LA ELECCIÓN DE LOS DOCE AL 

APOSTOLADO

 


 

#JESÚS SE ENTRETIENE CON LOS PAJARITOS  

 #JESÚS DESPIERTA A SUS DISCÍPULOS   

#JUAN REVELA A JESÚS LAS GRANDES GRACIAS RECIBIDAS. Un conocimiento mayor del misterio de la Santísima Trinidad   

#Deja sobre mi secreto la piedad del silencio  

 #El alma lo ha dicho a la razón y ella, que en estos días ha sido la reina, ha enseñado a la razón dos grandes virtudes: la humildad y el silencio, hijo de la humildad y de la prudencia, las cuales son hijas de la caridad.  

 #Habéis sido cambiados de niños en jóvenes Ha nacido en vosotros el santo pudor El primer día os parecieron estas cuevas frías ahora las miráis como perfumadas y luminosas habitaciones de nupcias En ellas habéis conocido a Dios.  

 #Dios se revela a los vírgenes en toda su plenitud y por su delicia de darse a quien es puro, encontrando como una parte suya se revela. Purísimo en la creatura limpia de lujuria, y para recompensarla de cuanto ella se priva por amor suyo.   

#Así como la Caridad me mandó al mundo, así también por órdenes mías os manda a él.   

#no seréis más los discípulos predilectos, sino los apóstoles, cabeza de mi Iglesia. De vosotros saldrán en los siglos que están por venir, todas las jerarquías de ella y seréis llamados los maestros, teniendo a Dios como a vuestro Maestro en su triple potencia, sabiduría y caridad.   

#LIBRO 2º DE LAS CRÓNICAS, CAP. 29 se cuenta cómo Ezequías, rey de Judá, hizo purificar el templo, y después que fue purificado, ofreció sacrificios por el pecado, por el santuario y por Judá,   

#Sois los sacerdotes, a quienes Yo, Pontífice eterno he preparado con grandes cuidados. Pero no sois suficientes. Agregaré discípulos. Recibirán cargos iguales, porque la misión es una, aunque será diversa la clasificación ante los ojos del mundo. Pero no ante los ojos de Dios... El discípulo que viva santamente será más grande que el apóstol famoso que sólo tiene el nombre de apóstol...   

#El cargo de los sacerdotes y levitas de Ezequías será siempre el de los apóstoles y discípulos: practicar el culto al Señor, destruir las idolatrías, purificar los corazones y lugares, predicar al Señor y su Palabra.   

#EL MUNDO...HIJO DE SATANÁS POR CINCO PARTES, SIERVO DE SATANÁS POR OTRAS TRES, APÁTICO HACIA DIOS EN LAS OTRAS DOS, LA DE APAGAR LAS LUCES DE LOS CORAZONES DE LOS SANTOS.   

#Defendeos vosotros mismos contra vosotros, contra el mundo, la carne, el demonio, pero sobre todo defendeos de vosotros mismos.   

#A la defensa, oh hijos, contra la soberbia, la sensualidad, doblez, tibieza, sopor espiritual, avaricia. Cuando el "yo inferior" hable y gimotee por supuesta crueldad, hacedlo callar con estas palabras: "Por un momento que te privo, te procuro y para la eternidad, el banquete de éxtasis que tuviste en la cueva de la montaña al fin de la luna de Scebat".

 


 

Es un amanecer que ilumina los montes y parece suavizar este lugar silvestre en donde tan sólo se oye el estrépito del riachuelo que espumoso corre en el fondo, y que al repercutir en el monte lleno de caravanas adquiere un rumor muy raro. Allí, en el lugar donde han estado los discípulos, no se oye más que algún cauteloso ruido entre las hojas y las hierbas, el de los primeros pajaritos que se van, y de los últimos nocturnos que regresan a ocultarse. Un grupo de liebres o conejos selváticos que está royendo una mata de mora, huye espantado con el caer de una piedra. Luego precavidos regresan, moviendo las orejas para captar cualquier ruido, y al ver que todo está en paz, vuelven a la mata. El rocío lava todas las plantas, todas las piedras, y el bosque da un color fuerte a musgo, a menta y a mejorana.

