SIMÓN ZELOTE EN NAZARET

 


 

#Mientras las dos mujeres trabajan, una en el telar y la otra con la aguja, Jesús y Juan de Endor que están sentados a la mesa en voz baja conversan entre sí.  

#Ya está pulido y mañana daremos el barniz. Pon todo en su lugar, porque mañana volveremos a trabajar.  

#¿He llegado tarde no es verdad? Todo está arreglado y... " 

 #El niño pregunta: "¿Te vas a casar, Jesús?"  

#"¿De veras quieres conocer a mi novia?"  

#"¡Claro que sí! Cuán hermosa será cómo se llama" "Por ahora es un secreto, porque tiene dos nombres. Tú antes eras Yabé, y ahora eres Marziam no es así" ... 

#"Me salieron porque hace tiempo que no trabajo más con ellas. Mira, niño, que la ociosidad es muy peligrosa. Siempre lo es. Cuando uno vuelve al trabajo, cuesta doble, porque las manos se han hecho muy delicadas. ¡Piénsalo! ¿Si esto sucede con las manos qué no sucederá con el alma? ... Nunca debe uno de estar de ocioso diciendo: "Luego que pase este período me volveré a entregar al trabajo con nuevas fuerzas" ¡No se logrará jamás, o si se logra, costará mucho!"  

#"Sí, el amor cura muchas cosas...

 


 

JESÚS CONVERSA CON JUAN DE ENDOR MIENTRAS 

MARZIAM, SÍNTICA Y MARÍA TRABAJAN

 

En diciembre anochece pronto, pronto se encienden las lámparas y la familia se reúne en una sola habitación. Esto también sucede en la casita de Nazaret. Mientras las dos mujeres trabajan, una en el telar y la otra con la aguja, Jesús y Juan de Endor que están sentados a la mesa en voz baja conversan entre sí. Marziam está por terminar de lijar dos cofres que hay en el suelo.

El niño lo hace con todas sus fuerzas hasta que Jesús, que se levanta y se inclina, le dice: "Ya está pulido y mañana daremos el barniz. Pon todo en su lugar, porque mañana volveremos a trabajar." Y Marziam sale con sus instrumentos con que lijó -espátulas duras con la piel rasposa de pescado, que sirven en lugar de nuestra lija, y unos cuchillos que no son de acero- Jesús toma en sus robustos brazos uno de los cofres y lo lleva la taller, donde hay claras señales deque allí se trabajó, porque hay aserrín y virutas cerca de uno de los bancos, que por ahora se encuentra en medio. Marziam ha puesto todos sus instrumentos en su lugar. Recoge las virutas para echarlas al fuego, y quiere hacer lo mismo con el aserrín, pero Juan de Endor le dice que él lo hará.

Todo está ya en orden cuando regresa Jesús con el otro cofre que pone junto al primero. Los tres están por salir cuando se oye que alguien llama a la puerta e instantes después se percibe la voz ronca de Zelote que saluda a María diciéndole: "Te saludo Madre de mi Señor y bendigo vuestra bondad que me concede poder vivir bajo vuestro techo."

"Ya llegó Simón. Ahora sabremos el por qué de su tardanza. Vamos..." dice Jesús.

Entran en la habitación donde están las mujeres y el apóstol que se está quitando de encima un gran envoltorio.

"La paz sea contigo, Simón..."

¿He llegado tarde no es verdad? 

Todo está arreglado y... "

 

"¡Maestro bendito! ¿He llegado tarde no es verdad? Todo está arreglado y... "

Se dan el beso de paz. Después Simón prosigue: "Estuve en casa de la viuda del carpintero. Tú ayuda llegó a tiempo. La mujer está muy enferma y los gastos han aumentado. El pequeño carpintero se industria en trabajar en cositas, y siempre te está recordando. Todos te bendicen. Después fui a la casa de Nara, Samira y Sira. Su hermano se muestra más que nunca duro. Pero ellas  están tranquilas, pues son muy santas, y comen su pobre pan con lágrimas y con el perdón. Te bendicen por la ayuda que les enviaste, pero te suplican que ruegues para que su hermano se convierta. También Raquel te bendice por la ayuda. Después estuve en Tiberíades para las compras, que espero haber hecho bien. Ahora las verán las mujeres... Allí algunos me entretuvieron porque pensaban que fuese yo una estafeta. Me secuestraron durante tres días... Una prisión muy buena, pero que no dejaba de serlo... Querían saber muchas cosas... Dije la verdad al asegurar que nos habías despedido a todos y que Tú te habías ido por tu parte durante lo más duro del invierno... Cuando se persuadieron que era verdad, porque también fueron a la casa de Simón de Jonás y de Felipe sin que te encontrasen y sin saber nada de Ti, me dejaron libre. También hay que tener en cuenta los malos días que hemos pasado. Esta es, pues, la razón por la que llegué en retardo."

