFICIAL DEL TETRARCA PIDE A JESÚS QUE CURE A SU HIJO

 

"¿Quién eres? ¿Qué quieres?"

Mientras todavía sigue llorando y suspirando, el dueño de la casa tira a Jesús de la orla del vestido y en voz baja dice: "Es un oficial del Tetrarca. No te fíes mucho."

"Habla pues. ¿Qué quieres de Mí?"

"Maestro, supe que habías regresado. Te esperaba como se espera a Dios. Ven pronto a Cafarnaum. Mi hijo está tan enfermo que tiene las horas contadas. Vi a Juan tu discípulo. Por él supe que habías venido derecho aquí. Ven, ven antes de que sea muy tarde."

"¿Cómo? Tú que eres siervo del perseguidor del santo de Israel ¿puedes creer en Mí? No creéis al Precursor del Mesías: ¿cómo podéis creer en Él, entonces?"

"Es verdad. Estamos en medio de un pecado de incredulidad y crueldad. Pero ¡ten piedad de un padre! Conozco a Cusa y he visto a Juana. Antes y después del milagro la vi, y he creído en Ti."

"¡Ya! Sois una generación tan incrédula y perversa que sin señales y prodigios no podéis creer. Os falta la primera condición para obtener el milagro."

"¡Es verdad! ¿Todo es verdad! Pero mira... Ahora yo creo en Ti, y te ruego que vengas, vengas pronto a Cafarnaum. Te buscaré una barca en Tiberíades para que llegues lo más pronto posible. pero ven, antes de que mi hijo muera" y acongojadamente llora.

 

"Por ahora no voy. 

Vete a Cafarnaum, que tu hijo desde este momento 

está curado y vive."

 

"Por ahora no voy. Vete a Cafarnaum, que tu hijo desde este momento está curado y vive."

"Dios te bendiga, Señor mío. Lo creo. Pero para que mi familia te lo agradezca, ruegote que vengas a Cafarnaum a mi casa."

"Iré. Adiós. La paz sea contigo."

 El hombre sale con premura y pocos instantes después se oye el galopar de un caballo.

"Pero ¿realmente está curado ese muchacho?" pregunta el esposo de Susana.

"¿Y puedes pensar tú que Yo diga mentiras?"

"No, Señor. Pero Tú estás aquí y el muchacho allá."

"Para mí no hay barreras ni distancias."

 

EL ESPOSO DE SUSANA PIDE A JESÚS QUE LA CURE

 

"¡Oh, Señor mío! Tú que cambiaste el agua en vino en mis bodas, cambia, pues, llanto en sonrisa. Cúrame a Susana."

"¿Qué cosa me darás en cambio de ello?"

"La suma de dinero que quieras."

"No ensucio lo que es santo con sangre de Mammona. Pido a tu corazón lo que me puedas dar."

"Yo mismo me ofrezco, si quieres."

"¿Y si te pidiese, sin palabras, un gran sacrificio?"

"Señor mío. Te pido la salud corporal de mi esposa y la santificación de todos nosotros. Creo que para obtener lo que pido, no pueda sacrificar cosa mayor..."

"Tú te mueres por tu mujer. Pero si la devolviese a la vida para tenerla para siempre como discípula, ¿qué dirías?"

"Que, que tienes el derecho... y que... y que imitaría a Abraham en no tardarme en ofrecer el sacrificio."

 

HE VENIDO A REDIMIR A LA MUJER Y EN LOS SIGLOS 

VENIDEROS EN MI TIEMPO, HABRÁ MUJERES SEMEJANTES A 

LAS SACERDOTISAS QUE SERVIRÁN AL SEÑOR Y A LOS SIERVOS 

DE DIOS

 

LAS MUJERES PUEDEN AYUDAR AL MAESTRO EN ESTE CAMPO  

QUE ME ESTÁ CERRADO.

 

"Has dicho bien. Oídme todos: se acerca la hora de mi sacrificio, a la manera del agua veloz que corre sin detenerse hasta su desembocadura. Debo cumplir lo que debo. La dureza humana me impide un gran campo de misionar. Mi Madre y María de Alfeo vendrán conmigo cuando me aleje para ir a otras poblaciones que menos me amarán, o que jamás lo harán. Mi sabiduría sabe que las mujeres pueden ayudar al Maestro en este campo que me está cerrado. He venido también a redimir a la mujer y en los siglos venideros en mí tiempo, habrá mujeres semejantes a las sacerdotisas que servirán al Señor y a los siervos de Dios. He escogido a mis discípulos, pero para elegir a las mujeres que no son libres, debo pedir el consentimiento de sus padres y maridos. ¿Lo aceptas?

 

El alma es de Dios y Tú eres el Mesías Hijo de Dios.

 No puedo disputar tu derecho en lo que es de Dios. 

Si Susana quiere seguirte, no se lo impediré.

 

"Señor... Yo amo a Susana. Hasta ahora la he amado más en su cuerpo que en su alma, pero al oír tu enseñanza algo ha cambiado en mí y considero a mi mujer más bien como un alma que como un cuerpo. El alma es de Dios y Tú eres el Mesías Hijo de Dios. No puedo disputar tu derecho en lo que es de Dios. Si Susana quiere seguirte, no se lo impediré. Te ruego tan sólo, que obres el milagro de curar a ella en su cuerpo, y a mi en mi modo de pensar..."

 

NI POR ESTO MORIRÁ SU AMOR DE ESPOSA, ANTES AL

CONTRARIO, SUBIRÁ AL GRADO MÁS ALTO QUE ES EL DE

AMARSE CON LO MEJOR QUE HAY, CON EL ESPÍRITU

 

"Susana está curada. Dentro de pocas horas vendrá a anunciarte su alegría. Deja que su alma siga su impulso. No le digas nada de cuanto te he dicho ahora. Verás que su alma vendrá a Mi espontáneamente como la llama tiende a subir. Pero ni por esto morirá su amor de esposa, antes al contrario, subirá al grado más alto que es el de amarse con lo mejor que hay, con el espíritu."

"Susana te pertenece, Señor. Debía morir y lentamente en medio de crueles torturas. Y si hubiese muerto la habría perdido sobre la tierra. pero al ser como Tú dices, la tendré todavía a mi lado para que me lleve por tus senderos. Dios me la dio y Dios me la quita. Sea bendito el Altísimo cuando da, como cuando quita."

III. 42-44

A. M. D. G.