 

JESÚS SE ENTRETIENE CON LOS PAJARITOS

 

Un petirrojo baja hasta el borde de una cueva a la que hace de techo una roca resquebrajada y moviendo su cabecita, bien parado sobre sus patitas, pronto a huir, mira hacia dentro, mira por tierra, murmura sus "chip-chip" de interrogación y de... placer al ver migajas de pan por el suelo; pero no se decide a bajar sino cuando ve que le ha ganado ya un gran mirlo que avanza echando brinquitos de lado, cómico en su pretensión de travieso y con su perfil de viejo notario, y al que faltan solo las gafas para ser un retrato. Entonces baja también el petirrojo y sigue al atrevido mirlo, que de cuando en cuando hinca su pico amarillo en la tierra húmeda en busca de... alimentos que pudieran haberse perdido años y años atrás, y luego continúa después de echar un "chip" o un breve silbido, exactamente como pilluelo. El petirrojo se atraganta de las migajas y queda sorprendido cuando ve que el mirlo, que había entrado sin temor a la cuerva silenciosa, sale con una cortecita de queso que golpea y vuelve a golpear para desmenuzarla sobre una piedra y darse con ella un banquete. Torna a entrar, cuidadosamente mira, y no encontrando más de un hermosos silbido de burla, vuela para ir a terminar su gorjeo encima de un roble que introduce su copa en el azul de la mañana. También el petirrojo vuela al oír un ruido que sale de dentro de la cuerva... y posa sobre una ramita que se balancea en el vacío.

Jesús avanza hacia el umbral y despedaza un pan llamando quedito a los pajaritos con un silbido melodioso que imita muy bien el gorjeo de ellos. Luego se separa y sube más arriba, quedándose inmóvil contra una pared rocosa para no espantar a sus amigos que pronto bajan: primero el petirrojo y luego muchos de varias especies. La inmovilidad de Jesús y también su mirada -prefiero pensar así porque tengo experiencia de que las bestias más desconfiadas se acercan a quienes por instinto sienten que no son enemigos sino protectores- hacen que en breves momentos y a pocos centímetros de Él empiecen a saltar los pajaritos y el petirrojo, ya satisfecho, vuela a lo alto del peñasco sobre el que está apoyado Jesús y se posa en una delgadísima ramita de algalia y se columpia sobre la cabeza de Jesús con muchas ganas de posarse sobre su rubia cabeza y sobre sus espaldas. La comida ha terminado. El sol besa la cima del monte y luego las copas de los árboles más altos del bosque, mientras el valle todavía se encuentra envuelto en la luz pálida del alba. Los pajaritos vuelan, satisfechos y llenos, cantando con todos sus piquitos abiertos.

 

JESÚS DESPIERTA A SUS DISCÍPULOS

 

"Y ahora vamos a despertar a los otros hijos míos" dice Jesús, y baja porque su cueva es la que está más arriba. Entra a las cuevas llamando en cada una de ellas a sus discípulos que duermen.

Simón, Bartolomé, Felipe, Santiago, Andrés responden al punto. Mateo, Pedro y Tomás son más lentos en responder. Mientras Judas Tadeo ya pronto y listo sale al encuentro de Jesús así como le ve en e lumbral, el otro primo, y con él Iscariote y Juan, duermen como leños, de modo que Jesús debe sacudirlos sobre su lecho de hojas para que se despierten.

Juan, el último en haber sido llamado, duerme tan profundamente que no cae en la cuenta de quien lo llama y en las sombras del sueño medio interrumpido murmura: "Sí mamá. Voy pronto..." y da media vuelta. Jesús sonríe, se sienta sobre el montón de hojas recogidas en el bosque, se inclina y besa en la mejilla a su discípulo Juan, que abre sus ojos y queda frío al ver allí a Jesús. Al punto se incorpora y pregunta: "¿Me necesitas? Sí, aquí estoy."

"No. Te he despertado como a todos. Soñabas que Yo era tu mamá, y por eso te besé para hacer lo que hacen las mamás."

