ACOGIDA CARIÑOSÍSIMA EN HEBRÓN

 


 

#DIALOGAN SENTADOS EN BOSQUE CERCANO A HEBRÓN  

 #¡VENGADOR DE OPRIMIDOS! SÍ LO SOY, pero sobrenaturalmente  

 #JESÚS SE DIRIGE A HEBRÓN, la ciudad del Bautista  

 #EL SINAGOGO PIDE PERDÓN A JESÚS   

#JESÚS CURA A VARIOS ENFERMOS   

#HABLA JESÚS   

#cada palabra del Libro es una enseñanza que, desde el momento en que el Espíritu hizo que se escribiese teniendo en cuenta un hecho de sus tiempos, se refiere a un hecho que sucedería en el futuro.   

#TAMBIÉN NOSOTROS TENEMOS ÍDOLOS   

#NO SABEN DECIR MÁS LAS PALABRAS DE DIOS  

 #Están en el templo, sí. El humo de las lámparas, de los honores los ahuma, pero la luz no prende en ellos.   

#ESTO ES IMPOTENCIA ESPIRITUAL   

#MEDITAD, OBSERVAD, COMPARAD   

#YO OS DIGO: "VENID"   

#¡Venid! Este es el amor que pasa. Quien quiera puede seguirlo, porque para que Él os acepte, no hay necesidad más que de buena voluntad.   

#JESÚS CURA AL PARALÍTICO MASALA

 


 

DIALOGAN SENTADOS EN BOSQUE CERCANO A HEBRÓN

 

Todos están sentados en rueda en un bosque cercano a Hebrón. Comen y hablan entre sí. Judas, ahora que está seguro de que María irá a ver a su madre, se encuentra en la mejores disposiciones de ánimo y trata de borrar el recuerdo de sus malhumoradas, con mil cortesías entre sus compañeros y las mujeres. Probablemente fue él a compras al poblado que encontró muy cambiado, respecto al año pasado pues cuenta que "la noticia de la predicación y de los milagros de Jesús han llegado hasta aquí. La gente ha empezado a reflexionar sobre muchas cosas ¿Sabías, Maestro, que de esta parte Doras tiene una posesión? También la mujer de Cusa tiene, sobre estos montes, tierras y un castillo propio, su dote, se ve que un poco ella y un poco los campesinos de Doras, porque debe de haber algunos de los de Esdrelón, han preparado el terreno. Doras, por su parte, impuso silencio. Pero ¡ellos!... Creo que ni ante el tormento callarían. ¿Sabes? Ha causado estupefacción la muerte del viejo fariseo y también la salud óptima de Juana, que vino aquí antes de la pascua. ¡Ah! y luego para servirte, ha estado también el amante de Aglae. ¿Sabías que escapó poco después de que pasamos por aquí? Y él se ha vengado cruelmente con muchos inocentes. De este modo la gente ha terminado por pensar en ti como en un vengador de oprimidos y te desea. Quiero decir los mejores..."

 

¡VENGADOR DE OPRIMIDOS! SÍ LO SOY, 

PERO SOBRENATURALMENTE

 

"¡Vengador de oprimidos! Sí lo soy, pero sobrenaturalmente. Nadie de los que me ven como con cetro y hacha en la mano, como rey y justiciero según el espíritu de la tierra está en lo justo. Pero sí es cierto que he venido a librar de la opresión, del pecado, la más grave de las enfermedades, de las desolaciones; de la ignorancia y del egoísmo. Muchos aprenderán que no es justo oprimir porque la suerte los puso arriba, sino que al revés se debe usar posición para aliviar al que está abajo."

"Lo hace Lázaro y también Juana, pero son dos contra centenares..." dice con un dejo de tristeza, Felipe.

"Los ríos no son tan grandes cuando salen de su fuente, como lo son al desembocar. Pocas goticas, un hilo de agua, pero después... hay ríos que parecen mares en su desembocadura."

