EN NAIM

EN CASA DE DANIEL EL RESUCITADO

 


 

#Jesús se hospeda en la casa del joven resucitado,  

#avisa a Jesús que es la prometida de su hijo y que pronto se celebrarán las nupcias.  

#"Florezcan en ti las virtudes de Sara, Rebeca y Raquel y que de ti nazcan verdaderos hijos de Dios para su gloria y para la alegría de esta casa."  

#Un fariseo llama la atención de Jesús para preguntarle si estaba al corriente de la enfermedad de Daniel.  

#Para iniciar a la santidad no hay necesidad de peregrinaciones. Sirven lo mismo una habitación desierta o una estepa, un pico montañoso o una casa solitaria. Basta que haya austeridad y santidad en quien enseñe, y en quien escucha voluntad de santificarse. Esto es lo que enseño y no otra cosa."  

#Se harán santos y harán más milagros con la oración y sacrificio y obediencia a Dios, y no con otra cosa."  

#Nunca pensaré que me rebajaría al hacer esto, porque el precio de un alma es tal que merece que se sufra cualquier humillación para conquistarla. Pero más no puedo. Y si con todo, la culpa persevera, de mis ojos y de mi corazón de maestro y amigo traicionado e incomprendido, correrán lágrimas y sangre."  

#Preguntan ahora al joven Daniel. ¿Se acuerda de lo que es la muerte? ¿Qué sintió al volver a la vida? ¿Y qué vio entre el espacio de la muerte y la vida?  

#La muerte por sí es una expiación. Tú, al morir por segunda vez estarás completamente limpio de manchas y al punto gozarás del cielo.  

#Qué queréis decir con todas estas preguntas ¿Qué todo un pueblo se hubiese imaginado que yo me había muerto, inclusive mi madre y mi prometida que se moría de dolor...?  

#"La razón es la siguiente. Estos ( y señala a los escribas y fariseos) quieren concluir que tu resurrección no fue sino un plan perfecto llevado a cabo para aumentar la estimación que la gente tiene por Mí.  

#¿Por qué queréis negar a Dios el poder de restituir el alma a un cuerpo? Si Él la da, cuando se forma el cuerpo, y crea las almas una por una, ¿no podrá devolverla, logrando que regrese al cuerpo porque se lo pide su Mesías, y conseguir de este modo que el hecho sea un incentivo para que mucha gente se acerque a la verdad? ¿Podéis afirmar que Dios no tiene poder de hacer milagros? ¿Por qué queréis negarlo"?  

#"Pero entonces ¿por qué este no recuerda nada, cuando los espíritus evocados saben decir qué hay en el más allá?"  

#"Porque esta alma santificada por la penitencia de una primera muerte habla la verdad, entre tanto que lo que dicen los nigromantes no es verdad."  

#¿En qué quebrantan mis discípulos los mandamientos? Tú que resucitas muertos y dices que eres un profeta, descúbrelo  

#Pero perdéis tiempo y paz con andar tras cosas que no son buenas. Parecéis chacales, mejor dicho, hienas que van venteando la fetidez, y desprecian las ondas de perfume que de jardines llenos de flores traen en sus alas los vientos.  

#responded: por qué no observáis el mandamiento de Dios a causa de una tradición vuestra Dios dijo: "Honra a tu padre y madre. Quien maldijere a su padre o madre, reo es de muerte" Vosotros decís al contrario: "Quienquiera que haya dicho a su padre o madre: 'esto que recibiríais de mi es corbán'(oferta sagrada) y por lo tanto no está obligado a emplearlo en favor de su padre o madre"  

#Vosotros mientras despreciáis los preceptos de Dios, os aferráis a las tradiciones humanas,  

#No hay nada externo al hombre que, si entra en él, pueda contaminarlo. Pero lo que sale del hombre, eso sí lo contamina.  

#Que el cielo os pague por haberme socorrido con un amor que no me hizo extrañar la mesa materna. Percibí vuestro amor materno en cada una de las migajas de pan, en cada guisado o cocido, en la dulce miel, en el vino fresco y perfumado. Amadme siempre así, mujeres buenas de Naim. Otra vez no os fatiguéis tanto. Me basta un pedazo de pan, un puño de aceitunas condimentadas con vuestra sonrisa maternal y vuestra mirada honesta y buena.