Juan, con la túnica inferior, porque se cobija con el vestido y el manto, se prende del cuello de Jesús y mete su cabeza entre el hombro y la mejilla diciendo: "¡Oh, eres más que mi mamá! Yo la dejé por Ti. Pero a Ti, no te dejaría por ella. Ella me dio a luz a la tierra, pero Tú al Cielo. Oh, lo sé."

 

JUAN REVELA A JESÚS LAS GRANDES GRACIAS RECIBIDAS.

 

UN CONOCIMIENTO MAYOR DEL MISTERIO DE LA SANTÍSIMA 

TRINIDAD

 

"¿Qué sabes más de los otros?"

"Lo que me dijo el Señor en esta cueva. Mira, yo no fui a tu cueva y pienso que mis compañeros hayan dicho que era indiferencia y soberbia. pero no me importa lo que piensen. Sé que Tú sabes la verdad. No fui a donde estaba Jesucristo, Hijo de Dios encarnado, pero siempre he tenido conmigo lo que eres en el seno del Fuego que es el Amor eterno de la Trinidad Santísima, su Naturaleza, su esencia, su verdadera esencia. Oh, que no sé cómo expresar todo lo que he podido comprender en esta negra cueva que ha estado para mí llena de luces, en esta fría cueva en la que he ardido en un fuego que no veía con los ojos, pero que ha bajado hasta lo profundo de mi ser, y lo ha encendido con un dulce martirio en esta cuerva sin voz, pero que me ha cantado las verdades celestes, y lo que eres, la segunda Persona del inefable misterio que es Dios y que penetro porque Dios me llevó a Sí. Todos mis deseos, todos mis llantos todas mis preguntas, las he derramado en tu seno divino Verbo de Dios. No ha habido jamás palabra alguna, entre las que de Ti oí, tan inmensa como la que me dijiste aquí. Tú, Hijo de Dios; Tú, Dios como el Padre; Tú, Dios como el Espíritu Santo; Tú, Tú que eres el eje de la Trinidad... ¡oh, tal vez blasfemo! pero así me parece porque si Tú no Fueses, amor del Padre y amor por el Padre, entonces faltaría el Amor, el divino Amor y la Divinidad no sería más Trina, y faltaría a Ella el atributo de Dios más apropiado: su amor. Oh, lo siento mucho aquí, pero es como el agua que brota dentro de un lugar cerrado y no puede salir... me siento morir porque es violento y sublime el tumulto que ha descendido a mi corazón desde que te he comprendido... pero de ningún modo querría verme libre de él... Hazme morir de este amor, dulce Dios mío" Juan sonríe y llora, anheloso, encendido en su amor, con la cabeza sobre el pecho de Jesús, como si la flama lo enervase. Y Jesús lo acaricia lleno de amor.

 

Deja sobre mi secreto la piedad del silencio

 

Juan bajo una ondeada de humildad se recobra y con voz suplicante dice: "No digas a los otros cuanto te he dicho. Ciertamente también ellos han sabido vivir de Dios como yo en estos días. Deja sobre mi secreto la piedad del silencio."

"Puedes estar seguro, Juan. Nadie conocerá tu amor por el Amor. Vístete y ven. Debemos partir."

Jesús sale al sendero donde ya están los demás. Sus caras tienen un aspecto más venerable, más recogido. Los de edad parecen patriarcas, los jóvenes tienen un no sé qué de madurez, de dignidad, que antes la juventud escondía. Iscariote mira a Jesús con una sonrisa tímida en su rostro bañado en lágrimas. Jesús lo acaricia al pasar. Pedro... no habla y esto es en él lo que más llama la atención. Mira atentamente a Jesús, pero con una nueva dignidad que parece hacerle la frente más ancha y proporcionada, su mirada hasta entonces llena de un fulgor de donaire, es más austera. Jesús lo llama para que esté cerca de Él y así lo tiene en espera de Juan, que por fin sale con la cara, no sé decir, si más pálida o más sonrosada, pero sí encendida con una llama que no cambia el color, pero que con todo es manifiesta. Todos lo miran.