"El Nilo ¿eh? Tu Madre me contaba cuando fuiste a  Egipto. Siempre me decía: "Un mar, créeme, un mar verde-azul. Verlo en la riada es verdaderamente un sueño" y me contaba de las plantas que parecían nacer del agua, y después de todo, ese verde que parecía nacer del agua cuando se retiraba..." dice María de Alfeo.

"Y bien, Yo os digo. Como en su fuente el Nilo es un hilo de agua, y luego se convierte en el gigante que es, así también el hilito de grandeza de por ahora que se dobla con amor y por amor sobre los mínimos, se convertirá después en una multitud. Juana, Lázaro, Marta por ahora, y luego... ¡cuántos, cuántos!" Parece como si Jesús viera a estos que serán misericordiosos para con sus hermanos y ... sonríe, absorto en su visión.

Judas dice como si fuera un secreto que el sinagogo quería venir con él, pero no quiso tomar por sí mismo una decisión: "¿Te acuerdas, Juan, como nos arrojó el año pasado?"

"Lo recuerdo... pero digámoslo al Maestro."

Y Jesús al oírlo dice que entrarán en Hebrón. Si lo aman, lo llamarán y vendrán; y si no pasarán de largo.

"De este modo veremos también la casa del Bautista ¿de quién es ahora?"

"De quien la quiera, me parece. Sciammai se ha ido y no ha regresado. Ha retirado los siervos y muebles. Los ciudadanos para vengarse de sus vejaciones han perforado el muro y la casa es de todos. El jardín, al menos. Se reúnen allí para venerar a su Bautista. Se dice que Sciammai ha sido asesinado. No sé por qué..." murmura Natanael entre la barba.

 

JESÚS SE DIRIGE A HEBRÓN, 

LA CIUDAD DEL BAUTISTA

 

Se levantan y se dirigen a Hebrón, a la casa del Bautista. Cuando están para llegar a ella, aparecen los ciudadanos en grupos compactos. Avanzan un tanto inseguros, curiosos y faltos de valor. Jesús los saluda con una sonrisa. Toman confianza, se dividen, y el grupo avanza con el descortés sinagogo del año pasado.

"La paz sea contigo" saluda al punto Jesús. "¿Nos permites hospedarnos en tu ciudad? Estoy con todos mis discípulos predilectos y con las madres de algunos de ellos."

"Maestro, ¿no guardas rencor ni para mí?"

"¿Rencor? No lo conozco, ni tampoco sé por qué debería de tenerlo."

"El año pasado te ofendí..."

"Ofendiste al Desconocido, creyéndote con derecho de hacerlo. Luego lo comprendiste y te ha pesado haberlo hecho. Esto ya pasó. Y como el arrepentimiento borra la culpa, así el presente borra el pasado. Ahora para ti no soy más el Desconocido. ¿Qué sentimientos abrís para mí?"

"De respeto, Señor. De... deseo..."

"De deseo... ¿qué quieres de mí?"

"Conocerte mejor de lo que te conozco."

"¿Cómo? ¿De qué modo?"

 

EL SINAGOGO PIDE PERDÓN A JESÚS

 

"A través de tus palabras. Nos ha llegado noticia de Ti. de tu doctrina, de tu poder, y se ha dicho que no dejaste de tener parte en la liberación del Bautista. Luego, Tú no lo odiabas, ni tratabas de suplantar a nuestro Juan... él mismo no negó que se debía a Ti que hubiese vuelto a ver el valle santo del Jordán. Fuimos a verlo, le hablamos de Ti, y nos dijo: "No sabéis lo que rechazasteis. Debería maldeciros, pero os perdono porque Él me ha enseñado a perdonar y a ser manso. Más si no queréis ser anatema ante el Señor, y ante mí su siervo, amad al Mesías. No dudéis. Su testimonio es este: espíritu de paz, amor perfecto, sabiduría superior a cualquier otra, doctrina celestial, mansedumbre absoluta, poder sobre todas las cosas, humildad completa, castidad angelical. No podréis engañaros. Cuando respiréis paz cerca de un hombre que se dice Mesías; cuando bebáis amor, el amor que emana de Él, cuando paséis de vuestras tinieblas a la luz, cuando veáis redimirse los pecadores y curarse los cuerpo, decid entonces: '¡Este verdaderamente es el Cordero de Dios!'". Sabemos que tus obras son las que dice nuestro Juan. Por esto, perdónanos, ámanos, danos lo que el mundo espera de Ti."