 


 

La ciudad de Naim se encuentra de fiesta. Hospeda a Jesús por primera vez desde que resucitó al joven Daniel.

Le preceden y le siguen muchas personas en su travesía por la ciudad que bendice. A los de Naim se han unido otros de diversos lugares, como de Cafarnaum donde había ido a buscarlo y de allí habían sido enviados a Caná y de esta ciudad a Naim. Me parece que ahora que Jesús tiene muchos discípulos ha establecido una especie de red de información de modo que los peregrinos que le buscan, pueden encontrarlo no obstante su continuo movimiento, aunque sea de unos cuantos kilómetros al día, cuando lo permiten la estación y la brevedad de la jornada. Entre los que vinieron a buscarle de otras partes no faltan los escribas y fariseos, aparentemente muy amables...

 

Jesús se hospeda en la casa del joven resucitado,

 

Jesús se hospeda en la casa del joven resucitado, a la que han venido también los principales de la población. La madre de Daniel al ver los escribas y fariseos que son siete como los pecados mortales, muy humilde los invita a pasar y les pide perdón de no poder ofrecerles una casa más digna de ellos.

"Está el Maestro, está el Maestro, mujer, esto da valor aun a una cueva. Tu casa vale más que esto y entraremos diciendo: "Paz a ti y a tu casa". "

Realmente la mujer, aunque no es rica, hace lo indecible por honrar a Jesús. Todas las riquezas de Naim se acumularon, se juntaron proporcionalmente para adornar la casa y la mesa. Las respectivas propietarias miran a hurtadillas, desde todos los puntos posibles, a la comitiva que pasa por el corredor de entrada, y que va derecho a dos habitaciones que están enfrente una a la otra en las que la dueña de la casa preparó las mesas. Probablemente prestaron sus vajillas, manteles y sillas además de la mano de obra con la condición de ver de cerca al Maestro y respirar el aire que respira. Ahora se asoman por aquí y por allí acaloradas, llenas de harina, con la ceniza en los cabellos, o con las manos sucias de comida; ojean curiosamente, roban la mirada divina, se mueren porque hasta sus oídos llegue la voz del Señor, se beben su dulce bendición y su dulce figura con los ojos, y felices tornan más coloradas a sus hornos, artesas y vertederos de cocina.

 

avisa a Jesús que es la prometida de su hijo y que 

pronto se celebrarán las nupcias.

 

"Florezcan en ti las virtudes de Sara, 

Rebeca y Raquel y que de ti nazcan 

verdaderos hijos de Dios para su 

gloria y para la alegría de esta casa."

 

Por felicísima se tiene la que con la dueña de la casa ofrece los lavamanos para las abluciones. Es una joven morena de cabellos y de ojos, pero con el colorido de una rosa. Mucho más se tiñe de ese color cuando la dueña de la casa avisa a Jesús que es la prometida de su hijo y que pronto se celebrarán las nupcias. "Hemos esperado tu llegada para que se hicieren, pues queremos que santifiques toda la casa. Ahora bendícela para que también sea una buena mujer en este hogar."

Jesús la mira, y como la prometida baja la cabeza, le impone sus manos diciendo: "Florezcan en ti las virtudes de Sara, Rebeca y Raquel y que de ti nazcan verdaderos hijos de Dios para su gloria y para la alegría de esta casa."

Jesús y los principales han cumplido con las purificaciones. Entran a la sala del banquete con el joven dueño de la casa; entre tanto que los apóstoles con los menos influyentes de Naim, entran a la sala de enfrente. Empieza el banquete.

Por los discursos que oigo comprendo que antes que empezase la visión Jesús ya había predicado y curado en Naim, pero a los fariseos y escribas poco les interesa esto; acribillan con preguntas a los de Naim para recabar pormenores sobre la enfermedad de que murió Daniel, sobre cuántas horas habían pasado desde su muerte hasta que fue resucitado, y que si realmente había sido embalsamado, etc. etc. Jesús no hace caso de estas investigaciones y comienza a platicar con el resucitado que tiene buena salud y como con buen apetito.

