EL DISCURSO DE LA MONTAÑA

LAS BIENAVENTURANZAS (PRIMERA 

PARTE)

 


#Jesús está hablando a los apóstoles  

#dinos qué cosa sea el cielo, qué cosa el Reino y qué cosa Dios, porque no tenemos ideas claras.  

 #Esto es el Reino y esto es Dios. Pero ¿cómo se consiguen?"  

#La aparición del Sinaí fue terrible.  

#Pero Dios no sólo es legislador, es también Padre, y Padre de una inmensa bondad  

#Los más doctos entre vosotros saben de qué dones había Dios enriquecido a Adán, y en él a sus descendientes.  

#Como regaló dones de belleza e integridad, inteligencia y voluntad, de capacidad de ser amado y amar,  

#Y tuvieron dones sobrenaturales, o sea, la gracia santificante  

#La gracia santificante es la vida del alma. Esa cosa espiritualísima que ha sido depositada en nuestra alma espiritual.  

#¡Oh, hijos! No defraudéis a Dios de este derecho suyo. No robéis a Dios este haber suyo.  

#¡Divinos, divinos pozos de amor! Eso lo sois, y a vuestro ser no se ha dado la muerte, para que seáis eternos como Dios, siendo Dios.  

#No digáis: Ese está loco. Ese es un mentiroso.  

#Dios no os hace fuerza en el pensamiento y ni siquiera en que seáis santos. Sois libres. Pero os da fuerzas.  

#"¿Cómo se conquista a Dios y su Reino por un camino más dulce que no sea el duro del Sinaí? preguntáis  

#Las Bienaventuranzas  

#Bienaventurado si soy pobre de espíritu  

#El pobre de espíritu si es rico, no peca porque tenga dinero  

#Las cosas que hacen rico al hombre son el dinero como objeto material, los afectos como algo moral.  

#¿debemos odiar los bienes que Dios nos regaló?  

#El amor no es un mal y no debe serlo  

#Bienaventurado de mi si soy manso  

#Aquellos sacerdotes que no van a la conquista de los espíritus con la paciente, humilde y amorosa dulzura, ... esos tales no llevan a Dios  

 #Si sois así, heredaréis la tierra y llevaréis a Dios este lugar, que era de Satanás  

#Bienaventurado si sé llorar sin rebelarme  

#El hombre es un niño distraído, es un despreocupado, es una creatura de inteligencia retardada hasta que el llanto lo hace adulto, reflexivo, inteligente  

#Bienaventurado si tengo hambre y sed de justicia  

#Hay una vida en la vida, así como en la cáscara de nuez, están los gajos.  

#El alimento del alma es la sabiduría, la justicia  

 #Bienaventurado de mí si soy misericordioso  

#Pues bien, no son ni la fórmula, ni la forma de un rito, figuras externas que se han concedido a causa de la opaca mentalidad humana, las que obtienen perdón, sino el rito interno del amor, o mejor dicho, de la misericordia.  

#La razón porque se ordenó el sacrificio de un cabro o de un cordero y la oferta de algunas monedas, se debió al hecho de que en la raíz de todo mal se encuentran siempre: la avaricia y la soberbia.  

#Bienaventurado, pues, el que sabe ser misericordioso con los hambrientos, desnudos  

#Bienaventurado de mí si soy puro de corazón  

#¿Qué cosa es la vida de quien ve a Dios?  

#Bienaventurado si tengo espíritu de paz   

#Bienaventurado si se me persigue por amor de la justicia  

 #También en esto es como en las guerras. El hombre progresa más en su arte satánico de perseguir que en el santo arte de amar.  

 #Bienaventurado si se me ultraja y calumnia  

 #Hasta ahora fueron calumniados y ultrajados los profetas

 


 

JESÚS ESTÁ HABLANDO A LOS APÓSTOLES

 

Jesús está hablando a los apóstoles y les indica el lugar que ocupen para conducir y vigilar la gente que desde las primeras horas de la mañana comienza a subir con enfermos apoyados en los brazos o traídos en andas, o bien en muletas. Entre la gente se encuentran Esteban y Hermas.