"Estoy aquí para eso. Vengo de muy lejos para dar también a la ciudad de Juan lo que doy a cada lugar que me acoge. Decid lo que deseáis de Mi."

"Nosotros también tenemos enfermos, y somos ignorantes. Sobre todo en lo que se refiere al amor y bondad somos ignorantes. Juan en su amor completo por Dios, tiene mano de hierro y palabra de fuego, y quiere doblar a todos, como un gigante que pliega un tallo de hierba. Muchos se desaniman porque el hombre es más pecador que santo. ¡Es difícil ser santos!... Tú... se dice que no doblegas, sino levantas; que no cauterizas sino que pones bálsamo; que no trituras sino que acaricias. Se sabe que eres paternal para con los pecadores, y que eres poderoso sobre las enfermedades, cualesquiera que sean y también y sobre todo, sobre las del corazón. Los rabinos no lo saben hacer ya más."

"Traedme vuestros enfermos y luego reunios en este jardín abandonado y profanado con el pecado, jardín que fue templo por la gracia que aquí habitó."

Los hebronitas se van por todos los rumbos como golondrinas. Se queda el sinagogo que entra con Jesús y los discípulos más allá del cercado del jardín. Van a la sombra de un emparrado enmarañado de rosas y vides que han crecido caprichosamente. Los hebronitas no tardan en regresar con un paralítico que traen en andas y a una joven ciega, un mudo y otros dos enfermos no sé de qué enfermedad.

 

JESÚS CURA A VARIOS ENFERMOS

 

"¡La paz sea contigo!" dice Jesús a cada enfermo que llega. Y luego dulcemente pregunta: "¿Qué queréis que os haga?" y responde el coro de lamentos de estos infelices, en los que cada uno quiere contar su historia.

Jesús que estaba sentado, se levanta. Va hacia el mudito a quien pone saliva en sus labios y dice la gran palabra: "Abrios". Esta la repite, al poner su saliva sobre los dos enfermos diciendo: "¡Curaos en el nombre del Señor"; y el mudito que antes como que gruñía, dice claramente: "Mamá" mientras la joven parpadea a la luz y se pone los dedos como visera contra el desconocido sol, y llora y ríe, y mira otra vez, apretando los ojos porque no está acostumbrada a la luz, a lo verde, a la tierra, a las personas, sobre todo a ver a Jesús. El paralítico confiadamente baja de las andas. Sus compasivos cargadores la levantan para dar a entender a los que están lejos, que se ha obtenido el favor, mientras los dos enfermos lloran de alegría y se arrodillan a venerar a su Salvador.

La multitud ruge con frenéticos gritos de hosanna. Tomás que está junto a Judas, lo mira tan insistentemente y con una expresión tan franca que este le dice: "Era yo un necio, perdóname."

 

HABLA JESÚS

 

Terminado el griterío Jesús empieza a hablar.

"El Señor habló a Josué (Josué 20) diciendo: "Habla a los hijos de Israel y diles: Separad las ciudades para los fugitivos de los que os hablé por medio de Moisés, a fin de que se pueda refugiar quien involuntariamente haya matado a alguien, y pueda sustraerse a la ira del pariente próximo, del vengador de la sangre". Y Hebrón es una de ellas.

Siempre se dijo: "Los ancianos de la ciudad no entregarán al inocente a quien lo busca para matarlo, sino que lo acogerán y le darán dónde habitar y se quedará hasta la sentencia y hasta que no muera el sacerdote de ese entonces; después de lo cual podrá entrar en su ciudad y en su casa". En esta Ley se tiene en cuenta y se manda el amor misericordioso para con el prójimo. Esta Ley la ha impuesto Dios, porque no es lícito condenar sin oír al acusado, ni es lícito matar en un arrebato de ira.