 

Un fariseo llama la atención de Jesús para 

preguntarle si estaba al corriente 

de la enfermedad de Daniel.

 

Un fariseo llama la atención de Jesús para preguntarle si estaba al corriente de la enfermedad de Daniel.

"Venía de Endor por mera causalidad, porque había querido contentar a Judas de Keriot como antes había contentado a Juan de Zebedeo. No sabía ni siquiera que pasaría por Naim cuando había empezado la caminata de la peregrinación pascual" responde Jesús.

"¡Ah! ¿no habías ido a propósito a Endor?" pregunta sorprendido un escriba.

"No. No tenía las menores ganas de ir allá."

"Y entonces por qué fuiste."

"Ya lo dije. Porque Judas de Simón quería ir."

"¿Y por qué este capricho?"

"Porque quería ver la gruta de la maga."

"Tal vez les habías hablado de ella..."

"¡Nunca! Ni tenía por qué."

"Quiero decir... tal vez les explicaste con este episodio otros sortilegios para iniciar a tus discípulos en..."

 

"¿En qué? Para iniciar a la santidad no hay necesidad 

de peregrinaciones.

 

Se harán santos y harán más milagros

 con la oración y sacrificio y obediencia a Dios, 

y no con otra cosa."

 

"¿En qué? Para iniciar a la santidad no hay necesidad de peregrinaciones. Sirven lo mismo una habitación desierta o una estepa, un pico montañoso o una casa solitaria. Basta que haya austeridad y santidad en quien enseñe, y en quien escucha voluntad de santificarse. Esto es lo que enseño y no otra cosa."

"Pero los milagros que ahora los discípulos realizan, qué son sino prodigios y..."

"Y la manifestación de la voluntad de Dios. No otra cosa. Se harán santos y harán más milagros con la oración y sacrificio y obediencia a Dios, y no con otra cosa."

"¿Estás seguro?" pregunta un escriba con la mano en el mentón, que mira a Jesús de arriba a abajo. Su tono es directamente irónico y hasta como de compasión.

 

Nunca pensaré que me rebajaría al hacer esto, 

porque el precio de un alma es tal 

que merece que se sufra cualquier humillación 

para conquistarla.

 

"Les di estas armas y estas enseñanzas, pero si alguno de ellos, pues son muchos, se corrompe con prácticas indignas, por soberbia y otro vicio, no seré Yo el culpable de haberle dicho eso. Puedo orar para ver que el el que falta se redima. Puedo imponerme duras penitencias expiatorias para obtener que Dios lo ayude con luces particulares de sabiduría a fin de que reconozca el error. Puedo arrojarme a sus pies para suplicarle, con todo mi amor de hermano, maestro y amigo, que deje la culpa. Nunca pensaré que me rebajaría al hacer esto, porque el precio de un alma es tal que merece que se sufra cualquier humillación para conquistarla. Pero más no puedo. Y si con todo, la culpa persevera, de mis ojos y de mi corazón de maestro y amigo traicionado e incomprendido, correrán lágrimas y sangre."

!Qué dulzura y qué tristeza se notan en la voz y semblante de Jesús!

 

Preguntan ahora al joven Daniel. 

¿Se acuerda de lo que es la muerte? ¿

Qué sintió al volver a la vida? 

¿Y qué vio entre el espacio de la muerte y la vida?

 

Los escribas y fariseos se miran entre sí; y un intercambio de miradas, pero no replican nada a lo que Jesús acaba de decir. Preguntan ahora al joven Daniel. ¿Se acuerda de lo que es la muerte? ¿Qué sintió al volver a la vida? ¿Y qué vio entre el espacio de la muerte y la vida?

"Sé que estaba gravemente enfermo y padecí la agonía. ¡Oh! ¡Qué horrible! ¡No me hagáis recordarla!... Aun cuando llegará al día en que la tendré que sufrir ¡Oh, Maestro!..." lo mira aterrorizado. Se pone pálido al pensar que debe morir de nuevo.

 

La muerte por sí es una expiación. 