"Ven aquí, Juan, cerca de Mí. Y también tú, Andrés, y tú, Santiago de Zebedeo. Luego, tú Simón y tú, Bartolomé, Felipe y vosotros hermanos míos, y Mateo. Judas de Simón aquí enfrente de Mí. Tomás, ven aquí. Sentaos, que os debo hablar."

Se sientan quietos como niños, todos un poco absortos en su mundo interior y con todo atentos a Jesús como jamás lo habían estado.

 

EL ALMA LO HA DICHO A LA RAZÓN Y ELLA, QUE...HA SIDO 

REINA HA ENSEÑADO A LA RAZÓN DOS GRANDES VIRTUDES:

 

LA HUMILDAD Y EL SILENCIO, HIJO DE LA HUMILDAD Y DE LA 

PRUDENCIA, LAS CUALES SON HIJAS DE LA CARIDAD

 

"¿Sabéis lo que os he hecho? Todos lo sabéis. El alma lo ha dicho a la razón y ella, que en estos días ha sido la reina, ha enseñado a la razón dos grandes virtudes: la humildad y el silencio, hijo de la humildad y de la prudencia, las cuales son hijas de la caridad.

 

HABÉIS SIDO CAMBIADOS DE NIÑOS A JÓVENES

 

HA NACIDO EN VOSOTROS EL SANTO PUDOR

 

EL PRIMER DÍA ESTA CUEVAS OS PARECIERON FRÍAS

 

AHORA LAS MIRÁIS COMO PERFUMADAS Y LUMINOSAS 

HABITACIONES DE NUPCIAS.

 

EN ELLAS HABÉIS CONOCIDO A DIOS

 

DIOS SE REVELA A LOS VÍRGENES EN TODA SU PLENITUD Y POR 

SU DELICIA DE DARSE A QUIEN ES PURO...

 

SE REVELA PURÍSIMO EN LA CREATURA LIMPIA DE LUJURIA, Y 

PARA RECOMPENSARLA DE CUANTO ELLA SE PRIVA POR 

AMOR SUYO.

 

Solo hace ocho días habríais venido a proclamar como niños valerosos, que quieren sorprender y vencer al rival, vuestras hazañas, vuestros nuevos conocimientos. Ahora guardáis silencio. Habéis sido cambiados de niños en jóvenes y comprendéis que esta proclama podrá mortificar al compañero que ha recibido menos de Dios, y guardáis silencio. Sois como las doncellas. Ha nacido en vosotros el santo pudor sobre la metamorfosis que os ha revelado el misterio nupcial de las almas con Dios. El primer día os parecieron estas cuevas frías, duras, repulsivas... ahora las miráis como perfumadas y luminosas habitaciones de nupcias. En ellas habéis conocido a Dios. Antes sabíais algo de Él. Pero no lo conocíais en la intimidad que de dos hace uno. Entre vosotros hay quienes hace varios años están casados, otros que no tuvieron sino engañosas relaciones con mujeres, algunos que por causas diversas son castos. Pero éstos saben ahora lo que es el amor perfecto, así como lo saben los casados. Aun más, puedo afirmar que ninguno, como el ignorante del apetito carnal, sabe qué cosa es el amor perfecto. Porque Dios se revela a los vírgenes en toda su plenitud y por su delicia de darse a quien es puro, encontrando como una parte suya se revela. Purísimo en la creatura limpia de lujuria, y para recompensarla de cuanto ella se priva por amor suyo.

 

Así como la Caridad me mandó al mundo, 

así también por órdenes mías os manda a él.