Esto también puede aplicarse a los delitos y a las acusaciones morales. No es lícito acusar si no se le conoce, ni juzgar si no es oído el acusado. Pero ahora a las acusaciones y a las condenas por las culpas acostumbradas o reputadas, se ha añadido una nueva clase: la que se hace a los que vienen en el nombre de Dios. En siglos pasados se repitió contra los profetas, ahora vuelve a decirse contra el Precursor del Mesías y contra el Mesías. La estáis viendo. El Bautista fue sacado con engaño del territorio de Siquén. Ahora espera la muerte en las prisiones de Herodes, porque jamás se doblegará a la mentira y al compromiso, y podrá ser hecha pedazos su vida y cortada su cabeza, pero no se le podrá hacer pedazos su honradez ni separar su alma de la verdad, a la que ha servido fielmente en todas sus diversas formas; divina, sobrenatural y moral. De igual modo se persigue al Mesías, con duplicado y sin igual odio, porque no se limita a decir: "No te es lícito" a Herodes, sino "No te es lícito" dondequiera que se encuentra el pecado o sabe que es pecado, sin excluir ninguna categoría, en nombre de Dios y por su honor. ¿Cómo puede suceder esto?¿No hay ya más siervos de Dios en Israel? Sí, que los hay. Pero son "ídolos".

 

CADA PALABRA DEL LIBRO ES UNA 

ENSEÑANZA...QUE TENIENDO EN CUENTA 

UN HECHO DE SUS TIEMPOS, SE

REFIERE A UN HECHO QUE SUCEDERÍA 

EN EL FUTURO

 

En la carta que Jeremías dirigió a los desterrados se lee entre otras cosas estas, y sobre estas llamo la atención, porque cada palabra del Libro es una enseñanza que, desde el momento en que el Espíritu hizo que se escribiese teniendo en cuenta un hecho de sus tiempos, se refiere a un hecho que sucedería en el futuro. Se lee (Baruc 6) "... cuando hayáis entrado en Babilonia, veréis dioses de oro, de plata, de piedra, de madera... Guardaos de imitar a los extranjeros que les tienen miedo, pavor... Decid en vuestro corazón: 'Es necesario adorarte a Ti solo, oh Señor' ". Y la carta enumera las características de estos ídolos que tienen lengua de un artífice y no la usan para reprochar a sus falsos sacerdotes que los despojan para vestir con su oro a las prostitutas, y que después arrebatan el oro profanado con el sudor de la prostitución para volver a vestir a los ídolos. Les dice que se cuiden de estos ídolos a los que el orín y los gusanos roen y que están limpios y arreglados si el hombre les lava la cara y torna a vestirlos, pues por sí mismos no pueden hacer nada, aunque tengan cetro o segur en la mano. Y concluye el profeta: "Por esto no les temáis". Luego prosigue: "Estos dioses son cual vasos rotos, inútiles. Sus ojos están llenos de polvo del que se sacuden de los pies los que entran en el templo; y están bien encerrados como en un sepulcro o como quien ha ofendido al rey para que nadie los pueda despojar de sus preciosos vestidos. No ven la luz de las lámparas. Están en los templos como vigas. Las lámparas no sirven más que para alumbrarlos, mientras que las lechuzas, golondrinas y otros pájaros vuelan sobre sus cabezas y los llenan de excremento y los gatos hacen sus nidos en sus vestidos y se los desgarran. Por esto no se les puede temer, son cosas muertas. El oro de nada les sirve. Es una muestra, y si no se les limpia no brillan, así como no sintieron nada, cuando se les hizo. El fuego no los ha desperezado. Fueron comprados a precios fabulosos. Van a donde el hombre los lleva, porque desvergonzadamente son incapaces... ¿Por qué pues deben llamarse dioses? Porque son adorados con ofertas y con pantomimas de falsas ceremonias, que no se hacen de corazón. Ni creen en ellas los que las ven. Si se les hace el bien o el mal, ni recompensan ni se vengan. Son incapaces de elegir o de arrojar del trono a algún rey. No pueden dar riquezas, ni desgracias. No pueden salvar al hombre de la muerte ni salvar al débil del poderoso. No tienen piedad de las viudas ni de los huérfanos. Son semejantes a las piedras de las montañas"... Y la letra continúa en un tono igual.