 

Jesús le consuela dulcemente diciendo: "La muerte por sí es una expiación. Tú, al morir por segunda vez estarás completamente limpio de manchas y al punto gozarás del cielo. Que este pensamiento te haga vivir como santo, de modo que de haber faltas, las haya pequeñas e involuntarias."

Pero los fariseos tornan al ataque: "¿Y qué sentiste al regresar a la vida?"

"Nada. Me encontré vivo y sano como si me hubiese despertado de un sueño profundo."

"¿Te acuerdas de que estuviste muerto?"

"Me acordaba que había estado muy enfermo, que me había encontrado en agonía y no más."

"¿Qué recuerdos tienes del otro mundo?"

"Ninguno. No hay nada. Un vacío negro, un espacio vacío en mi vida... Nada..."

"Entonces para ti no existen ni el seno de Abraham, ni el purgatorio, ni el infierno."

"¿Quién está diciendo que no existen? Claro que existen. Pero yo no me acuerdo."

"¿Estás seguro de haber muerto?"

Los de Naim gritan: "¿Que si estaba muerto? ¡Y qué más queríais! Cuando lo  pusimos en las andas estaba ya casi para apestar. ¡Y luego! Con todos esos bálsamos y vendas se hubiera muerto aun un gigante."

"¿Pero no te acuerdas de haber muerto?"

 

¿Qué queréis decir con todas estas preguntas?

 ¿Qué todo un pueblo se hubiese imaginado 

que yo me había muerto, inclusive mi madre 

y mi prometida que se moría de dolor...?

 

"Os dije que no." El joven se impacienta y añade: "¿Qué queréis decir con todas estas preguntas? ¿Qué todo un pueblo se hubiese imaginado que yo me había muerto, inclusive mi madre y mi prometida que se moría de dolor, y yo mismo, a quien vendaron y embalsamaron? ¿Y que en realidad no me había muerto? ¿Qué os parece? ¿Creéis que en Naim todos hayan sido unos niños o unos estúpidos con ganas de hacer una jugarreta? Mi madre en pocas horas encaneció. Mi prometida tuvo que medicinarse porque el dolor y la alegría le habían casi quitado el juicio. ¿Y todavía dudáis? ¿Y qué objeto tenía que hubiéramos hecho esta comedia?"

"¿Por qué lo hubiéramos hecho? ¡Es verdad lo que dice!" corean algunos de Naim.

 

"La razón es la siguiente. Estos quieren concluir 

que tu resurrección no fue sino un plan perfecto 

llevado a cabo para aumentar la estimación 

que la gente tiene por Mí.

 

¿Por qué queréis negar a Dios el poder 

de restituir el alma a un cuerpo? 

 

¿Podéis afirmar que Dios no tiene poder 

de hacer milagros?

 

Jesús no habla. Juega con el mantel como si nada le interesase. Los fariseos no saben qué decir... De pronto, cuando la conversación y el argumento parece se han acabado, dice: "La razón es la siguiente. Estos ( y señala a los escribas y fariseos) quieren concluir que tu resurrección no fue sino un plan perfecto llevado a cabo para aumentar la estimación que la gente tiene por Mí. Según ellos sería Yo quien ideó el plan, y vosotros los que lo realizasteis para hacer mentir a Dios y mentir al prójimo. Dejo los embustes a los desvergonzados. No tengo necesidad de recurrir a brujerías, o a engaños, para ser lo que soy. ¿Por qué queréis negar a Dios el poder de restituir el alma a un cuerpo? Si Él la da, cuando se forma el cuerpo, y crea las almas una por una, ¿no podrá devolverla, logrando que regrese al cuerpo porque se lo pide su Mesías, y conseguir de este modo que el hecho sea un incentivo para que mucha gente se acerque a la verdad? ¿Podéis afirmar que Dios no tiene poder de hacer milagros? ¿Por qué queréis negarlo?"

"¿Eres Tú Dios?"

 "Yo soy quien soy. Mis milagros y mi doctrina dicen quien soy Yo."

"¿Pero entonces por qué este no recuerda nada, cuando los espíritus evocados saben decir qué hay en el más allá?"