"No importa. Tendremos tiempo de estar juntos. Te agradezco todo... Mamá, mira con Síntica lo que hay en el envoltorio, y dime si te parece que sea suficiente para lo que ya sabes..." y entre tanto que las mujeres sacan todo lo que hay en el envoltorio, Jesús se sienta a platicar con Simón.

"Y Tú, Maestro ¿qué has hecho?"

"Dos cofres para no estar de ocioso y porque serán útiles. He dado unas caminatas y me he sentido feliz en mi casa..."

Simón lo mira fijamente pero no dice nada.

Los gritos de Marziam que ve que salen del envoltorio telas, lana, sandalias, velos y cinturones hace que Jesús y sus compañeros vuelvan la cara a donde salen. María dice: "Todo es muy bueno, muy bueno. Todo lo vamos a arreglar al punto, y todo estará cosido."

 

El niño pregunta: "¿Te vas a casar, Jesús?"

"¿De veras quieres conocer a mi novia?"

 

El niño pregunta: "¿Te vas a casar, Jesús?"

Todos echan a reír y Jesús pregunta: "¿Qué te hace sospecharlo?"

"Estos vestidos que son de hombre y de mujer, los dos cofres que hiciste. Son tus aprestos y de la novia. ¿Puedes presentármela?"

"¿De veras quieres conocer a mi novia?"

"¡Claro que sí! Cuán hermosa será ¿cómo se llama?"

"Por ahora es un secreto, porque tiene dos nombres. Tú antes eras Yabé, y ahora eres Marziam ¿no es así?"

"¿Y no los puedo saber?"

"Por ahora no. Un día los conocerás."

"¿Me vas a invitar a las bodas?"

"No será una fiesta para niños. Te invitaré a las bodas nupciales. Serás uno de los invitados y testigo también. ¿Estás contento?"

"¿Cuándo serán? ¿Dentro de un mes?"

"¡Oh! ¡Falta más!"

"¿Entonces por qué has trabajado con tanta prisa que te salieron hasta ampollas en las manos?"

 

Si esto sucede con las manos 

¿qué no sucederá con el alma? 

 

"Me salieron porque hace tiempo que no trabajo más con ellas. Mira, niño, que la ociosidad es muy peligrosa. Siempre lo es. Cuando uno vuelve al trabajo, cuesta doble, porque las manos se han hecho muy delicadas. ¡Piénsalo! Si esto sucede con las manos ¿qué no sucederá con el alma? ¿Lo ves? Esta noche tuve que decirte: "Ayúdame" porque me dolían tanto las manos que no podía tener la escofina, cuando hace apenas dos años trabajaba hasta catorce horas al día sin que me doliese nada. Lo mismo sucede con quien se enfría en el fervor, en su voluntad. Y siendo débil, con más facilidad penetra en él el veneno de las enfermedades espirituales. Con doble esfuerzo realiza las buenas obras que antes nada le costaban porque estaba ejercitado. Nunca debe uno de estar de ocioso diciendo: "Luego que pase este período me volveré a entregar al trabajo con nuevas fuerzas" ¡No se logrará jamás, o si se logra, costará mucho!"

 

Sí, el amor cura muchas cosas... 

 

"¡Pero Tú no has estado de ocioso!"

"No. Me he ocupado en otros trabajos. Pero mira lo que les ha costado a estas manos el tiempo en que no han trabajado." Jesús muestra las palmas enrojecidas y con ampollas.

Marziam las besa diciendo: "Así me hacía mi mamá cuando me dolían, porque el amor es buen médico."

"Sí, el amor cura muchas cosas... Y bien... Ven Simón. Dormirás en el taller. Ven, que quiero enseñarte dónde puedes colocar tus vestidos y... " Salen y  todo termina.

V.1076-1079

A. M. D. G.