El aire es claro y un poco fresco, pero el sol pronto lo templa. La gente se sienta sobre peñascos o piedras que hay esparcidos en la llanura. Otros esperan que el sol seque la hierba para sentarse sobre el suelo. Hay mucha gente de todos los lugares de Palestina y de todas las condiciones. Los apóstoles se pierden entre la multitud, pero como abejas que van y vienen de los prados a la colmena, de rato en rato vienen al Maestro para decirle algo, para preguntarle, por el gusto de estar cerca de Él.

Jesús sube un poco más arriba del prado que hay en el valle, y empieza a hablar.

 

DINOS QUÉ COSA SEA EL CIELO, QUÉ COSA EL REINO,

QUÉ COSA DIOS

 

"Muchos me han dicho, durante este año de predicación: "Pero Tú que te dices el Hijo de Dios, dinos qué cosa sea el cielo, qué cosa el Reino y qué cosa Dios, porque no tenemos ideas claras. Sabemos que hay cielo con Dios y con los ángeles. Pero nadie ha venido a decirnos cómo es, pues está cerrado aun a los justos". Me han preguntado también qué cosa es el Reino y qué cosa Dios. Yo me he esforzado en explicaros qué cosas son. Me he esforzado, no porque me sea difícil darme a explicar, sino que debido a diversas causas no podéis aceptar fácilmente la verdad que contradice a un edificio de ideas que se han venido acumulando durante los siglos. Y por eso es difícil explicar lo que es el Reino, y lo que es Dios.

 

ESTO ES EL REINO Y ESTO ES DIOS, PERO

¿CÓMO SE CONSIGUEN?

 

Otros me dijeron: "Está bien. Esto es el Reino y esto es Dios. Pero ¿cómo se consiguen?" También en este punto he tratado de explicaros sin cansarme, el verdadero espíritu de la Ley del Sinaí. Quien hace de ella su alma, se hace su cielo.

 

LA APARICIÓN DEL SINAÍ FUE TERRIBLE

 

Pero para explicaros la Ley sinaítica es menester que oigáis el trueno retumbante del Legislador y de su Profeta, que si prometen bendiciones a los que la observan, amenazan duramente y maldicen a los que no la obedecen. La aparición del Sinaí fue terrible. Esto se refleja en toda la Ley, se refleja en todos los siglos, se refleja en todas las almas.

 

PERO DIOS NO SÓLO ES LEGISLADOR, ES TAMBIÉN

PADRE, Y PADRE DE UNA INMENSA BONDAD.

 

Tal vez, sí, tal vez, no, vuestras almas, debilitadas con el pecado de origen, con las pasiones, pecados, con vuestros egoísmos, con los ajenos  –los no propios os exacerban el alma, los propios la encierran–  no pueden elevarse a contemplar las infinitas perfecciones de Dios. ¡La bondad! Oh qué dulzura es ser buenos, no tener odios, ni envidias, ni soberbia. Tener ojos que sólo miran por amor y manos que se extienden con un gesto de amor, labios que no dicen sino palabras de amor, y un corazón, un corazón sobre todo, lleno únicamente de amor, y que empuja los ojos, las manos y labios a actos de amor.

 

LOS MÁS DOCTOS SABEN DE QUE DONES HABÍA DIOS

ENRIQUECIDO A ADÁN Y EN ÉL A SUS DESCENDIENTES.

 

Los más doctos entre vosotros saben de qué dones había Dios enriquecido a Adán, y en él a sus descendientes. Aun los más ignorantes entre los hijos de Israel saben que en nosotros hay un alma. Sólo los pobres paganos ignoran esto. No conocen a este huésped real, este soplo vital, esta luz celestial que santifica y vivifica nuestro cuerpo. Pero los más doctos saben qué dones hayan sido dados al hombre, al alma humana.

 

COMO REGALÓ DONES DE BELLEZA E INTEGRIDAD,...