 

TAMBIÉN NOSOTROS TENEMOS ÍDOLOS

 

Pues bien, también nosotros tenemos ídolos, no más santos en las filas del Señor. Por esta razón puede el mal levantarse contra el bien. El mal que ensucia la mente y el corazón de los que no son más santos y hace nidos en sus falsos vestidos de bondad.

 

NO SABEN DECIR MÁS LAS PALABRAS DE DIOS

 

No saben decir más las palabras de Dios. Es natural. Tienen una lengua que el hombre hizo y hablan palabras de hombre, cuando no hablan palabras de Satanás, y no saben sino reprochar tonterías a los inocentes y a los pobres, pero guardan silencio donde ven gran corrupción. Todos están corrompidos y no puede el uno acusar al otro de las mismas culpas. Avarientos no del Señor, sino de Mammón. Trabajan aceptando el oro de la lujuria y del crimen. Lo truecan, lo roban, llevados de un frenesí desbordante y arrollador. El polvo anida en ellos, fermenta en ellos, y si muestran su cara limpia, los ojos de Dios ven un corazón sucio. El orín del odio y el gusano del pecado los corroe, ni siquiera saben cómo ayudarse para su salvación. Agitan las maldiciones como cetros o segures, pero no saben que ellos son maldecidos. Encerrados en su pensamiento y en su envidia cual cadáveres de un sepulcro o prisioneros de una cárcel, están allí, agarrados a las barras por temor a que una mano los arrebate, porque allá estos muertos son alguna cosa: momias, pero no momias de forma humana, sino de cuerpo tieso, reducido a leña seca, mientras afuera serían objetos despreciados del mundo que busca la vida, que tiene necesidad de la vida, como el niño de sus mamá y que quiere que le de la vida y no hedor de muerte.

 

ESTÁN EN EL TEMPLO, SÍ. EL HUMO DE LAS 

LÁMPARAS, DE LOS HONORES LOS AHUMA, 

PERO LA LUZ NO PRENDE EN ELLOS

 

Están en el templo, sí. El humo de las lámparas, de los honores los ahuma, pero la luz no prende en ellos. Todas las pasiones anidan en ellos como pájaros y gatos, mientras que el fuego de la misión no les da el místico tormento de arder en el fuego de Dios. Son refractarios al amor. El fuego de la caridad no los enciende, que es doble en su forma y en su fuente: Dios y el prójimo. Porque Dios se aleja del hombre que no ama, y así se acaba la primera fuente; y se aleja el hombre del hombre malvado, y cesa también la segunda. La caridad quita todo al hombre sin amor. Se dejan comprar con un precio maldito y se dejan llevar a donde la utilidad y el poder lo desean.

No. ¡No es lícito! No existe moneda con que se pueda comprar la conciencia y sobre todo la de los sacerdotes y maestros. No es lícito tener complacencia con los poderosos de la tierra cuando quieren conducir a actos contrarios a los mandados por Dios.

 

ESTO ES IMPOTENCIA ESPIRITUAL

 

Esto es impotencia espiritual, y está dicho: "El eunuco no entrará en la asamblea del Señor" (Deut. 23,1.). Si pues, el impotente por naturaleza no puede pertenecer al pueblo de Dios, ¿podrá acaso ser su ministro el impotente de espíritu? Porque en verdad os digo que muchos sacerdotes y maestros son culpables de eunuquismo espiritual, al ser mutilados de su virilidad espiritual... ¡Muchos, demasiados!

 

MEDITAD, OBSERVAD, COMPARAD

 

Meditad. Observad. Comparad. Veréis que tenemos muchos ídolos y pocos ministros del bien que es Dios. Esta es la razón por la que puede hacerse que las ciudades de refugio no sean más refugio. Ninguna cosa es ya respetada en Israel y los santos mueren porque los no santos los odian.