"Porque esta alma santificada por la penitencia de una primera muerte habla la verdad, entre tanto que lo que dicen los nigromantes no es verdad."

"Pero Samuel..."

"Samuel vino por orden de Dios, no por mandato de la adivina, a comunicar al perjuro de la ley la sentencia del Señor que nadie puede reírse de sus mandamientos."

"¿Y entonces por qué tus discípulos lo hacen?" Es la voz arrogante de un fariseo que en ella ha puesto todo el énfasis posible, y que llama la atención de los apóstoles que están en la habitación de enfrente, separados por un corredor de más de un metro, pero que no tiene ni puertas ni cortinas. Al oír que se habla de ellos, se levantan sin hacer ruido y salen al corredor a escuchar.

 

¿En qué quebrantan mis discípulos 

los mandamientos? 

 

Tú que resucitas muertos y dices 

que eres un profeta, descúbrelo.

 

"¿En qué quebrantan mis discípulos los mandamientos? Dilo y si tu acusación es verdadera, los amonestaré para que no hagan una cosa contraria a la ley."

"En qué lo hagan lo sé y lo saben otros muchos. Pero Tú que resucitas muertos y dices que eres un profeta, descúbrelo. No te lo diremos nosotros. Tienes ojos ¿o no? para ver muchas cosas que hacen tus discípulos cuando no deben hacerlas, u omiten, cuando debían ponerlas en práctica. Pero Tú no te cuidas de esto."

"¿Queréis señalarme algunas?"

"¿Por qué tus discípulos no observan las tradiciones de los antiguos? Hoy los espiamos. ¡Hoy también! ¡No hace más que una hora! Entraron a la sala a comer y no se purificaron antes las manos." Si los fariseos hubiesen dicho: "y antes degollaron a algunos ciudadanos" no hubiera provocado un horror tan grande.

 

Pero perdéis tiempo y paz con andar tras cosas 

que no son buenas. Parecéis chacales, mejor dicho, 

hienas que van venteando la fetidez, 

y desprecian las ondas de perfume que de jardines 

llenos de flores traen en sus alas los vientos.

 

"Los observasteis, es verdad. Hay muchas cosas que deben verse: bella y buenas. Cosas que incitan a uno a  bendecir al Señor que nos dio la vida para que tuviésemos modo de verlas, y porque las creó o permitió. Y sin embargo no las contempláis, como otros muchos. Pero perdéis tiempo y paz con andar tras cosas que no son buenas. Parecéis chacales, mejor dicho, hienas que van venteando la fetidez, y desprecian las ondas de perfume que de jardines llenos de flores traen en sus alas los vientos. Las hienas no aman ni lirios ni rosas, jazmines o alcanfores, canela o los clavos. Les desagradan los perfumes. Pero la hediondez de un cuerpo en putrefacción en el fondo de un barranco o de un camino carretero, enterrado bajo zarzales a donde lo arrojó el asesino, o lanzado por la tempestad en playa desierta, cadáver hinchado, morado, a punto de reventar, horrible, ¡oh! eso es un perfume agradable para las hienas. Ventean el aire de la tarde, que arrastra consigo todos los olores que el sol ha desprendido de las cosas que calentó, y perciben este hedor y lo descubren, y siguen su dirección. Ved ahí qué veloces emprenden la carrera, con el hocico levantado al aire, los dientes afuera, derechas a dónde está la putrefacción, bien sea un cadáver humano o de bestia, de culebra que mató el campesino, de mustela que el ama de casa aplastó, basta con que sea un cadáver, para que se sientan felices, felices, felices. Y hunden sus zarpas en este hedor repelente, se banquetean, y se relamen el hocico...

¿Que los hombres se santifiquen diariamente? ¡No es cosa que interese! Pero si uno hace algo mal, o no se observa ya no un mandamiento divino, sino una práctica humana -llamadla tradición, precepto, como queráis, es siempre cosa humana- entonces se le señala, hasta se acepta una sospecha... tan sólo por gozar, que lo sospechado sea realidad.

 

responded: ¿por qué no observáis el mandamiento de Dios

 a causa de una tradición vuestra? 