 

No fue menos espléndido en el espíritu que en el cuerpo y en la sangre del ser que creó del lodo y en que infundió su aliento. Como regaló dones de belleza e integridad, inteligencia y voluntad, de capacidad de ser amado y amar, así también dio dones morales con sujeción de los sentidos a la razón, de modo que en la libertad y control de sí mismo y de la propia voluntad, existían las cadenas de los sentidos y pasiones, pero era libre el amarse, libre el querer, libre el gozar rectamente sin eso que os hace esclavos al sentir la picadura del veneno que Satanás ha esparcido y de que rebosa, llevándoos del cauce limpio a los pantanos de estanques putrefactos, donde fermentan los ardores de las pasiones carnales y de los sentidos morales. Sabed que es sensualidad también la concupiscencia del pensamiento.

 

Y TUVIERON DONES SOBRENATURALES,

LA GRACIA SANTIFICANTE.

 

Y tuvieron dones sobrenaturales, o sea, la gracia santificante, un destino superior, la visión de Dios.

 

LA GRACIA SANTIFICANTE ES LA VIDA DEL ALMA.

 

La gracia santificante es la vida del alma. Esa cosa espiritualísima que ha sido depositada en nuestra alma espiritual. La gracia que nos hace hijos de Dios porque nos preserva de la muerte del pecado y quien no está muerto "vive" en la casa del Padre: el Paraíso; en mi reino: el cielo. ¿Qué cosa es esta gracia que santifica y que da vida y un reino? ¡Oh, no empleéis muchas palabras! La gracia es amor; y por esto, es Dios. Es Dios quien al admirarse a Sí mismo en la creatura que creó perfecta, se ama, se contempla, se desea, da lo que es suyo para multiplicar este haber, para ser bienaventurado al multiplicarse, para amarse con cuantos son otros como Él mismo.

 

¡OH, HIJOS! NO DEFRAUDÉIS A DIOS DE ESTE

DERECHO SUYO.

 

¡Oh, hijos! No defraudéis a Dios de este derecho suyo. No robéis a Dios este haber suyo. No engañéis a Dios en este deseo suyo. Pensad que El obra por amor. Aun cuando vosotros no existieseis, el Sería siempre el Infinito, ni su potencia se disminuiría. Pero Él, siendo perfecto en su medida infinita, inconmensurable, quiere no para Sí o en Sí -no lo podría pues es el Infinito- sino para el hombre, su creatura, aumentar el amor que ya tiene, y por esto os da la gracia, el amor, para que lo conduzcáis en vosotros hasta la perfección de la santidad, y devolváis este tesoro, que obtenéis del tesoro que Dios os da con su gracia, y aumentado con todas vuestras obras santas, con vuestra vida heroica de santos, al Océano infinito donde está Dios, en el cielo.

 

¡DIVINOS, DIVINOS POZOS DE AMOR! ESO LO SOIS

 

¡Divinos, divinos pozos de amor! Eso lo sois, y a vuestro ser no se ha dado la muerte, para que seáis eternos como Dios, siendo Dios. Lo seréis y no tendrá fin vuestro ser porque seréis inmortales como los espíritus santos que os han alimentado. Vivís y nutrís, vivís y enriquecéis, vivís y formáis esa cosa santísima que es la Comunión de los espíritus perfectísimos, hasta el pequeño que acaba de nacer y que por vez primera bebe la leche materna.

 

NO DIGÁIS. ESE ESTÁ LOCO

 

No me critiquéis en vuestros corazones. ¡Oh, doctos! No digáis: Ese está loco. Ese es un mentiroso. Porque como loco habla de la gracia que hay en nosotros, de la que estamos privados por la culpa. Porque miente al decir que somos una cosa con Dios". Sí, la culpa existe; sí la separación existe. Pero ante el poder del Redentor, la culpa, separación cruel que vino a introducirse entre el Padre y los hijos, caerá como columna sacudida por el nuevo Sansón. Ya la he cogido, la sacudo y vacila, y Satanás tiembla de ira y de impotencia no pudiendo nada contra mi poder; siente que se le arranca la presa y que el hombre más difícilmente se deja llevar por el pecado. Porque cuando os haya llevado al Padre, cuando mi Sangre y mi dolor os hayan permitido, seréis limpios y fuertes, tornará viva, activa, potente la gracia a vosotros y seréis vencedores, si lo queréis.