 

En verdad os digo que por el amor que os tengo y por la sabiduría que poseo, sino tuviese el deber de cumplir la obra del Padre, querría teneros aquí, y estar con vosotros, separados; y ciertamente os haría así grandes santos sin más extravíos, sin defecciones, caídas, relajamiento, retrocesos. Pero no puedo. Debo ir. Y también vosotros. El mundo nos espera. El mundo profano y profanador que tiene necesidad de maestros y redentores. Os he querido que conocieseis a Dios para que lo améis mucho mejor que el mundo, que con todos sus afectos no merece ni siquiera una sonrisa de parte de Dios. Quise que pudieseis meditar sobre lo que es el mundo y sobre lo que es Dios para que anhelaseis por cosa mejores. En este momento no anheláis otra cosa más que Dios. Oh, si pudiese enclavaros en esta hora, en este anhelo. Pero el mundo nos espera. E iremos a él. Así como la Caridad me mandó al mundo, así también por órdenes mías os manda a él. Pero ¡oíd bien! como perla en el cofrecito encerrad el tesoro de estos días en que habías sido custodiados, curados, levantados, revestidos, unidos con Dios, en vuestros corazón, y como las piedras de testimonio que los patriarcas alzaban a Dios como recuerdo de sus alianzas con Él, conservad y guardad estos preciosos recuerdos en vuestro corazón.

 

NO SERÉIS MÁS LOS DISCÍPULOS PREDILECTOS, SINO LOS 

APÓSTOLES, CABEZA DE MI IGLESIA

 

DE VOSOTROS SALDRÁN... TODAS LAS JERARQUÍAS...SERÉIS 

LLAMADOS LOS MAESTROS

 

TENIENDO A DIOS COMO MAESTRO EN SU TRIPLE POTENCIA, 

SABIDURÍA Y CARIDAD

 

De hoy en adelante no seréis más los discípulos predilectos, sino los apóstoles, cabeza de mi Iglesia. De vosotros saldrán en los siglos que están por venir, todas las jerarquías de ella y seréis llamados los maestros, teniendo a Dios como a vuestro Maestro en su triple potencia, sabiduría y caridad. No os escogí porque fueseis los más dignos, sino por un complejo de causas que no es necesario que por ahora sepáis. Os escogí en lugar de mis pastores que fueron mis primeros discípulos desde que Yo era niño. ¿Por qué lo he hecho? Porque así estaba bien que se hiciese. Entre vosotros hay galileos, y judíos, doctos e indoctos, ricos y pobres. Esto por el mundo para que no diga que he preferido una categoría. Pero vosotros no os daríais a basto con todo lo que hay que hacer. Ni ahora, ni después.

 

LIBRO 2º DE LAS CRÓNICAS, CAP. 29  se cuenta 

cómo Ezequías, rey de Judá, hizo purificar el templo, 

y después que fue purificado, 

ofreció sacrificios por el pecado, 

por el santuario y por Judá,

 

No todos habréis tenido presente un punto de la Escritura. Os lo recuerdo. En el 2. de las Crónicas, en el capítulo 29, se cuenta cómo Ezequías, rey de Judá, hizo purificar el templo, y después que fue purificado, ofreció sacrificios por el pecado, por el santuario y por Judá, y luego se procedió a las ofertas de cada uno. Pero no siendo suficientes los sacerdotes para las inmolaciones, fueron llamados otros para ayuda de los levitas, los cuales fueron consagrados con ritos más sencillos que los sacerdotes.

 

SOIS LOS SACERDOTES, PERO NO SOIS SUFICIENTES

AGREGARÉ DISCÍPULOS

RECIBIRÁN CARGOS IGUALES, PORQUE LA MISIÓN ES UNA, 

AUNQUE SERÁ DIVERSA LA CLASIFICACIÓN ANTE LOS OJOS 

DEL MUNDO.

 

PERO NO ANTE LOS OJOS DE DIOS...EL DISCÍPULO QUE VIVA 

SANTAMENTE SERÁ MÁS GRANDE QUE EL APÓSTOL FAMOSO 

QUE SÓLO TIENE EL NOMBRE DE APÓSTOL...