 

YO OS DIGO: "VENID"

 

Yo os digo: "Venid". Os llamo en nombre de vuestro Juan que languidece porque fue santo, al que se le hiere porque se me precede, y porque trató de quitar las asquerosidades de los caminos del Cordero. Venid a servir a Dios. El tiempo se acerca. Que la Redención no os encuentre impreparados. Haced que la lluvia caiga en terreno sembrado, de otro modo es inútil. Vosotros, vosotros los de Hebrón, ¡debéis estar a la cabeza! Aquí vivisteis con Zacarías e Isabel: los santos que merecieron del cielo a Juan; y aquí Juan ha esparcido el perfume de la gracia con su verdadera inocencia de niño, y desde su desierto os envió el incienso incorrupto de su gracia, convertida en prodigio de penitencia. No desilusionéis a vuestro Juan. El llevó el amor del prójimo a un nivel casi divino y ama al último habitante del desierto como a vosotros sus conciudadanos. Pero ciertamente que él impetra para vosotros la salud. Y esta consiste en seguir la voz del Señor y creer en su palabra. Venid en masa de esta ciudad sacerdotal al servicio de Dios. He pasado a llamaros. No seáis inferiores a las prostitutas, a las que basta una palabra de misericordia para abandonar el camino que llevan y cambian al camino del bien.

 

¡VENID! ESTE ES EL AMOR QUE PASA...

PARA QUE ÉL OS ACEPTE, 

NO HAY NECESIDAD MÁS QUE DE BUENA VOLUNTAD

 

A mi llegada me preguntaron: "¿Nos guardas rencor?" ¿Rencor? ¡Oh, no! ¡Os guardo amor! Y abrigo la esperanza de veros entre mis ejércitos del pueblo; del pueblo que conduzco a Dios, y en el nuevo éxodo hacia la verdadera tierra prometida: el reino de Dios, más allá del Mar Rojo de los sentidos, y más allá de los desiertos del pecado. Libres de la esclavitud de cualquier género que sea, os llevo a la tierra eterna, rica en delicias, llena de paz... ¡Venid! Este es el amor que pasa. Quien quiera puede seguirlo, porque para que Él os acepte, no hay necesidad más que de buena voluntad."

Jesús ha terminado en medio de un silencio de admiración. Parece como si muchos sopesasen las palabras que escucharon, las aquilatan, las gustan, las comparan.

 

JESÚS CURA AL PARALÍTICO MASALA

 

Mientras esto sucede, Jesús cansado y lleno de calor, se sienta y habla con Juan y con Judas. Pero de pronto se oye un clamor más allá del cercado del jardín. Gritos al principio confusos y luego más claros: "¿Está el Mesías? ¿Está?" y al cerciorarse que sí, hete que traen un paralítico que parece una "S" de tan deforme que está.

"¡Oh, es Masala!"

"Pero que lisiado está ¿qué espera?"

"¡He ahí a su infeliz madre!"

"Maestro, el marido la rechazó por aquel aborto de hombre que es su hijo, y vive aquí de caridad. por otra parte ya es vieja y poco vivirá..."

El aborto de hombre -y la expresión es exacta- está ahora ante Jesús. No puede ni siquiera verle la cara, tan torcido está. Parece una caricatura de hombre-chimpancé, o de un camello con forma humana. La madre anciana y pobre, no habla ni siquiera, tan sólo gime: "Señor, Señor... yo creo..."

Jesús pone sus manos sobre las espaldas torcidas del hombre que apenas le llega a la cintura, levanta su rostro al cielo y dice en voz alta: "Levántate y camina en los senderos del Señor". El hombre se sacude. Se pone de pie como un hombre cabal y perfecto. Fue tan subitáneo el sacudimiento que parece como si se hubiesen roto tornillos que lo hubiesen tenido en aquella posición anormal. Da ahora hasta las espaldas de Jesús, lo mira, y luego cae de rodillas, con su madre, besando los pies del Salvador.

Es inútil decir lo que acaece entre la multitud... y pese a que Jesús no quería, se ve obligado a quedarse en Hebrón, porque la gente está pronta a formar una valla para impedir que salga.

Así pues, entra a la casa del viejo sinagogo, que está tan cambiado del año pasado.  

IV. 451-459.

A. M. D. G.