 

DIOS NO OS HACE FUERZA EN EL PENSAMIENTO...

SOIS LIBRES

 

Dios no os hace fuerza en el pensamiento y ni siquiera en que seáis santos. Sois libres. Pero os da fuerzas. Os restituye la libertad del imperio de Satanás. Toca a vosotros el imponeros el yugo infernal o colocaros alas angelicales. Yo, vuestro hermano, os guiaré y nutriré con el alimento inmortal.

 

¿CÓMO SE CONQUISTA A DIOS Y SU REINO POR UN

CAMINO MÁS DULCE QUE NO SEA EL DURO DEL SINAÍ?

 

"¿Cómo se conquista a Dios y su Reino por un camino más dulce que no sea el duro del Sinaí? preguntáis. No hay otro. Es éste. Pero mirémoslo no a través del color de las amenazas, sino a través del amor. No digamos: "¡Ay de mí, si no hiciere esto!" quedando temblorosos ante la posibilidad de pecar, de no ser capaces de no pecar. Sino digamos: "¡Bienaventurado de mí si hago esto!" y con el empuje de la alegría sobrenatural, gozosos, lancémonos hacia estas bienaventuranzas que nacen al observar la Ley, como nacen las corolas de las rosas de entre un montón de espinas.

 

LAS BIENAVENTURANZAS

 

"Bienaventurado si soy pobre de espíritu porque entonces el Reino de los cielos es mío.

Bienaventurado de mí si soy manso porque heredaré la tierra.

Bienaventurado de mí si soy capaz de llorar sin rebelarme porque seré consolado.

Bienaventurado de mí si tengo más hambre y sed de justicia que del pan y del vino.

Bienaventurado de mí si soy misericordioso porque se usará misericordia divina conmigo.

Bienaventurado de mí si soy puro de corazón porque Dios se inclinará sobre mi corazón y lo veré.

Bienaventurado de mí si tengo espíritu de paz porque Dios me llamará hijo suyo, porque en la paz está el amor, y Dios es Amor que ama a quien se le asemeja.

Bienaventurado de mí si por ser fiel a la justicia, soy yo perseguido, porque Dios, mi Padre me dará el Reino de los cielos para premiarme de las persecuciones terrenas.

Bienaventurado de mí si soy ultrajado, y acusado mentirosamente porque sé que soy tu hijo, oh Dios. De esto me vendrá no dolor, sino alegría, porque esto me iguala a tus mejores siervos, a los profetas, que fueron perseguidos por la misma razón y con los cuales creo firmemente participar de la misma recompensa grande, eterna, en el cielo que es mío".

Contemplemos así el camino de la salvación, a través de la alegría de los santos.

 

BIENAVENTURADO DE MÍ SI SOY

POBRE DE ESPÍRITU

 

¡Oh fiebre satánica, a cuántos delirios de riquezas conduces a ricos y a pobres! El rico que vive para su dinero: el ídolo infame de su espíritu en ruinas. El pobre que vive odiando al rico porque tiene dinero y si es verdad que no lo mata de hecho, sin embargo lanza contra la cabeza de los ricos anatemas, y les desea toda clase de males. No basta no hacer el mal, es menester no desearlo. El que maldice y desea desgracias y muertes no es muy diverso del que mata realmente, porque tiene deseo de que perezca la persona odiada. En verdad os digo que el deseo no es sino un acto no realizado, algo así como el feto que existe ya en el vientre, pero que todavía no sale. El deseo perverso envenena y arruina, porque dura más que el acto violento, y es más intenso.

 

EL POBRE DE ESPÍRITU SI ES RICO, NO PECA

PORQUE TENGA DINERO

 

El pobre de espíritu si es rico, no peca porque tenga dinero, antes bien lo emplea para ser santo. Todos le aman y bendicen porque es semejante a aquellas fuentes que en los desiertos salvan a uno, sin avaricia alguna; alegre dan para aliviar la desesperación de los demás. Si es pobre se alegra en su pobreza, come su pan con la alegría que no sabe del ansia de dinero, y duerme tranquilamente sin pesadillas, y descansando se levanta a su trabajo que le parece más llevadero, porque lo hace sin ambición ni envidia.