 

Esto es lo que Yo haré. Sois los sacerdotes, a quienes Yo, Pontífice eterno he preparado con grandes cuidados. Pero no sois suficientes para el trabajo siempre más extenso de inmolaciones de cada uno a su Señor Dios. Por lo que os agregaré discípulos, que así siempre quedarán. Algunos de ellos nos están esperando en la falda del monte, otros más arriba, y otros están esparcidos por las tierras de Israel y que después se esparcirán por todos los confines de la tierra. Ellos recibirán cargos iguales, porque la misión es una, aunque será diversa la clasificación ante los ojos del mundo. Pero no ante los ojos de Dios ante quien hay justicia, de modo que el discípulo desconocido, aun para los apóstoles y demás hermanos, que viva santamente llevando a Dios almas, será más grande que el apóstol famoso que sólo tiene el nombre de apóstol, y que rebaja su dignidad de apostolado a fines humanos.

 

EL CARGO DE LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS: 

PRACTICAR EL CULTO AL SEÑOR, 

DESTRUIR LAS IDOLATRÍAS, 

PURIFICAR LOS CORAZONES Y LUGARES, 

PREDICAR AL SEÑOR Y SU PALABRA

 

El cargo de los sacerdotes y levitas de Ezequías será siempre el de los apóstoles y discípulos: practicar el culto al Señor, destruir las idolatrías, purificar los corazones y lugares, predicar al Señor y su Palabra. No hay cargo más santo sobre la tierra. Ni siquiera hay dignidad más alta que la vuestra. Por esto os dije: "Escuchaos, examinaos". ¡Ay del apóstol que cae! Consigo arrastra a muchos discípulos, los cuales por su parte arrastran a un número mayor de fieles, y aumenta así cada vez más la ruina como avalancha que cae o como círculo que se extiende sobre el lago con piedras que se lanzan al mismo punto.

 

EL MUNDO...HIJO DE SATANÁS POR CINCO PARTES, 

SIERVO DE SATANÁS POR OTRAS TRES, 

APÁTICO HACIA DIOS EN LAS OTRAS DOS, 

LA DE APAGAR LAS LUCES DE LOS CORAZONES DE LOS SANTOS.

 

 

DEFENDEOS VOSOTROS MISMOS CONTRA VOSOTROS, 

CONTRA EL MUNDO, LA CARNE, EL DEMONIO,

 PERO SOBRE TODO DEFENDEOS DE VOSOTROS MISMOS

 

 

A LA DEFENSA CONTRA LA SOBERBIA, LA SENSUALIDAD, DOBLEZ,

 TIBIEZA, SOPOR ESPIRITUAL, AVARICIA

CUANDO EL "YO INFERIOR" HABLE Y GIMOTEE POR SUPUESTA

 CRUELDAD...HACEDLO CALLAR CON ESTAS PALABRAS:

"POR UN MOMENTO QUE TE PRIVO, TE PROCURO Y PARA LA ETERNIDAD,

 EL BANQUETE DE ÉXTASIS QUE TUVISTE EN LA CUEVA DE LA MONTAÑA

 AL FIN DE LA LUNA DE SCEBAT."

 

¿Seréis todos perfectos? No. ¿Durará el espíritu de ahora? No. El mundo arrojará sus tentáculos para estrangular vuestra alma. Victoria del mundo, hijo de Satanás por cinco partes, siervo de Satanás por otras tres, apático hacia Dios en las otras dos, la de apagar las luces de Los corazones de los santos. Defendeos vosotros mismos contra vosotros, contra el mundo, la carne, el demonio, pero sobre todo defendeos de vosotros mismos. A la defensa, oh hijos, contra la soberbia, la sensualidad, doblez, tibieza, sopor espiritual, avaricia. Cuando el "yo inferior" hable y gimotee por supuesta crueldad, hacedlo callar con estas palabras: "Por un momento que te privo, te procuro y para la eternidad, el banquete de éxtasis que tuviste en la cueva de la montaña al fin de la luna de Scebat".

Vámonos. Vamos al encuentro de los demás que numerosos están en espera de mi regreso. Luego iré por algunas horas a Tiberíades y vosotros después que habléis de Mí a la gente, me iréis a esperar a los pies del monte que está en el camino derecho de Tiberíades al mar. Os veré allí y subiré a predicar. Tomad las bolsas y mantos. La breve permanencia ha terminado y os he escogido."

III. 107-114

A. M. D. G.