Dios dijo: "Honra a tu padre y madre. Quien maldijere 

a su padre o madre, reo es de muerte"

Vosotros DECÍS al contrario: 

"Quienquiera que haya dicho a su padre o madre: 

'esto que recibiríais de mi es corbán'(oferta sagrada) 

y por lo tanto no está obligado a emplearlo

 en favor de su padre o madre"

 

Respondedme, respondedme vosotros que habéis venido no por amor, ni por fe, ni por sinceridad, sino por un fin malvado, responded: ¿por qué no observáis el mandamiento de Dios a causa de una tradición vuestra? No vayáis a decirme que una tradición vale más que un mandamiento. Dios dijo: "Honra a tu padre y madre. Quien maldijere a su padre o madre, reo es de muerte". Vosotros decía al contrario: "Quienquiera que haya dicho a su padre o madre: 'esto que recibiríais de mi es corbán'(oferta sagrada) y por lo tanto no está obligado a emplearlo en favor de su padre o madre". Así pues con vuestra tradición anuláis el mandamiento de Dios.

¡Hipócritas! Bien dijo de vosotros el profeta Isaías: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí. Por esto me honran enseñando doctrinas y mandamientos humanos".

 

Vosotros mientras despreciáis los preceptos 

de Dios, os aferráis 

a las tradiciones humanas,

 

Vosotros mientras despreciáis los preceptos de Dios, os aferráis a las tradiciones humanas, a lavar las jarras y copas, los platos y las manos y cosas semejantes. pero justificáis a un hijo ingrato y avaro al decirle que aprovechándose de haber ofrecido algo, no tiene obligación de dar pan a quien lo engendró, ni ofrecerle ayuda alguna. Y os escandalizáis de que alguien no se lave las manos. Alteráis y violáis la palabra de Dios para obedecer palabras que creasteis y que las constituisteis en precepto. Por esto os proclamáis más justos que Dios. Os arrogáis el derecho de legisladores, cuando sólo Dios lo es de su pueblo. Vosotros..." y continuaría de no ser que el grupo de sus enemigos se sale, bajo la granizada de acusaciones. Al salir chocan con apóstoles y con otros de casa, huéspedes o ayudantes de la dueña, que se habían juntado en el corredor, al oír el tono de voz de Jesús.

 

Él se había puesto de pie. Ahora se sienta nuevamente. 

Hace señal a que entren todos y les dice:...

No hay nada externo al hombre que, si entra en él, pueda 

contaminarlo. Pero lo que sale del hombre, 

eso sí lo contamina.

 

Él se había puesto de pie. Ahora se sienta nuevamente. Hace señal a que entren todos y les dice: "Escuchadme y comprended lo siguiente. No hay nada externo al hombre que, si entra en él, pueda contaminarlo. Pero lo que sale del hombre, eso sí lo contamina. Quien tiene orejas para escuchar, emplee su inteligencia para comprender y su voluntad para actuar. Ahora vámonos. Vosotros los de Naim perseverad en el bien y mi paz esté siempre con vosotros."

Se levanta, se despide particularmente de los dueños de la casa y se va por el corredor. Ve a las mujeres amigas, que todas en un rincón lo miran con la boca abierta, y se dirige a ellas "La paz sea también con vosotras. Que el cielo os pague por haberme socorrido con un amor que no me hizo extrañar la mesa materna. Percibí vuestro amor materno en cada una de las migajas de pan, en cada guisado o cocido, en la dulce miel, en el vino fresco y perfumado. Amadme siempre así, mujeres buenas de Naim. Otra vez no os fatiguéis tanto. Me basta un pedazo de pan, un puño de aceitunas condimentadas con vuestra sonrisa maternal y vuestra mirada honesta y buena. Sed felices en vuestros hogares porque el agradecimiento del Perseguido está con vosotros, y se aleja consolado con vuestro amor."

Las mujeres, llenas de dicha, se arrodillan, y al pasar Jesús toca a una por una en sus cabellos blancos o negros, a manera de bendición. Luego sale y continúa su camino...

Las primeras sombras de la tarde bajan a esconder la palidez de Jesús que está afligido de tantas cosas.

V. 1047-1055

A. M. D. G.