 

LAS COSAS QUE HACEN RICO AL HOMBRE, SON

EL DINERO COMO OBJETO MATERIAL,

LOS AFECTOS COMO ALGO MORAL.

 

Las cosas que hacen rico al hombre son el dinero como objeto material, los afectos como algo moral. Por oro se entiende no sólo el dinero, sino casa, campos, joyas, muebles, rebaños, todo lo que materialmente hace acaudalada una vida. En los afectos se cuentan los lazos de sangre o de matrimonio, las amistades, la capacidad intelectual, los cargos públicos. Como veis en la primera parte el pobre puede decir: "Oh, en cuanto a mí, me basta que no envidie a quien tiene, que así me siento bien"; en la segunda también el pobre tiene que estar atento, porque aun el más miserable en el mundo, puede llegar a ser pecaminosamente rico de espíritu. Quien inmoderadamente se aficiona a alguna cosa, ese tal peca.

 

¿DEBEMOS ODIAR LOS BIENES QUE DIOS

NOS REGALÓ?

 

Diréis: "Luego ¿debemos odiar los bienes que Dios nos regaló? Entonces ¿por qué ordena que amemos a nuestro padre, madre, esposa, hijos y añade: Amarás a tu prójimo como a tí mismo?" Distinguid. Debemos amar a nuestro padre y madre, a la esposa y al prójimo, pero en la medida que Dios ha determinado: "como a nosotros mismos". A Dios se le debe amar sobre toda las cosas, con todo nuestro ser. Debemos amar a Dios no como a los seres más queridos, por ejemplo, a esta persona porque nos amamantó, a la otra porque duerme sobre nuestro pecho y cría nuestros hijos, sino amarlo con todo nuestro ser, esto es, con toda la capacidad de amar que hay en el hombre: con amor de hijo, de esposo, de amigo, y no os escandalicéis, de padre. Sí, debemos tener el mismo cuidado de los intereses de Dios que tiene un padre por sus hijos, cuya hacienda cuida con amor y la aumenta; que ante sus ojos tiene su vida física y cultural, así como éxito en el mundo.

 

EL AMOR NO ES UN MAL Y NO DEBE SERLO

 

El amor no es un mal y no debe serlo. Las gracias que Dios nos concede tampoco lo son y tampoco deben serlo. Son amor. Por amor se han concedido. Es menester emplear con amor estas riquezas de afectos y bienes que Dios nos concedió. Y sólo el que no los convierte en ídolos, sino en medios para servir santamente a Dios, ese tal demuestra que no tiene inclinación pecaminosa. Pone en práctica la santa pobreza del espíritu que se despoja de todo para poder más libremente conquistar a Dios santo, suprema riqueza. Conquistar a Dios significa: tener el reino de los cielos.

 

BIENAVENTURADO DE MÍ, SI SOY MANSO

 

Esto puede parecer contrario a la vida cotidiana. Los que no son mansos parece que triunfan en sus familias, en su ciudad, en su nación. Pero ¿es verdadero triunfo? No lo es. Es el miedo que hace que los súbditos se inclinen en apariencia ante el déspota, pero en realidad no existe sino un velo en fermento de rebelión contra el tirano. Quienes son iracundos y prepotentes no son dueños de los corazones de sus familiares, ni de sus conciudadanos, ni de sus súbditos. No doblegan las inteligencias ni los corazones a sus doctrinas los maestros que repiten: "lo he dicho, lo he dicho", antes bien forman autodidactas, buscadores de una llave apta para abrir las puertas cerradas de una sabiduría o de una ciencia que saben que existe y que es contraria a la que se les impone.

 

AQUELLOS SACERDOTES QUE NO VAN A LA

CONQUISTA DE LOS ESPÍRITUS CON LA PACIENTE,...

