EN EL CAMINO QUE LLEVA A GALILEA
#Van a contemplar el mar de Galilea
"Y ahora que hayamos dado gusto al pastor ¿qué hacemos?" pregunta Pedro que está solo con Jesús, mientras los demás, en grupo, los siguen.
"Tomemos otra vez el camino de la ribera, y vamos para Sicaminón."
"¿Sí? Pensaba que íbamos a Cafarnaum."
"No es necesario, Simón de Jonás. No es necesario. Has tenido nuevas de tu mujer y del niño y por Judas... será más sencillo ir a su encuentro."
"Perfectamente bien, Señor. ¿No sigue el camino que viene de aquella parte, el del río, el del lago? Es el más corto y el mejor..."
Ten en cuenta que debe buscar a los discípulos
y estos están esparcidos por el lado occidental
durante estos tiempos
"No lo sigue, Ten en cuenta que debe buscar a los discípulos y estos están esparcidos por el lado occidental durante estos tiempos que se han hecho muy fríos."
"Está bien. Si Tú lo dices... Por lo que toca a mí, bástame estar contigo y verte menos triste. Y... no tengo ninguna prisa de encontrarme con Judas de Simón. ¡Ojalá no lo encontrásemos!... ¡Hemos estado tan bien ahora!"
"¡Simón! ¡Simón! ¿Es esto tu caridad fraterna?"
"¡Señor... esto es lo que yo pienso!" dice franco Pedro. Y lo dice con tal vehemencia y expresión que Jesús apenas si puede contener la risa. ¿Cómo se puede contradecir a un hombre franco y leal?
Jesús prefiere guardar silencio, mostrando un gran interés por las colinas que tienen a la izquierda, entre tanto que la llanura aparece mayor, a la derecha. Detrás de ellos, en grupo, los otros nueve vienen charlando. Juan parece un buen pastor por el corderazo que trae sobre sus hombros, tal vez un regalo del pastor Anás.
"¿No vamos a Nazaret?" "Sí que iremos.
Mi Madre estará contenta de enterarse
del viaje de Juan y Síntica."
Después de un poco de tiempo Pedro pregunta: "¿No vamos a Nazaret?"
"Sí que iremos. Mi Madre estará contenta de enterarse del viaje de Juan y Síntica."
"¡Y de vernos otra vez!"
"¡Y de verme!"
"¿La habrán dejado a Ella, a lo menos, en paz?"
"Lo sabremos."
"¿Por qué están tan enfurecidos? Hay tantos como Juan en Judea, y sin embargo... Aun más, por desprecio a Roma son protegidos, ocultados."
"Ten en cuenta que no es por Juan, sino
porque se trata de una acusación contra Mí.
Por esto lo hacen."
"Ten en cuenta que no es por Juan, sino porque se trata de una acusación contra Mí. Por esto lo hacen."
"¡Nunca lo encontrarán! Hiciste bien... en mandarnos solos... por mar... en una barca por varias millas... y luego por nave. ¡Oh, todo estuvo bien! ¡Espero que se lleven un chasco!"
"Se lo llevarán."
"Tengo deseos de ver a Judas de Keriot, para estudiarlo, como se estudia a un cielo en que sopla los vientos, para ver si..."
"¡En resumidas cuentas!..."
"Tienes razón. Es un clavo que tengo dentro" y se pega en la frente.
Jesús llama a todos los demás y hace notar
los daños causados por el granizo y el frío,
Todos tratan de ver en ello una señal
del castigo divino contra la proterva Palestina
que no acoge al Señor
Para distraerlo Jesús llama a todos los demás y hace notar los daños causados por el granizo y el frío, cuando menos se esperaba... Quién sugiere esto, quién aquello. Todos tratan de ver en ello una señal del castigo divino contra la proterva Palestina que no acoge al Señor. Los más doctos citan hechos más o menos semejantes, conocidos por narraciones antiguas, mientras los más jóvenes o menos cultos escuchan admirados.
"Es efecto de la luna y de lejanos vientos.
Os lo había dicho. En las regiones hiperbóreas
se ha producido un fenómeno cuyas consecuencias
padecen regiones enteras."
Jesús mueve su cabeza. "Es efecto de la luna y de lejanos vientos. Os lo había dicho. En las regiones hiperbóreas se ha producido un fenómeno cuyas consecuencias padecen regiones enteras."
"Entonces ¿por qué hay campos tan hermosos?"
"El granizo es así."
"¿No podría ser un castigo para los peores?"
"Podría serlo, pero de hecho no lo es. ¡Ay si lo fuese!"
"Se quedaría seca y destruida casi toda nuestra patria. ¿no es verdad, Señor?" pregunta Andrés.
"En las profecías está dicho por medio
de símbolos que vendrá el mal a quien no acoja
al Mesías.
"No, Bartolomé. Lo que se dijo, sucederá. Pero el
Altísimo es tan infinitamente bueno, que espera
todavía mucho más, para castigar.
"En las profecías está dicho por medio de símbolos que vendrá el mal a quien no acoja al Mesías. ¿Pueden mentir acaso los profetas?"
"No, Bartolomé. Lo que se dijo, sucederá. Pero el Altísimo es tan infinitamente bueno, que espera todavía mucho más, para castigar. Sed también vosotros buenos, sin desear castigo alguno para los duros de corazón o de mente. Desead su conversión, no su castigo. Juan, da el cordero a otro, y ven a contemplar tu mar desde lo alto de aquel montículo de arena. También voy Yo."
Se encuentran realmente por un camino muy cercano al mar, separado por una larga tira de dunas onduladas, en las que se mueven sutiles palmas, o hay despeinados tamariscos, lentiscos, y otras hierbas.
VAN A CONTEMPLAR EL MAR DE GALILEA
Jesús se va con Juan, pero ¿quién lo va a dejar? Nadie. pronto lo alcanzan todos, y contemplan el hermoso sol, se bañan en sus rayos tibios, y se sumergen en el sereno y tranquilo mar... La ciudad de Tolemaida con sus blancas casas está allá, cerca.
"¿Entramos?" pregunta Judas Alfeo.
"No es necesario. Nos quedaremos a comer en las primeras casas. Quiero estar al atardecer en Sicaminón. Tal vez encontremos a Isaac."
"Hace mucho bien ¿verdad? ¿Oíste lo que dijeron Abel, Juan y José de él?"
Yo, Padre mío, te bendigo noche y día.
Todos vosotros... que sois mi alegría,
mi tranquilidad, mi seguridad..."
"Sí. Todos los discípulos se ingenian por todos los modos, y Yo, Padre mío, te bendigo noche y día. Todos vosotros... que sois mi alegría, mi tranquilidad, mi seguridad..." y los mira en tal forma que a los diez les saltan las lágrimas...
Y mi permiso de ver se acaba al ver esa mirada.
VI. 128-130
A. M. D. G.