 

Aquellos sacerdotes que no van a la conquista de los espíritus con la paciente, humilde y amorosa dulzura, sino que parecen guerreros armados que se lanzan a un asalto feroz -tanta es su impetuosidad e intransigencia contra almas- esos tales no llevan a Dios. ¡Oh, pobres almas! Si fueran santas, no tendrían necesidad de vosotros, sacerdotes, para llegar a la luz; la tendrían ya dentro de sí. Si fuesen justos no tendrían necesidad de vosotros como jueces para mantenerse en el freno de la justicia. Ya tendrían ésta consigo. Si fueran sanos no tendrían necesidad de quien los curase. Sed, pues, mansos. No ahuyentéis a las almas. Atraedlas amorosamente, porque la mansedumbre es amor, así como lo es la pobreza de espíritu.

 

SI SOIS ASÍ, HEREDARÉIS LA TIERRA

 

Si sois así, heredaréis la tierra y llevaréis a Dios este lugar, que era de Satanás, porque vuestra mansedumbre, que además de amor es humildad, habrá vencido al odio y la soberbia matando en los corazones al rey abyecto de la soberbia y del odio, y el mundo será vuestro, esto es de Dios porque seréis justos que reconoceréis a Dios como a Dueño absoluto de lo creado, a quien se debe dar alabanza y bendición.

 

BIENAVENTURADO SI SÉ LLORAR

SIN REBELARME.

 

El dolor existe en la tierra, y arranca lágrimas al hombre. No existía el dolor, pero el hombre lo puso en la tierra y por depravación de su inteligencia trata siempre de aumentarlo con todos los medios. Además de las enfermedades, de las desgracias que acarrea vienen rayos, tempestades, terremotos. Ved que el hombre más que para sufrir viene sobre todo para hacer sufrir, pues quisiéramos que los otros sufriesen, mas no nosotros, con los medios que buscamos para atormentarlos, ved que cavila en fabricar armas cada vez más mortíferas e intransigencias morales cada vez más astutas. ¡Cuántas lágrimas acarrea el hombre al hombre a instigación de su oculto rey que es Satanás! Y en verdad os digo que estas lágrimas no son una mengua, sino una perfección del hombre.

 

EL HOMBRE ES UN NIÑO DISTRAÍDO

 

El hombre es un niño distraído, es un despreocupado, es una creatura de inteligencia retardada hasta que el llanto lo hace adulto, reflexivo, inteligente. Sólo los que lloran, o quienes han llorado, saben amar y comprender. Aman a los que gimen, los entienden en sus dolores, los ayudan con una bondad que sabe cuán duro es estar solos en el llanto. Ellos saben amar a Dios porque han comprendido que todo fuera de Dios es dolor; que el dolor se mitiga si se llora en el corazón de Dios; que el llanto resignado, que no destroza la fe, que no seca la oración, que no conoce la rebelión, sirve para transformarse, y que del dolor viene el consuelo.

Sí. Los que lloran amando al Señor, serán consolados.

 

BIENAVENTURADOS SI TENGO HAMBRE

Y SED DE JUSTICIA

 

Desde el momento en que el hombre nace, hasta el que muere busca el alimento. Al nacer abre su boquita para coger el pecho, abre los labios para tomar consuelo en su agonía. Trabaja para alimentarse. Hace de la tierra un lugar del que absorbe su sustento sin cansarse. Pero ¿qué es el hombre? ¿Un animal? No, es un hijo de Dios. Está en el destierro por pocos o muchos años, y su vida no termina al cambiar de domicilio.

 

HAY UNA VIDA EN LA VIDA

 

Hay una vida en la vida, así como en la cáscara de nuez, están los gajos. La nuez no es la cáscara, sino los gajos y pulpa que están en ella. Si sembráis la cáscara de nuez, no nace nada, pero si sembráis los gajos o pulpa nacerá un árbol grande. Así es el hombre. No es la carne la que se hace inmortal, es el alma. Se le alimenta para llevarla a la inmortalidad, a la que, por amor, ella después llevará la carne a una resurrección bienaventurada.

 

EL ALIMENTO DEL ALMA ES LA SABIDURÍA,

LA JUSTICIA.

 

El alimento del alma es la sabiduría, la justicia. Se les toma cual líquido y alimento y fortalecen. Cuanto más se gusta, tanto más crece el santo deseo de poseer la sabiduría y de conocer la justicia. Pero vendrá un día en que el alma ya insaciable verá satisfecha del todo su hambre. Dios se dará a su hijo, lo llevará directamente a su pecho, y se saciará en el paraíso de la madre admirable que es Dios mismo y no tendrá más hambre, sino que descansará en el divino seno. Ninguna ciencia humana puede suplantar a la divina. La curiosidad de la inteligencia puede extinguirse, pero no la necesidad del espíritu. Y sucede que el espíritu encuentra disgusto en la diversidad del sabor y separa la boca del pecho amargo, prefiriendo sufrir el hambre que llenarse de comida que no venga de Dios.

No tengáis miedo, vosotros que tenéis sed y hambre de Dios. Sed fieles y seréis saciados por quien os ama.

 

BIENAVENTURADO DE MÍ,

SI SOY MISERICORDIOSO

 

¿Entre los hombres quién puede decir: "No tengo necesidad de compasión"? Nadie. Si en la antigua Ley está escrito: "Ojo por ojo y diente por diente", ¿por qué en la Nueva no deba decirse: "Quien sea misericordioso encontrará misericordia"? Todos tienen necesidad de perdón.

 

NO SON NI LA FÓRMULA, NI LA FORMA DE UN RITO,

LAS QUE OBTIENEN PERDÓN,

SINO EL RITO INTERNO DEL AMOR,

O MEJOR DICHO, DE LA MISERICORDIA.

 

Pues bien, no son ni la fórmula, ni la forma de un rito, figuras externas que se han concedido a causa de la opaca mentalidad humana, las que obtienen perdón, sino el rito interno del amor, o mejor dicho, de la misericordia. La razón porque se ordenó el sacrificio de un cabro o de un cordero y la oferta de algunas monedas, se debió al hecho de que en la raíz de todo mal se encuentran siempre: la avaricia y la soberbia. La primera encuentra su castigo al comprar la oferta, la segunda con la confesión clara de lo que se va a hacer: "Hago este sacrificio porque he pecado". Se impuso además para adelantarse a tiempos y señales de los tiempos, y en la sangre que se esparce está la figura de la sangre que será derramada para borrar los pecados de los hombres.

 

BIENAVENTURADO, PUES, EL QUE SABE SER

MISERICORDIOSO CON LOS HAMBRIENTOS,

DESNUDOS,...

 

Bienaventurado, pues, el que sabe ser misericordioso con los hambrientos, desnudos, con los que no tienen techo, con los infelices que lo son tanto más cuanto que poseen un mal carácter, con los que sufren y hacen sufrir a quien con ellos convive. Tened misericordia. Perdonad, compadeced, socorred, enseñad, levantad. No os encerréis en una torre de cristal diciendo: "Soy puro y no desciendo entre los pecadores". No digáis: "Soy rico y feliz, y no quiero oír las miserias de los demás". Ved que vuestra riqueza, salud, bienestar familiar, pueden desaparecer más presto que el humo al soplo de un fuerte viento. Recordad que el cristal es lente, y lo que pasaría desapercibido si os mezcláis entre la multitud, al meteros en una torre de cristal, solos, separados, iluminados por todas partes, no lo podéis ocultar.

Misericordia para realizar un sacrificio de expiación secreto, continuo, santo y para obtener misericordia.

 

BIENAVENTURADO DE MÍ

SI SOY PURO DE CORAZÓN

 

Dios es pureza. El paraíso es reino de pureza. Nada impuro puede entrar en el cielo donde está Dios. Por esto, si sois impuros no podréis entrar en el reino de Dios. Pero, ¡oh alegría que el Padre anticipadamente concede a los hijos! El que es puro tiene ya desde la tierra un principio de cielo porque Dios se inclina sobre el puro y el hombre desde la tierra va a su Dios. No conoce sabor de amores humanos, sino que gusta, hasta el éxtasis, el sabor del amor divino y puede decir: "Estoy contigo y Tú estás en mí, por lo cual te poseo y conozco cual esposo amantísimo de mi alma". Y creedlo, que quien tiene a Dios alcanza cambios radicales e inexplicables aun en sí mismo, para los que se hace santo, sabio, fuerte, y en sus labios florecen palabras, y sus acciones se revisten de una fuerza que no viene de la creatura, sino de Dios que en ella vive.

 

¿QUÉ COSA ES LA VIDA DE QUIEN VE A DIOS?

 

¿Qué cosa es la vida de quien ve a Dios? Bienaventuranza. ¿Y querríais privaros de un premio tan grande por una fétida impureza?

 

BIENAVENTURADO SI TENGO ESPÍRITU DE PAZ

 

La paz es una de las características de Dios. Él no es más que paz, porque la paz es amor, mientras la guerra es odio. Satanás es odio. Dios es paz. No puede uno llamarse hijo de Dios, ni puede Dios decir que un hombre es su hijo, si éste tiene espíritu irascible siempre dispuesto a desencadenar tempestades. Pero tampoco puede llamarse Hijo de Dios el que sin desencadenar propiamente tempestades, no contribuya con su gran paz a calmar las que otros han suscitado. El que es pacífico difunde la paz aún sin palabras. Es dueño de sí mismo y me atrevo a decir: "dueño de Dios, pues lo lleva como una lámpara lleva su flama, como el incensario despide su perfume, como el odre contiene su líquido. Debido a este suave aceite que es el espíritu de paz que emana de los hijos de Dios, se produce luz en medio de la neblina llena de humo de rencores, y se purifica el alma de las miasmas de rencores y se calman las ondas enfurecidas.

Haced que Dios y los hombres os puedan llamar así.

 

BIENAVENTURADO SI SE ME PERSIGUE

POR AMOR DE  LA JUSTICIA.

 

El hombre se deja llevar tanto de Satanás que odia el bien donde quiera que lo encuentra, odia al bueno, como al que con su silencio lo acusa y reprenda. De hecho, la bondad de uno hace aparecer más negra la perversidad del malvado. La fe del creyente verdadero, hace aparecer más viva la hipocresía del falso. No pueden los injustos menos de odiar al que con su modo de vivir es un constante testimonio de justicia y entonces, ved que se enfurecen contra los que aman la justicia.

 

TAMBIÉN EN ESTO ES COMO EN LAS GUERRAS.

 

También en esto es como en las guerras. El hombre progresa más en su arte satánico de perseguir que en el santo arte de amar. Pero no puede perseguir sino lo que tiene vida breve. Lo eterno que existe en el hombre escapa a sus asechanzas, y hasta adquiere una vitalidad más robusta que las persecuciones. La vida escapa por las heridas que abren las venas o por las fatigas que lleva el perseguido. Pero la sangre teje la púrpura del futuro rey las fatigas son escalones para subir a los tronos que el Padre ha preparado a sus mártires, a los que están reservados los reales asientos del reino de los cielos.

 

BIENAVENTURADO SI SE ME

ULTRAJA Y CALUMNIA.

 

Procurad que vuestro nombre pueda ser escrito en los libros celestiales, allí donde no se consignan los nombres según la mentira humana, que alaba a los que no son dignos. En esos libros también se consignan con justicia y amor, las obras de los buenos para darles el premio que Dios ha prometido a los que ha bendecido.

 

HASTA AHORA FUERON CALUMNIADOS

Y ULTRAJADOS LOS PROFETAS

 

Hasta ahora fueron calumniados y ultrajados los profetas, pero cuando se abran las puertas de los cielos, cual reyes imponentes, entrarán en la ciudad de Dios, y ante ellos se doblarán los ángeles, cantando de alegría. También vosotros, también vosotros, ultrajados y perseguidos por haber sido de Dios, tendréis un triunfo celestial, y cuando llegue el tiempo, y esté completo el paraíso, entonces os será muy querida cada lágrima con que conseguisteis esta gloria eterna que os prometo en nombre del Padre.

Idos. Mañana os hablaré de nuevo. Que queden tan solo los enfermos, para que los socorra en sus dolores. La paz sea con vosotros, y el meditar en la salvación, por medio del amor, os guíe en el camino cuya meta es el cielo".

III. 154-165

 A. M. D. G.